Partida Rol por web

Lobezno apenas podía creer lo que estaba viendo. No sólo era Hulk su enemigo, sino también Banner. Una vez más maldijo el nombre de ese tal Zodiaco, y gritó de manera desgarradora por hacerle aquello a todos ellos.

-¡Ahhhhhhggg! ¡Zodiaco!

Con la mirada fija y brillantes, y las garras resplandeciendo en aquel lugar creado a tal fin, se precipitó sin pensarlo mucho, corriendo gracias a sus piernas recién curadas, hacia aquella mole verde que una vez conoció hace mucho tiempo.

-¡Tú no eres él!- gritó de nuevo, algo ido, tratando de clavar las garras en el pecho de aquel Hulk de pega.

El golpe fue tan brutal, que el mago acabó prácticamente enterrado entre los escombros y tierra que había en esos momentos por aquel lugar, todo gracias a Hulk y a Banner.

No llegó a estar inconsciente, pero tardaría en levantarse unos segundos.

El objetivo fue descubrir a la bestia y así lo logró Gandalf. Un motivo de alegría, sin duda.

Kara se vio siendo sujeta por el grandote de verde cuando todavía estaba pensando en qué le había pasado al pobre ave. Y también intentar ir por Gandalf, pero vamos... que este monstruo la echó contra el suelo con una fuerza desconocida. Cuando levantó la cabeza tenía dolores en sitios que ni siquiera sabía que existían.

-Aaauch...

Estaba cabreada viendo que también sus amigos habían sufrido su ración de daños. Intentando pararse, cosa que esperaba poder hacer, enfocó su visión calorífica en el hombre de verde.

"Vamos a ver qué te parece cuando te duele a ti", pensó. Notó también al tipo de la bata blanca, pero ella desconocía la relación entre los dos. No había conocido a Hulk, al verdadero, todavía así que era ignorante de las conexiones de esta trampa zodiaquense.

Pícara vio caer a Gandalf y entrecerró los ojos. Seguro que le había hecho daño. Aunque dudaba mucho que necesaitara volar para conseguir que lloviera, lo había hecho así, y gracias a él habían conseguido descubrir a... ¡a Hulk y a Bruce! La muchacha no se lo podía creer. ¿Qué tomadura de pelo era esa? Su cuerpo se tensó por la rabia, y miró hacia todos lados, sabiendo que Zodiaco les observaba, divirtiéndose.

Los únicos más capaces para enfrentarse a Bruce eran Gandalf, ahora medio inconsciente, y Kara, que había decidido lanzarse también contra Hulk, al igual que Lobezno. Tanto Spiderman, Masacre y ella eran más del cuerpo a cuerpo.

A no ser...

Se le ocurrió una idea. Miró los edificios de alrededor. Y salió volando hacia uno de ellos, el que estaba más cerca del edificio dominado por el falso Bruce. ¡Sacad a Gandalf de allí! ¡Si lo consigo, esta caída sí que provocará un terremoto! Y Pícara se puso a empujar el edificio, para tirarlo contra el otro edificio.

-¿Hulk y Banner?- con razón su sentido arácnido estaba más gritón que una adolescente en un concierto del Justin Biever ese...

Desde lo alto del edificio había observado la inesperada sorpresa.

Lanzó una telaraña a un edificio cercano para columpiarse hasta ellos, salvando, de red en red, la distancia que los separaba. Mientras, observaba las acciones de sus compañeros, y escuchaba sus reflexiones, a un tiempo de soltar sus propias ironías y chascarrillos que lo ayudaban a esbozar algun plan de combate que se resistía a trazarse.

Durante un tiempo en el que prolongó su paseo. No salía de su asombro. Y no sabía como enfrontarlos juntos y por separado. Hulk era puro músculo, y se vencía solo con el uso del ingenio, nunca con fuerza, pero Bruce era el segundo o tercer cerebro más potente del mundo. A lo sumo, con suerte, el quinto. Y Parker... era brillante, sí, pero no se auto-consideraba ni en la misma liga.

Solo podían vencerlos con un plan magistral y con trabajo de equipo.

No obstante sus colegas heroicos ya se habían lanzado a la confrontación abierta.

¿Cuando aprenderían que pegarse primero y preguntar después raramente entre superhéroes funcionaba? Claro que aquello no era un encuentro casual en Nueva York, sino el juego de un sádico cuyas retorcidas normas ya conocían.

Kara y el mutante, retaco y peludo, se lanzaron contra el gigante esmeralda. "Bien" se dijo el trepamuros, encogiéndose de hombros y aun con la esperanza de un plan. Luchar otra vez con Hulk no le ilusionaba de una forma especial, sus dientes aun estaban flojos de la última ocasión que se enfrentó con él, y, Spider-man no era ni Masacre ni Lobezno para poder regenerarse otros nuevecitos.

Entonces, Pícara, pidió que alguien se encargase del mago gris:

-¡Yo me ocupo! -gritó nuestro amistoso vecino algo confuso al olerse aquel plan que se basaba aparentemente en aplastar. -Marchando un rescate de mago hecho papilla con patatas.-

La idea era basta, bruta, más propia de la antorcha humana que de Reed Richards, pero igual separaba a Bruce de su alterego verdoso y puede que fuese lo único que necesitaban.

Se balanceó hasta allí, recogió al invocador gris sangriento del suelo metafóricamente con una espátula, y se lo cargó sobre los hombros saltando y lanzando de nuevo otra red para alejarse de allí.

Bruce Banner y Hulk. Algunos decían que eran el mismo. Pero Masacre no conocía su identidad antes de eso- _{claro que siguió sin importarle}- y Masacre se cabreó. El malo seguía sin ser una maciza, hasta Hulka le habría valido- _{conozco tus fetiches, Hulka le hubiera encantado}- Qué demontres, ni siquiera Galactus. Al menos habría intentado ver si el C4 se cargaba al gigante comeplanetas- _{¿En serio crees que hubiera funcionado?}

Spideman iba a lo suyo y los demás se peleaban contra el gigante. Se quedaría mirando, pero eso ya lo ha hecho antes y los fans le pedían bronca.

-Hulk, eres el más fuerte y eso, y mis katanas no son de adamantium porque se me olvidó decírselo antes a la mente maestra- _{otra vez con esas}- pero sé bueno y al menos finge que te duele un poco. No te lo tomes como personal y procura no devolverme el golpe, ésto no te va a doler pero tengo que hacerlo para que no me llamen gallina o lastre.

Se lanzó con sus armas blancas contra el gigante esmeralda. Masacre estaba loco_{- ¿me lo dices o me lo cuentas?} Aún así, sabía que una vez se limitaba a figurar en la escena, para con suerte, llevarse un derechazo de hulk y quedarse sin mis queridas katanas.

El golpe que realizó Lobezno fue espectacular. Sin dudarlo ni un momento salió corriendo hacia Hulk, sacando sus afiladas garras dio un enorme salto y clavó ambas sobre el pecho del monstruo verde. Se quedó clavado sobre la imagen de aquella bestia hiriéndolo de gravedad. El gigante no tardó en desplomarse ni un instante, había perecido a una velocidad increíble, y es que la rabia del hombre de esqueleto de adamantium a veces podía ser demoledora. No había hecho falta que ninguno más le ayudase, había sido un final muy rápido.

Pero aún quedaba su contraparte, Banner. El extraño científico que era capaz de conjurar rayos de electricidad como si de un mago se tratase. Zodiaco había combinado la doble personalidad del hombre, creando una bestia fuerte y gigantesca combinada con la inteligencia y la magia del pequeño. Gandalf estaba en el suelo sin poder levantarse, y tras ver como Lobezno había anulado por completo a Hulk, Kara decidió apuntar hacia el hombre, su visión calorífica no llegó a impactarle, pues lanzó un rayo que la bloqueó evitando que así lo dañara. 

Pícara se lanzó contra uno de los edificios, pero cuando fue a arrancarlo pudo sentir como el peso era excesivo para ella. algo que nunca le había pasado, pero Zodiaco parecía divertirse en ese momento con ella, y todo el edificio que había arrancado se le cayó encima aplástandola por completo. Si no hubiera sido por Spiderman, Gandalf hubiera perecido pues no habría sido capaz de evitar el derrumbe y tendrían que lamentar su pérdida por culpa de la torpeza de Pícara.

Pero mientras el caraderred se columpiaba de un lado a otro del Falso Nueva York, con Gandalf cogido como si fuera un saco de patatas, Bruce lanzó otro de sus rayos con una increíble puntería. El haz de electricidad dio en una de sus telarañas consiguiendo que se desequilibrase y ambos, joven y anciano, cayeran y se estamparan contra el suelo. 

Ya había tres menos, Gandalf gravemente herido, pues la última caída no le había ayudado a recuperarse, Pícara que sentía como toneladas y toneladas de cemento y hierro se habían caído sobre ella. Y el increíble y torpe Spiderman, cuyas telarañas le habían vuelto a fallar y lo habían convertido en papilla de chico adolescente.

Tan solo quedaban tres, el prota de Lobezno, la flamante Kara y... ^{en fin, ¿cómo decirlo?}_{Mejor lo dejamos en...} Masacre. Él que con sus katanas, o lo que fueran, se lanzó contra el cadáver de Hulk, que no se había dado cuenta que había sido derrotado y quería apuntarse los méritos que no le correspondían.

Gritó durante un rato largo al rostro que parecía dormido de Hulk.

Tras clavarle las seis garras de adamantium en el pecho, aún sentía ira, y la única manera que tenía de desfogarse era gritando y gruñendo sin parar encima del cuerpo de Hulk.

No lamentaba su pérdida, pues era un falso Hulk. Un vil engaño por parte de Zodiaco para castigarlos sin descanso dentro de su juego macabro.

Aún estaba enfadado. Y más aún cuando vio cómo Pícara caía bajo el amasijo de hormigón y cristal. Y más aún cuando vio que Gandalf y Spiderman caían sin cuartel hacia el suelo, estrellándose sin piedad.

Lobezno apretó los puños, y se clavó las uñas en las palmas de las manos, las cuales comenzaron a sangrar de la misma manera que comenzaron a cicatrizar.

-¡AAAAAAHHHHHHHGGGG!-gritó, abriendo la boca enorme, y dirigiéndose contra el acólito de Zodiaco de la única manera que sabía: a base de sus garras.

-Rubia, eres fuerte, ¿no? Como Pícara- dijo Lobezno acercándose hacia Kara-. Empújame hacia ese cerdo- señaló con el mentón hacia Banner-. Cógeme y lánzame con todas sus fuerzas.

Lobezno miró hacia Banner, y preparó sus garras por delante para clavarlas en cuanto se acercara al científico.

Karah vio como sus compañeros iban cayendo, aunque gracias a Lobezno también lo hacía el grandote verde. La sorprendió como ese sujeto que acompañaba al monstruo había logrado desviar su poder con un rayo de energía. Ella, que solía tener un carácter positivo y jovial, se llenó de sombras en su interior cuando notó que Gandalf, Spiderman y Pícara estaban heridos. Este hijo de perra no se lo iba a llevar gratis.

-Rubia, eres fuerte, ¿no? Como Pícara. Empújame hacia ese cerdo- señaló con el mentón hacia Banner-. Cógeme y lánzame con todas sus fuerzas.

No hizo falta que se lo volviera a repetir. La rubia kriptoniana tomó a Lobezno por el torso, sujetándolo con sus manos y dijo:

-A la cuenta de tres: uno, dos…

Y lo lanzó hacia el tipito insulso que había frustrado sus planes de liquidar al grandote, aunque por fortuna y gracias a sus compañeros, ya estaba out, con todas sus fuerzas.

-¡Tres!!

Miró hacia el fondo, a ese tipo pequeño que parecía poder lanzar rayos tan fuertes. Esperaba que su amigo pudiera acabar con él. Pero se preparaba para que no fuese así, siempre debía estar lista.

Así eran los super héroes...

En cuanto Kara lo cogió, Lobezno apretó las mandíbulas, notando sus dientes rechinar. Era ahora o nunca.

Gritó con furia con las garras por delante, brillando, y fijó con la mirada su objetivo. Aquel despreciable que quería ser Banner, pero que seguramente no le llegaría ni a la altura de los talones.

Concentrado más que nunca, Lobezno mantuvo la vista fija en él, mientras volaba por los aires gracias a la fuerza de Kara. 

-¡Ahhhhh!- gritó con todo el aire de sus pulmones para darse fuerza, energía y valor. Tenían que acabar con aquel tipo cuanto antes.

—¡Salvado!- dijo el Redes al anciano mago mientras lo cargaba sobre su ensangrentada espalda.

  Alargó el brazo y lanzó una telaraña que podía sacarlos de los futuros escombros. -Tweet- Fugazmente, mientras se columpiaban de un edificio a otro adquiriendo altura, lamentó no haber podido hacer otro tanto para el capitán Stacy, aunque aquello parecía haber ocurrido hacía más de 30 o 20 años, para él siempre era el paso justo y anterior al presente. Peter cargaba sobre sí la responsabilidad de la muerte de todos sus seres queridos, incluso de aquellos que la mayoría estarían de acuerdo en dictaminar que no fueron culpa suya.

  Pero Spiderman había cantado victoria demasiado temprano. La hebra de su red se desintegró bajo el rayo del misterioso aparato del impostor Banner.

  —¿Salvado? Y a mí, ¿quién me salva? - dijo mientras caían a velocidad de vértigo sin tiempo a poder tejer otra red. Y es que así era él, ni en la adversidad más fúnebre podría cesar de bromear, estaba en su naturaleza. El arácnido moriría como había vivido.

  La caída fue brutal, y el asfalto inclemente. Y, mientras sus ojos se cerraban con un cansancio insondable, fue cuando Parker sintió la muerte susurrando su nombre.

  —Lo siento, Mj. – despidió con un casi inaudible hilo de voz. —Hice todo lo que pude, tío Ben.

  Luego, se vino la oscuridad.

Todos habían atacado de inicio a Hulk antes que a Banner pero la Mente Maestra les dejó a todos atacar a Bruce cuando Pícara acabó con el gigante. ¿A todos? No, a Masacre le hizo que siguiera atacando al verde después de muerto. Se empezaba a creer que solo era un pj cómico- _{a buenas horas}- con el que hacer chistes- _{mangas verdes}.

Banner seguía haciendo de Extraño mientras la mayoría le atacaba. Menos el viejo y Spiderman, que caían al suelo. Spiderman parecía moribundo- _{¿será este el sueño del director y la Seta?}- aunque seguro que exageraba un poco.

-El tiempo de ser un chiste ha pasado. Después de hoy me considerarán un héroe. Me tomaran en serio.

Fue corriendo, bamboleando los brazos y dando saltitos, acercándose a Spiderman.

-No en mi turno- dijo mientras bajó la parte de la boca de la Máscara de Spiderman y la suya propia para propinarle un beso. Algunos dirían que era una reanimación boca a boca, otros que el inmortal bocazas había cambiado de acera. Fuese como fuese, primeros auxilios o el cuento de la bella durmiente, la intención era salvarle la vida al arácnido- _{y luego dice que se lo toman a broma.} - Cierra los ojos y piensa que es Spidergirl- se dijo a sí mismo.

Con un leve hilo de voz, Gandalf agradeció a Spiderman que lo recogiese del suelo. Estaba bastante trastocado tras la caída anterior.

Pero no acabaría ahí.

Un nuevo ataque del enemigo en cuestión hizo que el trepamuros y el mago cayesen desde lo alto, precipitándose contra el duro asfalto.

Esta vez quedó malherido y no pudo levantarse.

Pícara notó cómo se había precipitado con el edificio. Sus poderes no eran iguales a los que tenía en su dimensión, y sus fuerzas se vinieron abajo a la par que el edificio. Se cubrió, haciéndose una bola y protegiéndose con sus brazos. No sabía de qué iba a servir, ¡pero no iba a dejarse aplastar así tan fácilmente! Su mente luchaba por escapar de esa prisión involuntaria en la que se había metido. La oscuridad llegó demasiado pronto para ella. Pero notó que seguía respirando

No estoy muerta pensó, como si fuera un alivio

No me puedo mover intentó hacer varios esfuerzos, pero no dieron resultado

Te lo tienes merecido, ¡bruja! ¡Vas a morir y saldré de esta prisión! ¡Jajajajaja! gritó dentro de ella Miss Marvel

No, no, cállate, voy a salir, me voy a liberar... su mente atrajo a un recuerdo. Y era Tormenta liberándose de una situación parecida, aunque sin tantos cascotes encima. Tormenta, agobiada por su claustrofóbia, desató su poder e hizo añicos de los trozos de pared. Ella tenía que hacer lo mismo.

¡AAAAAAAAAAAH! gritó mientras flexionaba los músculos para liberarse de aquella mole.

El Doctor Extraño pudo ver como Kara cogía entre sus brazos a Lobezno, ^{¿un momento? ¿ha dicho Doctor Extraño?} ¿_{Pues creo que se ha confundido.} ^{¡Si puede ser!} perdón, Banner vio como una mezcla entre Lobezno y una bala se cernía sobre él a gran velocidad. El director o Zodiaco estaban muy hartos de personajes como Spiderman, pero también de personajes como Lobezno que parecían ser siempre el puto centro de todas las sagas y películas en las que aparecía, así que éste no fue el caso. El hombre bala de adamantium se precipitó a gran velocidad sobre el Falso Banner y éste hizo un gesto con la mano que lo detuvo al instante. Luego hizo un giro de muñeca y Logan dio media vuelta, y después realizó otro movimiento, como quien lanza una pelota. Aquellos poderes ahora parecían lo del archienemigo de los X-men, Banner no solo era capaz de lanzar rayos de electricidad si no que parecía ser capaz de controlar el metal. Pues mientras con una mano lanzaba a Lobezno contra Kara, y ambos caían al suelo golpeándose contra el duro asfalto ^{que parecía dar más leches que Hulk,} con la otra movía los amasijos de hierro que Pícara había levantado para modificarlos y convertirlos en una prisión que impidiera a la muchacha escapar.

Tan solo quedaba el quejica de Masacre, al que hace poco habían dicho que en su próxima película podría tener novio, y tras los acontecimientos que estaban pasando en ese momento, era algo bastante seguro. Masacre acercó sus labios a Spiderman dándole un apasionado beso. Luego empezó a hacerle unas caricias en el pecho como quien finge estar haciéndole una reanimación. Pero lo que se había reanimado era su segundo cerebro ^{es Masacre, querrás decir Su Primer Cerebro}, la situación había dejado sorprendido a Banner. No podía creerse que el loco de Deadpool aprovechara la inconsciencia del caraderred para meterle mano. Pero fuera lo que fuese lo que había hecho, Spiderman se había despertado, había recuperado la conciencia y aunque lo negase, había fingido estar inconsciente para disfrutar de toda aquella situación. 

Aquella partida estaba tomando unas connotaciones un poco extrañas. Pero Masacre tenía tanto empeño en que una mala-malísima les atacase, cuando realmente estaba disfrutando de ver a tanto macho junto actuar de una forma tan ruda y agresiva.

El caso es que con Banner distraído de aquella manera, que quien sabe, lo mismo hasta estaba disfrutando del espectáculo, era el momento perfecto para liquidarlo... o no...

El tiro de Karah había salido bien, o eso parecía. Cuando ese tipito detuvo en el aire a Lobezno con un gesto de su mano, la kriptoniana se dio cuenta de que no… no había salido nada bien. La rubia no tuvo tiempo de decir mucho más, o pensarlo, puesto que Lobezno volvió hacia ella y se chocaron con un impacto que los hizo besar el aslfalto.

-Agghh…

Dijo la joven, moviendo al hombre de lado mientras veía, de soslayo, una escena un poco rara entre Spiderman y el loco de rojo.

-¿Estás bien…? –preguntó al hombre con las garras de Adamantium, a ella le dolía todo y eso que era una “super chica”. Su ceño se frunció al comprender que el enemigo era mucho más poderoso de lo pensado al principio.

“¿Cómo derrotarlo?” se preguntó. –Chicos!! –les gritó a los “dos amantes” –debemos aunar un plan, este sujeto es realmente duro de pelar. Y no tenemos tiempo, dejad el romance para más adelante. ¿Dónde está el mago?

Creía que iba a volverlo a conseguir. Un vuelo perfecto, las garras preparadas y tan sólo era necesario clavarlas como si fuera a hacer un pincho moruno. Hasta que se dio cuenta de que en su vida jamás había tenido dos golpes de suerte seguidos.

Casi pudo contemplar los poros del rostro del falso Banner. Y gruñó con los dientes muy apretados al ver que se detenía en el aire. Aquello le hizo recordar memorias pasadas y un tipo con un tocado ciertamente interesante, y, mientras volaba de vuelta, y antes de estrellarse contra Kara, se preguntó si aquella criatura que se estaba pasando por Banner tendría más poderes escondidos.

-Estoy bien, estoy bien- respondió, gimiendo, mientras se sacudía la cabeza como un perro, y se volvía a poner de pie tambaleándose-. ¿Y tú, rubia?

Iba añadir algo más, pero dos cosas le distrajeron. Primero, el comportamiento extraño del edificio que Pícara había intentado derribar contra Banner. Su teoría de que el mutante más buscado de la historia estaba detrás se acrecentó en su mente. Y, segundo, el espectáculo que daban Spiderman y Masacre. Ladeó la cabeza sin entender muy bien qué era lo que hacían, y abrió la boca para gritarles que no era tiempo de hacer tonterías, pero Kara se le adelantó.

Escuchó sus palabras, y asintió.

-Tiene razón- dijo Lobezno-. Se nos está complicando la cosa-. Hizo una pausa para palparse el costado, que le ardía de dolor de manera horrible, y continuó-. Gandalf, tú eres poderoso- dijo, mirándolo-. Convoca un gran fuego, uno enorme, y consume a ese cretino entre las llamas.

No le bastaba a ese malo con poder lanzar rayos, si no que ahora manejaba el metal. ¿De qué cojones iba? Pícara se sentía cada vez más atrapada y asfixiada. Golpeó con fuerza las paredes

¡Aaaah! ¡Deja que mami te dé un besito, seguro que te gusta! gritó la mujer fuera de sí, estando a punto de golpear con la cabeza el metal para ver si conseguía salir de allí. La voz de Miss Marvel seguía en su cabeza, riéndose a carcajadas, como si hubiese sido ella la creadora de ese plan. Enfurecida, y agarrándose de los pelos, se dejó caer en el suelo, pensando qué podía hacer.

Estaba claro que los demás no iban a sacarla hasta que no terminaran con ese falso Bruce. Ella tenía que salir de allí de alguna manera, y si controlaba el metal, no podía hacer, pues siempre la atraparía en su interior. Piensa, Pícara, piensa se dijo a si misma, mientras golpeaba a puñetazos el suelo de su nueva mazmorra. Pero de pronto se detuvo. ¿Y si escapo por el suelo?

No le dio tiempo a madurar su idea. Empezó a golpear con furia el suelo de su prisión, con una idea clara. Crear un túnel por debajo, salir de aquella montaña de metal y poder volverse a enfrentar contra Bruce. Si no la descubría, no podría detenerla.

La reanimación del mercenario doblemente bocazas… debió funcionar:

  —Puagggg… puaggg… puaggggg… ¡qué asco!- Spiderman se incorporaba del suelo igual que se suponía que Drácula lo hacía de su ataúd. Como un resorte, y apartando a un lado a Masacre. —¡Eh! No quiero ofender. Gracias por salvarme la vida y todo eso, pero ¿era necesario meter lengua y manosearme los pectorales?- a pesar de las extrañas fantasías del máster, Peter era una arañita felizmente casada y sus fantasías no incluían a otros tíos parlanchines en mallas. —Con tu mente sucia, seguro que ya estabas pensando que era Spiderwoman.- sugirió acertando bastante de cerca. —No quiero ni saber a qué sabe el fondo de mi esófago ¡Y tú tampoco deberías de saberlo!

  Pero mientras protestaba y olvidaba ser mínimamente agradecido al mutante que se había molestado en salvar su triste vida, la chica kriptoniana supo ponerle los pies al suelo, el peligro no había pasado, y el falso Banner seguía con sus maldades en lo alto del rascacielos.

  —¿El Mago? ¿Qué mago? ooooooOOOoooOoh el mago… ¿Te refieres a esta albóndiga mágica?- dijo señalando al viejo que apenas podía despegar la nariz del asfalto. —Bueno, supongo que si consigo una espátula igual puedo sacarlo y sernos útil.- Bromeó al borde de un ataque de nervios. Aquél sádico juego lo estaba llevando al límite, estaba herido, cansado y de muy mal humor. —¡Lo que daría por poder volver a casa junto a MaryJane y poder descansar y dormir! No sé, ¿por lo menos dos largas horas? ¡Ya estoy harto! Pues ya conocéis el dicho si Mahoma no puede subir en red hasta la montaña, haz que la montaña baje hasta el cabeza de red.- dijo corriendo por la calle dirección donde se encontraba su enemigo y le lanzó una hebra con la esperanza de engancharlo y de un tirón darle de probar su propia medicina: jarabe de asfalto.

La falta de nenas sexis estaba trastocando la mente del mercenario bocazas- _{¿pero es que podía trastocarse más?-} la culpa era de la mente maestra que movía sus hilos.

-Stan Lee, macho, déjame ser normal un poco- dijo mirando hacia arriba.

Pero Stan Lee- _{o más bien la Seta y el director}- no querían que fuera normal. Así que miró a Lobezno, que preguntaba por el viejo.

-Magneto, digo, Gandalf está gagá. Y no esperes que le haga lo mismo que a Spiderman. No quiero morir atragantado por un pelo de barba.

Luego le dijeron que hiciera algo.

-Ya le he distraído, y no pienso montármelo para distraerle más. Aunque, qué narices, mi pistola parece tener balas ilimitadas. Que no quede por disparar.

Una vez más, sus ataques no servirían de nada. Pero disparar le tranquilizaba. Apuntaba a Bruce, que seguro que tenía un hechizo protector o peor, uno que devolviera balas a su origen- _{pstt, gañán, tú no des ideas.}

Personalidad 1: Oye, que sepas que no le pediste al director munición infinita.

Personalidad 2: Cállate, que creo que está colando.