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Torre en brumas

Torre en brumas

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14/12/2014, 19:52
Iseo de Candelero

—Propongámoslo entonces a nuestros cargos —concedió la oghmita—, si nadie más se opone. Quizás ellos lo acepten con más facilidad que yo.

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14/12/2014, 21:19
Aleera

La druida volvió a agacharse junto a las lobas.

—Necesito pediros un favor, hermanas—dijo—. ¿Podríais llevar a estos humanos hasta un gran árbol de piedra sin hojas que hay en aquella dirección?

Señaló la dirección en la que se encontraba la torre, "gran árbol de piedra isn ojas" se le antojaba un modo bastante cocnreto de definirla.

—Necesito pediros que, siempre que podáis, trateis de vigilar que ningún peligro se acerca al árbol para hacerle daño a los humanos que hay dentro hasta que yo regrese—acarició el cuello de las lobas—. Os lo ruego, os estaría eternamente agradecida.

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14/12/2014, 21:20
Loba

La manada, y especialmente la loba herida, debían mucho a Aleera. Con un asentimiento, el conjuro se disipó y las lobas se congregaron en torno a los humanos que debían de proteger.

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14/12/2014, 21:21
Director

Los tres guardias de la torre preferían enfrentarse al bosque a esconderse en la torre, pero ellos sabían cómo usar armas y tendrían alguna posibilidad de sobrevivir en caso de problemas. El herrero y su mujer, en cambio, tras escuchar de lo sucedido la noche anterior aceptaron de buen grado la alternativa de volver a la conocida torre.

Nadie preguntó a las dos niñas, pero sus caras tristes no ocultaban nada.

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14/12/2014, 21:21
Anabella, hija de Ayle y Fendrel

Anabella se despidió de Kra, todavía enfadada con Trixa, y no trató de ocultar lágrimas mientras agarraba la zarpa de Zz´pora. Seguía teniendo miedo del lagarto, pero le daba más miedo todo lo demás.

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14/12/2014, 21:23
Alexia, hija de Carac

Alexia se despidió tímidamente de todos y abrazó a Trixa con ojos llorosos.

—Volverás, ¿verdad?

Ninguna promesa podría consolarla, pero la niña estaba contenta de estar a salvo y volver a la torre.

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14/12/2014, 21:25
Director

Con la promesa de devolver la torre y a todos sus ocupantes al lugar donde pertenecían, los héroes vieron al grupo desaparecer entre los árboles, escoltados por una docena de lobas. Llegarían al edificio antes del anochecer, así que deberían estar a salvo hasta entonces. Todos esperaban que los altos muros de piedra y la manada fueran defensas suficientes si es que defensas hacían falta alguna vez.

Con Trixa a la cabeza atenta a rastros, los cinco aventureros retomaron la persecución. Nikander podía llevarles hasta medio día de ventaja, pero no era más que un mago solo en un mundo hostil. O eso suponían.