Partida Rol por web

Stan, al igual que todos, echa a correr hacia la salida, sangra mucho y el horrible monstruo le persigue. Pero la rampa que lleva al párquing está frente a vosotros y solo hace falta subirla para llegar al final

UFFF... UFFF

Las puertas se abren, no sentís el viento en vuestros pegajosos mechones de pelo sucio y ensangrentado, no hay realmente la sensación de libertad que esperábais ante esto, los coches del párquing por el que pasasteis esta misma mañana, esa mañana que en vuestra mente se antoja meses atrás, ya no están ahí. Ni el autobus de la cárcel, ni el renault de Lucy, ni el mugriento carrito de Johnny.

Mirais hacia atrás, aún sentís la horrible claustrofobia, pero sabeis que ya no estais atrapados, sabeis que podeis salir de esta, y que podeis salir todos. Atrás han quedan héroes anónimos bañados en proezas que nadie vió, ahora tambaleándose junto en un contingente de muertos resurgidos.

Detrás vuestro el monstruo pierde unos valiosos segundos que os valen para escapar, pero no parece que vaya a detenerse durante mucho tiempo, y aunque su cuerpo es reticente a salir, esos mutados apéndices suyos impulsan al cuerpo moviéndolo contra su voluntad en su incansable persecución.
 

¡MI CARRITIOOO! ¡NOOOOOOOOOO!-exclamó, agitando el puño al cielo del parking subterráneo.

Álex pone los ojos en blanco ante la escena sobreactuadamente dramática de Johnny. Había que cerrar esa jodida puerta para siempre. Si lo conseguía su intención era escribir con su propia sangre:

Elsa, que estaba al lado de la puerta, salió corriendo la primera, mirando hacia atrás para comprobar que los demás la seguían. 

Era la hora de la siguiente aventura.