Partida Rol por web

 Tras acabar de hablar con el Director, cada uno de vosotros tuvo su tiempo para dirigirse hacia el Hangar, era un complejo subterráneo al que se accedía cómodamente a través de un ascensor.

Allí os esperaría una persona que según el mandatario se tratará de vuestro piloto personal. Vuestra misión está a punto de comenzar.

Ricardo observa detenidamente su espada, es posible que yo sea como esta espada, fuera de su momento , incapaz de equipararme a los tiempos que corren. Es todo lo que tengo de mi pasado, es tan triste verlo así...

Con calma y con la espada guardada en su vaina y envuelta en tela colgandole la espalda Ricardo se dirige al hangar.

Ernest subió a su habitación antes de ir al hangar, abrió su
ropero y tomo de este su tapado, se trataba de una prenda de cuero negro, larga
hasta un poco mas de las rodillas y adornada con plumas de cuervo en los bordes
del cuello del tapado, después de ponérselo y sentirse cómodo tanteo la dureza,
después de todo ese tapado fue un regalo del director de hace tiempo, capaz de
protegerlo un poco sin intervenir en sus movimientos, algo fundamental para el
correcto desempeño de sus habilidades.

Luego se dirigió al hangar nuevamente, sabia bien donde era,
y espero junto a sus compañeros de misión las indicaciones para subir al Jet…

Kiandra estaba emocionado, nervioso y, para ser completamente sinceros, algo asustado.  Él era un constructor, no un luchador y, si bien había aprendido a usar armas de fuego, más por una cuestión de necesidad profesional, nunca había participado de un combate.

Había hablado con frialdad en la oficina del director cuando se refirió a eliminar al sacerdote, un impulso de su mentalidad práctica más que alguna especie de retorcido instinto, pero por supuesto jamás había pensado en ser el quien le ejecutara.  Había algo sin embargo que lo impulsaba a participar de aquella misión, no eran precisamente las palabras del director y mucho menos la idea de experimentar una revuelta, lo que realmente motivaba a Kiandra era la posibilidad de probar su prototipo y esto superaba cualquier emoción.

Una vez fuera de la oficina del director, Kiandra se dirigió veloz a su taller-laboratorio, la simulación que había dejado ejecutándose había terminado y tras echarle una breve ojeada guardó los resultados para analizarlos luego con más detenimiento.  Se dirigió al sitio donde se hallaba su armadura y activo los protocolos de inicio y el traje comenzó a ajustarse lentamente al cuerpo de su piloto protegiéndolo del exterior.  Todavía no había construido las interfaces para lo visores ni había resuelto el problema de la energía por lo que la parte frontal del casco se encontraba cubierta por un acrílico balístico mientras que su nuca y laterales si se hallaban protegidos.  El pecho estaba recubierto con un polímero similar al utilizado en el conocido blindaje Dragon Skin, sólo que este era mejor y no necesitaba ser tan voluminoso como el otro, placas de este mismo blindaje cubrían la espalda, brazos, hombros y piernas otorgando una excelente protección con una reducción de movilidad prácticamente nula.

Una vez estuvo enfundado dentro de su traje protector Kiandra tomó la pistola eléctrica que había diseñado y la guardó en la pistolera de la armadura, luego buscó su ordenador portátil, revisó la conexión inalámbrica con el traje y preparó los programas que se encargarían de evaluar el desempeño de la armadura, almacenar información y generar los informes que luego él analizaría para mejorarlo.

-La puta madre- dijo cuando miró el reloj pues ya tenía un retraso de cuarenta y siete segundos, volvió a revisar mentalmente lo que llevaba y se encaminó hacia el hangar.  -Buenas, perdón por la tardanza, tenía que preparar el equipaje-

Relativamente estuvo la mayor parte del tiempo en vagancia una vez salió de su habitación. Se entretuvo ojeando un libro de Poe, y esa ojeada se transformó en una lectura interesada de forma involuntaria. Cuando levantó la vista a la hora, notó que le quedaban cinco minutos.

De todas formas, se jacto de esto. Lo único que necesitó hacer fue colocarse un chaleco de forro de fibra armídica. Ligero y discreto, diseñado para ir bajo la ropa. Realmente cuando se lo habían dado se había extrañado un poco, no esperaba ir al frente pero luego de la charla de hacía rato le había quedado claro.

Lo único que tomó para el viaje fue su reproductor de música y los auriculares, que guardó en el bolsillo.

Luego de una breve carrera (con algún "¡no corras por el pasillo!" ignorado de por medio) llegó justo a tiempo para observar al grupillo allí reunido.

Realmente lo que siguió a continuación fue una catarata de risa, pero dentro de su cabeza.

Jajajajaajaja, tienes suerte de tener entre tus colegas gente tan "original".

Realmente ella tuvo que hacer grandes esfuerzos para no echarse a reir con las mismas ganas que su interlocutor.

Dios, esto no me esta pasando...

Apenas fue una tos ahogada, aunque lo que no pudo evitar bajo ningun concepto fue dibujar una enorme sonrisa previa a la carcajada. Haciendo acopio de autocontrol, tomó aire:

-Te has equivocado de evento, la convención de cos-play erra en la otrra calle tengo entendido.

Tras una breve risita, aclaró:

-Vamos a un barrio carrenciado, la mayorría nos vemos como gente norrmal perro con ese atuendo harrás que nos descubrran enseguida. No se tu, perro a mi me harría bastante grracia ver al prrimo de rrobo-cop en medio de una misa.

La única respuesta de Kiandra ante la bravuconada de su "compañera" fue una mirada carente de sentimientos y unas palabras igual de emotiva -Discútelo con quien realizó la "inteligencia" de la misión.- luego le quitó la vista de encima y esperó

 Bajo el Jet surgió un hombrecillo delgado y alto, vestido con un traje algo anticuado de piloto al igual que sus gafas aeronáuticas.

- ¡¡¡Wojo!!! ¿pero que es esto?¿sois los chicos a los que tengo que llevar? ¡genial! Cervantes, el Cuervo, Iron-Man y una Gótica - no dudó en hacer un rápido análisis de los allí presentes mientras se apoyaba en el Jet y sonreía. Tenía en una de sus manos un trapo sucio que usaba constantemente para limpiarse las manos.

- Eh parejita, calmaos un poco vosotros dos que parecéis dos gatos en celo, por cierto, bonito traje Iron-Man, yo con algo así me sentiría siempre seguro - comentó algo chistoso mientras se acercaba a vosotros en un tono muy cordial, quizás demasiado.

- No deberíais preocuparos tanto, ¿no os lo dijo el director? siempre actuamos de madrugada para evitar encuentros con civiles y así obstaculizar su rutina, de todas formas tengo entendido que no hay que ir al núcleo urbano de ¿Niza? estupendo, hace años que no voy allí. - se quedó unos minutos pensativo, como si estuviera recordando la misión

- Ah si, vosotros erais los del sacerdote loco ¿o era Papa? de todas formas sois los de la iglesia, así que no os preocupéis demasiado, además, tengo que haceros entrega de algo bastante importante para los acechadores, subir al Jet y acompañadme al almacén de la parte trasera - dio un fuerte golpe al vehículo provocando que una pasarela saliese del morro.

¿Cervantes?¿ Iron-man?¿ Cuervo?. Puede que mi aspecto no sea el adecuado, bueno ya lo arreglaré luego... El quisquilloso parece que lleva una buena armadura, muy sabio. Sube a la parte de atras del Jet para recoger lo que quiera que deba recoger.

Sonrío ante el apodo de “cuervo” después de todo era un
animal que me gradaba mucho y el comportamiento del cuervo quizá era algo bueno
que compartía con el animal.

Subí riéndome de los apodos de los demás y siguiendo al
piloto.

-“Eres un muchacho
ocurrente, pero supongo que tendrás mas habilidad que pilotar y hacer bromas,
no es cierto?”-

-Gracias, por ahora se llama Apoteo- dijo refiriéndose al traje

Ansioso por saber más acerca de la tecnología utilizada en aquella nave y por aquel misterioso regalo o préstamos que les haría el director Kiandra ingresó en el vehículo mientras se afanaba por no perder detalle de todo cuanto veía.  De repente una idea asaltó su cabeza y pensó que un propulsor que combustione hidrógeno sería algo interesante para agregar a su traje, luego su inquieta mente se preguntó que combustible usaba la nave y, casi sin quererlo se lo preguntó al piloto.

-¿Qué combustible usa?-

¿Y se supone que los jovenes tenemos que tomar referencia de los adultos?

Podría empezar con una historia de "en mis tiempos..." pero seguro que me mandarás a callar como siempre.

Y aciertas.

Oh, me tratas muy mal, y lastimarás mis delicados sentimientos...yo que hago tanto por ti...

Es una pena ya ves, pero ¿pretendes que me lleve bien con "alguien" que esta rumiando opciones para fastidiarme la vida?

Podrías darme una oportunidad, no sería tan malo...

-El mal gusto no solo se extiende a los atuendos...-comentó de forma despectiva de nuevo, aunque mas bien para cortar su charla interna. Chasqueó la lengua para ponerle un punto final a su frase. Ligeramente distraída, subió casi sin darse cuenta al interior del avión. Realmente había venido a norteamerica en uno, pero la idea de viajar en un jet era bastante agradable. No podía evitarlo, realmente no le gustaba para nada la pobreza.

 Dan os guió a la parte trasera mientras comunicaba a Kiandra el tipo de combustible

- Se trata de JP-10, lo más revolucionario en cuanto a combustible para Jets, y lo más importante, si riesgo a que sea inflamable, en el pasado hubo muchos problemas por eso - sonrió.

El piloto comenzó a cargar unas pequeñas cajas de cartón con el emblema de la Institución, poco a poco fue entregándolas a cada uno de vosotros.

- Abridla sin miedo, es un regalo del director por formar parte del cuerpo de Acechadores, será una herramienta imprescindible - según os iba comentando no dudasteis en abrir la caja para comprobar su contenido. Una vez abierta descubristeis que se trataba de un trozo de tela negro, o eso es lo que aparentaba a simple vista.

- Tened cuidado que vale una millonada, eso que tenéis ahí es vuestro Velo de Acechador, durante una misión debéis de llevarlo puesto de manera que os cubra el rostro de nariz hacia abajo, no penséis que es solo cuestión de estética, es un dispositivo de camuflaje de alta tecnología, os hará invisibles ante los ojos de los humanos puros, y no os preocupéis, cada uno de ellos está configurado para que seas perceptible si otro compañero es humano y lleva el Velo puesto - se quedó unos segundos observándoos.

- Además, incorpora un comunicador para que os mantengáis en contacto entre vosotros si os separáis, incluso con la base de operaciones de la Institución. ¿una maravilla la nanotecnología eh? -

Es sorprendente la de cosas que se llegan a inventar hoy en dia, la ciencia esta ha desplazado completamente a la magia en algunos aspectos... Se prueba el velo. Parece que esta bien ajustado. Se lo quita. Acto seguido busca sitio y se sienta. Compañeros, yo ya estoy listo para partir. ¿Vosotros que tal estais?

-“Así que un velo eh?
Era algo obvio en cierta forma pero no puedo decir que me lo esperaba-lo
guarda en el bolsillo-me lo pondré en
cuanto lleguemos a destino, al final nadie decidió como procederíamos, esta
bien si lidero esta misión?”-

¿Liderar?¿ Cree que seria necesario? En cualquier caso no es algo para tomarse a la ligera. Si vamos a tener un líder que sea elegido por todos con lógica.

 Kiandra tomó nota mental, JP-10.  Tendría que averiguar sobre eso, quizás fuese mejor que el hidrógeno, aunque este último tenía la ventaja de poder extraerse fácilmente del agua, antes de decidirse debía averiguar más sobre el JP-10.  Después de todo llevar un tanque de combustible en la espalda que no fuese inflamable era algo más que tentador.

-Y ¿Cómo es que combustiona si no es inflamable?- preguntó mientras intentaba comprender cómo podía ser eso posible.  Luego el joven piloto se despachó con otro interesante artilugio que dejó a Kiandra con la boca abierta, aquella tecnología era completamente nueva para él.  Desde luego conocía y había manejado tecnología de proyección retro-reflectiva, pero esto era algo muy diferente.  Mientras sonreía ante el nuevo universo de aplicaciones que se le agolpaba en la cabeza dijo -El director tendrá que dejarme jugar con estas maravillas-  Luego observando a Dan agregó.  -Imagino que el avión estará cubierto con algo similar.  Si es así deberían averiguar quién estuvo vendiendo sus ideas a Marvel- dijo en tono jocoso.

Ante las palabras que intercambiaban el joven emplumado y la caricatura del Manco de Lepanto Kiandra intervino con un comentario -No se si estarás capacitado para dirigir, pareces algo arrogante y demasiado acostumbrado a ir por tu cuenta, algo de lo que un buen lider debe prescindir.  Por otro lado nuestro amigo inmortal parece ser demasiado anacrónico y me pregunto si será capaz de adaptarse a los nuevos tiempos.  Yo por supuesto no prendo el puesto y seguiré las recomendaciones, vengan de quien vengan, si me parecen juiciosas y sensatas- eligió la palabra recomendaciones adrede sabiendo que las mentes despiertas entenderían el mensaje. 

Revisó de arriba a abajo la prenda, y la palpó con curiosidad.

-*Danke sehr, es imprresionante -comentó bastante contenta con el artilugio. Claro que la sonrisa que adornaba la cara le duró poco mientras transcurrían las palabras de los demas.

¿Tengo que decirlo?

No, ya lo digo yo.

-Genial, cada quien irra a su airre a este paso. *Nein, así no funcionarrá la cosa. Porr la conversación anterrior tanto el anacrónico como le llamas y el...¿arrogante has dicho?  Te irría bastante mejor a ti ese calificativo, perro no es el punto. Ambos llevan mas tiempo en la orrganización según se puede deducirr, y de verrdad que por tus prreguntas poco coherrentes ha de ser tu prrimera ocasión aqui. Casi de suerrte segurramentee. Lo mas lógico porr ende, es tomarr nota de lo que digan ya que tienen mas experriencia.

Sacó su reproductor de música del bolsillo perdiendo interés en hablar, y coloco en su lugar el artefacto, con cuidado. Se buscó un asiento para si también, y colocó los auriculares en los oídos.

-¿Cuanto tarrdaremos en llegarr?

 Kiandra se limitó a mirar a la joven pensando que le vendría bien un cita con un psiquiatra, luego se encogió de hombros y sin cambiar sus ideas se quedó esperando los condujeran a sus asientos y comenzase el despegue.  El poco tiempo que había interactuado con humanos lo había vuelto insensible a sus ataques de histeria, escenas y rabietas por lo que se vio poco afectado por las palabras de la mujer.