Partida Rol por web

Elsa abrió los ojos asustada. Miró alrededor buscando a alguien que le pudiera ayudar. ¿la camarera? ¿Los de mantenimiento? ¿El matemático? ¡Oh, joder! ¿Es que nadie le iba a echar un cable? ¿Era la única que sabía primeros auxilios?

Con mano firme aparté a Gerard. - Ve a buscar ayuda.- le supliqué mirándole brevemente a los ojos. - Lucy, ayúdame.- 

Juntas tumbaron a su padre en el suelo o en la mesa, lo que les fuera más útil, una vez tumbado Elsa le abrió los ojos para mirarle las pupilas y reflejos, comprobó el pulso , respiración y la boca. -Lucy, levántale las piernas.- ordenó al descartar atragantamiento, mientras seguía inspeccionando para saber cómo proceder. ¿Era una bajada de tensión? ¿Una subida/bajada de azúcar? ¿Necesitaba una maniobra de RPC?. Intentó actuar como su madre le había enseñado y como tantas veces había ocurrido en algún entrenamiento en el equipo demasiado duro pero el pulso le temblaba y las lágrimas amenazaban con aparecer cada segundo que pasaba que su padre no estaba bien.

Vamos Elsa, tú puedes... ¡Eres Elsa Capunta!

Stan sale del control y Johny sigue de cerca a su saco de grasa y oro favorito. Unos pasos por detrás del dúo va Andrew, aburrido del trabajo con ganas de pedir algo de beber y vaciar la vejiga para hacerle sitio. Al bajar tan solo a la primera planta un hombre de pelos rizados aparece en el pasillo al que dan las escaleras de la planta -3 con cara de preocupación

S-stan, estoy seguro al 90% que necesitamos ayuda, ve a buscar un médico

Pero Stan, en su inconsciente temeridad sale al pasillo de madera y tira a la derecha en el que está la cafetería, dejando a la izquierda los vestuarios, y el hombre de rostro arrugado en su momento de estrés lo que hace es guiarle, pensando en un remoto lapsus mental, que Stan podrá ayudarle.

Llegais a la cafetería, en la que la preciosa camarera Lucy zarandea los pies de un médico que hay tumbado en el suelo mientras una cheerleader parece intentar reanimarlo y comprobar sus constantes, y observando la escena, dos hombretones grandotes: Fredd y su ayudante melenas, que con una taza de café cada uno observan la escena desde la mesa contigua como si no fuera con ellos
 

Gerard asiente mientras Lucy ayuda a Elsa a colocar al médico en el suelo y le levanta las piernas como le indica la chica. Parece que está un poco nerviosa - ¿Qué le pasa? - Pregunta muy preocupada

El matemático da dos zancadas hacia las escaleras y vuelve de inmediato. Es matemáticamente imposible que haya podido bajar ni un escalón, pero el caso es que viene con un orondo guardia de seguridad, un forastero un poco andrajoso y un tipo pijo y remilgado de expresión escéptica.

Gerard conduce al orondo guardia de seguridad hasta la escena y observa a Elsa con admirada preocupación por el médico que yace en el suelo

Tras comprobar una primera vez el pulso, y zarandearlo un poco... determinas que está muerto, debe haber sido ahora mismo ¿necesitaría una ambulancia?

Johnny adoraba la cultura americana. Todo era igual que en los High School de las películas: fueses a dónde fueses te podías encontrar con un informático marginado, un jugador de fútbol americano corpulento o una animadora. Lo que jamás encontrarás es la puerta de salida de este manicomio.

¿Stan? ¿Diónde estar la salida?-dijo, sin referirse a la ropa inapropiada de Elsa.

El inmigrante avanzó tras Stan con las manos ocupadas: un cuchillo y una tortita. Su mandil lucía un gran logotipo del Johnny Kebab, lo cual no explicaba en absoluto qué hacía allí.

Yo tiener salchicha-dijo a las dos chicas-. ¿Viosotras quierer salchicha mía?

Con gran aparatosidad, Johnny pusó la fajita sobre el cuchillo, con los dedos sujetando la riñonera para que no se corriese. Con la mano libre, abrió la cremallera (de la riñonera) y sacó un sobre de salsa picante. Al parecer había confundido la palabra Sausage con la palabra Sauce.

Cerró la riñonera. El inmigrante tendió el sobre para que alguna de las dos la cogiese, pero al final se dió por vencido y lo dejó en el suelo. Después hizo un gesto de aquel que bebe un vaso de agua, pero con los dedos más juntos, como si se refiriese a algo más pequeño que un vaso (como un pene o un sobre de salsa cogido con las yemas de los dedos) y señaló al desmayado.

Extria piquiante. ¿Cómo se dicie...? Tan piquiante que leviantar a un muertio.

Mi cabeza aun no asimila lo que ocurre a mi alrededor, sera la resaca, la falta de sueño, el café, el lugar, o quizá una mezcla de todo, sin embargo no tengo la lucidez adecuada.

Con mi cabeza agachada respirando profundamente los aromas del café y mi vista puesta en las pequeñas burbujas que se forman al remover el caliente liquido, no me percato de la situación hasta que escucho una voz con un extraño acento, que me saca de mi trance y hace que levante la cabeza.

Y lo que veo me hace dudar de mi propia vista.

Veo lo que parece un científico en el suelo y a su alrededor tres personas, que no recuerdo haber visto antes.
Una animadora, un tipo extranjero y otro mas, eh como decirlo, ¿normal?.
Este ultimo seguro que trabaja aquí, pero ¿los otros dos?. Bueno es igual.

Seguro que se atraganto con el pastel de manzana. TÍPICO

Me levanto y voy a ver si puedo ayudar,
Oye Fredd, veamos si podemos hacer algo

¿Que ocurre? ¿podemos ayudar en algo?

Simplemente espero indicaciones, y que mi cabeza vuelva en si cuanto antes.

Jajajaajaja – Andrew no puede para de reír – jajaj ains… - carraspea y se dirige a Johnny – Creo que tu salchicha habría tenido más éxito si hubieras probado con Jay – le sonríe y se dirige hacia la barra a pedirle a la encargada de la cafetería– Lucy guapa, cuando puedas ponme lo de siempre – Parece notar otro retortijón, mala señal.

Al ver que Lucy no está tras la barra se da cuenta del hombre estirado allí en el suelo. Parece uno de los médicos, no debe ser nada grave si los de mantenimiento ni se han movido – Buenos días – les saluda mientras se aleja rápidamente por el pasillo hasta llegar a la puerta del baño. Cuando llega allí se da cuenta de que el malestar provocado por el kebab ha desaparecido y vuelve hacia atrás.

Se acerca a las dos chicas - ¿Qué le ha pasado? –  Si trabajabas en aquella empresa, desmayo por estrés no era, eso seguro, al menos en su zona de trabajo, lo que es trabajar duro, se hacía más bien poco. Estando Stan allí con su walkie y la animadora intentando reanimarlo, seguro que volvía en sí rápidamente. Un momento… ¿Una animadora? Mira a la animadora extrañado, pero se encoje de hombros quitándole importancia a su presencia. Andrew piensa que seguramente sea una bajada de tensión o quizás un corte de digestión o algo así, con los cambios de temperatura que tenían en el edificio a cualquiera no le daba un chungazo, incluso el nuevo de mantenimiento parecía estar medio atontado.

No supo cuanto tiempo estuvo quieta mirando los ojos fijos desvanecidos de su padre. Fue como si ella misma hubiera salido de su propio cuerpo y lo observara todo como un espectador de un teatro cruel. Su padre, inmóvil en el suelo, lejano recuerdo de un hombre de gran porte y saber estar, inteligente y de mirada siempre curiosa, había dejado de mirar a su hija, su única hija. Ella, con su traje de animadora y la bata de laboratorio tres tallas más grande encima, con sus coletas sacudiendose al ritmo que marcaban las manos temblorosas que hacían la reanimación cardiopulmonar, gimoteaba con la voz cada vez más rota.

-Vamos, papá...-

-No te rindas..... papa.... no me dejes.... 

La vista de Elsa comenzó a estar enturbiada por las lágrimas. Los brazos le dolían. Y previo a la gran catarsis final, los espectadores fueron llegando uno a uno, Gerard el matemático junto con un hombre andrajosa presencia y otro más corriente. Luego llegaron los dos hombres de mantenimiento, espectadores del drama, habían sido los figurantes de el momento más duro de la joven Elsa.

- No.... siempre me dijiste que luchara.... que era tu campeona... ¿Por qué...

Elsa dejó caer los brazos agotada, las lágrimas terminaron cayendo por sus pálidas mejillas salpicadas por las pecas de la juventud. Hoy era el día de visitar a tus padres en el trabajo ¿Qué broma cruel era aquella? ¿Acaso había un ente macabro en todo aquello? ¿Acaso había alguien observándolos desde detrás de una pantalla impertérrito mientras cenaba un flan?

Se levantó lentamente, grácil como era ella no pareció usar las piernas para apartarse de todos. Se giró dándoles la espalda y miró a su alrededor. Se sintió desamparada, dolida, con el corazón roto en trillones de pedazos. ¿Por qué tenía que morir? ¿Por qué había muerto? 

Se apoyó en una mesa, sentía que las piernas le temblaban y perdían la fuerza. Mil hipótesis surcaron por la cabeza de la rubia, su corazón que parecía que se había parado para siempre comenzó a bombear con fuerza y rapidez. Su padre había muerto... de la peor forma. Había muerto y estaba solo, no estaba con su familia, en su hogar. Con un grito salvaje levantó la mesa tirándola al suelo. Pateó una silla que salió volando y se llevó las manos a la cabeza, apretándo con uñas su cabellera, desbaratando sus coletas. Su padre había sido olvidado, desdeñado por la sociedad impasible ante el dolor ajeno. Su verde mirada quedó fija en los dos hombres de mantenimiento, derramando ira, supurando odio... ellos le habían visto morir.

Le habían dejado morir.

¿Acaso se atrevía a ofrecer ayuda ahora?

Elsa agarró lo primero que tuvo en la mano, una solitaria planta de decoración fue su temible arma. Empuñándola como si de Excalibur se tratara corrió hacia los de mantenimiento y comenzó a golpearles con las raices del ficus. La tierra arraigada en la planta comenzó a caerle encima mezclándose entre sus lágrimas.

- ¡MALDITOS! ¡HIJOSDE++++! ¡+++++! ¡LE HABÉIS DEJADO MORIR! ¡ERA MI PADRE!-

Johnny cayó de culo, asustado por la reacción de Elsa. Decían en el Príncipe que la suerte es como las mujeres, que tienden a dar sus favores a los hombres jóvenes e intrépidos. Sin haber leído a Maquiavelo, Johnny Kebab había llegado a la misma conclusión que él: son todas unas putas. ¿Le regalaba un valioso sobre de salsa valorado en diez céntimos, que tantas horas de trabajo había costado al inmigrante poder comprar, y era así como reaccionaba? ¡Anda y que le den! ¡Loca, más que loca!

Temeroso de la ira de la adolescente psicópata, reunió todo su valor para gatear hasta el científico evidentemente mareado o dormido, recuperar el valioso sobre de salsa y andar hacia atrás, como los cangrejos, hasta que su espalda dió contra la barra y su hombro contra la pernera de Andrew.

Entonces Johnny Kebab se fijó en que Elsa dejaba la mesa y se hacía con un ficus, al mismo tiempo que decía que lo habían dejado "Dyed", seco. No es muy normal ponerse así porque no hubiesen regado una insignificante planta, pero era una costumbre occidental con la que Johnny estaba familiarizado: muchos de sus ídolos actores hacían cruzadas ecologistas en apoyo a la Selva Amazónica, esté dónde esté ese sitio. Esto era igual, pero a menor escala.

Amiguio de Stan-dijo a Andrew tras levantar la mirada desde el suelo-, ¿tiu pioder dar viaso de agua a chica "Cheese-Reader" piara que se calmie?

Así la lectora de quesos podría regar su querida planta, y todos tan contentos.

La animadora empezó a sollozar. Andrew no entendía qué le pasaba, solo se había desmayado, ¿no? Siguió mirando la escena desde su posición en la barra. Y todo se volvió en parte más extraño. Lucy también parecía bastante acongojada. 

De repente notó algo contra su pierna. Miró hacia abajo y vio a Johnny en el suelo de espaldas a él con la bolsita de salsa en la mano. Entre eso, las acciones de la cheerleader y el griterío de estupideces e insultos, la cafetería parecía una jaula de grillos ¿Pero qué cojones decía esa niña? ¿Muerto? No podía ser. Seguro que sólo estaba desmayado. 

Tranquila que seguro que no es nada grave - se acercó al médico y mientras lo examinaba, preguntó a Lucy - ¿Qué ha pasado? ¿Ha dicho que es su hija? - miró hacia la niña que en esos momentos alzaba entre sus manos el ficus de plástico y casi se lo estampaba a Fredd en la cabeza. Era surrealista. Se giró en busca de Stan - Ehh ¿Stan? Llama a... - En qué estaba pensando ese gilipollas.

Joder, y yo que pensaba qun Nada en mi primer dia de trabajo me podia sorprender ya a estas alturas.

Pues estaba muy equivocado, no creo que tenga un primer dia mas heavy que este.

Por si no fuese bastante con intentar lidiar con la resaca, la falta de sueño, y el propio trabajo en si, ahora una niña disfrazada de animadora, me acusa de asesino!!!. Buffff esto ya si que me supera.

Vamos a ver mocosa, para empeazar, nosotros ( señalando a Fredd y a mi), no hemos matado a nadie, y si no hemos hecho nada antes, es por que, no soy medico y no tengo los conocimientos para hacer nada, por que si toco a tu papi, para intentar salvarlo y lo perjudico, seguramente me demandariais, y bastantes problemas tengo ya, para para sumar otro mas a mi lista.

Yo no tengo ninguna clase de obligación ni moral, ni profesional de ayudar a nadie en estos casos, con lo que puedo perfectamente volver y sentarme a terminar mi café.

Si quieres que te ayudemos perfecto, si no, llama a una ambulancia. Pero no pienso ni discutir ni dejar que me llamen asesino.

Termino de hablar y me dispongo a mirar en la muñeca del cientifico si tiene pulso.

La mano que sujetaba la planta quedó suspendida en el aire. Elsa ladeó su cara a medida que el melenas le daba la espalda para dirigirse a su padre. El hombre del mantenimiento no logró ver cómo la animadora comenzaba a romperse por dentro. Sus ojos, reflejo de su alma, comenzaron a abrirse en su plenitud mientras un tick nervioso se adueñaba de su ojo izquierdo. La animadora comenzó a reírse de manera histérica, cercana a un colapso nervioso dejó caer la planta al suelo justo antes de cerrar sus manos en un puño.

-No.... toques... a... mi... padre...

El tono de voz, grave y suave pudo haber sido suficiente advertencia, pero la cheerleader no estaba por negociar. Buscaba un culpable, y ya lo había encontrado; Aquél que no había llamado a un médico y se había sentado a tomarse un café mientras su padre caía encima de la mesa.

La rubia se tiró encima del hombre de mantenimiento que le había dado la espalda y comenzó a golpearle y arañarle con todas sus fuerzas.

-¡ALÉJATE DE ÉL! 

Stan se ha quedado unos segundos observando el cuerpo inmóvil, cuando la chica tira el ficus y se lanza contra Mark procede a intervenir intentándola coger y apartarla de él, las enormes manazas de Stan agarran las muñecas de

Stan se ha quedado unos segundos observando el cuerpo inmóvil, cuando la chica tira el ficus, se refiere al doctor como su padre y se lanza contra Mark procede a intervenir intentándola coger y apartarla de él, las enormes manazas de Stan agarran las muñecas de la chica prácticamente inmovilizándola - Quieta, quieta, quieta- y dandole un empujón la sienta de golpe en una silla colocando sus propias manos contra sus hombros... realmente no sabe que decir y os mira al resto buscando algo de consuelo para la chica cuyo padre acaba de morir

Lucy está observando el cuerpo del médico, cubriéndose la boca con una mano, idiotamente abducida por la imagen de alguien muerto en la cafetería.... hace un momento le he traído agua, no es posible que haya muerto dios mio... - Sus ojos no salen del hombre que allí yace y no parece que sepa qué puede hacer mientras Elsa continúa gritando justo a vuestro lado.

Mi idea era solo colocar los dedos y esperar a notar alguna pulsación, no por reanimarlo, ni contar las pulsaciones, si no para saber si esta muerto o no, pero no dispongo de ninguna habilidad medica con lo que mejor lo dejo.

Levanto las dos manos mostrando las palmas hacia Elsa, como cuando lo detiene a uno la policia.

Y en un tono tranquilo y relajado le digo:
Vale Elsa, de acuerdo, no tocare a tu padre.

Intento mantener la calma, pues lo que acaba de pasar me sorprende muchisimo y si me altero, lo único puede que lo único que consiga, sea que Elsa se ponga mas nerviosa de lo que ya esta.

Oye Stan, ¿puedes avisar por radio una ambulancia o un equipo medicó?
Los necesitamos aqui ya mismo.

No se muy bien que hacer, pues tampoco se si hay algo que se pueda hacer, pero lo que tengo claro es que el show de la cafeteria debe terminar, pues poco a poco se llenara de curiosos, con sus preguntas y comentarios. Y no es bueno para nadie.

Elsa se había tirado encima de el hombre de mantenimiento de cabello largo. Lo agarró con sus uñas para arrastrarlo lejos de su padre pero el hombre era mucho más grande y fuerte que ella, así que histérica levantó sus manos y le empezó a golpear con las palmas. Mark se giró hacia ella y levantó sus manos no queriendo entrar en conflicto, pero eso no calmó a Elsa, que con la vista borrosa por las lágrimas no podía evitar culparle de todo su dolor. Stan agarró las muñecas de la rubia justo cuando ella había clavado sus uñas en la camiseta de Mark. La camiseta negra se rasgó con un fuerte crack cuando el de seguridad tiró de ella para empujarla a una silla.

Agarrada por los hombros se agarró con saña a las muñecas de Stan apretando las uñas, pataleando y gritando. La impotencia de verse atrapada y sin posibilidad de poder liberar su locura la agitaron más. Con los ojos enrojecidos y la voz rota por lo gritos miró con furia al pobre de Stan. Abriendo la boca intentó morderle pero el guardia levantando una mano le giró la cara golpeándole una de las mejillas.

Elsa se mareó del golpe y comenzó a ver puntos blancos, las voces que ahora escuchaba porque había dejado de gritar las oía distorsionadas y huecas. Se quedó quieta, gimoteando por inercia, con la cabeza colgando a una lado, respirando agitada. Su mejilla le ardía y se dio cuenta que estaba más atrapada por la bata tres tallas más grande enrollada en ella que por Stan, que la acariciaba suavemente por los hombros.

No sabría decir que le había pasado a ese hombre, pero estaba más tieso que el codo de un playmobil. Se le ocurrían montones de preguntas sobre posibles patologías diagnosticadas o algún antecedente en la familia con problemas del corazón o ictus o… mejor no preguntar nada estando su pobre hija allí.

Andrew se retira un poco, apartándose del cadáver y agarrando a Lucy por los hombros – Ven, siéntate, ahora vendrá algún médico – Intentó suavizar la situación y calmar a la camarera - Stan va a llamarlos ya ¿verdad Stan? – Dijo mirándolo con cara de “o te das prisa o se van a volver todos locos”. Se sentó en el brazo del sillón al que había retirado y sentado a Lucy. De repente la chica empieza a acercarse a el nuevo y se vuelve loca otra vez, cuando Stan la contiene contra el sillón justo en frente de ellos, es capaz de llegar hasta el de mantenimiento y arrancarle la camiseta...la situación estaba yendo peor de lo que esperaba.

Se levantó. Miró hacia Johnny que seguía en el suelo .

y después se giró hacia la esquina superior derecha, alzó sus brazos y los agitó. Esperaba que Jay y Dennis los estuvieran viendo, fueran conscientes de lo que estaba pasando allí abajo y les echaran una mano enviando ayuda.

No hay cámaras en esta planta, solo en los lugares de principal actividad por si hay fugas químicas, es como poner en la universidad una cámara en la cafeteria... en todo caso estará en el laboratorio