Partida Rol por web

Camino hacia ellas, tranquila con una gran sonrisa.

- Vaya sorpresa la primera hora, ¿no? Bueno, ahora podemos charlar más tranquilamente. Las miro caminando con ellas, mientras mi mirada vuelve a deslizarse entre mis compañeros, de uno a otro, sin perder la sonrisa.

Veo a Gabriela sentada.... Luego charlaré con ella. Lo que he oido en clase me ha dejado algo preocupada. Nunca ha sido chica de meterse en lios. Quizás hasta Sam la pueda ayudar.

Salgo al patio al lado de Irgala y mirando a ver donde se ha metido Aida. A veces tener solo dos amigas puede parecer raro, pero me evita un montón de conversaciones sin sentido.

Cuando veo los gestos que algunos alumnos de otras clases nos hacen, se lo devuelvo sin ningún reparo.

Panda de gilipollas...

Cuando salí al patio miré para atrás. Estaba claro que ninguno de los otros iban a salir. Por una cosa o por otra, se han quedado haciendo otra cosa. Pues nada, estoy sólo. Esta me la pagarán como que me llamo Diego.

Me acerqué a una de las paredes del patio, una que estaba dando sombra en este momento y me senté con las piernas cruzadas una encima de la otra. La espalda apoyada en la pared y los ojos perdidos en el cielo. Uno nunca sabía cuando podía ver algo interesante en el firmamento. ¿Y si aparece un platillo volante? ¿Eh? Uno tiene que estar preparado para todo.

Saqué mi movil del bolsillo y lo dejé a mi lado, con la cámara preparada.

Un buen investigador nunca deja nada al azar.

Salí al patio con todos, vaya era un día estupendo y encima una primera hora alucinante.

Entonces le vi, era mi debilidad y verle solo, me dio ánimos y valor para hablarle.

Me acerqué a Diego: Hola, menuda forma de comenzar el curso ¿eh? dije sentándome a su lado. Sabía que a las chicas no les importaría si luego les contaba todo.

Miré en la misma dirección que él para observar que no miraba nada en concreto solo un cielo despejado.

Salió al patio y miró con una sonrisa socarrona a los de los otros cursos... Divertida, y después se dirigió hacia uno de los lados para sentarse al suelo y mirar a las personas que iban saliendo con actitud ausente, pero mucho más observadora de lo que parecía. 

Tras una visita al lavabo en la que tuvo que invertir la mayor parte del tiempo en orientarse, David sale al patio sin prisa. Al fin y al cabo, nadie le espera.

Se detiene unos segundos en la salida, para ubicar a todo el mundo. En seguida se da cuenta de que no tiene ningun motivo para hacerlo, de modo que echa a andar. Coño, que gente mas sana, nadie parece tener un mechero.

En fin. Una hora al aire libre, y todo indica que va a tener que respirar aire puro forzosamente. Si vuelve a ocurrir esto me voy a casa, piensa. Echa un vistazo a las ventanas, por las que puede verse al resto de alumnos del instituto, que obviamente tienen menos suerte que ellos.

Juzga prudente ir a buscar a Gabriela y preguntarle algo mas tarde, porque al salir parecia mosqueada o algo. Todo a su tiempo. Por el momento solo conoce a dos personas, y en este caso se fija en la otra, Diana, que esta por ahí tirada a un lado. David se acerca, despacio, dando tiempo para que ella se forme todas las expectativas que quiera.

-Buenas. ¿Te importa que me siente?

Diana lo miró y sonrió tan amable y angelical como falsa. 

Si no te importa que cuchicheen sobre ti, sí, siéntate.

A ella sí que le daba igual, de hecho lo que estaba haciendo exactamente ahora sentada en el suelo era prejuzgar a todos y cada uno de los alumnos, intuyendo cómo les había ido el verano y cómo estaban ahora...

Su mirada se dirigió directamente hacia Diego y Dulce, y una leve sonrisa cruzó su rostro. 

Le gente va saliendo poco a poco, con los cascos puesto contemplo como fuera del patio se van reuniendo los grupos de amigos de siempre, saco de mi mochila un paquete de regalices rojas y en ese momento veo salir a David que se acerca a Diana Estupendo... Me digo a mi misma Sera un laaaargo curso...

Comienzo a come runa de las regalices cerrando los ojos y escuchando la musica para intentar evadirme un poco de todo, auqneu ahora mismo solo pensaba en que unos metros mas a mi derecha estaba la parte mas baja del muro que no era muy dificil de saltar para salir de alli.

-Oh, siempre es bueno que se hable de uno.

Se deja caer pesadamente en el suelo. Si no estuviera hecho de carne y hueso, habria hecho ruido.

Suspira de aparente cansancio (¿cansado de qué?) y tras acomodarse se pasa las manos por el cabello.

-No tendrás un mechero, ¿verdad?

Sam se encoge de hombros ante la pregunta de Nerea. En realidad se podía hacer una idea de lo que ocurría, pero no quería meterse demasiado. Descubrir eso era pan comido y a ella le iban los retos.

Cuando se acerca la saluda.

Pero bueno Emily, ¿quieres decirnos qué te pasa? La medio riñe, medio le suplica preocupada.

Allie sale del edificio y lo primero que hace es extender los brazos y respirar profundamente.

¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaah...! -Deja escapar todo el aire.

Dulce se ha alejado para hablar con Diego, así que ahora están Yi, Gina, que ya volvía de clase, y ella. No puede evitar sonreir al ser consciente de la valentía de Dulce.

Genial. Hoy cada vez es un día más perfecto.

Piensa para sí misma mientras busca algún lugar donde sentarse. ¿Un banco a la sombra de un árbol? ¿Había alguno en el patio? Ya ni lo recordaba. Pero cuando encuentra un buen sitio, donde pueda estar en contacto con la naturaleza, empieza a caminar hacia él. O más que caminar... Allie casi "danza", dando pequeños saltitos hasta llegar al lugar y sentarse allí, asegurándose primero de que no haya ningún pequeño insecto al que aplastar en el camino, claro.

Quien sabe... quizá esa hormiga que acababa de evitar su pie es la siguiente vida de Elvis, por decir algo...

Mis ojos han seguido el camino de Dulce hasta Diego.... suelto el aire en un pequeño resoplido. ¡Estupendo! Ni se me había pasado por la cabeza que Dulce y él....

Sam me saca de mi ensoñación. Me encojo de hombros quitándole importancia:

- Nada serio supongo. Que soy una idiota. Oye, cambiando de tema, ¿habeis oido la conversación de Gabriela? Creo que voy a hablar con ella a ver qué problema tiene. Quién sabe... a lo mejor hasta tienes un caso ahí, Sam.

Aparto la mirada de Diego, para hablar a mi amiga, y ofrecerle mi sonrisa más abierta. Camino hacia Gabriela con la cabeza baja, y me siento junto a ella.

- ¿Te estorbo?

- ¡Ah!, no para nada. - Exclamé medio entre la sorpresa y la tontería que tenía en la cabeza al continuar mirando el cielo.

Claro que después bajé la mirada del firmamento y miré quién se había sentado a mi lado y era Dulce. Señalé el cielo azul con mi  dédo índice y sonreí.

- Seguro que en algún momento aparece algo por allí. - Continué mientras me colocaba la mano delante de los ojos, abría un poco los dedos y comenzaba a mover la mano hacia arriba y hacia abajo rápidamente. - Mira, allí esta. -

Uno de los satélites geosincrónicos aparecía como un punto blanco en el cielo mientras movía la mano delante de mis ojos. Cuando me detuve miré a Dulce nuevamente y me encogí de hombros.

- Se llama "Contar Satélites". Las fuerzas militares miraban antes así el cielo para ver si había satélites cerca. Dejaron de hacerlo por que se iba quedando ciegos. ¿Qué te parece? -

Ya. Historía Friki Nº 1 del Día.

- Jajajajaja se ríe divertida, cada vez se te ocurren cosas más extrañas. Y sí, ciertamente mirar así al cielo despejado puede ser algo dañino para la vista. Dijo bajando la suya propia y cerrando un poco los ojos por la molestia. Jajajaja demás luego te queda el reflejo un rato y mires donde mires ves puntitos de luz jajajaja dijo divertida. Aquel chico siempre la hacía reír. ¿Qué tal el verano? ¿Mucha fiesta? sonrió.

Cambio la postura para estar más cómoda, cruzando las piernas de forma más femenina.

- Pues, sí, supongo que algo de fiesta. Tenía un par de cosas que hacer en casa con mi padre y pasé una semana en casa de mi madre y poco más. Después juntarme con estos algunas noches a echar unas partidas a la videoconsola y mirar las estrellas. Cosas así. Ha sido divertido. ¿Y tú? ¿Qué tal tu verano? -

Pero en ese momento me distraje un segundo, levantando la mirada al cielo pensando que algo había aparecido ya que una sombra cruzó mi campo visual periférico de un lado a otro. Vamos, que la ví con el rabillo del ojo. Al final resultó ser un pájaro.

Volví a mirar a Dulce al mismo tiempo que me quité la mochila del hombro y la coloqué a un lado de mis piernas.

A Nerea no le pasa desapercibida la reacción de Emily, sigue su mirada y ve como parece molestarse por la compañía de Diego y Dulce. Levanta una ceja volviendo su mirada a Sam... Le gusta Diego... Su actitud no deja lugar a dudas, y un amago de sonrisa asoma a los labios de la joven.

- ¿Gabriela? No, no escuché mucho... Algo pero no presté atención... - Responde Nerea encogiéndose de hombros. - Creo que le gusta Diego... - Le susurra a su amiga Sam cuando Emily se dirige hacia Gabriela. - Solo date cuenta de que no ha parado de mirarle, y parece haberse molestado cuando Dulce se ha acercado a él. - Termina diciéndole con una mueca en sus labios. - Aisshh... - Suspira finalmente recorriendo con la vista todo el patio. Por un momento su mirada se cruza con la de Diana. Se da cuenta de que el nuevo se le ha acercado, niega con la cabeza mientras aparta nuevamente la mirada. Pobre... No sabe lo que le espera...

Elemental mi querida Watson. Le dice a su amiga Nerea, cuando le explica lo de Diego. Levantando un dedo y haciéndole ver que ella ya lo había adivinado.

Lo de Gabriela... se lo apunta en su agenda. Era mejor ir a verla cuando estuviese sola, o quizá luego le preguntaría a Emily. Pero dónde había alguna posibilidad de caso, ahí estaba ella.

Con todos estos pensamientos y posibles deducciones Sam sigue junto a Nerea.

Me di cuenta de que alguien se me acercaba porque note sombra sobre mi Por dios que no sea david... ya me siento muy ridicula... Aunque tendria eu buscar a Carlos para disculparme por decirle eso en publico y de paso preguntarle lo que quiero...

Al abrir los ojos vi a Emily ante mi, no pude evitar el parpadear varias veces mientras la miraba y me quitaba los cascos para escucharla - No tranquila ¿Quieres? - dije ofreciendole una de las regalices y contemplando como se mantenian los grupos.

Cuando salió se quedó mirando las ventanas y fue saludandoles con una sonrisa en el rostro aunque con cara de sueño todavía. Se giró sobre si mismo observando a su al rededor como se iban formando los grupos y entonces reparó en el nuevo. Se acercó a el y a Diana.

En cuanto estuvo cerca de ellos se acuclillo frente a ellos y extendió su mano a su tocayo - Buenas, bienvenido tio - y sin pedir permiso se sentó al lado de ellos mirando a la gente - ¿De donde vienes? - le preguntó con curiosidad pero tratando de ser amable - si se puede saber claro

-De un lugar peor, espero.

El nuevo gira la cabeza cuando llega el chaval, sin dar tiempo siquiera a que Diana responda. Ya se ha fijado en el tipo. Se llama Deivid o algo parecido.

-Sientate, no te cortes.

Lo dice aposta cuando ya se ha sentado, remarcando el gesto.

-¿Tienes un mechero?