Partida Rol por web

La elfa de sangre pasea un rato por la ciudad, notando la entrada y salida de muchos goblins a su alrededor. Después de preguntar se entera que en el exterior hay un barco encallado que no ha llegado a su destino —bahía Botín— y que ahora se encuentra agonizando en costas orcas.

Seguramente por la prisa no se había dado cuenta de esto cuando entró a la ciudad, pero ahora que se halla más tranquila es ineludible de ver, además nota la movilización de batallones orcos que salen de la ciudad.

Decide que es buen momento para regresar a Lunargenta. En el regreso encuentra tres menas de cobre, ¡Más aceptable que en la ida!

Cuando llegaron a trinquete el sol ya se había puesto. Aunque los goblins al mando de Gazapito se hallaban exhaustos la promesa de disfrutar en la taberna les hizo apresurar el paso. Una vez cerca los olores de la comida se hicieron notar, además del humo que salían de las chimeneas que anunciaban una noche confortante para su gente.

Una vez en la taberna Gazapito ordenó que hicieran turnos para vigilar el equipo, el resto se dedica a beber y comer, pues por el poco tiempo muchos no pudieron probar bocado en todo el día.

Inomagata se despide de los antiguos jefes con pega. Eran tan poderosos que pocos eran tan osados, que ni mirarles siquiera se atrevían, por miedo a represalias. Era una pena. Pagaban lo justo, pero daban de comer y trataban bien. Era un trabajo fácil, pero a ella le escocía entre los dedos el ansia de encontrarse atascada en una isla así. De esta manera jamás encontraría a su hermano. Era una pena por perder el puesto y el sueldo, pero por lo menos su alma no padecía, ya que era libre de emprender una búsqueda.

- Una búsqueda. Eso le había dado una idea. Muchos de los artesanos de Lunargenta necesitaban materiales para sus creaciones, y en ocasiones contrataban gente, fuera para ir a buscarlos, o para que les escoltasen en esas pesquisas. No dudó. Usó el mismo sistema para regresar a la ciudad. Además, una pizca de alegría empezaba a destellar en sus ojos conforme se acercaba más y más. Podría ir, podría empezar.

Sin darse cuenta de que su prima se encontraba allí, se giró de improviso. Reconocía la voz que le hablaba, aunque hacía mucho que no se habían visto. Abrió los brazos y como si abrazase un premio, recibió en ellos a Elawen. Era un presagio. No había iniciado su búsqueda y ya había encontrado a alguien de su sangre, y no de la raza, sino directa de sangre. - Seguro que te encontraré hermano. Pensó para si.

Debería buscar a Gazlowe, pero nos merecemos un buen descanso. Además una taberna es tan buen lugar como otro para preguntar. Se acercó al grupo de gente que estaba jugando. ¿A qué jugáis? ¿aceptáis a jugadores novatos?  puso su cara de goblin bueno y sonrió inocentemente o lo que él entendía por inocente.

Y decidme ¿alguien conoce a un tal Gazlowe? Me han mandado aquí a hablar con él y me gustaría encontrarlo cuanto antes, bueno cuando hayamos acabado de jugar claro.

Gazapito decide descansar con su tropa. Una vez dentro de la taberna mira una mesa de juego, a él que le interesa mucho el juego de cartas de les une. Pide una bebida alcohólica y pide una mano para jugar.  

Gazapito nota que los jugadores conocen la zona, pero por ser un forastero no desean hablar mucho, será mejor que primero se gane un poco de confianza para sacar información.  

No había sido una gran mano pero que se le iba a ser.Unas veces se gana y otras se pierde, lo importante es sacar algo incluso cuando se pierde. 

Decidme ¿cómo puede un extranjero divertirse en este lugar? Ya sabéis, alcohol, juego, goblins hembras,... sonrió y pagó sus deudas echemos otra partida. Aún tengo información que sacaros. Seguro que podía conseguir información sobre Gazlowe sin perder dinero pero si quería información sobre los bajos fondos y quien los dirigía tenía que ganarse la confianza de los nativos.

El abrazo de Ino fue reconfortante, la verdad lo necesitaba –Hola prima te ves muy bien, ¿estas lista para una nueva aventura?- doy espacio a su respuesta mientras, me quedo pensativa recordando la caminata que tenían los orcos hacia el lugar donde estaba el barco encallado. -A propósito, ¿sabes algo acerca del barco encallado que se dirigía a Bahía Botín?-

Gazapito no tiene mucha suerte en el primer juego, nota que los jugadores de la mesa de juego no son muy honestos al jugar, pero no dice nada con tal de intentar ganar su confianza.

Uno de los goblins le dice

—Aquí el hidro ron es lo mejor, deberías probarlo.

Mientras dice eso el ganador responde

—Ea, si buscas diversión yo te puedo conseguir una goblin que sabe amar toda la noche por unas cuantas monedas…

Gazapito percibe que uno de los goblins que se quedó callado en la mesa es corredor de apuestas de peleas clandestinas de murlocs. A Gazapito no le sería difícil decir indirectas que el corredor y él solo pudieran entender para que le diera la dirección para llegar.

Inomagata sabe de los desajustes del clima, le tocó ver en carne propia olas que medían muchos metros de distancia. Sospecha que el lugar en el que estuvo puede estar relacionado con el cambio de clima, aunque no sabe de qué manera.

La tropa que está al mando del general Viridiel se está alistando para el transporte de las armas. Los ingenieros han construido unos carros de magia que flotan, lo cual hace muy fácil el transporte del material, sin embargo siempre es necesario hacer guarda de cosas tan valiosas.    

No tenía que ser muy listo para saber que le hacían trampa. Se encogió de hombros.

Camarera, pon una ronda por aquí. Yo invito a mis nuevos amigos sonrió picaramente a la camarera Sigamos jugando. ¿alguno sabe donde puedo encontrar a mi amigo Gazlowe? 

Si no saco nada pronto tendré que buscar otra fuente de información. Quizá la goblin. Si no llevara el cargamento me arriesgaría con las peleas, tal vez una vez que haya terminado con Gazlowe.

Todos reciben de buena gana la bebida que les ofrece Gazapito, excepto un goblin, el mismo que ganó la última vez todo el dinero. Al momento que todos giran para recibir la bebida él cambia una de sus cartas para obtener una mejor mano. Su habilidad para tal maniobra le hace casi ganar, pero es el otro goblin quien aprovechó esos instantes mejor que Gazapito.

—Gazlowe, ese viejo loco, su única diversión es hacer volar las cosas en miles de pedacitos. Si gustas te lo puedo presentar, pero espero que tengas dinero para un regalo, últimamente no recibe visitas de nadie, con una buena pólvora puede ser que se preste a conocerte. ¿para qué lo buscas chico?

—Sí, el viejo ya no se ha comportado de la misma manera de un tiempo para acá, se ha deprimido bastante desde que perdió la mina ante aquellos cerdos peludos —comenta otro goblin.

—yo sé en dónde conseguir un poco de pólvora, sería una aventura excitante —dice el último.

Una sonrisa invadió el rostro de Gazapito. Un poco de acción es justo lo que iba necesitando. Los negocios eran lo primero, claro, pero en este caso la acción y los negocios eran lo mismo. 

Supongo que será divertido, vamos a por esa pólvora. Divirtámos de verdad.

Esperó a que el que había dicho lo de la pólvora se levantara y fue junto a los suyos. Vosotros os quedáis guardando el cargamento. Tras lo cual siguió al goblin hacia el fuerte 

Tres goblins le acompañan a Gazapito, todos van armados, saben que si las cosas se ponen duras tendrán que usar el hierro para salvar la piel verde.

No tardan mucho a llegar a la fortaleza humana. Por la hora es natural que la puerta se encuentre recogida, sin embargo, uno de ellos conoce una entrada, pues a pesar que la fortaleza se encuentra amurallada conoce una pequeña zona que conecta con el puerto que usan para cargar y descargar mercancías de los barcos que llegan cargados con suministros.  

Las horas pasaban tranquilamente en la tienda donde el enorme tauren realizaba sus ungüentos alquímicos a base de raíces y plantas. Aunque sin prisa, Koren  no perdía un segundo en  mezclar dichos ingredientes para ayudar a los animales enfermos.

Casi al tiempo que  la poción terminaba su ebullición, un grupo de orcos llegaba al campamento. Tras los saludos pertinentes, este recién llegado grupo anunció que venia  a prestar ayuda con los lagartos trueno. Esto alegró  al joven tauren, sobre todo, las palabras del  orco quien hablaba; el cual   apoyaba la  idea de salvarlos.

Uno de los ancianos tauren requirió la presencia de Koren, murmuró algunas palabras relacionadas con el brebaje que había estando preparando el  muchacho en su tienda; y en seguida, Koren  marchó en su busca.

Apenas un suspiro, el joven tauren regresaba con  varios frascos que, con cierto tacto y cariño; entregó a los orcos al tiempo que explicaba como usarlo:

- Mirad, debéis aseguraros que los lagartos de trueno se encuentren primero cómodos con vuestra presencia, una vez que tengáis la confianza del animal pinchadlo con algún material filoso que esté bañado en esta solución, a los pocos momentos el animal se sentirá mejor.-

Tras esta breve intervención, Koren observó como  los orcos montaban en sus huargos dispuestos a cumplir su misión. El enorme tauren, se acercó al oroc que había mostrado una comunión con los ideales tauren y, sacando una diminuta semilla de su morral se la ofreció en señal de amistad.

- Owachi, orco, que  la madre tierra guie tus pasos.-

Mientras el sol surcaba lentamente la mañana, Koren observó como los huargos se dirigían con feroces  zancadas a su destino. Una  mueca de satisfacción  surcó por la faz del joven tauren, al tiempo que tornaba a sus ungüentos.

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Mientras seguía enfrascado en sus mezclas, Koren no podía  apartar el pensamiento del grupo de orcos ni en su  cometido. Algo dentro de el le incitaba a prestar ayuda a sus hermanos animales. Sin pensarlo mucho mas; recogió media docena de frascos en su morral,  unos cuantos dardos para  usarlos de instrumento  medicinal  ,  y su fiel cayado en su mano ,que le ayudó a dar el primer paso.

Saludó a sus congéneres,  hizo una leve reverencia al venerable  anciano que le había hablado  en la llegada de los orcos y salió de Mulgore con paso firme.

Estaba claro, que su prima era mucho más robusta y fuerte que ella. Al fin y al cabo, era una guerrera, mientras que Ino había intentado ser una curandera con "cáscara". De todas maneras, algo había aprendido, y no solo de luchar, sino de moverse y viajar. Cosa que le empezaba a gustar. Pasar por lugares, visitar sitios ... y en más de una ocasión, traerse un recuerdo de allí.

¡¿Cómo no?! Fue la alegre respuesta afirmativa a la pregunta. Viajar. Y aclaro. Bueno, antes tengo que ir a informar de por donde tenemos intenciones de ir, pero no nos pondrán pega alguna. Además, se están propiciando las misiones de recuperación, y siempre podemos decir que vamos a buscar a Rongar ... y se apenó por un instante ... o lo que quede de él.

Separó a Elawen con un movimiento brusco de ambas manos, pero sin soltarla. Parecía que se había enfurecido, pero era el carácter que se le queda a uno cuando sufre un susto ... "sustancial". ¡¿Que si se algo?! Rió libre y ruidosamente, mientras la soltaba con su agradable tacto habitual. Incluso la pregunta parecía como si contestase a una broma ya conocida. Navegaba en él. Y levantó el brazo para enseñar el pomo de su arma. Tras eso ordenó: - ¡Mira!, se me ha oxidado la junta del pomo y la empuñadura un poco. Levantó la empuñadura el arma sin desenvainarla del todo. Señaló una fina línea marrón, que era casi imperceptible si no se sabía que buscar y donde mirar. La voz quedó como apagada, como de alguien que se ha percatado de su error y está avergonzada: - Tendré que dejarla en manos de un herrero y que la deje bien antes de que eso sea peor o vaya a mayores. Uno de sus compañeros en el último trabajo le llegó a comentar una burla:

Eso es por la falta de uso ... como todo.

El "simpático" dicharachero, era un bocazas pero no siempre había que meterle un calcetín sucio entre los dientes, hacía días que le había estado tirando los trastos. Sus intenciones era más que claras, pero la paladín no tenía intención alguna con él. Realmente lo aborrecía, y eso que era buena persona, pero lo aborrecía. Dejado, se hacía el graciosillo con comentarios continuamente, le tiraba los trastos y por si no fuera suficiente, lo conocía de muchos años atrás. Vamos, un plasta con solera. A pesar de todo ello, por vergüenza más que otra cosa, no le confesó todo aquello a la que sería su compañera de aventuras.

Llegar hasta la fortaleza fue fácil y se sentía como un héroe de las historias que cuentan en las tabernas rodeado de sus tres secuaces. Olfateó el aire. Olía a humano. Era un olor tan... desagradable. 

Por supuesto no esperaba una carga frontal pero cuando el goblin le dijo que había que mojarse lo maldijo en su interior. ¿Es que le parezco un pez? En fin, ya que estamos aquí lo haré. Antes de meterse en el agua intentó colocar sus útiles de manera que se mojaran lo menos posible. Se aseguro que su estoque salía sin dificultad de su funda devolviéndolo a ella y se metió en el agua.

No era un buen nadador y se quedó algo rezagado. No era un problema ya que no era el guía. Trató de nadar lo más cerca posible de los barcos para evitar que los vigías pudieran verlo. Tragó agua un par de veces y la escupió junto a un montón de maldiciones. Nadando despacio para no hacer ruido llegaron a la zona de carga y descarga. 

Lo primero que le llamó la atención fue un resplandor. Al momento comprendió que eran antorchas. Si eran los guardias tenían que desaparecer rápido antes de que los descubrieran. Tenían que ser los guardias ¿qué otra posibilidad cabía? Miró a sus acompañantes

Mejor movernos, coger la pólvora y desaparecer.

Aquel druida tenía ganas de experimentar un poco de aventura en sus huesos, después de preparar un buen tanto de ungüento curativo decidió apoyar a los orcos en la avanzada. Sus pasos retumbaban como el sonido de un tambor, que anuncia la llegada de refuerzos. 

De súbito el camino de Koren es cortado por un lagarto de trueno, ahora no le queda otra opción que probar su valentía.

Touch AC 14.

Hp 7/7

Más al norte de la entrada, Kalthar continua con el intento de acercarse a la bestia. El lagarto se ha portado tan agresivo que no le permite ningún margen de ventaja.

Touch AC 12.

Hp 7/7