Partida Rol por web

El ascensor se abrió y de él salió... ¡DENNIS! ¡Y tan enserio! El gordo hermano de Stan vió a éste intentando apartar a Braum, Dennis no tenía el corazón de su hermano y solo se detuvo unos momentos para ver desde su privilegiada posición a la animadora saltar por encima de Stan abriéndose completamente de piernas, mostrando por completo lo que esa brillante falda de animadora adolescente trataba de ocultar, se permitió un suspiro de alivio ante la visión y corrió en pos de su hermano

¡Stan! ¡Stan caraculo quítatelo de encima! - Sí, definitivamente era Dennis

Johnny apuñala ferozmente a un zombie que cae de rodillas frente a él, su cuchillo está muy pringado de sangre al igual que él y sus ropas, se cerciora de que está muerto y los otros dos zombies aprovechan para cogerle cada uno de un brazo, Johnny solo tiene que sacudirse echando unos pasos atrás para sacárselos de encima. No son tan rápidos como los que habían arriba así que no tiene más problema.

Por su parte el zombie de la porra empieza a propinar porrazos al gordo de Stan que parece volver en sí por la voz de su hermano. Alex sigue bajo el cubo y del mismo pasillo del que provenís, donde momentos antes estaban Elsa y Stan, se asoman otros tres zombies que observan la escena en la otra punta como si fueran espectadores de una comedia.

Álex viendo que Johnny estaba más o menos a salvo y que podría salir de ahí solo, decide ayudar a estan con el cubo. Lo usa a modo de escudo e intenta ayudar a Stan a separarle del zombie. No intenta herirle, porque ella estaba ya bastante demacrada, si no que lo único que intenta es ganar el tiempo justo para que todos lleguen al ascensor abierto donde ahora se encontraba el tio gordo con pinta de friki ese.

¡Al puto ascensor! Gritó a la vez que se levantaba. Una vez hiciese lo del cubo, ella misma iría directa al ascensor.

Stan vuelve a tomar la porra ante los empujones de Dennis y trata de golpear sin conseguirlo al zombie del guardia de seguridad - ¡¡ Ahí arriba no hay salida mujer !! - Señaló por un momento con la porra el laboratorio que Johnny había abierto- Hay que abrir las puertas desde ahí, o algo así - El zombie se le echó encima y tuvo que reempujarlo para librarse de otro mordisco - Dennis, coge algo ¡Y arreale!
 

La Cheeseleader saltó a cámara lenta, y Johnny alzó la mirada. ¿Qué coño, valga la redundancia, les pasaba a las chicas occidentales? En Hakkari la ropa interior de las mujeres consistía en unos bombachos blancos con volantes justo por debajo de las rodillas. La verdad... a Johnny no le extrañaría que la Doctora Capunta no fuese una farmacéutica de verdad, y este lugar no fuese unos grandes almacenes farmacéuticos. Cuadraba más la Doctora Capunta, streapper hot nurse, y que esto fuese un prostíbulo. Desde luego, si Johnny es algún día madre (que si la ciencia de inseminación artificial avanza tanto como indican las películas de serie B, tal vez algún día lo sea), no permitirá que sus múltiples hijos e hijas vayan enseñando el género por ahí, provocando.

¡Yaaaaaaah!-hundió su cuchillo en la cuenca ocular del caminante, y trepanó un poco los sesos.

Johnny ya empezaba a ver una pauta. No es que hubiese zombis más habilidosos que otros, que también. Lo único que pasaba es que el zombi que se le acercaba por la mano del cuchillo lo tenía más difícil para morder. Por eso siempre estaban más cerca de morderle los zombis que se acercaban por su izquierda.

¡Stan! ¡Tú piensar en doniuts!-dijo Johnny para motivarle, pero nada; el único agujero rodeado de grasas saturadas que se merecía Stan era una cuchillada en el centro de su pecho.

La jefa de las cheeseleaders miró hacia un lado y a otro, intentando evaluar el terreno. Si se quedaban... los zombis les superaban en número, si se marchaba... bueno... ¿Qué probabilidades tenía de ir a peor? Y entonces cayó en la cuenta, no estaban ahí para pelear, no eran soldados y de hecho ni siquiera todos eran americanos. 

-¡Corred y cerrad las puertas!.- les gritó, lo mejor era encerrarse dentro, antes de que llegara la nueva tanda de zombis y de mientras Elsa haría lo que mejor sabía hacer; ¡Correr!. Y Elsa corrió, hacia el laboratorio, a buscar el interruptor para apagarlo y encenderlo, la única salida para aquel grupo. -¡Voy a por el interruptor!

Johnny apuñala a otro zombie que se desploma hacia atrás como un saco muerto. Solo queda uno, que muerde a Johnny directamente en un brazo dejando los dientes marcados, nada más que un rasguño que rápidamente se pone rojo y se aglomera de pequeñas petequias. Johnny lo aparta, un solo zombie es fácil de mantener a raya.

Stan, Alex y Dennis están moliendo a golpe de barreño, porra y maldición al zombie ex-guarda de seguridad, que parece no inmutarse de nada y da vueltas sobre sí mismo agitando la porra arriba y abajo.

Los tres zombies del fondo del pasillo avanzan rápidamente, excepto una doctora china, que con un brazo de menos y la caja torácica abierta por el costado izquierdo se lanza hacia vosotros con un grito desgarrador.... o quizá esté hablando chino

Elsa Capunta pasa por la puerta que Johnny ha abierto hace unos momentos. Da a un laboratorio, las mesas son menos sofisticadas que el laboratorio de arriba, y está lleno de neveras domésticas y jaulas vacías y ensangrentadas, hay varios restos de animales muertos. Aquí era donde se guardaban animales para experimentación pero parece que no queda ninguno. Hay un tipo vestido de civil, está en un rincón mordiendo el pellejo peludo de lo que quizá fué un gato.

Elsa coloca las manos como si pudiera crear una barrera de fuerza que le proteja y mira a su alrededor. Al fondo de éste laboratorio hay una sala con el cartel inequívoco NO ENTRAR . La puerta está abierta y pueden verse tuberías y paneles de luz... debe ser ahí, cuando va a dar un paso en la dirección escucha un gemido y mira hacia arriba, sobre las jaulas hay un mono que inclina la cabeza y empieza a gritar frenético

El chillido del macaco es inspirador. Alguna vez Mahmed había preparado carne de mono en el matadero de Estambul, y los gritos de animales revolviéndose antes de morir era algo que le reconfortaba. Había algo hogareño en esa situación. Casi nostálgico. Tan solo en las horas más intempestivas los carniceros del matadero tenían instrucciones de relajar a los animales transmitiéndoles calma y sosiego antes del degüello, para así dejar a los vecinos dormir.

Con solo un zombi ocupando el ancho entre la pared y la estantería, Johnny le mantuvo a raya con cuchillazos al aire, mientras rodeaba a su rival lentamente. Pasó un pie por encima del primer cadáver zombi. Después el otro. Lo mismo con el segundo cadáver zombi. Le llevó tanto tiempo ir con cuidado para no tropezar, que dió tiempo para que hasta otras dos personas entrasen en el "matadero" antes que él. Seguramente la herida Álex y su recién lograda arma barreño +1 y el rematadamente inútil informático Dennis. A Gerard ya le daba por desangrado y muerto, inmóvil bajo su Rosebutt, así que salvo arranque repentino de fuerza y vitalidad, jamás lograría entrar a tiempo.

Dennis mira a la china que ya se os abalanza encima a todo correr y no se lo piensa dos veces - Hihi.. S-Stan yo te espero con la animadora hihi - Y dando una palmada a su hermano Dennis entra en el laboratorio de investigación con animales para dar un gritito de alerta al ver al horrible, sangriento y peludo mono sobre las jaulas, casi en el techo, gritando con aquellos colmillos largos y amarillos - ¡ Aaaah !

Álex maldice. No iban a salir vivos de ahí ni en broma. Todo no hacía más que empeorar y entre que ella estaba algo para el desguace, el típico policía hinchado a donuts, la animadora tonta y el indú payaso, esto parecía más un chiste que una historia de superviviencia.

Suponía que al haber entrado dos no necesitarían ayuda para encender unos botoncitos, pero el grito del friki seboso le hizo opinar lo contrario. Se apresuró a intentar acabar con el zombie de la porra. Quizá si le quitaba el arma, le sería más fácil y encima tendría algo con lo que defenderse.

Stan tiene su propia porra, y golpea a Braum en la cabeza repetidamente, Alex no consigue quitarle la porra al guardia. Johnny solo puede hacer que voltear los ojos abrumado... ¿Como podían los americanos haber ganado tantas guerras si eran tan inútiles? - ¡Ya vamos a ayudarte Johnny! ¡Tranquilo! Solo... ¡¡ un poco más !!

Ajena de los movimientos que hacían sus compañeros, Elsa miraba horrorizada el despliegue de vísceras y sangre por doquier. No podía creerse que hubieran tantos animales sacrificados salvajemente... una cosa era tener unos zapatos de piel de cocodrilo o un abrigo de piel de zorro pero ésto... ésto era horrible... Y entonces levantó la mirada y vio al increible primate que más se parecía a Madonna post-party que a los adorables monitos que había visto Elsa en el Zoo. Quiso meterse en un jaula, cerrarla y llorar como si le hubieran cancelado un concierto de los N'Sync.

Y entonces apareció Dennys y Elsa se puso a su espalda y se abrazó a él, apoyando su pecho en su espalda tembló. - Tengo miedo... ayúdame...- le susurró en el oído.  Elsa no sabía qué tenía que hacer, se suponía que tenía que ir al cuarto con el letrero "NO ENTRAR" y ésos letreros no le gustaban... Elsa se apretó más firme y señaló el cuarto con el letrero que tan poco le gustaba.

Con los pompones brillantes se separó levemente de Dennys dispuesta a correr, saltar o brincar con el mono. Desde luego antes hacía un triple salto hacia atrás que dejar que el mono la pillara.

Alex agarra el brazo del zombie, no es especialmente lento pero sus movimientos son muy predecibles, parece muy fácil quitarle el arma, está poniendo su atención en ello cuando la porra cae directamente en su cara, la muy salvaje no suelta el brazo del zombie pensando que aún puede conseguirlo, pero éste se lanza contra su mano dando un severo mordisco a la mano que le está sujetando

Alex grita de dolor retirándose inmediatamente, el dolor es tremendo y ese cabronazo se ha tragado un dedo de su mano entero.

El zombie de Johnny recibe varias cuchilladas en el pecho, no parece importarle y no sangra tanto como debería, pero lo mantienen apartado del inmigrante que de forma sutil se dirige a la puerta del laboratorio.

La zombie china que corría desde el fondo del pasillo se lanza contra Stan, pero no hace más que rebotar cayendo de espaldas al suelo, esa caída podría haberle partido la cabeza, ir contra Stan es como lanzarse contra una columna de hormigón, y todo gracias a los Kebabs de Johnny.

El mono sigue gritando desde arriba de las jaulas, es tremendamente escandaloso, como siga así aún puede atraer a los zombies que no se hayan enterado que estais ahí. El zombie del rincón de la sala está demasiado entretenido con el cadáver del animal para reparar en Dennis y Elsa, por ahora.

Dennis siente a la animadora y se gira, juntos se abrazan y miran al terrorífico mono, las miradas van del mono al zombie del rincón y del zombie del rincón al mono, no hay huevos a gritar y mientras tanto los gritos del mono hieren los oídos. Abraza fuerte a la animadora y mira el cuarto de interruptores, asiente y la besa. Los secos y finos labios de Dennis Nerdy encuentran la sorpresa de Elsa Capunta en aquel beso.

Acto seguido se enfunda el coraje y entra en la sala de interruptores, las gafas se le empañan, está sudando alza la vista para mirar el panel de electricidad, un fallo y está frito, esos cables son muy peligrosos. Desenchufa unos y BZouuum, toda la luz se va.

Lo tengo ¡Puedo hacerlo!

Para el resto son unos segundos de pánico, pero al momneto volveis a ver las feas caras de vuestros atacantes cuando se activa cerca de la puerta del laboratorio y la sala de cables las luces de emergencia.

Estaba acabada, lo tenía claro. La estaban jodiendo por todos lados. ¡Ella era buena en las peleas, joder! ¡Pero en las peleas con los vivos y con una buena pipa en la mano! Hasta la animadora estaba resultando ser de más utilidad.

Grita de dolor y rabia por su dedo perdido y que claramente no recuperaría jamás. Quizá ganaba la rabia al dolor, pero tenía que hacer algo. Las luces se apagan y se encienden. Ella poco más podía hacer. Intenta emplear sus últimas fuerzas para llegar al ascensor.

Luces de emergencia...

¡Stan! ¡¿Con liuces de ambientie, fiunciona el ascensior?

Johnny se carga a su zombi. Ahora podría dar un rodeo, por el pasillo que las estanterías dejan en paralelo al central. Un camino seguro. Lamentablemente, Álex iba por el camino central, esquivando los zombis. Johnny rezó a los dioses de Hollywood para que la mujer no lo lograse. ¿Y si se llevaba el ascensor y les dejaba aquí abajo? Dió unos pasos paralelos a la pared del fondo para que la estantería le dejase como un blanco menos visible, y empezar a encarrilar la ruta al ascensor en cuanto Stan le confirmase que aquella bajada/subida de plomos no les había vuelto a arruinar la vida y la ruta del ascensor como en la planta menos cuatro.

¡Nooo! - Stan intentó detener a Alex, pero entre la zombie china y el zombie de su ex-compañero, no daba a basto. Y no podía más que mantenerlos a los dos apartados de sí, tarde o temprano le devorarían y no podría ni escapar.

Stan le puso el pie en la cara a la china apartándola y llevándose varios arañazos - No Johnny, ¡Pero Dennis lo conseguirá! ¡Lo pondrá en marcha! pero si Dennis no abre las puertas de arriba estamos atrapados

¡DENNIS! ¡SAL DE AHÍ Y VEN PARA ACÁ CAPULLO! - Stan se veía muy preocupado por su hermano que estaba con Elsa dentro del pseudolaboratorio de pruebas, y prestaba poca atención a los zombies que le rodeaban.

Cuando sintió los secos labios de Dennys sobre los suyos, Elsa no supo qué pensar. Se quedó absolutamente paralizada y horrorizada por lo que acababa de pasar, el muy gordo de Dennys había sido el tipo más listo de aquel laboratorio. Había aprovechado el Bug de las tretas sucias de la animadora para salvar su blanco culo y desde luego que se había puesto morado. Pobre Elsa.. la cheeseleader al ver como el informático la abandonaba, gracias a alá, para hacerse el héroe, levantó su mano, y miró su alianza de pureza. No había querido hacerlo con Kevin, su novio, y ahora había sido mancillada por aquel tipo. Bueno, como bien decía su padre, había que sacar provecho de toda aquella situación. Se giró para mirar la situación y justo en aquel momento vio a la marimacho abandonarles vilmente. ¿Que la pobre mujer estaba descosida por todas las costuras? Eso le daba igual a la adolescente, que en plena edad del pavo sólo pensaba en su propio ombligo.

- ¡HIJA DE PERRA!.- gruñó entre dientes, obviamente bajito, no fuera a ser que la marimacho se girara y le arreara con los pocos dedos que le quedaban lanzandoselos cual kunais. Y entonces vio a Stan, el pobre y bueno de Stan estaba haciéndose el Americano. - ¡Tú puedes Stan! ¡Ahora te ayudo!.-

Elsa rebuscó en su mochila y apartó las tonterias para sacar su libro de... ¡Un momento! Con una gran sonrisa la rubia sacó una botella de alcohol y unas gasas. Sí, de algo le iban a servir las clases de química... y fumar, claro.

Álex se muerde la lengua. Bueno, no, en realidad va a soltar todo lo que pueda por la boca. Ya que físicamente no le quedan muchas fuerzas, la lengua la tenía intacta, de momento.

¡Que os calléis, coño! ¡Que no me voy a ir, joder! No si no era estrictamente necesario. No era tan malnacida como para dejarles morir ahí para salvarse ella. No sabía cuando podrían serle de ayuda. Se apoya en la puerta del ascensor, bastante abatida.

¡Arreglad toda esa mierda de las luces y venid cagando leches! Grita intentando meterles prisa, aunque con su especial amabilidad característica. Se quedaba vigilante por si alguien necesitaba especial ayuda, aunque el indú parecía arreglárselas bastante bien.

Alex pasa como un rayo por el pasillo contiguo al que están yendo los zombies más lentos, pero entre esos zombies está su amigo ex-convicto Baltasar, que alarga el brazo siguiéndola hacia el ascensor ahora a un paso más rapidito, cuando Alex llega al ascensor y pica al botón la puerta se abre, y Baltasar ya casi se abalanza sobre ella.

Stan mantiene a la china y al guardia de seguridad a distancia, pero ahora llega uno de los zombies del pasillo para sumarse a la fiesta, una super-gorda cuya papada reventada como una bolsa de supermercado que ha cedido al peso. Stan da un empujón pero se le echarán encima, tres ya son demasiados hasta para Stan Nerd.

Johnny está rodeado de los tres cadáveres de los tres cadáveres andantes, los ha matado, a los tres. Su cuchillo de carnicero está más sucio que nunca, dentro del laboratorio no parecen tener problemas.

Pero sí los hay, Dennis se afana en encontrar la palanquita para devolver la corriente mientras Elsa improvisa con éxito un inflamable arrojadizo, como los de la yihad. Pero cuando levanta la vista, el zombie que andaba mordisqueando la piel de gato ya no lo está, sino que está de pie, a dos pasos de ella, su piel es pálida y no tiene pelo y sus ojos están envueltos en horribles ojeras negras, abre la boca y se abalanza sobre Elsa