Partida Rol por web

Zombieland

Planta -4 Centro médico de investigación y laboratorios

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30/09/2014, 19:59
Director

En la cárcel todos los amigos son provisionales, y quien te promete oro un día te lo roba al siguiente, las palabras se las lleva el viento y la palabra compañero se refiere únicamente a la relación de compartir un espacio. Ya se acercaba el final de tu condena, ¿Qué era un puto año más en ese agujero?

Estaba chupado, pero debías seguir siendo un corderito, portarte bien, nadie hace nada por nadie y ésto es lo que había que hacer para salir de ahí, quedaba pendiente el tema del dinero que sea donde sea falta, y dentro de la cárcel más. Todo era carísimo, un paquete de tabaco diario se llevaba el sueldo de cualquier presidiario-obrero. La oportunidad de participar como pacientes daba mala espina, a nadie le gusta que cuatro cerebritos te pinchen cosas y te miren el cerebro, pero la paga era buena y seguir disimulando lo mucho que te importa el bienestar común te ayudaría a salir de ahí.

 

Te sacaron de tu celda más temprano de lo habitual, no sabías que puta hora era ni se molestaron en responderte con un sarcástico comentario de funcionario, aún ni siquiera había comenzado el alba cuando te metieron en un autocar con otros cinco presos. Os acompañarían dos guardias de seguridad de lo más simpático de la región, uno de ellos cabeceaba al volante al son de música country mientras el otro se adormecía disimulando que también miraba la carretera.

Pudiste echar una corta cabeceada en el autocar hasta que los baches os despertarían. Habíais llegado a una urbanización cercana, un edificio no muy grande imitaba al pentágono en miniatura, tenía dos plantas y supuestamente era una sede de investigación biológica.

Entrasteis por una gran puerta a un garaje subterráneo y allí os sacaron, los dos guardias os sacaron las esposas y bajasteis unas escaleras sin adornar, con barandillas amarillas y escaleras de hormigón hasta una serie de puertas que se fueron abriendo conforme pasábais ante las cámaras, los carteles de riesgo biológico se repetían en todas y al final de ellas un guardia con más mala cara que los funcionarios de la cárcel os cacheó y os pasó un detector de metales que no dió señal en ninguno de los seis.

Vuestro amigo funcionario de prisión os acompañaría todo el trecho junto a éste mismo guardia del centro - Espabilad frikis - Le dijo a tres miembros de seguridad que habían en una cabina llena de ordenadores. A vosotros no se dirigiría en ningún momento con faltas de respeto.

Ambos guardias os hicieron ir en un ascensor que bajaría un par de plantas y se abriría en un lugar bullicioso, un reloj marcaba las siete de la mañana y científicos se movían de un lado a otro. Los guardias se mantuvieron siempre muy cerca vuestro y los científicos os invitaron a tumbar en unas camillas con las que pretenderían colocaros unos cinturones abdominales de correa normal.

El lugar en el que habíais entrado era una enorme cámara llena de médicos, probetas, tubitos, agujitas y demás juguetes que les gustan a los médicos y científicos. Habían un par de máquinas más grandes que parecían de hospital y un par de ordenadores en los que tres personas discutían algo sin cara de sueño. Habían en total casi una veintena de cerebritos allí, todos vestidos con batas blancas o azules y todos con su nombre en ella y una tarjetita identificativa.

Notas de juego

Márcate a ti y a Alex como destinatarios

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30/09/2014, 20:02
Director

En la cárcel todos los amigos son provisionales, y quien te promete oro un día te lo roba al siguiente, las palabras se las lleva el viento y la palabra compañero se refiere únicamente a la relación de compartir un espacio. Ya se acercaba el final de tu condena, ¿Qué era un puto año más en ese agujero?

Estaba chupado, pero debías seguir siendo un corderito, portarte bien, nadie hace nada por nadie y ésto es lo que había que hacer para salir de ahí, quedaba pendiente el tema del dinero que sea donde sea falta, y dentro de la cárcel más. Todo era carísimo, un paquete de tabaco diario se llevaba el sueldo de cualquier presidiario-obrero. La oportunidad de participar como pacientes daba mala espina, a nadie le gusta que cuatro cerebritos te pinchen cosas y te miren el cerebro, pero la paga era buena y seguir disimulando lo mucho que te importa el bienestar común te ayudaría a salir de ahí.

 

Te sacaron de tu celda más temprano de lo habitual, no sabías que puta hora era ni se molestaron en responderte con un sarcástico comentario de funcionario, aún ni siquiera había comenzado el alba cuando te metieron en un autocar con otros cinco presos. Os acompañarían dos guardias de seguridad de lo más simpático de la región, uno de ellos cabeceaba al volante al son de música country mientras el otro se adormecía disimulando que también miraba la carretera.

Pudiste echar una corta cabeceada en el autocar hasta que los baches os despertarían. Habíais llegado a una urbanización cercana, un edificio no muy grande imitaba al pentágono en miniatura, tenía dos plantas y supuestamente era una sede de investigación biológica.

Entrasteis por una gran puerta a un garaje subterráneo y allí os sacaron, los dos guardias os sacaron las esposas y bajasteis unas escaleras sin adornar, con barandillas amarillas y escaleras de hormigón hasta una serie de puertas que se fueron abriendo conforme pasábais ante las cámaras, los carteles de riesgo biológico se repetían en todas y al final de ellas un guardia con más mala cara que los funcionarios de la cárcel os cacheó y os pasó un detector de metales que no dió señal en ninguno de los seis.

Vuestro amigo funcionario de prisión os acompañaría todo el trecho junto a éste mismo guardia del centro - Espabilad frikis - Le dijo a tres miembros de seguridad que habían en una cabina llena de ordenadores. A vosotros no se dirigiría en ningún momento con faltas de respeto.

Ambos guardias os hicieron ir en un ascensor que bajaría un par de plantas y se abriría en un lugar bullicioso, un reloj marcaba las siete de la mañana y científicos se movían de un lado a otro. Los guardias se mantuvieron siempre muy cerca vuestro y los científicos os invitaron a tumbar en unas camillas con las que pretenderían colocaros unos cinturones abdominales de correa normal.

El lugar en el que habíais entrado era una enorme cámara llena de médicos, probetas, tubitos, agujitas y demás juguetes que les gustan a los médicos y científicos. Habían un par de máquinas más grandes que parecían de hospital y un par de ordenadores en los que tres personas discutían algo sin cara de sueño. Habían en total casi una veintena de cerebritos allí, todos vestidos con batas blancas o azules y todos con su nombre en ella y una tarjetita identificativa.

Notas de juego

Márcate a ti y a Wendell como destinatarios

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01/10/2014, 22:43
Álex Graham

Álex ya había aprendido en la calle que no puedes confiar en nadie. En la cárcel no iba a ser menos y eso lo puso en práctica desde el primer día en el que entró. Por suerte, ya en la calle se había ganado cierta fama, y aunque a unas gustaba más que a otras, Álex llevaba unos días bastante tranquila. Penny, su compañera de celda, que estaba ahí por ser la mujer de un narcotraficante, le lamía el culo a más no poder. Álex la aborrecía y siempre estaba huyendo de ella, pero se la tenía que comer con patatas cuando llegaba la hora de cierre. Largas e infinitas horas oyéndola quejarse de lo mal que la trataba su marido y culpándole de estar ahí. Álex jamás había entendido como una mujer podía ser tan dependiente y tonta, con lo bien que se estaba sola sin depender de nadie. Le daban ganas de decirle: Más tonta eres tú que cuando salgas de aquí volverás a lamerle las pelotas. ¿Llegar a estar en la cárcel por un hombre que te maltrata? El amor estaba sobrevalorado. La familia era para siempre y para ella Logan era su familia, así como también la banda. Ésa sí era una buena razón para estar ahí.

Ya empezaba a ver todos los días igual: Levantarse, desayunar bazofia, conseguir tabaco de algun perrito faldero, encontrar alguna actividad o momento a solas, comer más bazofia, siesta, aguantar a la pesada de su compañera, cenar más bazofia echar unos pulsos y a dormir. Sin embargo, una mañana la sorprendieron. Le resultó raro no despertarse por su propio reloj interno, y eso ya le puso la mosca detrás de la oreja durante todo el viaje. Solía tener los ojos abiertos antes de que les viniesen a buscar, por muchas pruebas que tuviesen que hacerles. Pero bueno, se dejó llevar. ¿Qué iba a hacer? ¿Quejarse? La iban a tener "entretenida" toda la mañana, no iba a tener que soportar a Penny, le iban a pagar y ayudaría a salir de ahí antes. No podía pedir más.

Las correas no le gustaban ni un pelo. Nunca le gustaban. Se vio claramente reflejado en su cara. Aflójalas un poco, ¿no? Preguntó de bastante mala leche. Obviamente no esperaba que obedeciese. Oye tú, te hablo a ti -miró la tarjeta identificativa- Nicolas. Chasqueó la lengua. Así se llamaba uno de sus exrollos: Nick. Un gilipollas que intentó drogarla a la fuerza. Menuda paliza se llevó de toda la banda, por supuesto.

- Tiradas (2)

Motivo: Intimidar

Tirada: 2d6

Dificultad: 4+

Resultado: 8 (Exito)

Motivo: Intimidar

Tirada: 2d6

Dificultad: 4+

Resultado: 3, 6

Exitos: 1

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02/10/2014, 09:57
Baltasar Black

Los enfermeros no parecían especialmente intimidados por vuestra presencia, pero trabajaban deprisita y con diligencia, con el máximo de respeto colocandoos los cinturones y ajustando las camillas a una posición semi-vertical. Uno de los presos que había al lado de Alex sonrió y se relamió antes de lanzarse a piropearle. La cárcel era mixta, pero no solían coincidir los presos de los dos sexos salvo en caso de haber alguna relación y en horas muy controladas. El tipo era de estatura media, bastante fibrado y delgaducho lo que hacía que se le notaran las imperfecciones de la piel, su voz por otro lado resultaba muy atrayente.

Si en mis manos estuvieras yo sí que te apretaría las correas morena

El enfermero frente a él le ajustó bien el cinturón y el balanceo de cabeza hizo que su media-melena oscilara sin perder de vista los ojos de la chica con media-sonrisa de un sardónico humor

Notas de juego

Podeis lanzar: Conocimiento: Criminología, para reconocer algún rumor del reo o entre vosotros, solo tirad y indicad en motivo el nombre de quien queráis conocer, tirada sin nombre= no-válida

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02/10/2014, 12:04
Álex Graham

La chica puso los ojos en blanco cuando su mirada se cruzó con la del hombre y oyó semejante barbaridad. Ya estaba, el típico salido de turno. Una cosa era Jhonny, que a pesar de ser un viejo verde y tiraba la caña a todas las chicas jóvenes, lo hacía con gracia y elegancia. Como todo un caballero. Otra cosa, era el neandertal este.

Ni en tus mejores sueños, moreno. Le dijo en el mismo tono, claramente no complacida. Acabas antes quitándote una costilla y complaciéndote tu mismo. Le dijo graciosa guiñándole un ojo. Y volvió a mirar hacia arriba. En esos momentos, lo que menos le apetecía era tener a alguien babeándole la oreja. Aunque sí se había fijado que habían más presos con ella, parece que no le importaban mucho.

- Tiradas (2)

Motivo: Conocimiento: Black

Tirada: 2d6

Dificultad: 4+

Resultado: 6, 6

Exitos: 2

Motivo: Conocimiento: Wendel

Tirada: 2d6

Dificultad: 4+

Resultado: 6, 6

Exitos: 2

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02/10/2014, 13:55
Director

Wendel venía de un pabellón no muy lejos del tuyo, era un tipo duro, callado y solitario, se decía que estaba en el trullo por asesinato y todos los guardias le tenían especial tirria, aunque no daba problemas y procuraba andar solo.

Baltasar estaba en la unidad psiquiátrica penitenciaria, un asesinato múltiple o algo así y un intento en la cárcel. Debía haber estado comportándose bastante bien si le habían cogido para estos trabajos a la comunidad.

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02/10/2014, 14:01
Jaime López

Baltasar se mordió el labio inferior ante la provocación, pero el funcionario de prisiones le puso la mano en el pecho y lo recostó suavemente en la camilla mientras sosegaba los ánimos - Va venga que teneis una edad. Os hacen las cuatro pruebas y a las dos estamos de nuevo en la prisión . - No conocíais más que a los funcionarios de prisión que normalmente os acompañaban de las celdas... éste se dedicaba a transportes, como el compañero que había quedado medio-dormido en el autobús. Jaime llevaba su chaleco antibalas, se temía y se sospechaba que pudieran intentar el rescate de algún prisionero a pesar del buen comportamiento de los reclusos escogidos para esto.

No sonrió a Alex a pesar de su belleza, era un profesional y estaba allí solo como acompañamiento

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03/10/2014, 16:32
Wendel Flagg

Un año, pensó Wendell mientras abrían la puerta de su celda y le sacaban de ella a empujones. Un año y estaría fuera. Había pasado más de un cuarto de su vida entre rejas, olvidado por el mundo. Bueno, pues él no se había olvidado. La vida en prisión ya es dura de por sí, pero lo es aún más para un "asesino de polis". Los insultos, las numerosas palizas por parte de los guardias...joder, era casi un milagro que siguiera vivo después de tantos años. Pero ese era el talento de Wendell: la supervivencia. No había tenido una vida fácil fuera, y dentro lo fue menos. Sin embargo, jamás coqueteó con la idea del suicidio. Esa no era una opción.

Nadie le esperaba ahí fuera, pero no le importaba demasiado. La soledad le había perseguido durante toda su vida.

El tiempo pasado en prisión no había conseguido redimirlo, porque una cárcel es un lugar de odio que solo genera más odio. Además, Wendell era una de esas personas que nacen con un talento especial para la violencia. Simplemente estaba en su programación. Sabía que lo primero que haría al salir sería buscar otro trabajito.

Finalmente llegaron a su destino, un laboratorio en el que probablemente le meterían tubos hasta por el culo. Los científicos ataron a todos los presos a las camillas. Uno de ellos tuvo que forcejear con las correas de Wendell, cuyos voluminosos músculos complicaban la tarea.

Varios de los presos intercambiaron algunas palabras, pero Wendell no se animó a participar. Lo único que quería era acabar cuanto antes y volver a la soledad de su celda.

- Tiradas (3)

Motivo: Conocimiento: Alex

Tirada: 2d6

Dificultad: 4+

Resultado: 4 (Exito)

Motivo: Conocimiento: Alex

Tirada: 2d6

Dificultad: 4+

Resultado: 3, 1

Motivo: Conocimiento: Black

Tirada: 2d6

Dificultad: 4+

Resultado: 5, 6

Exitos: 2

Notas de juego

Perdón, se me olvidó desglosar la primera tirada.

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03/10/2014, 17:44
Director

A Alex no la tenías ni vista siquiera en tu prisión

Baltasar estaba en la unidad psiquiátrica penitenciaria, un asesinato múltiple o algo así y un intento en la cárcel. Debía haber estado comportándose bastante bien si le habían cogido para estos trabajos a la comunidad.

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06/10/2014, 00:40
Dra Maã

Terminan de colocaros los cinturones y os colocan unas muñequeras y unas tobilleras. Alguien forzudo podría reventarlas, pero no parece vuestro caso y os sentís bastante indefensos y expuestos. No obstante una mujer de rasgos orientales con una bata de doctora se acerca y os trata de tranquilizar explicandoos el procedimiento.

Buenos días, soy la Doctora Maã.

A continuación os vamos a inyectar un virus, se llama VirusZ. Y acto seguido os inocularemos las vacunas, vuestro sistema inmunitario debería crear los anticuerpos necesarios para ayudar a crear la vacuna contra este virus.

Otro médico con gafas y la bata abierta, la camiseta y la frente visiblemente sudadas trae una batea con varias inyecciones, mientras tanto la doctora sigue con su explicación dedicándole solo una rápida mirada

Por supuesto la vacuna solo es efectiva ahora mismo en un 40% de los casos, pero no os preocupeis, la cepa de virus que os inocularemos tan solo puede provocaros vómitos, fiebre y un estado de cefalea durante cuatro días en los que sereis atendidos.

El doctor ya prepara la primera de las jeringuillas y la DraMaã sujeta con cariño el brazo del primer paciente Wendell Flagg y le pincha en el tríceps. - Cuidado, ahora no se mueva - Uno a uno, os irán inyectando a todos

Notas de juego

Sumaos 1 punto de estrés por estar atados.

Podeis postear como os os inoculan el virus, y acabada la ronda pasados unos minutos en que no notareis nada, como os anuncian que os pondrán las vacunas

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06/10/2014, 16:11
Álex Graham

Se podría decir que después de no ser la primera vez que se sometía a estos experimentos, debería estar acostumbrada a ellos, pero no era el caso. Álex siempre había sido siempre muy suya, y que le cambiaran algo o le metiesen algo que no controlaba en el cuerpo, iba en contra de sus principios y le traía malos recuerdos. Como cuando su ex intentó que se drogase. Tenía muy claro que eso jamás iba a ocurrir y ahora mira dónde se las estaba viendo.

Es por eso, que se mostró nerviosa y poco receptiva. Aunque no opuso resistencia, lanzó mirada de odio a la doctora. El pinchazo fueron cosquillas comparado con heridas que había sufrido durante su vida, así que fue lo de menos. La espera tras la inyección del virus fue algo más desagradable. Esperaba no tener esos efectos secundarios y llevarse la pasta sin consecuencias. Parecía no haber problemas, pues Álex se sintió bien y poco después, volvió a acercarse para inyectarle la vacuna. Volvió a mirarla igual de mal. Como esto salga mal, lo pagarás tú. Pensó de mal humor. Esperó a que acabasen con los juguetitos de los médicos para volver a la cárcel y seguir haciendo vida "normal".

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06/10/2014, 23:22
Dr Capunta

El hombre sudoroso os administra la vacuna al rato después.

Esta vacuna está hecha con mis propios anticuerpos, podeis estar tranquilos, el único riesgo sería repetir la dosis dos veces

Uff que calor ¿no? - La doctora le mira con los ojos entrecerrados... ¡Claro! ¡Es china! ¿Quizá un gesto preocupado? Pero el hombre con las gafas casi empañadas no erra y administra las vacunas explicando él mismo el resto del proceso.

Después. Si no teneis fiebre, podremos sacaros muestras de sangre, y comprobar como ha respondido vuestro organismo en él.

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07/10/2014, 09:47
Álex Graham

¡Más pinchazos! Esto no acababa nunca, pero debía callar y obedecer. Dejarse pinchar e inyectar lo que quisieran, que para eso le pagaban y el dinero iba bien para que a Logan no le faltase nada. Él era su único pensamiento y lo único que la calmaba cuando tenía ganas de dar un puñetado a alguien, en toda la cara, como ahora.

Escuchó al hombre que había traído los frasquitos. ¿Pero qué coño...? ¡Parecía más enfermo que ellos! ¡Menuda pinta! ¿Nos habían inyectado algo que provenía de ese energúmeno? Pues estaban listos...

¿Pero estáis locos? Pregunta, una cosa era dejarse meter cosas por los médicos y otra ver que les estaban inyectando algo de un tio que claramente tenía la pitopausia. ¿Le habéis visto? ¡Ese tío es de todo menos un hombre sano! Que sudores y tanto calor que tiene... ¿Fiebre? ¡Suerte tendremos si no cogemos sida! Se queja.

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07/10/2014, 13:33
Dr Capunta

Tras los primeros diez minutos, tres o cuatro presos también presentan sudores y refieren a los médicos cercanos que se sienten mareados, uno de ellos incluso vomita y empieza a proferir insultos. Jaime le pone en su lugar plantándole la mano en el pecho. Les administran las vacunas y a tres de ellos son movilizados a otras camillas horizontales, normales, en la misma sala en la que proceden a monitorizarlos.

Un enfermero os toma las constantes, Alex parece ser la única que no presenta ningún síntoma, según oís murmurar.

No, sí, uff, está bien. - Murmura el médico, pero en un momento parece marearse y podeis ver como se va hasta la Dra Maã y pide salir un momento. Debe ser la doctora a cargo de esta sala. Ella le da permiso y le hace salir de la sala con una mascarilla que hace unos momentos no llevaba, el médico sale de la sala.
 

Notas de juego

Lanzad con vuestro siguiente post 2d6 desglosados en tirada oculta.

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07/10/2014, 14:08
Álex Graham

Me cago en la puta... Murmura viendo como otros presos presentan los síntomas. No le apetecía encontrarse mal ahora. Y no solo eso. A pesar de que ella parece estar bien (de momento, piensa) el médico que le está tomando las constantes también pide salir algo indispuesto.

Tú, come-arroz. Llama a la doctora jefe que parecía manejar todo el cotarro. ¿Qué coño está pasando aquí? ¿Por qué el médico también se ha contagiado? Pregunta bastante cabreada y preocupada. Quería ganar dinero para su familia, pero no quería morir en el intento.
 

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: ¿?

Tirada: 2d6

Resultado: 6, 6

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07/10/2014, 14:50
Dra Maã

Jaime va a intervenir y a mandarte a callar pero la doctora se adelanta, aunque sin sonrisa y sin dirigirte la mirada directamente - Me llamo Yuan Maã señorita Alex - Responde la doctora mientras le entregan unos papeles - El doctor Capunta lleva todo el año trabajando en este suero, sin duda debe haber una bajada en sus defensas, sí se contagió a sí mismo para poder elaborar el suero.

Él es el único que no puede beneficiarse de él. De todas formas el virus no es letal ni se transmite por el aire... solo vía sanguínea. Ehemm ¿Siente usted pesadez señorita Alex? ¿Le duele la cabeza? ¿Mareos?

Jaime observa a Alex con dureza, la boca apretada, está esperando otra oportunidad para soltar la reprimenda que la doctora acababa de pisarle.

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08/10/2014, 10:28
Wendel Flagg

El rostro de Wendell permaneció inmutable cuando le inocularon el virus. No le importaba qué cojones fuese aquello, siempre y cuando le pagasen y viviese para contarlo. Cuando apareció el otro doctor, empezó a notar que algo no iba del todo bien. Aquel tipo estaba enfermo, visiblemente enfermo. Fue él quien les administró las vacunas. Cuando le tocó el turno a Wendell y el médico se inclinó sobre él, unas gruesas gotas de sudor cayeron sobre su brazo. El preso comenzaba a inquietarse. Una vez acabada la operación, Wendell tensó sus voluminosos músculos, intentando comprobar la resistencia de las correas.

Alex, una de las mujeres presidiarias, también se dio cuenta de que algo no encajaba y empezó a quejarse a los médicos.

Sin embargo, Wendell estaba más concentrado en lo que estaba ocurriendo dentro de su cuerpo. Unas frías gotas de sudor bajaron por su frente, colándose en sus ojos y obligándole a parpadear varias veces. También comenzó a sentir un leve mareo, nada grave, pero ahí estaba.

El Doctor Capunta pareció empeorar y abandonó la sala, lo que acrecentó aún más la desconfianza de Wendell.

- ¿Cuánto falta para que podamos largarnos? - dijo en voz alta a nadie en particular. Su voz era grave y rasposa, tan ruda como su aspecto.

 

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: ?

Tirada: 2d6

Resultado: 1, 4

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09/10/2014, 13:08
Álex Graham

Álex no puede sino sonreír al policía que parecía tener ganas de cerrarle la boca de un guantazo. Pero no se queda satisfecha con eso y le guiña un ojo y le lanza un beso bastante divertida. Luego vuelve a centrar su atención en la doctora.

Todos ahí parecían encontrarse mal y ella se toma unos segundos para reconocer si tiene alguno de esos síntomas. Pues no, platanita,  parece que no tengo ninguno de esos síntomas. ¿Es bueno o malo? Pregunta bastante interesada en eso, y no en aprenderse su nombre china rara. Aunque no puedo decir lo mismo de aquí mis compis. Dijo señalando a Wendel.

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09/10/2014, 15:00
Director

Sientes un leve aumento de la temperatura acompañada de un levísimo dolor de cabeza. Quizá para ti casi imperceptible, siempre has sido reacio a mostrar dolor o malestar