Partida Rol por web

Jae no puede evitar sonreír con lo que le dice Thomas al mismo tiempo que acaricia su barba de forma suave. -Salanghae* Le comenta en su idioma, sabiendo que el enfermero ya sabia mas que de sobra el significado de esa palabra. Sonriendo observa al enfermero reír y aunque se veía tan tierno, tan guapo con esa sonrisa, Jae era consciente de la situación de su amado. -Cuanto tiempo mas podremos aguantar esto....

Con cuidado le ayuda a beber agua y aunque no bebe tanta como el hubiera querido no le dice nada, ya que de momento quizá fuera mas que suficiente. Tras devolverle la botella lentamente y con cuidado para no hacer daño a Thomas, Jae se gira para coger el tapón y cerrar seguidamente la botella para evitar que se derrame el agua. Tras cerrar la botella nota la mano del enfermero en su cara, Jae sonríe y cierra sus ojos mientras se gira hacia el.

Al abrir los ojos ve su sonrisa y sin esperárselo recibe el mas dulce de los besos. Jae acaricia de nuevo su barba mientras que el beso se vuelve mas intenso. - Ojalá nos hubiéramos conocido hace unos años atrás, cuando todo era normal. De pronto la voz de Jeanine les hace volver a la realidad y con suavidad Jae separa sus labios de los del enfermero mientras se gira sonriente hacia la congoleña. Thomas le tranquiliza por lo que el no dice nada,  simplemente se incorpora y le ayuda a levantarse.

Si voy a recibir un beso así cada vez que me preocupe por ti, te aseguro que jamas dejare de preocuparme. Le responde mientras termina de ayudarlo a ponerse en pie. Después con cuidado se pone a su lado para que pase su brazo derecho sobre sus hombros y cuando lo hace empieza a caminar hacia el resto para que se siente en el mismo árbol donde esta Alexandra.

Tras dejarlo Jafreese se aproxima a ellos para ver que tal esta Thomas. - Si, el sol esta pegando fuerte hoy.... Comenta Jae secándose el sudor de su frente y después mira a ambos. Chicos os voy a dejar un momento aquí. Voy a por nuestras mochilas Thomas y el rifle. Con paso tranquilo el coreano se dirige hacia donde dejaron sus mochilas.

Al llegar a las mochilas, Jae se agacha para coger su botella y dar un trago de agua. Hubiera preferido un refresco bien frío o quizá una cerveza, pero en ese momento esa agua tibia a causa del calor le supo a gloria. Tras beber agua, guardo la botella y la camiseta de nuevo en la mochila y seguidamente se la coloco para después recoger el rifle y la mochila del enfermero.

Ya con todo el veterinario regreso junto a Thomas y Jafreese para tumbarse en el suelo junto a ellos. 

Una vez que Alexandra volvió a quedarse sola, sintió que el enojo regresaba.

-¿Pero qué demonios te pasa Alexandra? No eres una adolescente para tener estos cambios de ánimo- Molesta soltó un suspiro de frustración.

Mirando a su alrededor vio que el enfermerito no andaba bien, pero sin tardarse ya estaba su veterinario de armadura reluciente ayudándolo. Observó la escena e involuntariamente puso los ojos en blanco soltando una risita, aquellos dos destilaban miel por cada poro de su cuerpo, supuso que era bueno que se hubieran encontrado y pudieran ser tan excesivamente melosos. Tanta empalagues le estaba revolviendo aún más el estómago, tomó su mochila para resbucar en ella hasta que encontró un paquete de goma de mascar con el contenido a la mitad, tomó uno esperando que aquello terminara de quitarle el malestar.

Se decidió a disfrutar un momento de aquella sombra que agradablemente le estaba trayedo algo de consuelo, cerró los ojos un par de minutos sin darse el lujo de tenerlos así por más tiempo, bien sabía que no podía relajarse completamente pues nunca se sabía lo que podía pasar de un momento a otro, siempre vigilante era el estilo de vida que ahora tenían. Tocandose el arma que siempre llevaba consigo en la cintura, asegurándose que ciertamente estaba ahí.

Entonces llegó Jae con Thomas, ayudándole a sentarse mientras el primero regresaba por sus cosas.

-En serio, ustedes dos van a terminar haciéndome vomitar-le dijo al rubio ¿Cómo soportan tanta...dulzura? Un día de estos terminará por darles un coma diabético- sonrió burlonamente.

Alcanzamos el puente que cruza New River -No queda mucha agua Stan, si acaso un litro por persona, y...- Se acerca Jafreese para comentar que el grupo está al límite, que lo mejor para todos es tomarse un descanso, llevamos toda la mañana caminando y la fatiga está comenzando a diezmar la resistencia de todos.

-Tienes razón...- recapitulo lo sucedido y creo que me he excedido en exponerlos a tan largas caminatas, pero sin combustible ni munición suficiente, estamos demasiado vulnerables, lo más seguro es continuar moviéndonos el mayor tiempo posible hasta que nos acerquemos a Washington.

Observo como uno a uno mis compañeros comienzan a tomarse un respiro voluntario ó no como el caso de Thomas que desfallece de cansancio.

Me dirijo a ayudarlo pero Jae ya está allí para auxiliarlo, observo a Roland y a Rebecca vigilando.

-BUSQUEMOS UN LUGAR PARA LEVANTAR EL CAMPAMENTO... DEBAJO DEL PUENTE DEBE HABER UN CLARO PARA ASEGURAR EL ÁREA...- Me acerco a Alana y la ayudo a levantarse junto con Milky- PASAREMOS LA NOCHE EN ALGUNA ZONA DEBAJO DEL PUENTE, EL RÍO NOS PROVEERA DE AGUA POTABLE DESPUÉS DE HERVIR TODA LA QUE PODAMOS CARGAR.- Luego me dirijo a Roland- Roland, prepara el arco para ir de caza, Stan te acompañará esta vez, ojalá encuentren algo para la cena, Jafreese y Amandha relevarán la guardia...-

Luego de asegurarme que todos comienzan caminar río abajo me acerco a Rebecca, los dos descendemos detrás de todos.

-¿Cómo te encuentras?...- le pregunto genuinamente preocupado por que las extensas caminatas la estén diezmando también, sé que es una mujer con una gran fortaleza, pero después del contratiempo sobre el combustible y quedarnos sin vehículos estoy dudando seriamente sobre si fué buena idea haberlos embarcado a este terrible éxodo.

-¿Crees que esto fué un error?... la miro a los ojos cómo buscando una respuesta a la responsabilidad que cargo sobre esta gente.

Gracias a la ayuda del moreno, el enfermero acabó a resguardo de la sombra de un árbol al lado de una cansada pelirroja, aún con la cabeza dándole vueltas. Dejó caer su pesada espalda en el tronco como punto de apoyo, lo mismo hizo con la inestable cabeza. Su boca la tenía seca, y pastosa a pesar de haber tomado el agua. Mientras Jae se fue a por las cosas de ambos, el menor de los dos cerró los ojos a la vez que su única mano mantuvo la cabeza en su sitio. No se encontró tan bien como le hubiese gustado decir al resto.

En la oscuridad, pudo sentir las miradas de todos los presentes, y sin importar a que no le llegasen las conversaciones, fue consciente de que ambos gestos de la multitud le eran dedicados a él, desde hace unas tres semanas se había convertido en el centro de atención y de preocupaciones. Su precaria salud estuvo en el tema de conversación diaria, haciéndole la competencia a la escasez de víveres. Aquello lo odió.

Miradas de preocupación, miradas de miedo por acabar como él, miradas de fastidio por tropezar otra vez. A su mente le vinieron las incesantes preguntas. "Thomas, ¿estás bien?, ¿Cómo te encuentras hoy Thomas? ¿Aún te duele la herida Thomas? ¿Y el brazo que no tienes lo sigues sintiendo Thomas? ¿Cómo has dormido hoy Thomas?". Thomas, Thomas, Thomas y más Thomas. Y Thomas estuvo hasta los mismimos santos griales de la situación.

Siempre el débil del grupo, siempre el primero en caer. Dio igual que tuviese una férrea determinación y ganas de vivir si su frágil cuerpo se encargó en minarle día a día la moral con baches y más baches. Su recuperación pareció no llegar nunca, y en un mundo donde un pequeño traspiés signicaría la muerte.....

Sin cambiar la posición, bufó frustrado, frustrado y cabreado consigo mismo. Una mano amigo interrumpió su machaque habitual. Fue Jafreese que le preguntó cómo le iba. - Si en orden te refieres a que mantengo mi papel de princesa en apuros...pues sí, todo en orden. - Contestó en tono indescifrable sin abrir los ojos. Todos en el grupo le habían salvado la vida, todos salvo Roland, Matt y Jeanine. Y desde luego tenía dudas que el primero lo hiciese.

Sin embargo, ya estuvo más que acostumbrado. No obstante, estar en aquella condición, ya le empezó a frustrar al haberse alargado más de lo deseado. Eso sin olvidar el hecho de que tener una mano le minó de sus mejores talentos. Incapaz de usar un maldito martillo, y como enfermero desde luego ya no dejó de ser tan hábil, aunque eso último al menos pudo conservar sus conocimientos. - Maldita sea. - Masculló en lengua no inglesa, si no hispana con expresión cansada.

No obstante, algo le hizo abrir lo ojos interrumpiendo su ritual diario de auto-tortura emocional. Fueron las palabras de la pelirroja, aquellas puyas que lanzaba a la pareja más visible y melosa del grupo. No pudo evitarlo y se empezó a reír y todos sus malos pensamientos se fueron donde tenían que estar. Lejos.

Un agotado manco se dirigió a la pelirroja dedicándola una sonrisa igualmente burlona. - ¿Estás celosa pelirroja? Puedo darte besitos si quieres, todos los que quieras. Tengo de sobra. - Le replicó en tono burlón. Hace días que empezaron sus particulares piques en forma de bromas. Aquello en parte le ayudaron en no ceder ante la desesperada situación. No le quedó otra. Le había costado tanto seguir adelante, que rendirse nunca sería una opción, más cuando aquella gente, se arriesgaron tanto en ayudarle.

Thomas sonrió feliz por un momento, aliviado al pensar así. Quizás no todos, pero de una forma o de otra cada uno de ellos mostraron preocupación por él. Le animaron a seguir luchando. Hasta que su maldito, débil y asimétrico cuerpo aguantase.

Las órdenes de Matt le sacaron de sus pensamientos. El hombre que les había liderado, y a que pesar de toda la carga, excesiva, de responsabilidades, se mantuvo firme. Thomas le miró, y le dedicó una sonrisa sincera y calmada. El joven, tenía admiración por aquel soldado íntegro y leal. Usó su única mano en incorporarse para continuar el trayecto. - "Venga, un poco más." - Se dijo. Aún podía continuar. O eso creía.

Matt organiza al grupo para hacer un campamento, ambos observamos mientras se empiezan a mover y vamos detrás de ellos. Entonces me pregunta por cómo me encuentro, le sonrío.

-El cansancio en ocasiones quiere pisarme los talones, pero estoy bien. Mi preocupación es cómo estás tú- se que igualmente a él le está afectando lo mismo que a todos, pero creo que me preocupa más la carga emocional que él tiene que llevar siendo el líder.

Lo miro directo a los ojos cuando cuestiona la decisión que tomó de haber dejado el psiquiátrico, es comprensible que se sienta dudoso pues se siente responsable por todos nosotros. 

-Es algo duro pero fue lo correcto, era imposible que saliéramos todos con vida al enfrentarnos al grupo del tal gobernador. Ahora seguimos con vida y se que saldremos adelante. Yo me siento confiada y segura sabiendo que te tenemos como líder...igual sabes que puedes apoyarte en mi- le respondo sonriendo, le acaricio la mejilla pasando mi dedo por sus labios para luego darle un beso rápido -Vamos a estar bien.- le digo sin titubeos mirándolo a los ojos.

Trato de convencerme a mi misma de que eso es verdad, pues aunque confío en Matt, hay demsiados elementos externos que siempre están fuera de nuestro control.

Llegando cargado con las mochilas de ambos, Jae escucha la respuesta que le da Thomas a Jafreese. Al dejarlas en el suelo Jae se sienta y mira al boxeador con una medio sonrisa mientras niega con su cabeza. Intenta que no le de importancia a la respuesta de Thomas ya que el sabia que no lo había hecho de mala manera. Entendía la frustración de Thomas, pero también entendía que para el resto fuera inevitable preocuparse por el. - ¿Como esta mi congoleña? Pregunta a Jafreese intentando cambiar de conversación. ¿Y tu? Si te sientes bien quizá podrías enseñarme a pelear. No tengo tus brazos pero algo de daño podría hacer con los míos. El coreano no puede evitar reír.  

Jae se tumba en la sombra quitándose las gafas de sol para centrar su mirada en las hojas del arbolen el que se cobijan del sol. 

Casi sin tiempo para descansar Jae escucha lo que comenta Matt, así que se pone en pie mientras observa de reojo como lo hace en enfermero por si solo. Tras ver que esta todo bien, el coreano coge su mochila, la de Thomas y el rifle para dirigirse hacia el puente. Vayamos con cuidado, quizá tengamos una sorpresa ahí abajo.

El lugar debajo del puente resulta agradable a la vista pero el exceso de mosquitos por la cercanía del río lo hace bastante molesto aunque a 100 metros bosque adentro es una excelente posición como zona segura para acampar.

Mike Sanders se apresura a construir una fogata para hervir agua y cocinar lo que haya quedado de la raquitica lista de provisiones.

Milky junto con Brianna se encargan de instalar las tiendas de campaña para luego reunir todos los contenedores que puedan para ir por agua y ponerla a hervir.

Cada uno de los integrantes del grupo funcionan muy bien una vez integrados, la tarde comienza a caer mientras una vez instalados el resto que no se encuentra ocupado se reúne en torno al fuego siempre alerta ante cualquier ruido ó movimiento extraño.

El tiempo que queda para poder cazar es poco... -Peor es nada. -Me dirijo donde se encuentra Alexandra para tomar mi arco y carcaj. -Deséame suerte, nos vemos luego. -Tenso la cuerda para tomar camino, dejo mi maletín con Alexandra y le doy una palmada en el hombro a Stan. -Stan, conmigo.

Si por alguna razón queda alguna presa que no haya sido comida de retornados, espero la encontremos. Empezamos nuestra tarea y no puedo decir que sea una fácil, así que aguzo la vista y el oído... le hago señas a Stan, parece que hay algo más adelante.

-Iuuugh, no por favor, no quiero que me contagies de esa desagradable melosidad-fue su respuesta al comentario de Thomas.

Alexandra se sentía de mejor humor, eso era bueno. Matt hizo un llamado para acampar, esa idea le agradaba. Se levantó y empezó a recoger sus cosas cuando se apróximo Roland por su arco.

-Suerte cazador-le deseó sonriendo.

Tomó el maletín de él también para ir con el resto al sitio en que acamparían.

El lugar era bastante agradable, después de dejar sus cosas en una de las tiendas tomó algunos de los contenedores para ir por agua,hizo algunos viajes hasta terminar de llevarlos a donde estaba Brianna para hervir el líquido. Sus pies le punzaban por la larga caminata, así que se decidió a ir de regreso al río para refrescarse. Se quitó las botas y calcetines, sus adoloridos pies tenían ya algunas ampollas por lo que sintió un gran alivio al introducirlos en la fresca agua.
Se agachó para mojarse las manos y colocárselas detrás del cuello, sí, aquello se sintió bien. Miró hacia el agua, tal vez pudiera haber peces que pudieran atrapar...aunque ella en su vida hubiera ido de pesca. Observando con cuidado alcanzó a distinguir algunos diminutos pecesillos. Apresurándose a ponerse de nuevo las botas fue hasta donde estaba Matt.
-Capi en el río he visto algunos peces, tal vez nos puedan servir. No se pescar pero poniéndome la muestra podría hacerlo -le dijo entusiasmada.

Escucho la respuesta de Thomas y rodeada de sarcasmo puedo notar que está molesto con la situación, consigo mismo, con todo... voy a comenzar uno de mis discursos motivadores pero miro a Jae que hace gesto de dejarlo pasar, así que lo hago. Asiento y sonrío a Jae.

Después pregunta por Jeanine, la verdad, no lo sé. Está un poco distante así que no sabría decirte, es un tema que no me gusta así que paso al del combate, muestro una gran sonrisa, el boxeo es un noble deporte... podría decirse que no es muy apto para estos tiempos, pero seguro que puedes aprender algo, fintas, movimientos rápidos, usar la cadera para golpear más fuerte... si tenemos un rato podemos probar, le respondo guiñando un ojo.

Escucho las palabras del capitán y busco a Amandha para hacer la guardia que indica. Hay que moverse les digo a Jae y Thomas.

Matt, Milky, gracias, les digo cuando me ayudan a levantarme, luego vamos debajo del puente donde hay un buen sitio para acampar, los coches que pasen por encima no nos veran, al igual que los retornados que puedan deambular por la carretera, los unicos serian los que traiga el rio, pero no pensaba que serian un peligro, a lo sumo vendria uno o dos.

Una vez recuperado el aliento se levanto y fue donde estaba Milky y Matt y les digo, voy a subir a uno de esos arboles y ver que veo alrededor, por si tenemos problemas de retornados, o hay alguna casa, supermercado o lo que sea por los alrededores, auque lo dudo es lo mejor que puedo hacer sin alejarme del grupo.

Luego me salgo de debajo del puente y en uno de los arboles cercanos, uno de los mas altos trepo por el con el piolet por si hay alguna caida.

No se que pueda estar delante, pero igual me voy con calma y lo más silencioso posible pidiéndole a Stan que haga lo mismo... esto es malo, son perros salvajes. -No se como puedan reaccionar si mato alguno, espero por lo menos matar uno.

La posibilidad de obtener comida me coloca de buen ánimo. Pongo una flecha en el arco y estudio la zona esperando que no nos detecten. -Tal vez deberíamos trepar en un árbol, por si acaso. Nunca está de más ir con seguridad.

No sé cuanto tiempo más continuaremos caminando, pero está claro que la mayoría estamos cansados. Tras varias horas del arduo peregrinaje, literalmente casi arrastrando los pies, con un caminar lento, ya no siento mis piernas, que se mueven impulsadas por la costumbre de largo tiempo de estar caminando. Sin embargo no me detengo. Me limpio el sudor con la mano. Pero como era de esperarse, poco a poco van quedando algunos en el camino. La pelirroja, el enfermero....al final, hacemos un alto, ya es justo y necesario.

Me acerco a uno de los árboles y me siento bajo su sombra. Puedo distinguir a lo lejos un puente. Saco mi botella de agua, no le queda mucha, doy un pequeño sorbo y la guardo, no debo desperdiciarla, tengo que racionarla, en estos momentos estamos escasos de todo hasta no encontrar un refugio.

-Demasiado amor alrededor.- exclamo al ver las muestras de afecto entre Roland y la pelirroja y cerca de ellos el asiático y el enfermero. No puedo evitar reir ante los comentarios de la pelirroja, que se queja de tanta dulzura.

Luego de un breve descanso, alcanzamos el puente. Matt sugiere acampar bajo el puente. Escucho atenta a sus indicaciones. El puente parece seguro pero necesitamos un lugar donde instalarnos, no sé cuanto tiempo soportaremos el continuar vagando en estas condiciones. -Enterada.- respondo a la indicación. Me acercó hasta Jafreese.- Ey Jafreese- lo llamo agitando la mano.-haremos el relevo de guardia.-

Junto a Matt nos habíamos adelantado para revisar las reservas de agua, apenas si nos quedaba nada pero tenía buenas noticias.
El capitán se quejaba de la falta de aquel recurso tan necesario cuando un par de nuestros compañeros parecieron debilitarse por el calor agobiante. Para nuestra fortuna Wytheville era el centro político de una subprovincia bastante fresca y húmeda, así lo comprobamos al alcanzar New River.

Todo parecía tranquilizarse, solo había sido un golpe de calor, Roland y yo habíamos sido designados para ir a cazar y de nuestra habilidad dependería el alimento del grupo.
Antes de marchar aproveché el dejar nuestras mochilas bajo el puente para comentarles las buenas noticias al grupo, me aclaré la garganta e intenté ser breve.

-Tengo, para variar, una buena noticia-  comencé -Wytheville, un pueblo que queda relativamente cerca y está en nuestro camino, es la capital política de Wythe County, contaba con poco más de ocho mil habitantes y eso significa que era un nodo político poco poblado y ya saben lo que eso implica, menos podridos-.

Tomé un trago de agua, mi garganta estaba reseca -además es un lugar bastante fresco y húmedo, sería un buen lugar para reabastecernos- asentí mirando a Matt, asumiendo que estábamos de acuerdo, y luego a cada uno -comprendo que nuestra marcha sea urgente pero así no llegaremos- me di media vuelta para marcharme, Roland se acercó y me llamó tocando mi hombro di dos pasos y volví a mirarlos -más de un quinto son... Eran menores de edad. Cuidado con los recovecos al explorar-.

Seguí a Roland tras abandonar mi mochila, Betsy a mi espalda y lanza en mano -no puedo creer que recordar esas cosas me sirviera de algo...-.

Seguí a Roland al bosque, al parecer sabía cazar, me sorprendió un poco ya que creí haberle oído comentar que antes era un cocinero de alguna clase.

El bosque, dada la climatología y la baja tasa poblacional, debía tener presas para alimentarnos. Pensaba en las posibilidades cuando mi compañero me frenó con su mano y puso una flecha en el arco. Escuché delante unos ruidos, como gruñidos y jadeos, insulté en tres idiomas antes de notar que delante mío había perros.

Pensé en Jae y su mascota, pero luego recordé que el hambre sería mucho más fuerte que la nostalgia. Estuve a punto de decirle algo a Roland, acostumbrado a enfrentar humanos y mordedores, pero por suerte recordé las capacidades auditivas de nuestra posible presa.
Nos ocultamos detrás de un pino mediano. Su aroma seguramente nos ocultaría del sensor principal de los caninos, asentí a mi compañero y preparé mi lanza en caso de que su ataque los atrajera. Pero lo ví dudar... ¿Eran demasiados acaso?

Toqué su hombro como él había hecho hacía un tiempo, señalé a Betsy detrás. En el peor de los casos podríamos recurrir a la escopeta. Tomé tres de sus flechas y las clavé en el suelo frente a él, así las podría tomar más rápido.

Antes de que atardeciera demasiado, me cambié la ropa y la fui remojando en el agua para tenerla limpia al día siguiente. Cómo íbamos a encender un fuego no la pondría  muy lejos ni tardaría demasiado en secarse, y aprovecho para pasarme una toalla por los brazos y la cara.

Quizás es por tener la mente en otra parte, pero no llego a entender a Stan todo lo que dice *quinto? qué? menores?.... Lo que sí llego a pillar es que era un pueblecito con poca gente, y menos probabilidad de retornados. Cuando se marchan a explorar y ya hemos acabado de montarlo todo, nos vamos reuniendo entorno a la fogata. Jae y Thomas parecen tan acaramelados como desde el primer momento que se destapó su secreto.  Lo peor de todo era que los miraba y no sentía gran cosa al respecto. Lo cual cada vez me enfadaba más por dentro. 

La apatía no duró mucho, pues cuando Amandha se dirige a Jafreese agitando la mano felizmente, diciendo que harán la guardia juntos,  la miro como si lanzase puñales con los ojos tras sentir una rabia y ardor interno como si me hubiesen quemado con la fogata las entrañas. El único sentimiento de las últimas semanas, y no duró más que un instante. Por suerte no la miro directamente a los ojos así que no se da cuenta. 

Hago como que ignoro lo de la guardia mirando a cualquier otro con una media sonrisa. Todo ello con cara de tranquilidad siguiendo la conversación amenamente con el resto, sin hablar demasiado.