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Torre en brumas

Torre en brumas

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12/06/2014, 21:28
Trixa

Trixa se dejó revolver el pelo por Zz'pora, otra persona se preguntaría dónde un hombre lagarto sin pelo había aprendido ese gesto tan humano, pero Trixa lo veía normal, aún así luego se ajustó la capucha de malla. Iban a entrar en un sitio peligroso.

—¿Usar la cabeza? Solo valdría para golpear a los malos, ¿Acaso quieres que haga como esos monjes que siempre acaban muertos? Kiaaaaa Fuuuuu —Trixa imitó muy mal los movimientos de un luchador desarmado —y luego Splorch, siempre splorch, eso les pasa por ir sin armas y armaduras.

Luego esperó que Iseo comprobara lo que fuera, y ante sus palabras, bajó del caballo, sacó una cuerda de las alforjas y se la acercó. Frotándola. —Toma, no está muy lustrada, pero nunca pensé que había que hacerlo. Es de buen esparto.

Ante las palabras del calvo adoptó el mismo tono santurrón. —Tymora enseña que no hay deshonor en morir por una causa, pero que sí hay muerte. Es mucho mejor vivir por una causa. O vivir simplemente. Imaginate que justo detrás hay un foso con estacas... No se que querrá hacer Iseo, pero me parece un buen plan, Calvo, Iseo es una mujer muy lista, sabe como tres idiomas y debe haber leído como diez libros.

Ante las miradas de los demás comentó con una sonrisa. —Ya habíamos vivido aventuras antes... bueno, más o menos.

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12/06/2014, 21:42
Zz'pora

Zz'pora soltó una risotada cuando Iseo le detuvo.

—Me sobreestimas Iseo. No es la temeridad la que habla, sino la más absoluta ignorancia, ¡ja! Que me arranquen las escamas una a una si pensaba encontrar alguien que le encontrara sentido a esto. Aguarda un momento, siervo de Ilmáter, y veamos qué tiene pensado la mujer del hermoso sombrero.

Mientras lo hacía, se dirigió a Trixa.

—¿Entonces os conocíais?

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12/06/2014, 23:09
Director

Iseo se acercó a las escaleras que acababan en la puerta roja y tocó el lugar donde debía haber estado el castillo. Nada. El edificio se había esfumado, de modo que la mujer pudo incluso pisar la tierra que ayer había estado bajo el castillo y asomarse para mirar el umbral rojizo desde otra perspectiva.

Ahí estaba esa extraña puerta, y lo único que podía decir Iseo con seguridad es que no se trataba de una ilusión. Toda la experimentación hablaba en contra de esta posibilidad.

- Tiradas (1)
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15/06/2014, 00:36
Iseo de Candelero

Iseo elevó una ceja, divertida.

—Lastrada, no lustrada.

Cogió una piedra del fundamento del castillo y la colocó a los pies de Trixa.

—Algunos objetos carecen del peso necesario para manipularlos como deseamos —explicó—. Los lastramos afirmándolos con otros objetos más pesados. Seguro que lo has visto en los hilos y las redes de pesca, pues de lo contrario flotarían en el agua.

»Ata la piedra a un extremo —pidió.

Se agachó a recoger otra piedra del suelo, esta más pequeña, y caminó hasta colocarse al otro lado de la puerta de luz.

—Nos conocimos hace menos de un año —respondió a Zz’pora—.Aunque no dijo que su trabajo como guía era un complemento a la vida de aventurera.

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15/06/2014, 10:10
Astrad

Astrad se mesó la perilla corta con la que se adornaba. Había calculado algo mucho menos impresionante que la evidente muestra de nada. No se le había ocurrido que también faltarían los sótanos y que se vería con tanta claridad el hueco que habían dejado en el suelo. Pensó en algo que habría hecho estallar una taberna en risotadas, en lo parecido que era aquello a un grano. Una cabeza blanca de nada asomando por encima de la piel, un apretón... ¡y nunca habrías imaginado que dentro de ti hubiese tanta porquería!

Sonrió para sí, más una mueca que una sonrisa de verdad. Para reír con ganas ya estaban sus compañeros de viaje, mucho más jóvenes y despreocupados. Todavía tenían mucho tiempo para cometer errores, y cómo se notaba. Parecían hambrientos de problemas, lanzándose a lo desconocido con una sonrisa. ¿Para qué pensar o reflexionar? Ah, si supieran lo mucho que le recordaban a sí mismo a los veinticinco... Incluso Iseo, que tan cerebral parecía, lograba reírse con apenas nada. Sí, se notaba mucho la juventud y la falta de lastre. Qué envidia le daban... qué envidia y qué ganas de proteger aquella inocencia suya. Si él no era capaz de sentir verdadera alegría por culpa de sus propios fantasmas, al menos podría intentar que otros lo hicieran... mientras fuesen jóvenes.

-Iseo, Trixa -dijo tras permanecer un rato callado-. Me gustaría ir yo primero, si puede ser. Confío en que la cuerda me mantendrá en este plano, pero, por si acaso... Después de todo soy el que menos tiene que perder. -Sonrió forzadamente para brindarse un coraje que no tenía. Pero, pensándolo bien, si a ellos le faltaba lastre, de seguro su peso le mantendría a salvo-. Venga, a mí esas cuerdas.

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15/06/2014, 13:57
Trixa

Trixa escuchó con atención las indicaciones de Iseo. Lastre. Otra palabra más. A veces pensaba que Iseo se las inventaba para abrumarla. Desde luego que si mañana hacía algo así, se lo creería a pies juntillas.

Con facilidad, la chica tenía brazos fuertes procedentes del trabajo duro, ató la cuerda al pedrusco con una doble vuelta y se lo tendió a Astrad, que quería ir primero.

—Todavía no era aventurera, Iseo, entonces trabajaba de rastreadora para pagarme un buen equipo de aventurera— era cierto, con Iseo había ido con una vieja armadura de cuero, unas pocas dagas y un arco roñoso. Pero eso ya había mejorado. Y la mayor prueba era lo bien que podía usar sus nuevas espadas cortas, lo mucho que cortaban y como habían entrado por el cuello del orco. Y la cota de metal fina y mucho más resistente que una armadura de cuero que llevaba como una camisa.

—Pero me apunto la palabra. ¡Lastre! Quisiera ser como tú, que sabes todas las palabras del mundo. Pero me temo que el espacio aquí—se señaló a su cabeza— es limitado. No debí comer tanta paja cuando era pequeña.

El tal Astrad parecía con ganas de morir. Y Trixa se sintió culpable por dejarle ir primero. Pero no tanto como para impedírselo. —No te preocupes, no perderás nada, si hay problemas, pega dos tirones y Trixa la Magnífica irá a rescatarte.

Je, eso estaba bien, un código, los aventureros usaban códigos y esas cosas. Aquello iba a salir genial.

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15/06/2014, 20:44
Xander

Se le hubiera convencido o no, lo cierto es que la tarea de preparar sus armas y armadura para el combate habían tomado al ilmaterino más tiempo del que se podría haber pensado.

Primero se había colocado a la espalda todo su equipo, preparándose para cualquier cosa al otro lado de esa puerta roja. A continuación se había enguantado con el guantelete derecho, una pesada pieza metálica armada con púas envuelta en un cordel rojo. Con la escasa movilidad que le permitía el metal de la mano derecha, procedió después a colocarse el guantelete izquierdo, que no estaba armado y sin embargo parecía aun más pesado que el otro.

La siguiente tarea del clérigo fue empuñar su mangual con la mano izquierda y afianzarlo mediante una presilla que mantenía su mano cerrada, pues se trataba de un guantelete de sujeción. Su mano torpe quedó, así, esclavizada al enorme mangual mientras llevaba de las riendas a su caballo hasta un lado del camino.

—Ilmater es el patrón de los que se sacrifican por otros. Te honra tu valor... Astrad— el sacerdote no usaba los nombres propios con frecuencia, pero con cierta dificultad parecía amoldarse a los usos de gentes tan raras, para él, como las que tenía delante.

 —No estarás solo en tu sacrificio. Nunca si un siervo de Ilmater puede evitarlo.

Y para recalcar su convicción subió dos de los amplios escalones de la puerta, con ruidosos pasos de metal contra piedra, y esperó por Astrad e Iseo.

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16/06/2014, 01:14
Iseo de Candelero

—Aguardad un momento —pidió la oghmita.

Esperaba que le hicieran caso con una simple explicación de lo que quería hacer. Salvo el ilmaterino. El hombre de la cabeza afeitada había dado sobradas muestras en esos minutos de ser un individuo harto extravagante en la materialización de sus creencias.

Iseo se asomó por los cimientos inexistentes, junto a las escaleras, y se dirigió al hombre, que aguardaba en el segundo escalón.

—Es cierto que el sacrificio por una causa justa es honorable —reconoció—. Sin embargo, si el sacrificio no sirve al provecho de los indefensos, solo sirve al del sacrificado. Algo que ocurrirá si adentrarte en esa puerta conduce a una muerte inevitable. Y, en ese caso, el sacrificio no es honorable. Es un ejercicio de orgullo y soberbia.

No esperó a la respuesta del ilmaterino. Era un hombre adulto y, a pesar de su extraño comportamiento, parecía en posesión de suficientes facultades mentales como para juzgar por sí mismo lo que debía hacer.

—Desconozco el funcionamiento de esa puerta —comenzó a explicar a los demás—. Trabajamos bajo la presunción de que, a diferencia de una puerta normal, no conecta espacios adyacentes, sino situados a distancia, quizás en otros planos de existencia. No sabemos si la puerta es bidireccional, es decir, si es posible regresar por ella. Y no sabemos lo que nos vamos a encontrar al otro lado.

»Si afianzamos el extremo libre de la cuerda aquí y arrojamos el lastrado a la puerta, podremos comprobar la primera incógnita —prosiguió—. Si la solución es positiva, al recuperar el cabo atado a la piedra es posible que podamos aprender algo sobre lo que se encuentra al otro lado.

Astrad también estaba dispuesto a lanzarse hacia el peligro sin la menor preparación ni duda. Nada que perder… No podía estar más en desacuerdo. Iseo era una de las pocas personas plenamente conscientes de lo que el sacerdote de Laira podía perder.

—Y Astrad, disiento —comentó al fin, lacónica—. Tienes mucho que perder.

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16/06/2014, 08:24
Zz'pora

—¡Ja! Una escolar que explica las cosas de modo que se entiendan. Y yo que creía que lo primero que os enseñaban en la escuela a hablar de modo que los no-escolares no os comprendieran —bromeó Zz'pora.

Hizo un gesto elocuente con una de sus garras.

—Pero aún tengo una duda. El castillo entero no cabe por esa... puerta dimensional. De modo que ha tenido que desaparecer porque una de las partes del edificio ha entrado en contacto con ella. ¿Como estás segura de que al enviar la cuerda lastrada a la puerta, no va a recorrerla la magia y enviarte de camino a donde sea que lleva eso?

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16/06/2014, 13:26
Trixa

Trixa se había perdido en cuanto Iseo había llegado a "adyacente" y "bidireccional", y ya llegando a "despejar" y a "la incógnita" pensaba que la mujer le estaba tomando el pelo. Pero trató de disimular ya que Zz'pora lo había comprendido.

¡Ah, joder! "echar la cuerda para ver que hay" ¡Ese era al plan! ¿Por qué tendrá que darle tantas vueltas?

Se le ocurrió una cosa para mejorar el plan, en base a lo que había dicho el hombre lagarto. —Podemos dejar la cuerda en el suelo sin sujetar y arrojar el pedrusco atado, a ver que pasa con la cuerda. Luego si no desaparece, ya tiramos.

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17/06/2014, 21:25
Astrad

Astrad escuchó todo lo que Iseo decía con atención. La joven era mucho más cerebral que él, muy del estilo de Elia, pero no tan irritante. Cierto era lo que decía sobre el sacrificio y lo que podría suponer echar primero una piedra, pero no estaba muy seguro de que lo que le decía a él fuese verdad. Sin embargo, el hecho de que lo hiciera le hizo pensar. Iseo le miraba con cierto resentimiento desde que se habían encontrado y sabía que lo merecía. Quizá, después de todo, no le deseara tanto mal como pensaba que hacía.

-Trixa tiene razón. Probemos primero si le pasa algo a la cuerda, tiremos para ver lo que hay al otro lado... y cuando sepamos si es peligroso o no, yo iré delante.

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17/06/2014, 22:12
Director

Bajo la impaciente pero resignada mirada del clérigo de Ilmater, Iseo preparó la cuerda para su experimento. En honor a la verdad, solo le tomó un momento fijar un extremo a una roca del suelo y el otro a una piedra más pequeña, que inmediatamente lanzó hacia el umbral resplandeciente.

La piedra atravesó la luz roja, despareciendo junto a un trozo de cuerda, y eso fue todo. El sonido de la piedra caer al suelo no cruzó la magia del portal, pero Iseo no esperaba que lo hiciera. La soga no estaba tensa, sino simplemente tirada en los escalones. Ahora unía la roca con el portal mágico. Cualquier cosa más allá de la pantalla escarlata era imposible de ver.

Tirar de la cuerda no provocó efecto. Era imposible sacar la piedra. El fragmento que había atravesado el portal estaba atrapado ahí y ni la fuerza de los cinco caballos cambiaría eso. Introducir un poco más la soga era sencillo pero irreversible: lo que entraba no salía.

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18/06/2014, 21:13
Iseo de Candelero

Iseo soltó la cuerda. No era necesario tirar de ella con la fuerza de un gigante para comprender que las hebras de la soga se desgarrarían antes que la puerta luminosa permitiera que el extremo que la había atravesado regresara.

—Es posible que no haya vuelta atrás —anunció, aunque esperaba que todos se hubieran dado cuenta de lo que suponía el resultado del sencillo experimento—. Probable, más bien. Al menos, podemos descartar que al otro lado no hay un foso con estacas. Pero no que el castillo, si es lo que está al otro lado, no sea pasto de las llamas, o se encuentre en el fondo del océano.

Soltó la cuerda de la roca a la que la había afianzado y ató en ese mismo extremo una rama suelta. Cuando la lanzó al otro lado de la puerta, el resultado fue el mismo. El cabo permaneció en el suelo, sin tensión.

—Aunque si se encuentra en el fondo del océano, no está inundado todavía.

Se apartó un momento, mientras los demás decidían qué hacer, aunque no dudaba de que fueran a entrar de todos modos. Incluso ella iba a hacerlo. No para ayudar a las víctimas, si es que necesitaban ayuda. La razón era que no podía ignorar un despliegue mágico como aquel. Era necesario estudiarlo, comprenderlo y registrarlo. Más necesario que cumplir con el trabajo que le había encargado Saphida.

Dudaba sinceramente que, fuera cual fuere el lugar en el que se encontraba ahora el castillo, pudieran regresar a la Costa de la Espada directamente. Si eran afortunados, estaría simplemente en otro lugar de Faerun, y bastaría con viajar de vuelta. Pero confiar en la fortuna era para los seguidores de Tymora, no para ella.

Abrió el libro que colgaba de la correa alrededor de su cintura. Sacó la pluma y el tintero de su bandolera y empezó a escribir con una velocidad perfeccionada en años de práctica. Solo medio minuto después, rasgó la página del libro, la cerró en dos dobleces y la selló con un pegote de cera, que marcó con el sello de su anillo.

—Disculpadme un instante. Tengo que dejar algunas instrucciones a mi asistente.

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18/06/2014, 21:23
Director

Mientras los demás terminaban de entender las implicaciones del experimento y la explicación de Iseo, ella y la chica joven que parecía hacer de su criada se alejaron unos pasos para hablar en voz muy baja.

La cuerda seguía ahí tirada y no iba a ir a ninguna parte. Era testimonio de un viaje probablemente sin retorno.

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18/06/2014, 21:31
Iseo de Candelero

La nota era breve:

“[Nombre del líder del templo de Oghma en Puerta de Baldur]

Soy Iseo de Candelero, como bien sabéis, sirviente del Señor del Conocimiento. La poseedora de esta carta es mi asistente, Merry, a quien también conoces. Me encuentro inmersa en una búsqueda de incierto resultado. Ruego le concedáis cobijo durante mi ausencia y, si hubiera transcurrido una dekhana sin noticias de mi persona, le encontrarais una ocupación en el templo”.

Iseo entregó la carta sellada a la joven Merry.

—Confío en que podremos solucionar lo que ha ocurrido con brevedad —mintió—, pero es posible que aparezcamos en la otra punta del mundo, y tardemos meses en volver. Si hubiera peligro al otro lado, no estoy segura de ser capaz de protegerte, así que prefiero que esperes a salvo. Esto es para los sacerdotes del Templo del Pergamino Desenrollado, en Puerta de Baldur. Pasa esta noche en Elturel, en la posada que te dije, y si no he llegado durante la noche, sal con una de las caravanas que se dirijan a Puerta.

La oghmita entregó a la adolescente un saquillo de monedas, de oro plata y cobre, por un valor total de una diez piezas de oro.

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18/06/2014, 21:34
Merry

—Pero mi señora...— susurró Merry en respuesta. La escolar sabía bien que la chica no era de las que aceptaba órdenes sin decir lo que pensaba al respecto. Iseo la valoraba aun más por eso.

—No puede entrar ahí, y mucho menos sin mí. Hace mucho que no está sola y atravesar el portal con esos guerreros y aventureros que no conoce... Me necesitará. Por favor, olvídelo, deje que ellos se encarguen, pero si tiene que ir lléveme consigo.

Con la nota en la mano, la chica miró esperanzada a su señora, maestra y también amiga, confidente. Conocía bien a Iseo como para seguir hablando, pero no podía dejarla desaparecer sin más.

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18/06/2014, 23:53
Zz'pora

—Vamos, que no hemos sacado nada en claro —resumió Zz'pora—. ¡Ja ja ja! No te preocupes, Iseo. Yo creo que el mago más sabio de Faerûn tampoco podría.

El hombre lagarto flexionó los músculos de los hombros.

—No te preocupes, el castillo seguirá no-estando mientras hablas con la chiquilla.

Dirigió una mirada intrigada a Trixa.

—Entonces... ¿estamos haciendo esto de verdad? —le preguntó.

Quería estar seguro de lo que la muchacha pensaba. Zz'pora no era ningún cobarde. De hecho, a una parte de él no le importaría morir honorablemente después de lo que había sucedido. Y sin embargo no estaba él solo. Una cosa era autoinmolarse en un intento de redención, y otra muy distinta si había más gente de por medio. Cuando luchaba por otra gente siempre era distinto.

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19/06/2014, 02:52
Iseo de Candelero

Iseo sonrió con amargura.

—¿Quieres que ignore esto? —señaló al espacio vacío donde no hace mucho estuvo el castillo, como si fuera evidente a lo que se refería—. ¿Qué clase de sirviente del Señor del Conocimiento sería si huyera de lo insólito y lo extraordinario? No, tengo que entrar. Quiero comprobar qué ha ocurrido por mí misma.

Era el mismo tipo de egoísmo con el que había calificado al sacrificio del siervo de Ilmáter. Juzgar las propias acciones era, sin embargo, un empeño inmensamente más difícil que juzgar las ajenas.

—Entiendo que no quieres quedarte atrás y sentirte impotente mientras me encuentro en paradero desconocido. Pero todavía eres demasiado joven. No tienes nada que aportar a la empresa, y todo que perder.

Con frecuencia se sorprendía tratando a Merry con despotismo o crueldad. Era una consecuencia de su falta de experiencia con relaciones como la que tenía con la muchacha. Iseo estaba habituada a codearse con iguales, e incluso con superiores. Lo hacía con confianza y seguridad. No tanto a tener a otros a su cargo. Ya se había equivocado con Darra, con graves consecuencias, y no iba a repetir sus errores con la joven huérfana, aunque se granjeara su desdén.

—El señor del castillo es un mago. Mi hipótesis preliminar es que se trata de un experimento descontrolado. Lo resolveremos rapidamente y no tendrás tiempo de disfrutar de la independencia.

No solo era un intento de infravalorar la complejidad y peligrosidad de la tarea. Era realmente lo que esperaba, aunque no se sorprendería si la realidad era diferente.

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19/06/2014, 05:07
Merry

Merry bajó la mirada al suelo en un asentimiento muy breve.

—Sí, señora— respondió con la voz de quien acepta una orden sabiendo conservar su lugar.

En todo caso la última frase le devolvió la sonrisa, esa sonrisa sin la cual era difícil reconocerla. Apretando cuidadosamente la nota doblada junto a su pecho retrocedió dos pasos y le dedicó a Iseo su mirada más tierna.

—Hasta pronto entonces, señora. Tenga mucho cuidado.

- Tiradas (1)
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19/06/2014, 11:59
Trixa

Trixa se encontraba muy nerviosa, tenía pájaros en el estómago. Pero por fin tenía delante de ella una aventura, aquello a lo que debía la vida ¿No?.

Respondió a Zz'pora —¿Un viaje a la aventura? Parece hecho para nosotros. Y seguro que hay riquezas o algo ahí detrás. 

La joven observó la situación, no iba a dejar al hombre triste ese, a Astrad, pasar primero. Ella no tenía literalmente nada que perder.

—De todas maneras... si no tiro de la cuerda, no paséis— comentó en cuanto Iseo hubo acabado de comentar con Merry.

Notas de juego

En cuanto Iseo vuelva de hablar con Merry, Trixa pasa.