Partida Rol por web

Sigo al muerto mientras le escucho lo que dice y tomo notas. Murcielagos, odio a los murcielagos.

Su collar debe de ser magico, por como brilla, Le sigo mientras se va alejando, espero que los demas no tengan ningun problema por que esto me parece una jodida trampa

El confuso bárbaro sale del hechizo de oscuridad malherido y con una mirada asesina en sus ojos, desgraciadamente para él su paso por el hechizo le ha confundido, por lo que queda a merced de Alek y Evadne, aunque desaprovechan el momento, Alek porque no es un guerrero nato y al bárbaro se le hace fácil esquivar su ataque, en cuanto a Evadne que sonríe ante la facilidad del blanco, pulsa el disparador y nota que la flecha no sale... el mecanismo de disparo se ha estropeado y necesita arreglos que no han podido ser en peor momento. Tanto Arthur como Eleyna siguen en el interior de la oscuridad del hechizo.

En tanto Alyanna  sigue vigilando al monje desde lejos, consiguiendo ver como saca un libro de una de las estanterías que hace que se abra un pasaje a quien sabe donde...

Arthur sintió, más que notó la sangre del bárbaro que había matado empapándole la armadura y la barba... ¡Pero el otro había pasado!

Seguía escuchando ruidos de lucha... Maldición, no han debido matarlo... ¡Tengo que ayudarles!

Alek y Evadne pudieron ver como un hombretón barbudo salía corriendo desde el globo de oscuridad con un espadón en las manos, apenas se dieron cuenta que era su compañero, porque la sangre y cosas peores le cubrían el cuerpo...

Arthur, como si fuera un ejercicio se acercó corriendo y levantando el espadón, con un tajo en horizontal, poniendo la fuerza justa, golpeó donde más débil era el malvado bárbaro atacante. Donde no podía pararlo.

El sanguinario enemigo, obcecado en Alek, no pudo evitarlo. 

Los treinta centímetros delanteros del espadón de Arthur segaron una rodilla y luego la otra enviando espasmos de dolor por todo el cuerpo del miserable, levantándole las piernas, o los muñones, hacia un lado en el aire mientras caía hacia el otro.

Pero Arthur no habia acabado, y su movimento con el espadón, que había empezado de abajo arriba terminó en lo alto y cayó sobre el cuerpo del ser, que ahora estaba en vertical. Y como si completara una letra sangrienta en el aire el plateado filo bajó, segando un brazo, la cintura y luego el otro brazo del bárbaro soltando miembros seccionados, tripas y trozos por doquier.

-¡Dije que eras una jodida piñata! ¡Y eso es lo que eres!-gritó el rubio barbudo.

Lo peor de todo, lo que daba más miedo... es que Arthur parecía estar de buen humor. Feliz, como si estuviera jugando a la pelota.

Maldito cacharro dijo lanzando la ballesta al suelo y sacando su espada del cinto que tenía en la espalda. El bárbaro todavía parecía estar aturdido por los efectos del hechizo de Alek. Evadne supuso que tendría aún una buena oportunidad para dejarlo fuera de combate asi que se lanzó sobre él.

Seguía atrapada en la oscuridad, por lo que con espadón en la mano. Intento avanzar poco a poco para salir de ahí, y poder cargarme algunos barbaros que siento que están molestando a mis compañeros.

No podía ver pero si escuchaba los pasos, y lo creo que son mis compañeros van avanzando para acabar con ellos.

Interesante, la verdad es que lo que pasa detras mio no me preocupa ahora, se que mis compañeros se ocuparan de acabar con esos barbaros.
He tomado nota de sus palabras y de donde estaba ese libro para poder seguirles.
Con la mirada busco algo que pueda bloquear la entrada al pasadizo, me parece que el difunto nos sera de mucha ayuda
Arthur, sera mejor que dejes lo que estes haciendo que me haces falta replico mientras salgo de donde estoy para intentar pararle

El bárbaro viendo en apuros a Evadne se lanza contra ella espada en ristre, pues el cambio de arma y demás no le deja reaccionar, pero de entre el hechizo de oscuridad sale Arthur que comienza una horrenda carnicería que acaba con el atacante convertido en un puzzle sangriento que tiñe el suelo de un rojo vital, algo que no ha tocado este lugar durante mucho tiempo, aunque no sera la última vez que lo haga. Eleyna sale poco después del pasillo de oscuridad y se encuentra con la carnicería por lo que ya no tiene que preocuparse, poco después los dos hechizos terminan dejando visible el pasillo y  podéis escuchar a Alyanna pidiendo ayuda a Arthur. Todo parece que ha vuelto a la tranquilidad, sino fuese por una figura que viene por el pasillo, que sería un hombre, si es que alguno esta compuesto de alas de murciélago, centenares de bolas de pelo con alas membranosas están rodeando al último bárbaro, cuando alguna termina de alimentarse otra llega en su lugar desde el techo, donde lo que era negrura, ahora que estáis fijándoos bien, os dais cuenta que esta plagado de esas criaturas, que parecen más nerviosas ante el olor de la sangre y empiezan a moverse.

Mientras que el resto esta peleando contra los bárbaros, memorizas que libro acciona el mecanismo y solo puedes ver como el monje desaparece en el pasadizo, en tanto que la pared vuelve a cerrarse por donde se había abierto la hendedura suficiente para que pasen dos personas, desgraciadamente excepto piedras que han caído de algún lugar del techo no hay nada que pueda detener que se cierre.

-Cuidado con esos murciélagos. Lo mejor será apartarnos un poco. Si os atacan usad fuego de alquimista o algo semejante.- dijo el rubio explorador sacudiendo su espada. Tomó un libro de una estantería y limpió su arma con el volumen. Era lo único limpio en todo él.

Arthur, sera mejor que dejes lo que estes haciendo que me haces falta

-Joder. ¡Un hombre no puede hacer un poco de deporte sin que le llamen para trabajar más! ¡Las mujeres son unas tiranas todas!- Pero se notaba que lo decía bromeando. De buen humor en la matanza.

-Ya voy Alyanna.-dijo, y uniendo acción a sus palabras, y con un guiño a Evadne y a Elenya se precipitó a ayudar a la clériga.

Alek se echó para atrás, con la lanza en ristre, preparándose para enfrentarse a unos nuevos enemigos. Esperaba que no tuvieran que luchar contra un montón de murciélagos. Eran tan pequeños que seguramente las armas serían inútiles. Tendría que recurrir a la magia.

Asintió a las palabras de Arthur, tenía razón. El fuego de alquimista era otra posibilidad. Acercandose hacia el lugar por el que este se había ido, se preparó para el nuevo combate en caso de que les atacaran.

Suspiro mientras intento parar el maldito mecanismo, no se si podre, pero intentarlo es lo menos que puedo mientras Arthur se acerca y me ayuda.

Ya la gente no destroza las cosas como deberian, sino tendria algo que me ayudara. Meto las manos mientras pongo los pies para hacer fuerza y que no se cierre.

SE me escurren los dedos. Arthur por amor de todo, que no puedo sujetarlo termino por soltar no sea que me pille los dedos

Mueve el culo Arthur gritó al escuchar la llamada de socorro de Alyanna. Salió tras el barbaro guerrero espada en ristre deseosa d dar un par de mandobles

Arthur corre hacía la posición de Alyanna que le pide ayuda para aguantar una especie de puerta de piedra que se esta cerrando, si lo hubiese visto cerrado seguramente no se habría dado cuenta de que había una puerta ahí, el resto le siguen mirando a la figura del hombre rodeado de esas extrañas criaturas, que al fijaros mejor podéis saber que no son murciélagos, sus ojos rojos sin pupila brillan como pequeñas brasas en el fuego, aunque en el rostro de las criaturas no hay bocas, sino que sus garras llevan una especie de ventosas dentadas, posándose sobre su victima es como le succionan la sangre.

El hombre ya no aguanta más de pie y cae de rodillas para terminar desplomándose, mientras que las criaturas se alejan de él, ahora es poco más que un montón de agujeros, que han atravesado hasta su ligera armadura de cuero. La puerta de piedra se cierra y donde había una abertura ahora ahí un muro nada distinto al de sus pares alrededor de la biblioteca. Las criaturas se arremolinan un momento, para después empezar a descender como un torrente hacia vosotros, hay al menos 100 de ellas que se abalanzan sobre vuestra posición.

Arthur sacó uno de sus frascos de fuego de alquimista.

-¡Vaya, pero si vienen unos pocos pajarracos! ¡Y yo lo que adoro es un buen... POLLO EN PEPITORIA!

Y diciendo ésto lanzó un frasco de fuego de alquimista hacia la marabunta de pequeños seres, tratando de que reventara en la parte donde había más de los miserables.

-¡No podemos irnos de éste sitio, luego tengo que buscar la jodida puerta y seguir al muerto viviente ese! ¡No podemos perderle! ¡AGUANTAD! ¡ARDEEEEEED MISERABLES BICHOS ASQUEROSOS SALIDOS DEL INFIERNO!

Melodramatico, es la unica palabra que puede definir a Arthur en este momento.

Niego mientras voy a la estanteria y mover el libro para que se abra de nuevo la puerta.

Chicos, si gustais replico al ver la situacion y caminando de nuevo hacia la puerta. Sujetala para que puedan pasar todos.
Le guirño un ojo mientras rebusco para poder hacer una luz.