Partida Rol por web

Allie estaba dispuesta a responder a todos y cada uno de los recién llegados, sin distinción, cuando recibe el ataque de Gina.

¡Gina!

Un remoloneo de cascabeles y piedritas chocando entre sí y un sonido sordo delatan que allie ha caido al suelo. Sin embargo, desde allí abajo, una carcajada divertida muestra que la castaña no está para nada enfadada y que no ha recibido daño alguno. Al menos no un daño serio.

Al levantarse ayudada por su amiga, la enorme sonrisa sigue en sus labios.

¿Qué? ¿Cómo? Ah... ¡Vale!

Sus respuestas van a la velocidad de las reacciones de Gina, por imposible que pudiera parecer en un principio. Parece que ambas están bien compenetradas.

Yo también tenía ganas de verte.

Responde con una sonrisa y sin cortarse ni un pelo.

El chico que está sentado solo termina su cigarro y continúa viendo llegar a la gente y preguntándose cuándo piensa abrir las puertas el conserje, lamentando haber sido puntual. Al menos la peña parece simpática. Devuelve los saludos que le llegan con un despreocupado movimiento de cabeza, incluyendo el de la chica rubia, quien consigue sacarle una media sonrisa algo nerviosa. En ese momento parece un poco más alterado, quizá, aunque no se pone a dar saltos de alegría ni tampoco se lleva las manos a la cabeza.

De cualquier forma, está algo más despierto y aprovechando que, afortunadamente, no se le presta mucha atención, se lía un canuto. Para pasar el tiempo. Cuando se dispone a encenderlo su mechero parece fallar, y de repente se encuentra trabado en una ardua tarea. Trata de desmontar el mechero para sacar la piedra, pero sin querer se lo carga. Ya no enciende.

- Me cago en su puta madre - dice para sí mismo, en un susurro sólo audible a pocos metros de distancia.

Echa un vistazo a su alrededor y se levanta.

Se dirige al tipo grande que está apoyado en la pared, porque es el único al que ve fumando. Y también porque está solo, y él pasa de acercarse a grupos.

- Perdona, ¿tienes fuego?

Este es nuevo.

Es nuevo y por lo visto no me conoce.

Metí mi mano dentro del bolsillo de mis vaqueros y saqué un mechero negro y se lo ofrecí.

Vamos a ver, soy un cabrón, pero eso no significa que no sea bueno con los novatos.

Primero hay que conocerlos, después, ya veré por dónde entrarle. Aunque parece que compartimos alguna afición.

- Toma. - Dije secamente.

Buenos días, Nerea, ¿qué tal el verano?

Su sonrisa no desaparecía de sus labios, se había puesto al lado de Emily para tocar los cojones, ahora que llegaba Nerea podía tocar aún más los cojones... De hecho, había sido por ella que se había puesto la camiseta don't hate me" hoy se sentía irremediablemente bien, y tenía ganas de recordar a todos quien era ella. 

 Había estado trabajando todo el verano, con cursos y charlas en lugares diversos, sobre todo en temas de arqueología su pasión, pero había llegado el día temido, volver a las clases, a los chillidos, tonterías, insultos,antipatías, menos mal que había también gente que valía la pena ver y cambiar impresiones, pero en general en instituto se le hacía tedioso, no se creía ni mucho menos superior, pero algunos es que parecía que habían madurado nada y no iban a madurar en la vida y esos eran los que precisamente le hacían la vida colegial mas insoportable.

Al entrar por las puertas encontró a casi todos sus compañeros esperando, saludo tímidamente a algunos con la cabezo y espero.Su mayor problema el relacionarse, no quería quedar como un "friki" que se cree superior y por eso hablaba poco, el no lo buscaba pero su vocabulario no era vulgar y era mucho mas rebuscado, pero era su educación....

Y la pesadilla comenzaba de nuevo... Cuando sonó ese despertador dejo claro que me quedaban muchos meses por delante hasta entrar en la universidad e irme...

Pase el verano en Barcelona y no hacia ni dos dias que había vuelto, me vestí y baje a desayunar rápidamente pues conociendo me llegaria tarde seguro. Mientras tomaba el zumo y un par de galletas revisaba todo en mi mochila. Entonces vi que faltaba algo Sera hijo de puta.... Las llaves de mi moto...

No dije nada, simplemente me limite a sonreirle a mi madre e irme dando un pequeño portazo, en autobus si llegaría tarde y evidente mente mi sospechas se confirmaron al no ver mi moto fuera.

Baje corriendo en la parada pensando en las antiguas torturas medievales cuando *Pum!* Todas mis cosas al suelo, yo también y un mechero contra la cara de un chico...

Y al levantar mi cabeza del suelo con cara de consecuencia mire al chico acercando le torpemente el mechero que le había golpeado ¿Y este quien es? Pero mi sorpresa fue mayor al ver que contra lo que había chocado yo era Carlos ¿Esta siendo el peor primer día de la historia o me lo parece a mi...?

- Eh! Oh! Hola! Lo siento! Pensé que llegaba tarde y... - Torpe! Torpe! Torpe! comencé a recoger mis cosas desparramadas, porque ni tuve la suerte de que mi mochila estuviera cerrada....

Sam se había quedado dormida junto a su padre en su despacho, revisando unos papeles. Por suerte el teléfono les despierta y ambos pegan un bote con algunas arrugas en la mejilla.

¡Papá! ¡Que nos hemos dormido! ¡Coge el teléfono que yo me voy a duchar! Le ordena, a lo que su padre hace caso lentamente y casi sin darse cuenta.

Poco después sale ya vestida (unos pantalones vaqueros, bambas y camiseta) y preparada para ir al colegio. ¡Vamos! No quiero estar fichada desde el primer día. Queda mucho curso por delante aún. Bromea con su padre, que la mira sin acabar de reirse.

Él la lleva en su antiguo coche que parece más una cafetera que un vehículo, pero acaban llegando. Se despide de él con un beso y un hasta luego. Solía volver andando.

Nada más bajarse del coche observa a los grupos y empieza ya sulfurada, acercándose a toda prisa a su mejor amiga Nerea. Sin darle tiempo a responder, contesta ella a Diana. Perdona que no te responda ni nos quedemos más tiempo aquí, pero es que somos alérgicas al pelo de zorra. Dice con una gran sonrisa. Coge a su amiga de la mano y mira a Emily. ¿Vienes Emily? Le pregunta a la castaña.

Cuando consigue calmarse al alejarse un poco es cuando puede seguir saludando a los demás.

¡Buenos días! ¡Allie hoy tu aura está más radiante que nunca! No lo decía en tono de burla, lo decía en serio. No sabía como, la presencia de Allie siempre iluminaba el lugar.

Vaya, y yo que creía que usaba Oréal... 

Se miró las puntas del pelo y sonrió angelical a Sam Luna. 

Muy bien, zorrita, vamos a jugar. 

Después dirigió la mirada hacia Gabriela, no pudo evitar alzar la ceja y esbozar una sonrisa de medio lado al ver contra quién había chocado, y cómo lo había desparramado todo por el suelo.

Se acerca y se agacha para ayudar.

Mujer, ¿pero cómo vas tan cargada el primer día? Al levantarse con varios papeles los cuales trató de saber qué eran, miró a Carlos ¿A que le perdonas la vida? Le preguntó guiñándole un ojo al moreno. 

Sin perder la calma, David sonríe. Le hace gracia la torpeza de la joven.

-Tranquila, no pasa nada. Relájate un poco...

Se agacha y echa una mano a la chica para recoger sus cosas, más que nada por educación, y no dice más. Después mira el reloj y decide que es mejor guardarse el canuto para más tarde, de modo que enciende un cigarro sin adulterar con el mechero del tío alto, antes de devolvérselo. Le ofrecería uno, pero ya está fumando.

-Gracias, hombre.

Y ya que está, se queda de pie. Se separa un poco, detectando algo de tensión entre la chica del accidente, el chico alto y la rubia (mierda, ¿cómo se llamaba?) y se queda mirando al suelo, pensando a saber qué.

Estaba recogiendo las cosas, viendo como de golpe el nuevo y Diana comenzaban ayudarme, tanto ella como Carlos eran unos Cabrones y los "malotes" del intituto, pero yo nunca había tenido problemas con ellos, es lo bueno de no estar en ningún "grupo" no tienes super amigos pero tampoco enemigos...

Ante la pregunta de ir tan cargada noto como se me cruza el cable guardando las ultimas cosas - Porque un capullo me robo la moto - Digo sin mas en un tono que probablemente nunca haya escuchado nadie en mi, un tono de ganas de matar...

Al darme cuenta negue con la cabeza y mire a Diana y al chico nuevo - Eh! Gracias, me paso algo esta mañana y creo que metí mas libros de los necesarios en la mochila y me deje la cabeza en casa...

Tras la primera mirada que Nerea le había lanzado a Diana, era como si su cerebro la hubiera descartado. Así que la joven se había acercado a Emily ignorando completamente a la rubia. En ese momento escucha a Mariano... Mierda, sabía que el primer día sería duro, pero por mucho que lo supiera, nunca estás lo suficientemente preparada para afrontarlo. Siente cómo su corazón late con fuerza y recuerdos todavía dolorosos desbordan su mente.

En ese momento, Diana la saluda con su siempre falsa sonrisa, Nerea tan sólo atina a quedársela mirando, sin pestañear... Menos mal que llega Sam y la saca de allí...

No puede evitar que una sonrisa luzca en su rostro cuando escucha el saludo que le brinda a Diana.

- Mierda, menos mal que has llegado... - Le dice a modo de saludo.

Saludo con simple movimieto de cabeza a Diana. Es demasiado evidente que ha venido con intención de molestarme, pero hoy nada me puede agobiar. Mi última semana ha sido demasiado movida.

- Eh, Alberto, no te quedes ahí parado hombre, ven a saludar. ¿Qué tal tu  verano?

Llega Sam, radiante de energía como siempre... Nerea, ¡ay Dios! ¿Pero es que Diana tiene intención de liarla antes de entrar en clase ya?.

Me rio ante el comentario de Sam, y la tomo de la mano. Con la otra tomo la de Nerea y le sonrio:

- Ni un mal rollo, Nerea. Vamos a ver a todos.

Dejamos plantada a Diana, mientras seguimos saludando a los que llegan. Mis ojos se mueven activamente buscando .... a quien aún no he visto.

Dulce se despertó con tiempo, como siempre, odiaba las prisas y las esperas, a partes iguales. Cuando sonó el despertador sabía que tenía 5 minutos para darse la vuelta, y cuando volviera a sonar, ¡Arriba!

Vivían muchos en casa, así que la coordinación era básica. Aún así las peleas y las prisas mañaneras eran la tónica normal.

Dulce solía coger primero la ducha del segundo baño, el de los hijos, ya que sus padres tenían uno propio. No se esmeraba mucho la verdad, simplemente se duchaba. Ni cremas ni potingues, los creía absurdos e inútiles. Simplemente su espuma para rizos.

La ropa la tenía en su silla desde anoche, así que rápidamente unos vaqueros y un suerter azul (su color según Allie, aunque ella prefería morado o violeta) y listo. No se preocupaba por las demás cosas, solo llevaba un colgante en forma de media luna (que se abría y era un reloj), y sus pendientes de plata.

Después un buen desayuno familiar, charlas, ánimos, comentarios, risas, y para el insti. Normal que siempre llegara con una gran sonrisa. Adoraba llegar con tiempo.

Esta vez parecía que se había retrasado algo en la caminata desde su casa al insti, pq solía ser de las primeras al llegar... aunque no importaba, lo importante era que llegaba con tiempo, pues la puerta todavía no estaba abierta.

Busco a Allie y a Gina con la mirada, tras despedirse de sus hermanas, que iban al mismo instituto.

- ¡Buenos díaas! dijo sonriente a todos con su dulzura natural.

Después buscó a sus amigas para charlar.

- ¡Hola! ¡Buenos días! ¿Qué tal el primer día? Es emocionante que sea el primer día del último año ¿no? dijo para romper el hilo.

También buscó a Alberto y a Sam, sin duda tendrían buenas historias para contar del verano.

Irgala mira a todos lados y asiente a los comentarios de Ander, pero sus oidos no escuchaban. Su mente estaba en otro lugar, como muchas veces antes. La verdad es que aquel dia era un dia especial, o mas bien tragico para ella. Aquella tarde la tendria muy ocupada con el aniversario de la muerte de sus padres. Pero no diria nada, todos lo sabian, aunque no sabian el dia, solo Ander..y creia que Aida....pero nada diria.

-Bueno si, claro....por cierto Ander, esta...tarde no podremos quedar.

Miró de reojo a Aida, sabia que ella saltaria con alguna de sus "sutilezas", aunque no estaba de humor para contestarle.

Gina sonríe a Allie, le encantaba que siempre pudiesen decírselo todo. No en vano se conocían desde hacía tiempos inmemorables, junto también a... Ese...

Instintivamente, la joven echa una ojeada alrededor, para ver si había llegado, pero sabía que aquéllo era imposible. A partir de mañana ella misma le iría a buscar y lo traería de la oreja si hacía falta. Sin embargo, a quien encuentra mientras mira es a Dulce, a quien sonríe ampliamente cuando saluda:

-¡Duuuuuuulceeeeeeeee!-Gina se acerca y le planta un beso en la mejilla:-¿Cómo estás? ¡Me alegro de verte!-señala, animada.

Por suerte ya iban llegando todos, y eso sólo quería decir que faltaba poco para entrar a clases ya...

Gina también vio a Alberto por ahí, a quien saludó efusivamente con la mano.

Yi apareció por la puerta del instituto, con una cara de sueño terrible, y los ojos mucho más entrecerrados de lo habitual.

Era bastante extraño que no llegase tarde a primera hora, especialmente despues de haber pasado el verano durmiendo cuanto hubo querido. Posiblemente, las 50 alarmas que Gina le obligó a configurar en su movil tenían la culpa de que el chico hubiese logrado despegarse de las sábanas.

Al llegar al arco de la puerta, pudo ver que ya había muchos de sus compañeros reunidos, charlando y hablando de sus cosas como si de un día cualquiera se tratase. En cualquier caso, Yi no era persona todavía, por lo que en lugar de ir con los demás, se quedó en la puerta reclinando la cabeza en la pared.

Justo en el momento en el que se giraba a Dulce, y luego volvía a echar otra ojeada, aparece Yi por la entrada. Gina realiza un atisbo de sonrisa al verle, pero en seguida frunce el ceño, al ver en el estado en el que llega...

Decidida, a grandes zancadas, se planta delante de él y le mira, esperando que no esté lo suficiente dormido como para no reconocerla, aunque no lleve las gafas ya...

-¡Yi! ¡¿No te dije que tenías que dormir a la hora que tocaba, que hoy era el primer día de clase?! ¡Y menos mal que te puse las alarmas, que seguro ni siquiera estabas aquí!

Ya empezaba... La eterna lucha entre Gina y Yi, volvía a tomar forma ese primer día de clase: Gina zarandeando casi a Yi para que se despertase, y el otro cerrando los ojos, intentando pasar de todo.

-¡¡¡Ahhhh!!! ¡Me pones de los nervios!-y comienza a tirar de él para que vaya junto a los demás. No obstante, antes de avanzar, se gira, y sonríe leve:-Aunque... Hoy casi te merecerías un premio por haber llegado a la hora, quizás hoy no te pida que estudies mucho...-Pero sólo lo dice para que él la escuche, y a sabiendas de que está semi dormido, y que poco caso hará al respecto...

Así luego podría pisar sus propias palabras, y hacer como que no hubiese pasado nada.

Una sonrisa casi diabólica se cruza en la cara de Gina, mientras arrastra al pobre Yi a donde están Allie y Dulce:

-¡Miraaad quién ha veniiidooo!

- ¡Gracias Sam! La tuya está impoluta tambíen. -Sonríe, refiriéndose a su aura... aunque al pasar la mirada por Nerea, frunce levemente el ceño un instante antes de volver a sonreír.

Aunque la suya sí necesita un lavado... Bueno... la suya y la de alguno que otro más...

Piensa para si misma mientras desvía la mirada hacia Diana y Mariano. Pero eso es solo un instante, enseguida llega Dulce y llama su atención.

- ¡Dulce! ¿Ves? El azul es tu color. Te lo dije.

Le dice quitándose una de las pulseras de su muñeca, con pequeñas piedras azules y entregándosela.

- Es de ágata azul. Te pega con la camiseta y además, te permite equilibrar tu energía y hablar con más contundencia y seguridad. También relaja tu mente.

Explica mientras se la pone en su propia muñeca.

Justo después de hacer esto, aparece Yi.

- ¡Vayaaaaaa! ¡Mira quien tenemos aquí!

Exclama divertida al ver a Gina arrastrar al semiinconsciente Yi.

- Tranquila, Gina, dale un respiro, que es el primer día y ha llegado puntual.

Frunzo los labios en silencio. Tonto de mi por no recordar que la fecha estaba encima. Menudo asco...justo coincidir las fechas de la muerte de sus padres con el comienzo del año escolar. Así no había manera de que comenzara con buen pie.

Me gustaría acercarme y tomarla de la mano, pero no se como reaccionaria...y tampoco quiero que nadie me vea hacer algo así. El griterío que llega desde la parte donde los chinos están es ensordecedor. Gina gritando, la otra también...es que no van a crecer nunca esa panda de crías?. Ninguna sabe que su alegría no es lo mejor en este momento para Irgala...y es que tampoco les importa.

Oye Irgala...sabes que puedes contar conmigo...y lo digo en serio.

- ¡Muy bien! contestó radiante a Gina y le dio un beso en respuesta. Sonrió y de nuevo Allie la embaucó... cuando iba a decir algo ya llevaba puesta una de sus pulseras. ¡Allie cariño! Ya sabes que yo no llevo pulseras, es más sabes que voy a dejarla por ahí y se me olvidará dónde... Jajajajaja dijo sacándole la lengua.

- Buenos días Yi. dijo con pena al pobre joven. No dejes que te agobien estas dos locas, tú tranquilo y a tu ritmo. Le guiñó un ojo. Jajajajajaja