Partida Rol por web

Por suerte para los goblins unas cajas los cubren de ser descubiertos en aquella planicie. Saben que no están solos, unas antorchas dejan en claro que hay humanos en cercanía. Siguen el camino hecho por las cajas, una abertura les permite ver la zona con claridad:

A la izquierda se halla erguida una carpa, saben que quizás se encuentre gente adentro. Frente suyo pueden ver una gran cantidad de cajas. Pronto descubren que del lugar que proviene la luz se encuentra un fusilero con un gato montés haciéndole compañía.

Todos tiran a matar.

El agradable olor de los pastos acariciaba  al joven druida, que; al poco de caminar por los senderos de las afueras de Mulgore; avistó al grupo de orcos a los que había  suministrado el ungüento para  los lagarto trueno.

Levantó una mano a modo de saludo ,pero pronto se percató de que   los orcos estaban ocupados calmando a los lagartos y así  suministrarle la medicina. Tan ocupados como el mismo, ya que uno de aquellos pesados  reptiles se había percatado de la presencia del joven tauren y  bufaba enervado.

Koren dejó caer su cayado y levantó las manos  apaciguando  al lagarto, al tiempo que se deslizaba lentamente para acercarse al animal. El lagarto no apartaba la vista del enorme joven, mas resoplaba expectante.

- Awak, hermano...La madre de todos me envía..- Awak...- susurró el tauren mostrándose tranquilo  y pacifico, al tiempo que se acercaba al enorme lagarto trueno.

Quizás por  desconfianza por parte del enorme lagarto o por ser demasiado impetuoso; Koren no pudo acercarse lo suficiente para  suministrar el ungüento.

El lagarto seguia enfurecido y no me dejaba acercarme. No parecia ser muy util ir calmado y tratar de apaciguarlo, por lo que intenté cambiar de tactica. Me puse firme y sereno, y traté de irradiar confianza acercandome a él. Pero el lagarto no parecia por la labor... Se estaba resistiendo demasiado. Aun asi no pensaba darme por vencido. 

Me daba mucha alegría que Ino estuviera con todas las energías para emprender el viaje, aunque su rostro notaba algo de preocupación –Esperemos que sí, estoy muy segura de que lo encontraremos Ino-

Por un instante me sorprende el movimiento y me quede estupefacta, hasta que la risa de Ino rompe la tensión respondiendo afirmativamente a la pregunta sobre el incidente. -Pues entonces no se diga más, ¿qué hay que hacer en que puedo ayudar?- Observa el pomo del arma que le enseña su prima, al parecer tiene que ser restaurada con prontitud, ya que la salinidad del mar puede corroer más rápido que el ácido de un reptil horroroso. –No te preocupes por eso, si me lo permites yo puedo hacer algo por tu armamento y armadura, no será el trabajo de los Dioses pero haré lo que más se hacer-

De momento esperaba a lo que decidiera Inomagata antes de comenzar nuestra aventura, o lo que para mí representaba una aventura, algo de conocimientos y entrenamiento.

Nos habían descubierto. Habría que presentar batalla. Gazapito sacó su estoque e intentó golpear al fusilero. Con las prisas no fue capaz de acertar.

¡Maldita sea, no te muevas! 

- Pues vamos. Contestó con prontitud y energía. Tomaba la noticia del viaje juntas como un presgio de una misión que tendría que haberse cumplido mucho tiempo atrás. Hizo un gesto de afirmación y descolgó su arma. Con toda la ceremonia se la entregó y le dijo. - Sólo tengo que ir y presentarme al Maestre de la Orden. En cuanto el comendador o alguno de los administradores tome nota de donde vamos quedará todo listo ... si no pasa nada raro ... pues no más de media hora.

El resto estaba todo bien. - Por el resto no padezcas, es todo nuevo. Le guiñó un ojo de la forma más intima y confidencial que pudo. - Me lo dieron todo en el último trabajo. Miró a las manos de la compañera, con pena, porque parecía una dejada, al tener su espada en ese estado. Y aclaró: - Bueno, todo menos eso. Y señaló la mella del óxido.

Se despidió con un nuevo abrazo y el susurro de: - Nos vemos en donde tú digas. Lo dijo por lo bajo, para que nadie más les escuchase. No quería que hubieras interferencias, que nos demorásemos con tristes y apesadumbradas despedidas, ni tampoco que hubiera nadie que supiera de sus pasos para que no les pusieran ... "zancadillas".

El Lagarto trueno mira a Koren, en ese instante el joven druida entiende el dolor de la bestia, ve en sus ojos indicios de envenenamiento demoniaco. —Quizás alguien haya causado la locura de las bestias, esta agresividad no es normal en ellas.

El lagarto no ataca a Koren, pero tampoco permite que se acerque más.

El orco sigue intentando acercase, sin embargo mantiene su distancia, la bestia lo amenaza constantemente, aunque aún no se ha decidido a hacerle daño. El tiempo que han pasado juntos ha reducido un poco la ansiedad del lagarto.

La flecha perdida de Gazapito despierta a la bestia que acompañaba al fusilero. Todos se deciden ahora por atacar cuerpo a cuerpo. Pronto se ven dos puñales clavados en el cuerpo del fusilero. La herida no lo ha matado, aunque se encuentra herido de gravedad.

Tras fallar el disparo y ver que sus compañeros Hanoi dejado herido de gravedad al fusilero se lanza a por el gato. De nuevo falla el ataque. Estoy oxidado, menos mal que he venido acompañado. 

Acabad rápido con ellos.

El general Viridiel saluda alegremente a Inomagata. —Me alegra de ver soldados de Quel’ Thalas, la importancia de esta caravana es crucial para nosotros en este momento. He mandado avanzadas que aseguren el camino hasta la ciudad de Claros de Tirisfal, sin embargo debemos estar preparados para cualquier intento de ataque. —al terminar se volvea a Elawen y le dice— Por suerte la carta que entregaste en Durotar hará nuestro camino más fácil, si las cosas se complican los renegados ya estarán avisados.

Viridiel le entrega a Elawen una pócima, ella identifica el objeto claramente. Ese tipo de artilugios son usados cuando se necesita dar a tropas aliadas la posición en que se necesita apoyo.

—Partiremos esta tarde, todos los preparativos están hechos.

El fusilero intenta atacar, pero uno de los goblins reacciona más rápido y le da una segunda estocada que lo mata en definitiva. El otro goblin se apresura y entierra su daga en el gato, quien estaba a punto de atacar a Gazapito.

En la fortaleza nadie se ha dado cuenta del ataque, la suerte está en favor de los bandidos, pues lograron derribar al fusilero sin que disparara su arma.

Había que acabar rápido con aquella situación antes de que llamara la atención. Alargó el estoque hacia el gato y estaba vez si acertó y estaba seguro de haberle hecho bastante daño. Tuvo que ahogar un grito de júbilo para no alarmar al resto de guardias.

Gazapito le clava su rapier en el lomo del animal, este hace unos quejidos, pero no puede avanzar, pues en caso de hacerlo el arma se hundiría más.

El resto de goblins termina el trabajo, el animal cae al suelo. Se escucha a uno decir —quitad sus sucias manos del pelaje, éste será mi botín de guerra. Todos asienten de mala gana y ocupan sus manos en abrir silenciosamente las cajas para averiguar qué han llevado como suministro al fuerte.

Todos encuentran algo interesante para robar. Cuando el ansia del grupo por un botín digno fue saciado y estaban a punto de partir, Gazapito entro en cuenta que necesitaría una manera de transportar la pólvora sin que se mojara.

Inomagata, por andar ansiosa por presentarse sin su arma, esperaba que su prima pudiera entregarle pronto aquella. Igual para ella era algo sencillo, pero para alguien que se dedicaba a combatir, sin su principal equipamiento, no podría más que ser un espectador o entorpecer el combate del enemigo de alguna manera.

Sentia como la bestia, apesar de no permitirme acercarme, estaba ligeramente mas relajada, tal vez se estaba acostumbrando a mi presencia. Era posible que al cabo de un buen rato de estar cerca podria acercarme. No sabia si disponia de tanto tiempo. Eché la vista atras, y vi como mis compañeros orcos estaban impacientes por entrar en combate. 

Repasé mis conjuros a ver si tenia alguno que pudiese ayudarme, pero por el momento no se me ocurria nada. Seria una especie de lucha de desgaste entre el lagarto y yo. 

Miró a todos lados buscando algo que llevarse a los bolsillos él también cuando se percató que si iban volver por donde habían venido la pólvora se mojaría. 

 Eh, ayudadme a buscar algo impermeable seguramente no sepan lo que significa impermeable necesito algo donde meter la pólvora y que no se moje.

Aquellos goblins ya tenían su botín por lo que era posible que si tardaba mucho lo abandonaran. Aún así se tomó su tiempo en buscar una bolsa impermeable o alguna cajita hermética, tal vez un jarrón grande o botellas de cristal.

Venga buscad, os invitaré a cerveza cuando regresemos.

Me alegra que mi misión haya dado sus frutos, a pesar de que era algo muy sencillo y cualquiera podía hacerlo, pero me sentía que era algo con lo que se comenzaba una buena aventura. –Me alegra que hay sido de ayuda General Viridiel- me pongo firme y luego tomo postura relajada nuevamente.

El General me entrega una poción, esto quizá nos sirva de mucho cuando estemos en problemas, y quizá lo estemos, ya que un imprevisto como el que está sucediendo en estos instantes, puede llamar la atención de cualquier grupo de bandidos, e intentar realizar un saqueo o algo por el estilo.

-Ino, y ahora acompáñame para tratar tu preciado objeto, necesito de un poco de tiempo, no será mucho, pero debo hacerlo en un lugar tranquilo-

Por cierto máster, ¿qué debo hacer para la reparación menor en el arma de Inomagata, qué debo tirar?