Partida Rol por web

Torre en brumas

Ambientación

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05/11/2014, 01:08
Trixa

Trixa escuchó la historia de... ¿Xander? Y ni siquiera le reprochó presentarse un día después de conocer al resto. 

Y la historia de Zz'pora casi le hizo llorar. Maldito miserable...

Interrumpió el flujo de palabras de sus compañeros, aunque ni les miraba. 

—Yo quiero preguntarle donde está mi madre. La hechizó a ella cuando yo era pequeñita. Muchas veces. Mi madre era muy guapa. Y... también me hechizó a mí. Cuando desperté del último hechizo, mi madre no estaba. No pude encontrarla por ningún sitio. Yo tenía catorce años entonces. Le llevo buscando desde entonces. Nikander me va a responder sobre eso sí o sí. Y luego le voy a matar.

Se encontró hablando más de la cuenta. —Agradecería que si me hechiza a mí evitarais que cometiera algún acto horrible. Podéis matarme a mí si queréis. Prefiero estar muerta que haciendo las cosas que quiera hacer Nikander. 

—Y es posible que no podamos preguntarle nada... que tengamos que matarle antes de que nos hechice. Pero tú Iseo... ¿Puedes preguntar a los muertos? Un clérigo me dijo que se podía hacer. Podríamos matarle y luego preguntar lo que queramos. ¿No?

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07/11/2014, 01:17
Iseo de Candelero

—Está más allá de mis habilidades. Además, la información que se puede extraer por ese método es limitada, y de algún modo, las memorias vestigiales del cadáver pueden…

Iseo cerró la boca de repente. Había empezado a hablar de forma automática, antes siquiera de considerar el significado de las palabras de la muchacha, como si volviera a ser una chiquilla respondiendo a uno de los exámenes de los monjes.

Rodeó sus sienes con los dedos de una mano, deslizándolos por el rostro hasta unirlos a la altura de la boca.

—Y aunque pudiera, no es la manera...

Posó la mirada en el baile de las llamas.

Las acusaciones de ambos eran terribles. Las acciones que atribuían a Nikander, repugnantes. Había conocido a hombres y mujeres capaces de usar sus dones sin escrúpulos. Los había conocido, los había desenmascarado y los había llevado ante la justicia eclesiástica y la justicia local. Nunca había contemplado matarlos, por mucho que sus actos la enfurecieran. Pero nunca he estado en la perspectiva de la víctima.

Si no había falsedad o error en las revelaciones de los dos, el mago había escondido mucho durante sus estancias en Candelero. Entre los muros de la Biblioteca, donde un uso indiscriminado de magia no hubiera pasado desapercibida entre guardias veteranos, las alarmas mágicas y los poderosos lanzadores de conjuros, realmente se había comportado como una persona diferente.

Lamentarse por no haber indagado en la personalidad de Nikander cuando lo conoció no la llevaba a ningún lugar. Solo la alejaba de esa reunión, y de dos personas que habían sufrido heridas que, al tratar de sanarlas, podían hacerlas más profundas o añadir otras más frescas.

—No estaba segura de qué esperar, pero no algo así —confesó. Levantó el rostro y miró a los ojos de Zz'pora y Trixa alternativamente—. Gracias, Zz'pora, Trixa, por vuestro coraje.

»No tengo derecho a interponerme en vuestro camino si pretendéis ajusticiarlo. Pero puedo ofreceros una alternativa —añadió.

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08/11/2014, 14:03
Aleera

Aleera tenía la espeluznante sensación de estar escuchando a un niño hablar de cómo se le quitaban las alas y luego las patas a una mosca. Todo aquello sin mencionar que las personas que convivían con Nikander iban a estar presentes si ocurría. Tampoco es que le importase mucho pero no dejaba de ser irónico.

Nadie va a matar a Nikander hasta que yo hable con él—masculló entrecerrando los ojos—. Y no olvideis que hay niños. Intentemos no traumatizarlos interrogando cadáveres.

No había estado un siglo dando palos de ciego de un callejón sin salida a otro, con aquellos fantasmas atormentándola, como para que ahora que al fin lograba encontrar una respuesta que parecía conducir a algo viniese alguien y se la arrebatase en la cara. No tenía ni idea de cuantos años tendría Trixa pero cien seguro que no. ¡Los humano le llamaban esperar a un pestañeo!

Miró a Zz'pora con gesto analítico, lo acontecido en la historia que relataba no había servivo más que para avivar las brasas de odio. Otro acto cobarde y traidor. No había que ser un lince para notar el dolor escondido en la voz del hombre lagarto.

Y el maldito Nikander estaba de algún modo conectado a él otra vez. Debía descubrir la verdad aunque tuviese que perseguirlo por todos los planos del multiverso.

«Un junco se mece con el viento del temporal y sobrevive a él» se dijo a si misma, y no pudo más que imaginarse la voz de su hermana en aquella frase «Un roble recibe el embate del viento que, si es demasiado fuerte, termina por partirlo»

Apartó a Nikander de su mente de un empujón y miró entonces a Iseo.

—¿Alternativa?

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12/11/2014, 01:47
Iseo de Candelero

Después de que Aleera le devolviera su afirmación en forma de pregunta, Trixa y Zz’pora permanecieron en silencio. Iseo echó una mirada hacia los habitantes del castillo, que dormían o cenaban más allá. Devolvió la atención a sus compañeros y habló con voz clara.

—Nikander es poderoso, pero no deja de ser un mago —explicó—. El Arte depende de factores externos. Si los neutralizamos, no será más peligroso que cualquier otro hombre. Los conjuros requieren unos materiales mundanos para manifestarse. Si se inmovilizan sus manos, no podrá realizar los gestos que la mayor parte precisan. Y, en ultima instancia, amordazado estará totalmente indefenso.

El enfrentamiento con Nikander no era inevitable, pero si llegaba a suceder, tendrían que hacerlo en sus términos. Y si era posible, manteniéndolo con vida, por razones tanto éticas como pragmáticas. Ella misma, tras las revelaciones de sus compañeros y lo que había descubierto en el diario, no se sentiría segura hablando con el mago hasta que lo supiera indefenso.  

—Puedo protegeros —reveló—. Rogar a Oghma que vele por vuestra voluntad, y os conceda la capacidad de rechazar la influencia del mago durante el tiempo suficiente para enfrentaros a él. No frenará los conjuros que busquen dañaros directamente u obstaculizaros de otra forma, pero sí aquellos que traten de tocar vuestras mentes.

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14/11/2014, 15:23
Zz'pora

Zz'pora rumió la respuesta de Iseo en silencio.

Se sentía en una encrucijada. Por un lado, aspiraba a ser un caballero como los de las leyendas: que la gente hablara de él con respeto ante su justicia y su bondad. Pero por el otro, sabía que su deber como caballero era proteger a los suyos, y limpiar el nombre de los Siete Honorables, y no iba a defenderlos mejor dejando hablar a Nikander. Las palabras de ese hombre eran más peligrosas que las espadas de muchos.

—Está bien —gruñó, sin dirigirse a nadie en concreto—. No seré yo quien levante la espada primero, no después de lo que ocurrió en aquel túmulo. Pero si tengo la más leve sospecha de que está utilizando magia contra nosotros, lo mataré. Y me importará un ardite que os quedéis sin poder hablar con él. ¿Tenemos un trato?

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09/02/2015, 03:32
Xander

—Por la sangre de los mártires, tienes mi palabra. El mago tendrá oportunidad de explicarse si la quiere de buena voluntad.

Dijo solemnemente el ilmaterino. Todavía no estaba convencido de que el mago al que perseguían fuera el mismo Nikander que había conocido, pero en todo caso era un conjurador que debía responder ante la justicia. Y si justicia tenía que haber, escuchar su lado del asunto era indispensable.

Notas de juego

Cierro esta conversación para dejar hueco si surge otra. Si alguien quiere añadir algo, que lo haga ahora o calle para siempre.

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07/03/2015, 04:30
Director

El pueblo de Nefaria tiene 2200 almas. Sus habitantes son gentes tranquilas y pacíficas, pero desconfiadas y herméticas. Han vivido desde que recuerdan bajo la tiranía de un noble cruel y arbitrario que parece disfrutar creando leyes nuevas para poder castigar a los infractores. A veces son visitados por parejas o pequeños grupos de golems, pero en general los homúnculos bastan para hacer cumplir estas leyes.. Este malorganizado grupo es una especie de milicia a sueldo formada por ciudadanos elegidos por su lealtad para representar la voluntad del señor. Además de eso, su único contacto con la administración del Archimago es el recaudador de impuestos.

Entre las aparentemente arbitrarias normas de Iaobahl destaca la prohibición de pisar ciertos lugares del ya de por sí reducido mapa de Iaobahl. Hay poco más allá del puñado de ciudades (incluídas Cubina, el refugio de los sabios, y la capital Euforia) y de los habitantes se espera que no conozcan lo demás. Las montañas y pantanos que forman la frontera conocida del mundo son especialmente tabú. Según otra ley, los niños deben ser presentados al Archimago en su quinto invierno. El comercio con magia o carne se castiga dura y públicamente. Lad leyes llegan tan lejos como a prohibir escribir a quien no sea golem o sabio nombrado por el Archimago. Y, con todo, la peor parte de la legislación se la llevan las mujeres. Además de ser las más frecuentemente acusadas de brujería, muchas normas les afectan solo a ellas, como la prohibición de cantar, bailar o tocar un instrumento.

La moneda en uso de Iaobahl es casi idéntica a la de la Costa de la Espada, aunque el trueque (en un sentido muy amplio que incluye los servicios y favores) es casi igual de común.

Los ciudadanos de Iaobahl no tienen dioses. Carecen de palabra o concepto para ello. Sus tristes y monótonas vidas nunca les han dado motivos para creer en una fuerza superior que no sea el Archimago. El papel de religión lo desempeña un intrincado y antiguo sistema de supersticiones que regula casi cualquier faceta de sus vidas. En el folclore de Iaobahl, todo pecado tiene aparejada una consecuencia (como pudrirse por dentro si se ofrece comida mala a un invitado). En estas supersticiones todo son castigos, no hay recompensas. La pena siempre es inevitable y desmesurada en comparación a la falta. También se acepta como máximo que nadie puede saber nunca todas las reglas; quien escucha a un vecino hablar de una nueva superstición la acepta con un encogimiento de hombros.

La sociedad es totalmente patriarcal. Las mujeres son poco más que una propiedad y una potencial fuente de problemas. De hecho, el odio colectivo hacia el sexo débil sería insostenible de no ser por una misma cantidad de miedo. Solo de las mujeres se dice que alguna vez llegan a practicar brujería. Todos los monstruos y pesadillas del folclore tienen forma femenina, sean ninfas que les hacen perder el rumbo en el bosque o harpías que provocan que se despeñen en la montaña.

Nada asusta tanto a un aldeano en Iaobahl como lo que domina su voluntad y le obliga a hacer lo que no quiere. Sus hombres del saco y cuentos de miedo rara vez incluyen violencia o desesperación (con eso saben convivir) sino espíritus que les poseen y controlan, demonios que les esclavizan.  

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07/03/2015, 04:59
Evaryan "Palabras Melosas"

—A Sadiki no le gustaba hablar de ello, así que nunca sacamos el tema, pero nuestra historia en común con Nikander se remonta a hace doce años.

El bardo había hablado de Nefaria y las tierras que la rodeaban desde que se pusieron en camino, sintiendo que su desorientada audiencia (Zz´pora incluído), apreciaría la labor de un guía. Parecía satisfecho y de buen humor, aunque al montar campamento, a la luz de una hoguera a las afueras de Nefaria, su tono se había vuelto más serio. Ahora hablaba con su amigo hombre lagarto pero sin molestarse por la cercanía de los otros. Sangre derramada les unía, aunque no fuera la propia.

—En 1360 Nikander tenía veinte años, yo apenas dieciocho e incluso Sadiki era jóven. Viajamos juntos durante siete años e hicimos mucho bien juntos, pero también descubrimos secretos oscuros. Nikander tenía un don para la magia... Aprendió demasiado, demasiado pronto, demasiado jóven. Nada bueno podía salir de ello.

Esto eran viejas noticias para Iseo. En Faerun, Nikander estaba muy lejos de destacar entre los magos más poderosos , pero en ciertos círculos se le conocía como uno de los más precoces que la historia documentaba. Apenas un adolescente ya había sido capaz de conjurar sin imperfecciones.

—Cuando tenía quince años conoció a una chica. Él dijo que se enamoró, amor no correspondido, pero creo que simplemente fue lujuria. Utilizó su magia para seducirla. Ni siquiera su juventud lo exime del pecado. Dijo arrepentirse y durante unos años ayudó a mucha gente, pero la mancha siempre estuvo en su alma y la obsesión no lo abandonó. Sadiki siempre lo supo y al final lo expulsó.

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08/03/2015, 20:31
Zz'pora

—¡Por el legendario Catoblepas del Pantano, Evaryan! No me puedo creer que no nos lo contarais antes —le recriminó Zz'pora—. Nikander marcó mi vida tanto como marcó las vuestras. ¡Tenía derecho a saber! Todos teníamos derecho. ¿Lo sabían los demás?

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13/03/2015, 21:30
Evaryan "Palabras Melosas"

Evaryan asintió avergonzado.

—No, solo Sadiki y yo. Ya lo sé, os lo debíamos, pero Sadiki prefería no hablarlo y nunca pensamos que fuera tan importante. Cuando decidimos ir tras él, Nikander no debía ser más que un matón más al que ajustar las cuentas. Un depravado al que hacer pagar sus crímenes como tantas veces habíamos hecho. Evidentemente lo subestimamos y después de lo que pasó...

Como cada vez que hacía referencia al suceso, Evaryan no pudo evitar que las palabras se trabaran en su garganta.

—Después de lo que pasó nos separamos. Es una explicación que te debíamos. Te debía. Mañana tengo que partir hacia el Oeste. Incluso si tus amigos y tú deciden ir a otra parte, no olvides preguntar por mí cuando vayas a la capital, Euforia. Sé que Dagan y Tzefarina están ahí. Será bueno volver a encontrarnos.

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13/03/2015, 23:51
Zz'pora

Zz'pora se levantó mientras Evaryan terminaba de hablar y cuando lo hizo, le cruzó la cara de un puñetazo. El hombre lagarto se hizo daño en la mano y la agitó en el aire, pero estaba seguro de que la mandíbula de Evaryan había recibido la peor parte.

—¡Lo dices como si no importara! ¡Murió gente inocente! ¡Nos manchamos las manos con su sangre, joder!

El Caballero de Chelimber se alejó a grandes zancadas de su antiguo compañero, pero se detuvo y le habló por encima del hombro.

—Ya apenas soy un hombre lagarto. Abandoné el pantano pese a la desaprobación de mis ancianos. Mi honor como guerrero es cosa del pasado; he perdido mi lugar entre ellos. Este sitio me ha quitado también la presencia de Shaundakhul —dijo sin esperar que el bardo entendiera esta última parte—. Y ya ni siquiera quiero ser uno de los Siete Honorables. No después deesta noche. Enhorabuena, Evaryan. Me has quitado la última brizna de identidad que me quedaba. Ya no me queda nada más que perder.

El hombre lagarto terminó por marcharse hacia una dirección aleatoria, en el bosque, para calmar sus ánimos en soledad. Como cuando, muchos años atrás, se perdió en el pantano de Chelimber tratando de encontrarse a si mismo.

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14/03/2015, 20:22
Evaryan "Palabras Melosas"

Aturdido por el puñetazo, Evaryan abrió la dolorida boca para articular una larga explicación que nunca llegó. Las palabras sonaban vacías en su cabeza, y Zz´pora desde luego no estaba interesado en escucharlas.

—Confié en Sadiki, como todos hicimos hasta hace no tanto.

Se levantó mientras el hombre lagarto se alejaba y añadió

—Ódiame si quieres, pero no castigues a los demás.

Obviamente se refería a los demás Honorables, aunque la palabra ya había perdido todo significado.

—Son tiempos oscuros...— dijo como para sí mientras se alejaba en la dirección contraria.

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16/03/2015, 21:46
Aleera

Aleera tenía ganas de meterle otro puñetazo a Evaryan y eso que no lo conocía. "Castigar a los demás", ¿no se le podría haber ocurrido una respuesta más absurda?

Se limitó a suspirar y fue a reclinarse hacia atrás cuando de pronto Garm se levantó y salió al trote ligero detrás de Zz'pora, cosa que hizo que la druida hiciera un molino con los brazos para no caerse de espaldas.

¿Pero qué... ?—protestó—. ¡Garm!

Soltó un gruñido de resignación mientras se ponía en pie y mostraba ambas palmas al resto en un gesto que pretendía transmitir normalidad.

Enseguida volvemos, no me sigais.

Los humanos no veían tres enun burro sin luz, además, estaba bastante segura que no era buena idea que nadie tratara de seguir a una druida por el bosque; salvo quizá si ese alguien era su propio compañero. Aleera no dejaba huellas pisara el terreno que pisara, cosa que hacía imposible el seguirla si se movía rápido.

Y en aquel momento le interesaba avanzar rápido. Siguió al lobo.

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16/03/2015, 21:54
Garm

Una sombra peluda surgió de alguna parte olfateando el suelo. Había tenido la picardía, o más bien el instinto, de no hacerlo cerca de Zz'pora para no sobresaltarlo y arriesgarse a llevarse un mandoblazo. Garm no acechaba, simplemente salió de unos arbustos a varios metros por detrás del hombre lagarto, a plena luz de luna y se detuvo un instante jadeando con la boca abierta y la lengua colgando hasta que se aseguró de que lo habían visto (y reconocido, a juzgar por la ausencia de desenvainos)

Fue entonces cuando se aproximó con toda la naturalidad del mundo hasta llegar al lado suyo y frotó la enorme cabeza contra el costado del hombre lagarto emitiendo un gañido interrogante. A todas luces su instinto le decía que algo iba mal y aquella debía ser su forma de investigar para intentar arreglarlo.

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16/03/2015, 22:08
Zz'pora

Zz'pora giró la cabeza, pero se detuvo instintivamente antes de hacer contacto ocular con Garm. Si algo había aprendido cuando se perdió en el Pantano de Chelimber era a respetar a los animales salvajes. Y la primera y fundamental muestra de respeto era no desafiarlos nunca mirándolos a los ojos. Sólo una agresión directa podía provocar de forma más directa el ataque de un animal. Que fuera el compañero de Aleera no implicaba que no dejara de mostrarle ese respeto primordial.

De modo que dejó que Garm se acercara a él. No se movió inmediatamente cuando el animal se frotó contra su costado, sino que dejó que pasaran unos momentos antes de acariciarle en la cruz. 

Su estado anímico era obvio para el animal. De modo que sobraban las palabras, y se mantuvo en silencio. Cuántas veces complicaban con palabras las llamadas razas 'inteligentes'.

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18/03/2015, 18:39
Aleera

¡Garm!—refunfuñó Aleera en voz baja, saliendo de ninguna parte de forma casi literal porque se las apañó para no hacer sonar las hojas pero venía de la misma dirección que el lobo—. Eres un cotilla.

Al localizar a Zz'pora, la druida se acercó soltando un borrascoso suspiro.

Lo siento—dijo—. Todo lo que tiene de enorme lo tiene de sentimental. O de metomentodo. Nunca me queda claro...

Puso los brazos en jarras como quien regaña a un niño travieso mirando a su compañero lupino, el cual se limitó a sentarse sobre los cuartos traseros y a ladear la cabeza como quien admite "Ni a mí".

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18/03/2015, 22:08
Zz'pora

Si hubiera tenido mejor humor, Zz'pora le hubiera contestado algo como "¿y tú? ¿eres una sentimental o una cotilla?". Pero no estaba en el mejor momento de ánimo, de modo que el hombre lagarto se encogió de hombros.

—Yo creo que le gusta el olor de la sangre humana.

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18/03/2015, 22:13
Aleera

Garm hizo algo parecido a una arcada y Aleera cambiño de jarras a brazos cruzados sin dejar de mirarlo.

—Ha dicho olor, no sabor.

El lobo repitió lo mismo y la elfa terminó por poner los ojos en blanco. Luego miró un instante a Zz'pora, por su puesto si hasta ella se daba cuenta de que el miembro más jocoso del grupo se sentía de todo menos jocoso era que la noche estaba siendo dura. No es que supuese gran cosa de los Siete Honorables quitando lo que el propio hombre lagarto había contado, pero sí sabía cómo dolía el zarpazo de la traición, y de cómo ver que aquellas personas que habías querido durante toda tu vida caían hechas pedazos bajo él.

Es como si algo se hubiese muerto dentro de ti pero tú siguieras vivo—masculló. Al siguiente segundo se dio cuenta de que había sido un pensamiento en voz alta y deseó que se la tragara la tierra, con lo que añadió con voz tensa:—. Es... decir, si sirve de algo, entiendo lo que es pasar por eso.

Se mordió la lengua mirando en silencio como, para variar, su compañero animal parecía tener más empatía que ella; Garm continuaba hociqueando la mano de Zz'pora. Y ella expresaba simpatías con la misma gracia que pudiera tener un troll para los bailes de salón.

Por la diosa, ¡por supuesto que no sirve de nada! Apenas te conozco—refunfuñó molesta consigo misma. Dio un par de zancadas y se sentó en una piedra cercana con un gruñido—. Estas cosas siempre se le han dado mejor a mi hermana.

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18/03/2015, 23:07
Zz'pora

Zz'pora guardó silencio, y durante unos momentos se limitó a acariciar al animal. Después levantó la cabeza lentamente.

—¿Y por qué no me presentas a tu hermana? —le preguntó con tono jocoso pese a la seriedad de su semblante.