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Morir en el Rif: El Escuadrón de la Locura (1921)

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02/05/2020, 18:54

PARTIDA FINALIZADA


Enlace al post de reclutamiento: https://www.comunidadumbria.com/comunidad/foros/tema/51366

Enlace a la partida: https://www.comunidadumbria.com/partida/morir-en-el-rif-el-escuadron-de-la-locura-annual-1921

Sinopsis: Una sección de caballería del Regimiento de Cazadores de Alcantara nº 14 es destacado en descubierta para localizar y destruir posibles amenazas sobre la columna de evacuación comandada por el General Navarro desde Drius hasta Monte Arruit. Durante la evacuación constarán la presencia de instructores extranjeros que apoyan a los insurrectos rifeños y la aparición de armamento de contrabando. Durante su misión localizarán una batería móvil de artillería que planea una emboscada contra la columna militar española, decidiendo atacarla con trágica fortuna. Además del fuego de las ametralladoras y fusiles enemigos, habrán de recibir el fuego amigo de una aeronave del aeródromo de Zeluán. De los seis miembros de la patrulla fallecerá el oficial al mando, resultará gravemente herido el sargento y uno de los soldados, el resto de los miembros resulta herido de diversa consideración y se ven forzados a retirarse sin alcanzar el objetivo.

NOTA: Se recomiendo leer el epílogo con la música de fondo propuesta más abajo.


EPÍLOGO - La Carga del Río Igan

Avanzaba el convoy por las proximidades del cauce seco del Río Igan. En vanguardia el Regimiento de Infantería de San Fernando, cubriendo además los flancos, mientras que el grueso lo constituían los restos del Regimiento de Ceriñola, Comandancia de Ingenieros, Tropas de Socorro de la Cruz Roja y Soldados de la comandancia de Artillería de Melilla. Cerraba la carreta de los heridos, la sexta batería de montaña comandada por el Capitán Arenas, que milagrosamente mantenía operativa y con algo de moral a su tropa, con quienes alcanzaría gloriosa muerte en Arruit.

 Pronto, las tropas del San Fernando se encontrarían con un problema nuevo. Los rifeños habían tomado el cauce del Igan en una de sus curvas, teniendo en enfilada el camino hacía Tistutin. La situación era complicada, las tropas de infantería y los hombres de Arenas no podrían hacer frente a los rifeños y a la par proteger el convoy, evitando la cruel desbandada. El General Navarro tomó la decisión y envió a su ordenanza que entregara al comandante del Alcántara la siguiente orden:

"Que cargue el Alcántara para facilitar un corredor de evacuación al convoy"

No se recogerá en los libros de la historia la cara del Teniente Coronel Primo de Rivera ante tamaña orden..."Nos piden que muramos"... Reunió a sus oficiales, expuso sin rodeos, ni medias tintas, la situación:

La situación, como ustedes verán, es crítica.-Miró a todos los oficiales con gesto serio, apartando el mar de emociones y los temores que debieron azotar su mente. Existen dos clases de hombres; los que tienen miedo o los que no saben a lo que se enfrentan. Su voz sonó solida, sin quebranto ni duda.-Ha llegado el momento de sacrificarse por la patria, cumpliendo la sagradísima misión de nuestra Arma. Que cada uno ocupe su puesto y cumpla con su deber.

En el momento trágico de la jornada roja,

en la feroz congoja

de la traición horrible,

brotó la flor altiva que nunca se deshoja:

la flor de lo imposible.

Lanzaron los clarines magníficos clamores,

llegó el momento trágico...

Las Ordenes las daré yo a viva voz. Ordenando a los educandos de banda que quedaran con los carros de suministros, pidió al Capellán que quedase junto a ellos y que diera su bendición a los hombres antes de cargar. Los jovenes con sus clarines engalanados desobedecieron la orden, ellos también eran hombres del Alcántara, proclamaban entre ellos y tomando sables de uno de los carros, se unieron al resto de la tropa. El Teniente Coronel se sitúo frente al regimiento, solo faltaba una sección que había marchado hacía Zeluán.

¡Soldados! Ha llegado la hora del sacrificio.- Su voz retumbó en el amplio llano de Igan, hasta los rifeños se sentirían amedrantados ante la fiereza de aquella voz.- Que cada cual cumpla con su deber. Si no lo hacéis, vuestras madres, vuestras novias, todas las mujeres españolas dirán que somos unos cobardes. Vamos a demostrar que no lo somos.

En los momentos tensos, esa leve chanza con aires de bravata sonsacará una sonrisa a los jinetes del Alcántara. Inútil es la tercerola ahora, es la hora de los sables. Algunos se santiguan, besan los rosarios que llevan bajo la guerrera o acarician furtivamente las fotografías de sus familias y novias. 

¡Al Paso! Gritó el Teniente Coronel, secundado por los jefes de escuadrón.

Avanzaban los caballos, los moros ya disparaban aunque sabían que estaban lejos para tener alcance.

¡Al Trote! Gritaban los jefes, la columna se abría formando una punta de flecha que levantaba a su paso nubes de polvo. 537 jinetes cabalgan. Las balas derriban a algunos.

¡Al Galope!  Los sables en alto, relucen bajo el sol cruel de África. La última orden será de ¡A la Carga!

Los sables refulgieron con rayos cegadores;

jinetes y caballos se irguieron voladores

ante el conjuro mágico...

Y allá fue la epopeya, jinete sin adarga

para la empresa loca:

Alcántara es un grito que el corazón embarga,

Alcántara es delirio que va de roca en roca

lanzándose... ¡A la carga!

Como las olas del mar embravecido, los caballos arrasan a su paso. Pero el enemigo es también fiero, hay que honrar su valentía, resiste y se repliega para reorganizarse tras el cauce del río seco. Han caído muchos, caballos y hombres, el convoy avanza pero hay que seguir luchando.

Se estrellan los caballos en la muralla viva

de la morisca fiera.

Vibra el clarín agudo. Nadie el mandato esquiva.

Embisten conteniendo la tropa fugitiva...

¡Baldón al que se rinda! ¡Laurel para el que muera!

Hermanos y rebeldes son carne destrozada

por ansia de conquista.

El escuadrón avanza. La tromba ensangrentada

prosigue batallando con fiebre redoblada...

¡mientras el clarín vibre!, ¡mientras la Patria exista!

Se tomaron caballos de refresco, no quedó hombre en retaguardia. El Capellán galopa crucifijo en una mano y el sable en la otra, al modo de los antiguos cruzados. Veterinarios del regimiento, comandan a herradores, mozos de cuadra y ordenanzas. Los educandos, niños apenas, no quieren abandonar a sus hermanos. Las ametralladoras ladran sus coplas de muerte, la pólvora enloquece a los caballos y hombres. La locura del combate en salvaje lucha, cae jinetes que luchan a pie y son rescatados por sus hermanos de armas. Dos, tres, cuatro cargas se suceden y sin embargo, hay que cargar de nuevo, el convoy ya casi ha pasado, pero los caballos están agotados y algunos hombres quedan sin montura y combaten a pie. Muchos han caído y sus restos quedarán como testigos de la gesta, donde cayeron junto a sus caballos.

Se doblan los caballos y ruedan jadeantes...

¡Alcántara no cede!

Los sables se mellaron, son dientes de gigantes...

Repiten los clarines sus notas arrogantes...

¡Hay que seguir la lucha mientras un hombre quede!

¡Al paso...! - Los corceles no pueden ir al trote.

¡Al paso...! - La jornada su horror sublime alarga.

¡Al paso...! - Como nietos del loco Don Quijote.

¡Así van los de Alcántara! - Su gloria eterna flote.

¡Al paso...! - ¡Lo imposible! ¡Tal fue la última carga!

De los 700 hombres del regimiento, apenas un centenar siguen en pie. Casi todos heridos, muchos morirán durante la noche en el campamento de Tistutin. El Teniente Coronel va pie, rechazando tomar un caballo y ordena que monten los heridos. Entre las muchas penas, queda su caballo, que lo ha acompañado muchas veces y con el que ha sido campeón de saltos y doma. El sacrificio no es en vano. El convoy ha pasado y Tistutín está a la mano, sin embargo, el Regimiento ha inmolado en fatal combate los mejores hombres de la Comandancia General de Melilla. 

Busquemos las lecciones grabadas en la Historia

con lauro inmarcesible.

Y arriba, muy arriba, cual soberana gloria,

escúlpase de Alcántara la trágica victoria

diciendo: "Con su arrojo lograron lo imposible".

Vendrá la triste jornada de Arruit y se escribirán en los libros de historia el quebranto de la triste jornada de Annual. Muchos nombres quedarán olvidados, dados por desaparecidos y quedando su memoria apartada del recuerdo que guarda Melilla en su camposanto. El Alcántara murió a la carga, entre las rocas del Río Igan y los Altos de Arruit. Aún queda mucha sangre por derramar y mucho dolor por sufrir.

 

Más de 90 años tendrán que transcurrir para que el valor de los hombres del regimiento fuera recompensado con la más alta condecoración. El expediente, que se abriría a finales de los años 20, quedaría olvidado y estancado. Muchas conciencias sucias y mucho desinterés, dejó que los nombres de estos hombres cayera en el olvido injusto. Hubieron de pagar los crímenes de otros como recompensa a su sacrificio y entrega pasa salvar las vidas de otros. Sin embargo, a día de hoy, el Regimiento de Caballería Acorazada Alcántara nº10 como heredero del Regimiento de Cazadores de Alcántara nº14 luce la laureada cruz que atestigua el valor de aquellos que sirvieron y murieron en el Rif.


 

02/05/2020, 19:02

ESTA ES LA HISTORIA DE AQUELLOS HOMBRES:

 

Alférez Pedro Laccaci de la Cruz

Primera baja en combate, Alférez Pedro Pablo de la Concepción Laccaci de la Cruz, natural de Valencia, nacido en 1904. Ascendido a Teniente en el Boletín del Ejercito de 20 de julio de 1921. Dejaría en el mundo un hijo no reconocido del que no llegó a saber, hijo de Doña Soledad Montoya O'Farril, que se casaría con el Teniente de Infantería Ricardo Valenzuela Macua del Tercio de Extranjeros en 1922. Su hijo, bajo el apellido de su padre adoptivo, ingresaría en la academia toledana, donde encontraría la muerte en combate el 2 de agosto de 1936. 

Debido a la intercesión de su familia y amistades, sería recomendado para recibir la medalla militar individual a título póstumo. Sus restos reposan en el Panteón de los Héroes en el cementerio de la Purísima de Melilla.

 

. 


Sargento Salvador Dorado

El sargento se despertó en una cama de un hospital. No recordaba nada de lo que había sucedido después del bombardeo, tenía algunos retazos de memoria que le mostraban siendo aupado por sus hombres, los mismos que luego recuperaron las monturas y le ayudaron a subirse. Estaban todos muy nerviosos y anunciaban que tocaba una nueva misión. A él le mandarían a casa, se negó aduciendo que no podía abandonar a sus hombres en momentos de necesidad.

Varios avatares del destino le llevaron al lado de los suyos durante varias horas hasta que sus heridas parecieron agravarse y lo mandaron de vuelta con las ambulancias. Al oír las noticias de los fallecidos cursó varias denuncias por diferentes canales hasta que fue detenido por la policía militar. Fue acusado de traición, de antipatriótico y de anarquista. Tras un consejo de guerra fue encarcelado.

Tiempo más tarde fue liberado. Se unió en 1936 a las milicias republicanas, su familia nunca volvió a saber de él.


Soldado Hijuela

Soldado de 2ª Macario Hijuela Nuñez

Tras las cargas en el rio Igan, Macario sobrevivio por poco, pero al final fue uno de los pocos supervivientes que quedaban vivos, durante los siguientes años siguío luchando con su regimiento y consiguío ascender a sargento, incluso aunque su familia no lo quería, se caso con su querida Marcelina al poco de volver de esta batalla y con la que tuvo 2 niños, años mas tarde participo en la batalla de Alfambra, donde fue herido de gravedad y tuvo que retirarse de la vida militar durante lo que quedaba de la guerra civil.

Uno de los momentos mas triste de su vida, fue cuando recibe la noticia de que su hijo había muerto en la batalla de Krasni Bor, con apenas 20 años cumplidos, por lo demás su vida fue tranquila tras la guerra disfruto con los nietos que le dio su hija.


Soldado de 2ª José (Pep) Valles Puig

Pep Valles Puig, moriría de septicemia en la enfermería de Monte Arruit. Su familia de origen humilde nunca llegó a tener noticia de su muerte y su cuerpo no fue recuperado de Monte Arruit hasta el año 2012, cuando una excavación arqueológica liderada por la Universidad de Granada y el Instituto de Historia y Cultura Militar español encontraron varias sepulturas con cuerpos momificados de soldados españoles. El cuerpo de Pep era uno de ellos, fue identificado por los documentos que portaba en su guerrera. El cuerpo fue recuperado y tras varias pesquisas, los descendientes de la hermana de Pep reclamaron el cuerpo, que fue enterrado en San Carlos de la Rápita, junto a los restos de su hermana.

Entre sus pertenencias, en Melilla, había una foto de estudio junto a una mujer joven, con aspecto de criada. No se encontró forma de localizar a esta mujer y comunicarle del fatal destino de José Valles Puig.


Soldado de 2ª Isidoro Fuentes González

Isidoro María Fuentes González, natural de Haro moriría durante la segunda carga en el Río Igan. Armado con su sable mataría a uno de los rifeños que intentaban flanquear y apoderarse de las maquinas del escuadrón de ametralladoras. Derribado de su caballo y con el sable quebrado cerca de la empuñadura, combatió a pie usando su carabina como maza. Su cuerpo sería recuperado al año siguiente cuando las tropas comandadas por Sanjurjo conseguían alcanzar tan fatídica posición. El cuerpo yacía donde había caído, maltratado por el sol y el calor.

Su cuerpo sería enterrado en el Panteón de los Héroes del cementerio melillense y durante mucho tiempo los melillenses se preguntarían intrigados a quién estaría dedicado el cuplé cantando por Chelo de la Flor en los casinos melillenses, "Rubio era mi jinete" sin embargo, la artista melillense se casaría al cabo de los años con un productor teatral, su primer hijo se llamaría Isidoro.


Soldado de 1ª Custodio Lendínez Gago

El soldado de 1ª Lendínez no llegaría a combatir en Igan debido a sus heridas. Sin embargo al llegar a Arruit sería habilitado como cabo y posteriormente como sargento, ante la carestía de suboficiales que coordinasen los diferentes pelotones. Inicialmente se le puso al cargo de un pelotón de camilleros, cuando las medicinas se agotaron y se vio la imposibilidad de mover a los heridos debido al fuego enemigo, se le asigno para reforzar al Escuadrón de Ametralladoras que guarnecía la puerta del Fuerte de Monte Arruit. El 9 de agosto, tras negociarse la rendición de Monte Arruit, se dispone a acompañar una columna de evacuación que saldrá acompañando a grupos de heridos tras terminar la entrega de las armas y municiones, sin embargo, la traición de los rifeños condujo a la llamada Masacre de Monte Arruit, donde Custodio Lendínez Gago perdería la vida.

En octubre de 1921, tras la reconquista de Arruit, el Regimiento hermano de Farnesio de Caballería, entra en Arruit y contempla la dantesca escena. Los cadáveres abandonados se pudren al sol del Rif donde fueron masacrados, torturados y mutilados. Debido al estado de los cuerpos, es imposible identificarlos, sin embargo entre el listado de fallecidos constara el Soldado de 1ª, habilitado como Cabo, Custodio Lendínez Gago. Sus restos mortales, posiblemente, reposan en el Panteón de los Héroes en la ciudad de Melilla.


Con esto, finaliza este primer episodio de la Crónica "Morir en el Rif". Doy el agradecimiento público a los jugadores: ERTYWERT, Nane, Dryo y Legionario 2300, así como a SirYago que no pudo finalizar la partida. Quedo muy satisfecho en el desarrollo de la misma y doy por cumplidos los dos objetivos que tenía en mente:

  1. Que todos disfrutásemos y pasásemos un rato divertido. 
  2. "Cuenta lo que fuimos" Para que la historia no se olvide.

FIN

dryo
 
Carné Umbriano nº527
02/05/2020, 19:09

Un placer haber jugado la partida!

02/05/2020, 20:35

estoy esperando la siguiente y la partida ha estado genial.

02/05/2020, 21:17

Unas preguntas sobre el final de la partida. ¿El avión estaba allí por casualidad, la habían enviado para escoltar a la columna o había sido enviada porque tenían información de la posición de la artillería? ¿Habría acabado con los artilleros igualmente si los pjotas no estuvieran allí? Dentro de mis nulos conocimientos de morteros y cañones... ¿nada de lo que tenían los moros era "anti-aéreo"?

02/05/2020, 22:03

Buenas:

Voy respondiendo, el equipo de los rifeños dependía de lo que pudiesen robar de posiciones españolas o francesas, o del abastecimientos por los agentes rusos y turcos que operaban en la zona. Realmente el armamento que tenían estaba muy centrado en el combate en tierra a corta distancia: baterías ligeras, mortero, ametralladoras, fusiles Berthier que combinado a su perfecto conocimiento del terreno les daba ventaja sobre el combatiente español que estaba mal instruido, no estaba aclimatado al terreno, sin vacunas, mal alimentado y con armamento obsoleto.

El avión hubiera pasado por allí ya que estaba intentando contactar visualmente con la columna de Navarro, solo que en la vida real los aviones de Zeluán y Melilla fueron inexistentes y no sería hasta 9 días después que se empezaría a utilizar el poder aéreo para apoyar a las tropas en tierra. Todo ello se debía a que Berenguer, Silvestre y Navarro se odiaban a más no poder entre sí. Existen telegramas, incluidos en el Expediente Picasso donde se demostraba que Berenguer en su posición de, Alto Comisario del Protectorado, ocultaba información o negaba recursos a Silvestre y posteriormente a Navarro por pura antipatía.

¿El avión hubiera estado allí igualmente? Sí. ¿Los rifeños disponían de artillería antiaérea? No, es más, apenas sabían manejar la artillería ligera de campaña que tenían. ¿Tenía información de la posición artillada? No, es más, al hacer la tirada de observación y tener un fallo medio-alto no fue capaz de distinguir los uniformes de la caballería y llegó al razonamiento de que era más probable que hubiera una posición española que una rifeña, más que nada porque estos no tenían artillería inicialmente.

¿Si el observador hubiera identificado la emboscada hubiera acabado con ella sin estar los pjs? Sí, si no hubiera arriesgado las vidas de los más de 3.000 hombres de la columna de Navarro en retirada hacía Tistutín.

Pregunta no planteada, pero la respondo ¿De haber intervenido la aviación desde el inicio del colapso de las líneas se hubiera evitado el desastre? Posiblemente, la información obtenida hubiera sido más fiable y el colapso de Igueriben podría haberse contenido e incluso nunca se hubiera ocupado la cota al observarse el movimiento de los cerca de 2000 combatientes rifeños. Es curioso ver como el rencor personal entre dos hombres condujo a esta tragedia 

02/05/2020, 22:58

Muchas gracias, Asael, y felicidades por la partida.

03/05/2020, 13:39

Enhorabuena a todos los participantes y excelente descripción de la partida, Asael.

guli
 
Carné Umbriano nº725
07/05/2020, 20:42

Enhorabuena :D

10/05/2020, 17:21

Gracias a ambos, ha sido muy gratificante conseguir terminar la misión. Ahora a pensar en el Episodio 2: Roca y Sangre :P

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