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Personajes históricos intensitos

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Este hilo ha sido cerrado.
13/11/2018, 13:31

Este hilo es para personajes históricos con afán de protagonismo o con una vida muy peliculera y sobrecargada de drama.

Ejemplo:

Emin Pashá (Pashá o Bajá es el título) fue un polaco que llegó a gobernador de Ecuatoria (región de Sudán) bajo la administración del Imperio Británico durante la segunda mitad del siglo XIX. Cuando los sudaníes se rebelaron, Emin Pashá mandó una carta pidiendo ayuda a occidente, movilizando toda una expedición de rescate (encabezada por Morgan Stanley, otro intensito, y financiada por un empresario escocés llamado William Mackinnon).

Cuando los hombres de Stanley se encontraron con Emin Pashá, los dos hombres tenían intereses contrapuestos: Stanley quería llevar a Emin a Europa, mientras que Emin quería usar la expedición para recuperar Ecuatoria. Stanley se marchó sin Emin Pashá, mientras que el polaco sufrió posteriormente un motín y un consejo de guerra que le obligó a huir.

La segunda vez que Stanley y Emin se encontraron, emprendieron camino en dirección a Tanganica (Tanzania, colonia alemana). Tan solo tenían que coger un barco para volver a Europa, pero Emin se cayó de un balcón y quedó hospitalizado (me gusta pensar que el accidente se debió a que Emin estaba completamente borracho, o a que Stanley se le hincharon los huevos y empujó a Emin). Stanley regresó solo a Europa.

Emin, por su parte, después de recuperarse del accidente trabajó para los alemanes explorando Tanganica, hasta que lo mataron unos esclavistas.

Fuente

PD: perdón por todas las incorrecciones históricas que haya podido cometer, pero es que la historia de Emin Pashá mola mucho y hay que contarla.

13/11/2018, 13:40

Deja Vù?

Ma que cosa fai????

13/11/2018, 14:11

Personajes Intensitos, pues tenemos al señor Quisling.

Si Dante re-escribiese la divina comedia durante el siglo XX, sin duda habría cambiado a Judas por Quisling, o quizá le habria puesto una boca más al diablo para aumentar la masticación de traidores.

 

A ver, voy a copiar y pegar de Tropes (Son mas breves que Wiki) pero es algo así (Ejem)

Vidkun Quisling fue un politico fascista en noruega. Cuando los simpáticos amigos Nazis invadieron un poquito su país allá por  el 9 de abril de 1940, los alegres invasores esperaban una rendición rápida, y una claudicación como hizo dinamarca tan solo un dia antes, el mismo dia 8. Así que le pidieron a Quisling que formase un gobierno

Quisling lo intentó, pero tras muchos y leves esfuerzos se dió cuenta de que  carecía de apoyo popular y que nadie se molestaba en escucharle. Los simpáticos invasores intentaron negociar con el rey de Noruega y su gobierno en el exilio, pero estos plantaron cara y se negaron. Así que los invasores simplemente lo nombraron Ministro Presidencial de noruega en 1942, y se olvidaron del tema.
Cuando Alemania perdió la guerra, a Quisling lo acusaron de altísima traición y lo condenaron a ponerse de pie, en una esquina (Frente a un pelotón de fusilamiento, pero eso es lo de menos)

¿Os he dicho que lo odiaban TANTO que rehabilitaron la pena de muerte sólo por él? ¿Y que tras dispararle un poquito, la volvieron a anular? Pues sep.

13/11/2018, 15:40

NO

ME

JODAS!

Jajajajajaj XD XD XD.....


 

Coñas aparte, ¿Napoleón Bonaparte cuenta como personaje histórico intensito?

13/11/2018, 16:29

Para intensitos y de cine, el escocés JACK CHURCHILL. De los mejores.

Muchas historia increíbles se han leído de la Segunda Guerra Mundial, pero muy pocas superan a la protagonizada por Jack Churchill: un extravagante capitán del ejército británico, obsesionado con la historia de Inglaterra, que combatió en el más devastador y mortífero conflicto del siglo XX armado con un arco, flechas y una espada «claymore» de doble filo originaria de la Edad Media, que no dudaba en utilizar cuando tomaba al asalto posiciones enemigas ante el asombro de los soldados que comandaba.

Este héroe o enajenado mental, que era conocido entre los miembros de su compañía como «Fighting Jack» o «Mad Jack», era algo así como un guerrero sacado de otra época, un soldado absolutamente anacrónico que combatía en una guerra moderna. Fue de hecho, el único combatiente inglés que en siglos, y el último documentado hasta la fecha, que había matado a un enemigo con un arco y una flecha.

Nacido en 1906 en Hong Kong, se alistó por segunda vez en el Ejército británico cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. En la primera, se había pasado la mayor parte del tiempo aprendiendo a tocar la gaita, viajando en moto por todo el subcontinente indio e incluso a reprensentar a Inglaterra en el Campeonato Mundial de Tiro con Arco, celebrado en Oslo en 1939. Poco antes, sus excentricidades, «como hacer sonar la gaita en la sala de guardia a las tres de la mañana o estudiar la campaña incorrecta en el examen para su promoción», escribe su biógrafo, le llevaron a hacer una pausa en el Ejército en 1936.

Aunque su dominio con el arco le proporcionaron pequeños papeles en películas como «El ladrón de Bagdad» o «Ivanhoe», nunca tuvo la oportunidad de demostrar al mundo que era un oficial y, sobre todo, un soldado dispuesto a desempeñar las misiones más peligrosas, así que, cuando la sombra de la Guerra se cernió sobre Europa, se alistó esa segunda vez al Ejército… no sin antes pasarse por un tienda de Londres a adquirir un buen arco de madera de tejo español de 100 libras, construido al estilo medieval.

Fue en sus actuaciones durante la guerra donde se ganó su fama de «luchador» intrépido y soldado «loco». En diciembre de 1939, por ejemplo, en Polonia, sorprendió a todos abalanzándose sigilosamente, hasta unos 50 metros de las trincheras alemanas, disparando flechas hasta que los soldados enemigos comenzaron a agitarse y gritar. Poco después, en mayo de 1940, en Francia, cuando estaba al mando de una compañía de infantería que debía defender el pueblo de Lzepinette, fue capaz de acercarse hasta un granero sin ser visto por los nazis, y atravesar con una flecha desde 30 metros de distancia a un sargento alemán, antes de que comenzaran los disparos de sus hombres contra el resto de enemigos.

«Una de las incidencias más celebradas de la evacuación de Dunkerque –podía leerse en el diario de guerra de la cuarta brigada de infantería– fue la visión del capitán Churchill, marchando por la playa con su arco y sus flechas. Sus acciones en el Saar con sus flechas son conocidas por muchos y su disgusto por no haber podido practicar con ellas tanto como le habría gustado, ha sido notable. Su ejemplo y buen trabajo con su grupo de ametralladoras que asaltó espada en mano, han sido una gran ayuda para la cuarta brigada de infantería»

Sus conquistas y el asombró de sus compañeros y superiores no se detuvieron ahí. En diciembre de 1941, en la Noruega ocupada por Hitler, fue el primer hombre que puso su pie en la playa, al frente de dos compañías dentro de la «Operación Arquería». Churchill desembarcó con su espada en alto y cargó montado en su motocicleta contra la batería enemiga y sembrando el caos mientras gritaba a sus soldados, y los enemigos cayeron pronto, en una acción que le valió su segunda Cruz Militar.

Su momento cumbre llegó en otoño de 1943, durante el ataque nocturno a la población italiana de Piegoletti. Tras intimidar y capturar a 136 soldados alemanes al grito de «¡comando!», consiguió infiltrase en el pueblo y continuar intimidando a los enemigos sin ser descubierto, con tácticas de guerrilla tan solo con su espada, haciéndose con los puestos de guardia y sin disparar una sola bala. Por esta acción recibió una nueva condecoración.

Su suerte se acabó en 1944, en Yugoslavia, tras quedar aislado con seis de sus hombres en el ataque a una posición alemana. Cuando todos sus hombres cayeron heridos, el «Loco Mad» sacó su gaita y comenzó a tocar «No volverás» para animar a los soldados, pero una granada cayó a su lado y le dejó inconsciente. Al despertar, estaba rodeado de nazis.

Fue enviado al campo de concentración de Sachsenhausen, donde conoció a veteranos que habían participado en el hecho real que inspiró la famosa «Gran evasión». Se unió a ellos y, en su lucha continua, consiguió exacavar un túnel por debajo de los muros de la prisión y escapar. Estuvo libre 14 días, hasta que la Gestapo volvió a capturarlo.

A pesar de las órdenes de Hitler de ejecutar a todos los enemigos, un capitán nazi se negó a hacerlo, por lo que, al término de la guerra, cuando tenía 40 años, pudo ingresar en la escuela de saltos, hacer se paracaidista y seguir participando en acciones militares estratégicas.

Años después se lo agradecería al oficial nazi que no le ejecutó, mucho antes de morir apaciblemente en 1996 en su casa de Surrey, al sudeste de Inglaterra… tras llevar una vida, claramente, de cine. ¿Héroe o loco? Juzgad vosotros mismos, pero os invito a profundizar en su biografía.

Fuente (breve)

13/11/2018, 18:03

El de Jack lo conocía, es genial xD

14/11/2018, 05:54

Como curiosidad decir que (al menos en noruego) Quisling se ha convertido en un sinónimo de "traidor" (os animo a comprobarlo en Google Translate).
Muy mal lo has de hacer para que tus compatriotas decidan que tu nombre pasará a ser un insulto.

14/11/2018, 12:53
Editado: 14/11/2018, 12:55

Un gran intensito histórico fue el papa Inocencio VIII.

Fue el creador e impulsor de la Santa Inquisición, partidario y defensor de los intereses aragoneses en la santa sede y muy implicado en la reconquista de la península ibérica. 

"El padre del pueblo" le apodaban las malas lenguas, no en balde el muy católico y apostólico Papa engendró más de veinte hijos con sus numerosas amantes. 

Por desgracia, la noticia de la caída del reino de Granada llegaron demasiado tarde a Roma, cuando el buen Inocencio ya apuraba sus últimas fuerzas luchando contra la enfermedad. Llevaba meses alimentándose exclusivamente de leche materna  por prescripción médica y el buen Inocencio cumplia a rajatabla las prescripciones de sus médicos, lo que fuera con tal de mantenerse un día más alejado de las puertas del cielo. Se ve que el hombre no tenía muy claro cómo sería recibido allí arriba por San Pedro.

Finalmente el buen Papa cayó en un sueño profundo, y su médico judío de confianza recomendó hacerle una transfusión de sangre. Así, el "doctor" sajó a tres niños de menos de diez años, les extrajo seis litros de sangre y se la dió de beber al pontífico cadáver. Y así, alimentándose de sangre pasó sus últimos minutos de vida el buen Inocencio.

Pero lo que convierte en un intensito a Inocencio VIII no fue su prolífica vida a pesar de su condición de Papa, ni lo irónico que resulta que el creador de la inquisición acabara alimentándose de niños de diez años. No. Lo que lo convierte en un intensito es que se hiciera esculpir en su lápida, "Suya es la gloria del descubrimiento del nuevo mundo" pese a morir ocho días antes de que Colón partiera de España.

14/11/2018, 12:56

Así, el "doctor" sajó a tres niños de menos de diez años, les extrajo seis litros de sangre y se la dió de beber al pontífico cadáver.

... Y despertó como un Lasombra. 

14/11/2018, 13:00

Lo que lo convierte en un intensito es que se hiciera esculpir en su lápida, "Suya es la gloria del descubrimiento del nuevo mundo" pese a morir ocho días antes de que Colón partiera de España.

¡Ahí va! Menudo finalazo... O_o

xD

14/11/2018, 20:03

Claro, como Papa, Dios le hablaba, y no se le ocurre otra cosa que meter spoiler... no me extraña que no tuviera claro como sería recibido en el Cielo XD...

14/11/2018, 21:25

Tengo un par que añadir.

Yohendra Singh Yadav.

Soldado indio, miembro del cuerpo de granaderos durante un conflicto con Pakistan. En 1999, su batallón recibió órdenes de tomar una posición designada "Colina del Tigre" (que de colina tenía poco...), destruyendo los tres búnkeres enemigos en lo alto de dicha colina. Desafortunadamente, esto implicaba escalar por una pared vertical descubierta de cerca de 50 metros de hielo sólido. Como no querían ir trepando todos con sus picos de uno en uno, decidieron que subiera uno primero, fuera preparando los asideros de cuerda según ascendiera, para que los demás pudieran subir de la manera fácil.

Yadav, siendo intensito como era, se ofreció voluntario.

A mitad del ascenso, los enemigos en una montaña contigua abrieron fuego, disparando un RPG sobre ellos y luego, como para asegurar, cubriendo la zona de fuego de armas de asalto. La mitad del batallón, incluyendo el comandante, murieron en el acto y el resto acabó disperso y desorganizado. Yadav, pese a haber recibido tres disparos, continuó la escalada.

Cuando por fin llegó a lo alto de la colina, uno de los búnkeres le recibió con fuego de ametralladora. Yadav corrió a través de la lluvia de balas, lanzó una granada dentro de la fortificación y mató a todo el mundo en su interior. En este punto, quedó expuesto a las armas del segundo búnker, que procedió a abrir fuego sobre nuestro protagonista.

Así que hizo lo que cualquier persona cuerda haría en su posición. Correr de nuevo en dirección a las balas, encajando unas cuantas más, claro, entrar a la bravas en el búnker y matar a los cuatro guardias fuertemente armados con sus manos desnudas.

Para entonces, lo que quedaba de su batallón había conseguido reagruparse y ascender la pendiente y tomaron el tercer búnker con pocos problemas. Para que Yadav no se quedara todos los pxs, presumiblemente.

Por su gallardía y huevos como los del caballo de Espartero, le condecoraron con la Param Vir Chakra, la condecoración de más alto grado del ejército indio. A diferencia de su equivalente americano más conocido, la Medalla al Honor (Medal of Honor), la Param Vir Chakra sólo se concede a "El más escaso de los escasos actos de valor que van más allá de la llamada del deber, y que en la vida normal se considera imposible de conseguir". Es decir, una condecoración que pide que rompas las leyes de la realidad para recibirla.

Sólo se han concedido 21 en toda la historia de la India, y dos tercios de ellas fueron concedidas a título póstumo. Como inicialmente se pensó que era el caso de Yadav, probablemente porque pensaron que un hombre con una pierna rota, un brazo hecho papilla y entre 10 y 15 heridas de bala no podía sobrevivir a esa aventura...

... Se equivocaron. Hasta donde yo sé, este hombre sigue vivo y coleando.

14/11/2018, 21:48

También tenemos el caso de Alvin York.

Nacido en Tennessee en una familia de granjeros pueblerinos, se pasó la primera parte de su vida y juventud emborrachándose y montando broncas en bares. Hasta que en una de esas broncas, uno de sus amigos acabó muerto; momento en el que dio un giro de 180º a su vida y decidió dejar la bebida y convertirse en pacifista.

Cuando le llegó su carta de reclutamiento obligatorio en 1917, intentó utilizar esto como argumento en su reclamación de Objeción de Conciencia, pero le fue denegada, así que le enviaron al campamento militar, a recibir formación básica.

Un año más tarde, él era uno de los 17 hombres designados para infiltrarse sigilosamente, para rodear un campamento alemán fortificado con ametralladoras que vigilaba una línea férrea. Sin embargo, según se acercaban, fueron descubiertos y el tiroteo resultante acabó con la vida de 9 de los miembros de su escuadrón. Los otros 7 supervivientes se batieron en retirada, dejando al señor York solo, para demostrar su intensidad, recibiendo disparos de 32 ametralladoras pesadas.

Según dijo en su propio diario:

"No tenía tiempo de esconderme tras un árbol o arrojarme a un arbusto; ni siquiera para arrodillarme o tumbarme. Ni tenía el tiempo ni la idea sobre qué hacer salvo mirar a aquellos alemanes con ametralladoras y darles lo más que pudiera. Cada vez que veía un alemán, le disparaba. Estaba agachado al principio, como estábamos en las competiciones de tiro en las montañas de Tennessee, y a más o menos la misma distancia. Pero las dianas eran mucho más grandes aquí; a esa distancia no podía fallar a una cabeza o torso alemán. Y no lo hice."

Después de matar así a unos 20 hombres más o menos, un teniente alemán organizó a 5 hombres para que intentaran matar a aquel tipo por el flanco. York agarró su Colt calibre 38 (que tenía 8 balas) y los mató a todos, de una forma que describió "como cazaba pavos salvajes en casa".

Llegados a este punto, el teniente alemán, Paul Jurgen Vollmer le preguntó a gritos si era inglés; y es que durante la primera guerra mundial, los americanos eran los novatos a los que nadie tomaba en serio, y Vollmer estaba convencido que aquel suicida, loco, genial, intensito era alguna clase de supersoldado inglés que estaba ahí para mostrar a las nenazas americanas cómo se peleaba. Cuando dijo que era americano, el alemán respondió "¡Dios! ¡De acuerdo, si dejas de disparar, nos rendiremos".

Diez minutos más tarde, 133 hombres caminaban en dirección a los restos del batallón de York. El teniente Woods, su oficial al mando, inicialmente pensó que era alguna clase de contrataque alemán, hasta que vio a York, que le saludó y dijo "Cabo York se presenta con prisioneros, señor". Cuando el sorprendido teniente le preguntó que cuántos eran, respondió "Honestamente, señor, no tengo ni idea."

14/11/2018, 23:42
Editado: 14/11/2018, 23:43

Cerraron el anterior hilo con muy mal rollo por parte de todos... ¿Alguien ademas mio cree insensato seguir con el tema?

Solo es una reflexion mia, nada más

15/11/2018, 00:11

No creo que haya problema.
Aunque el nombre puede hacer que los Cuervos entrasen a verlo por primera vez con la maza en la mano, en realidad es un hilo de interesantes biografias.

Minsc
 
15/11/2018, 00:26

Mientras que nuestros queridos e intensos trolls no se acerquen al hilo, no creo que haya motivo alguno para que se desvirtúe.

Por cierto, me ha encantado la historia del fulano que se creía Robin Hood en la SGM.

15/11/2018, 01:27

El indio Singh Yadav me ha recordado a éste otro: 

Será por intensito bollywoodiense.

15/11/2018, 02:37

Hay algunas historias reales, que pese a serlo, son tan increibles que cuesta horrores creerlas... O_O

PD: Jajajaja, el puto bollywood, me encanta. Con los colegas a veces vemos pelis de estas por las risas XD...

15/11/2018, 04:55

De Alcin York hay película y todo, de Gary Cooper
https://m.filmaffinity.com/es/movie.php?id=620744

15/11/2018, 11:51

Blas de Lezo era otro puto fiera de esos que no se conocen mucho (copio y pego):

Valiente, honorable, buen estratega… muchos son los adjetivos que se pueden aplicar a grandes héroes como el almirante Nelson, cuyo nombre aún resuena en Gran Bretaña. Sin embargo, también son características de las que pudo presumir Blas de Lezo, un oficial tuerto, cojo y manco de la marina española que consiguió resistir el ataque de 195 navíos ingleses con apenas 6 barcos durante el Siglo XVIII.

Esta historia, digna de salir en cualquier película de la conocida saga «Piratas del Caribe», es una de las muchas en las que se ha demostrado la capacidad estratégica de la marina española de la época. Sin embargo, se suma a las docenas de hazañas que han caído en el olvido.

Cojo, manco, y tuerto

Blas de Lezo nació en Pasajes, Guipúzcoa, el 3 de febrero de 1687, aunque aún existe controversia sobre el lugar y el año en que vino al mundo. «Las fuentes son confusas y señalan otro lugar posible de nacimiento y otra fecha dos años posterior, pero en lo que no hay duda es que es un marinero vasco que se convirtió en uno de los más grandes estrategas de la Armada española en toda su historia» determina Jesús María Ruiz Vidondo, doctor en historia militar, colaborador del GEES (Grupo de Estudios Estratégicos) y profesor del instituto de educación secundaria Elortzibar.

Su carrera militar empezó en 1704, siendo todavía un adolescente. En aquellos años, en España se sucedía una guerra entre la dinastía de los Austrias y Borbones por conseguir la corona tras la muerte del rey Carlos II, sin descendencia. «Blas de Lezo había estudiado en Francia cuando esta era aliada de España en la Guerra de Sucesión. Tenía 17 años cuando se enroló de guardiamarina al servicio de la escuadra francesa al mando del conde de Toulouse», destaca el historiador.

Ese mismo año se quedaría cojo. «La pierna la perdió en la batalla de Vélez-Málaga, la más importante de la Guerra de Sucesión, en la que se enfrentaron las escuadras anglo-holandesa y la franco-española» afirma Vidondo. «Fue una dura batalla en la que una bala de cañón se llevó la pierna izquierda de Blas de Lezo, pero él continuó en su puesto de combate. Después se le tuvo que amputar, sin anestesia, el miembro por debajo de la rodilla. Cuentan las crónicas que el muchacho no profirió un lamento durante la operación», cuenta Vidondo.

La pierna la perdió debido a una bala de cañón

Aunque el combate finalizó sin un vencedor claro, el marino comenzó a ser conocido por su heroicidad. «Blas de Lezo fue elogiado por el gran almirante francés por su intrepidez y serenidad y por su comportamiento se le ascendió a alférez de navío», explica el experto en historia militar.

El ojo lo perdió dos años más tarde, en la misma guerra, en la fortaleza de Santa Catalina de Tolón mientras luchaba contra las tropas del príncipe Eugenio de Saboya. «En esta acción y tras el impacto de un cañonazo en la fortificación, una esquirla se le alojó en su ojo izquierdo, que explotó en el acto. Perdió así para siempre la vista del mismo, pero quiso continuar en el servicio y no abandonarlo» determina Vidondo. Sin duda la suerte no estaba de su lado, pero Lezo siguió adelante.

Finalmente, cuando tenía 26 años, el destino volvió a ser esquivo con este marino. «La Guerra de Sucesión había prácticamente finalizado en julio de 1713 con la firma de la paz con Gran Bretaña, pero Cataluña seguía en armas por los partidarios de la casa de Austria. El marino participó en varios combates y bombardeos a la plaza de Barcelona. En uno de ellos, el 11 de septiembre de 1714, se acercó demasiado a las defensas enemigas y recibió un balazo de mosquete en el antebrazo derecho que le rompió varios tendones y le dejó manco para toda su vida», determina el experto. Así, y tras quedarse cojo, tuerto y sin mano, Blas de Lezo pasó a ser conocido como el «Almirante Patapalo» o el «Mediohombre». Su leyenda había comenzado.

Hazañas iniciales

Una vez finalizada la Guerra de Sucesión, Lezo se destacó por su servicio a España. Una de sus misiones más destacadas fue la que realizó en 1720 a bordo del galeón «Lanfranco». «Se le integró en una escuadra hispano-francesa al mando de Bartolomé de Urdazi con el cometido de acabar con los corsarios y piratas de los llamados Mares del Sur (Perú)», sentencia el historiador.

«Sus primeras operaciones fueron contra el corsario inglés John Clipperton. Éste logró evitarles y huir hacia Asia, donde fue capturado y ejecutado», finaliza el doctor en historia militar. Por esta y otras hazañas, el rey ascendió al «Almirante Patapalo» a teniente general en 1734. Sin embargo, su misión más difícil llegó cuando fue enviado a Cartagena de Indias (Colombia) como comandante general.

El mayor reto de Lezo

El mayor desafío de Blas de Lezo se sucedió sin duda en Colombia, donde tuvo que defender Cartagena de Indias (el centro del comercio americano y donde confluían las riquezas de las colonias españolas) de los ingleses, ansiosos de conquistar el territorio. En este caso, los británicos aprovecharon una afrenta a su imperio para intentar tomar la ciudad.

El pretexto fue el asalto a un buque británico. «En este contexto se produjo en 1738 la comparecencia de Robert Jenkins ante la Cámara de los Comunes, un contrabandista británico cuyo barco, el Rebecca, había sido apresado en abril de 1731 por un guarda costas español, que le confiscó su carga. La oposición parlamentaria y posteriormente la opinión pública sancionaron los incidentes como una ofensa al honor nacional», determina Vidondo. La excusa perfecta había llegado y se declaró la guerra a España.

Los preparativos se iniciaron, y los ingleses no escatimaron en gastos. «Para vengar la oreja de Jenkins Inglaterra armó toda una formidable flota jamás vista en la historia (a excepción de la utilizada en el desembarco de Normandía), al mando del Almirante inglés Edward Vernon. La armada estaba formada por 195 navíos, 3.000 cañones y unos 25.000 ingleses apoyados por 4.000 milicianos más de los EEUU, mandados éstos por Lawrence, hermanastro del Presidente Washington», afirma el experto en historia militar.

Los ingleses contaba con 195 navíos, 3.000 cañones y unos 25.000 ingleses

Por el contrario, Blas de Lezo no disponía de un gran número de soldados ni barcos para defender la ciudad. «Las defensas de Cartagena no pasaban de 3.000 hombres, 600 indios flecheros, más la marinería y tropa de infantería de marina de los seis navíos de guerra de los que disponía la ciudad: el Galicia (que era la nave Capitana), el San Felipe, el San Carlos, el África, el Dragón y el Conquistador. La proporción entre los españoles y los ingleses era de 1 español por cada 10 ingleses», explica Vidondo.

Pero, lo que tenía a su favor el «Almirante Patapalo» era un terreno que podía ser utilizado por un gran estratega como él. Y es que la entrada por mar a Cartagena de Indias sólo se podía llevar a cabo mediante dos estrechos accesos, conocidos como «bocachica» y «bocagrande». El primero, estaba defendido por dos fuertes (el de San Luis y el de San José) y el segundo por cuatro fuertes y un castillo (el de San Sebastián, el de Santa Cruz, el del Manzanillo, el de Santiago -el más alejado- y el castillo de San Felipe).

Lezo se preparó para la defensa, situó varios de sus buques en las dos entradas a las bahías y dio órdenes de que, en el caso de que se vieran superados, fueran hundidos para que no fueran apresados y para que sus restos impidieran la entrada de los navíos ingleses hasta Cartagena de Indias. La guerra había comenzado y el «Mediohombre» se preparó para la defensa.

Comienza la batalla

«El 13 de marzo de 1741 apareció la mayor flota de guerra que jamás surcara los mares hasta el desembarco de Normandía. Para el día 15 toda la armada enemiga se había desplegado en plan de cerco. Al comienzo se notó la superioridad británica y fáciles acciones les permitieron adueñarse de los alrededores de la ciudad fortificada», afirma Vidondo.

«La batalla comenzó en el mar. Tras comprobar que no podían acceder a la bahía, los ingleses comenzaron un bombardeo incesante contra los fuertes del puerto. Blas de Lezo apoyaba a los defensores con la artillería de sus navíos, que había colocado lo suficientemente cerca. Usaba bolas encadenadas, entre otras artimañas, para inutilizar los barcos ingleses», narra el historiador.

Lezo incendió sus buques para obstaculizar la entrada de los ingleses

Tras acabar con varias baterías de cañones, Vernon se dispuso a desembarcar algunos de sus hombres, que lograron tomar posiciones en tierra. «Luego, el inglés se dispuso a cañonear la fortaleza de San Luis de Bocachica día y noche durante dieciséis días, el promedio de fuego era de 62 grandes disparos por cada hora», determina el experto en historia militar. El bombardeo fue masivo y los españoles tuvieron que abandonar en los días sucesivos los fuertes de San José y Santa Cruz.

El ímpetu del ataque obligó al español a tomar una decisión dura: «Lezo incendió sus buques para obstruir el canal navegable de Bocachica, aunque el Galicia no prendió fuego a tiempo. Sin embargo, logró retrasar el avance inglés de forma considerable. Blas de Lezo decidió dar la orden de replegarse ante la superioridad ofensiva y la cantidad de bajas españolas», afirma Vidondo.

A su vez, en Bocagrande se siguió la misma táctica y se hundieron los dos únicos navíos que quedaban (el Dragón y el Conquistador) para dificultar la entrada del enemigo. «El sacrificio resultó en vano, pues los ingleses remolcaron el casco de uno de ellos antes de que se hundiera para restablecer el paso y desembarcaron», sentencia el experto. Las posiciones habían sido perdidas y los españoles se defendían en el fuerte de San Sebastián y Manzanillo. Además, como último baluarte, se encontraba el castillo de San Felipe.

Vernon se cree vencedor

Los ingleses habían conseguido acabar con varias fortalezas y asentarse en las bahías de Cartagena de Indias tras pasar los obstáculos puestos por los españoles. Sin duda, sentían la victoria cerca. «Vernon entró entonces triunfante en la bahía con su buque Almirante con las banderas desplegadas dando la batalla por ganada», narra el historiador.

Vernon envió en ese momento una corbeta a Inglaterra con un mensaje en el que anunciaba su gran victoria sobre los españoles. La noticia fue recibida con grandes festejos entre la población y, debido al júbilo, se mandó acuñar una moneda conmemorativa para recordar la gran victoria. En ella, se podía leer «El orgullo español humillado por Vernon» y. además, se apreciaba un grabado de Blas de Lezo arrodillado frente al inglés.

La victoria del «Mediohombre»

Vernon estaba decidido, la hora de la victoria había llegado. Por ello, quiso darle el broche final tomando el símbolo de la resistencia española: el castillo de San Felipe, donde resistían únicamente seis centenares de soldados, según cuenta el historiador. Sin embargo, el asalto desde el frente era un suicidio, por lo que el inglés se decidió a dar la vuelta a la fortaleza y asaltar por la espalda a los españoles. «Para ello atravesaron la selva, lo que provocó la muerte por enfermedad de cientos de soldados, pero al fin llegaron y Vernon ordenó el ataque», sentencia Vidondo.

Según narra el doctor en historia, el primer asalto inglés se hizo contra una entrada de la fortaleza y se saldó con la muerte de aproximadamente 1.500 soldados a manos de los 600 españoles que consiguieron resistir y defender su posición a pesar de la inferioridad numérica. Tras este ataque inicial, Vernon se desesperó ante la posibilidad de perder una batalla que parecía hasta hace pocas horas ganada de antemano. Finalmente, y en términos de Vidondo, el oficial ordenó una nueva embestida, aunque esta vez planeó que sus soldados usarían escalas para poder atacar directamente las murallas.

En la noche del 19 de abril los ingleses se organizaron en tres grupos para atacar San Felipe. «En frente de la formación iban los esclavos jamaicanos armados con un machete», explica el doctor en historia. Sin embargo, los asaltantes se llevaron una gran sorpresa: las escalas no eran lo suficientemente largas para alcanzar la parte superior de las murallas. «El ‘Almirante Patapalo’ había ordenado cavar un foso cerca de los muros para aumentar su altura y evitar el asalto», determina Vidondo. Los españoles aprovecharon entonces y acabaron con cientos de ingleses. La batalla acababa de dar un giro inesperado debido al ingenio de un solo hombre, o más bien, «Mediohombre».

Tras la derrota, Vernon maldijo a Lezo mientras huía

El día siguiente, según afirma el historiador, los españoles salieron de la fortalezadispuestos a aprovechar el duro golpe psicológico que habían sufrido los ingleses. En primera línea corría Lezo, cargando al frente de la formación mientras sujetaba el arma con su único brazo. Finalmente, y tras una cruenta lucha, los menos de 600 defensores lograron que el enemigo se retirara y volviera a sus navíos. Ahora, y de forma definitiva, la victoria pertenecía a los soldados españoles y, por encima de todo, a un solo combatiente: el «Almirante Patapalo».

Después de esa batalla, se sucedieron una serie de intentos por parte de los ingleses de conquistar la plaza fuerte, pero fueron rechazados. «Vernon se retiró a sus barcos y ordenó un bombardeo masivo sobre la ciudad durante casi un mes, pero no sirvió de nada», determina el experto.

Finalmente, Vernon abandonó las aguas de Cartagena de Indias con, según los datos oficiales, unos 5.000 ingleses muertos. Sin embargo, según determina Vidondo, es difícil creer que la cifra sea tan baja, ya que el oficial tuvo que hundir varios navíos en su huída debido a que no tenía suficiente tripulación para manejarlos y no quería que cayesen en manos españolas. «Cada barco parecía un hospital», afirma el historiador.

De hecho, y según cuenta la leyenda, Vernon sentía tanto odio hacia el «Mediohombre» que, mientras se alejaba junto a su flota de vuelta a Inglaterra, gritó a los vientos «God damn you, Lezo!» (¡Que Dios te maldiga, Lezo!). Podía maldecir todo lo que quisiera, pero había sido derrotado.

La mentira del inglés

Además, según determina Vidondo, a Vernon todavía le quedaba un último mal trago: informar en Inglaterra de que la había perdido la batalla. Al llegar a su tierra, sin embargo, parece que no tuvo valor para dar a conocer la noticia públicamente, por lo que fue pasando el tiempo hasta que, finalmente, sus compatriotas descubrieron el engaño. Cuando salió a la luz, la vergüenza fue tan arrolladora para el país que se tomaron medidas más drásticas para acallar la gran derrota: «El rey Jorge II prohibió todo tipo de publicación sobre la batalla», finaliza Vidondo.

15/11/2018, 12:16

Blas de Lezo es un grande y he de reconocer que yo no supe mucho de él hasta que ocurrió este "gran evento" y me dio por investigar un poco.

Digna mención a la razón por la que se le nominó: "Fue uno de los mejores marinos en el mundo e hizo grandes contribuciones a la investigación submarina británica"

15/11/2018, 13:01

Como nota al pie, lo de la oreja de Jenkins, cabe destacar que le cortaron una oreja al angelito y lo usó como pretexto para montar todo este pollo, además de que parece que el que se la cortó le dijo un lapidario:

Ve y dile a tu rey que lo mismo le haré si a lo mismo se atreve. 

15/11/2018, 15:55

No creo que haya problema.
Aunque el nombre puede hacer que los Cuervos entrasen a verlo por primera vez con la maza en la mano, en realidad es un hilo de interesantes biografias.

Yo puedo afirmar que lo vi y entré para cerrarlo del tirón... 

15/11/2018, 15:58
Editado: 15/11/2018, 16:01

Julio de León Fandiño fue el capitán que cortó la oreja a Jenkins. Al parecer al cortarsela le dijo ve y di a tu rey que si a lo mismo se atreve lo mismo le haré. No era menos intensito que Blas de Lezo xD.

P.D. Jenkins lo dijo en la cámara de los comunes y el resto ya lo sabéis.

15/11/2018, 18:10
Editado: 15/11/2018, 18:17

Es despistarme media semana y el tema de personajes intensitos es cerrado bajo una montaña de mierda cubierta de lágrimas. La verdad es que se rifó semejante resultado.

Ojalá me pudiese permitir dar otro ejemplo (Habiendo hablado de nazis, creo que Adolf Hitler cuenta, pero como que es muy "mainstream"), pero solamente puedo comentar un poco por lo que llevamos como fan de la franquicia Fate: Por lo que he leído algunos se merecen tener su versión Servant. Blas de Lezo el que más, seguido de "Mad" Jack Churchill. A ser posible sin que les hagan genderbender. Blas tiene que ser un "husbando" que por muy "medio-hombre" que sea igualmente las vuelva locas. "Mad Jack"... Supongo que un genderbender suyo tampoco sería tan terrible. No sería ni el primer inglés ni el primer Jack al que le hacen eso. Al resto no los veo tanto (Quisling por ejemplo ni pensarlo, el tío es superpatético) con la excepción de Inocencio VIII, me lo imagino como un Caster (La clase hechicera de Fate) cuyo diseño es una mezcla rara de Ratzinger, Voldemort y el Juez Frollo... U otro genderbender muy anti-kármico.

Igualmente, si alguno hacemos partidas más o menos históricas. Este post nos puede servir para incluir en nuestras partidas NPCs intensitos y que está justificado. :P

EDIT: Me olvidé de ti Kamro: Según mi juicio, si Aldof Hitler puede contar como intensito, pues Napoleón como que estaría al mismo nivel de intensidad... Al cubo. Así que yo al menos te doy la razón. Y que carajo, no querría juntarla ni siquiera con Napoleon que como dictador no fue tan terrible como los del siglo XX, pero la Reina Isabel de Castilla y sus Ovarios de Acero Toledano era también algo intensa pero con honra. Que se lo digan a Fernando.

15/11/2018, 18:51
Editado: 15/11/2018, 18:55

Por cierto, me ha encantado la historia del fulano que se creía Robin Hood en la SGM.

Es que dificilmente se puede ser más épico que esto...

Y mister Jack, of course... (hasta en accion)

15/11/2018, 19:26
Editado: 15/11/2018, 19:34

Blas de Lezo era otro puto fiera de esos que no se conocen mucho

Cierto, un fiera el tio

Acabo de encontrar esto sobre Blas

https://www.abc.es/cultura/abci-desvelan-grandes-mentiras-historicas-sobre-blas-lezo-todos-creiamos-hasta-ahora-201806111336_noticia.html

Es del 2018 así que en principio es información que estaría mas actualizada. La he leído y el tio seguía siendo un fiera, son pormenores por así decirlo de la que era la "historia oficial" hasta ahora

15/11/2018, 19:50

Blas de Lezo era otro puto fiera de esos que no se conocen mucho

Solo te ha faltado mencionar su frase más famosa...

Si bien no es muy cordial en nuestros días, es un reflejo brutal del pensamiento de la época...

16/11/2018, 08:25

Hablando de este hilo en el trabajo, descubrí dos cosas. La primera, que Jack Churchill nació en dos sitios distintos (Hong Kong o Ceilán) dependiendo de si consultas la wikipedia .es o .en. La segunda fue la vida de la Papisa Juana, pero está situada en el siglo IX, no muy bien documentada, y tiene más de leyenda que de historia. ¿Y qué es una leyenda sino una historia intensita?

Juana podría haber sido una alemana que podría haberse disfrazado de hombre para poder estudiar, al estilo de Barbra Streisand en la película Yentl. Podría haber sido monje, y haber ascendido puestos dentro de la Iglesia hasta ser nombrada papa. Hasta aquí todo normal, pero llegamos a la parte intensita...

Juana estaba disimulando un embarazo (se supone que el padre del bebé era un embajador sajón) durante una procesión, cuando inesperadamente, y como buena intensita, se puso de parto en medio de la multitud. Según las versiones de Jean de Mailly o de Martín el Polaco, Juana habría sido lapidada por la masa enfurecida o habría muerto al parir.

A raíz de esta historia, verdad o leyenda, la Iglesia haría comprobaciones testiculares de los papas sentándolos en una silla agujereada con los atributos colgantes. Después de la comprobación, el especialista testicular declaraba "duos habet et bene pendentes"; traducido sería "tiene dos y cuelgan bien".

Fuente.

udas
 
16/11/2018, 09:15

especialista testicular

si es que el caso es tocar las bolas... XD

Este hilo ha sido cerrado.