Partida Rol por web

La rutina de un nuevo día se ve empañada por que en el día de hoy, todos y cada uno de vosotros os levantastéis por lo menos, junto con el sol. El despertador ( a algunos el movil ) les sonó y tras restregaros los ojos, una ducha rápida, un desayuno veloz, os pusistéis vuestras "mejores" galas y salistéis fuera de vuestras casas.

¿Qué tenía de distinto el día de hoy?

Primer día de colegio. Primer día del último año que pasaréis en este instituto. ( Aunque pensándolo bien, tal vez alguno que otro pase algún que otro año más por aquí, nunca se sabe. )

La cuestión es sencilla. Había que ponerse, otra vez, a estudiar.

Y así, mientras el sol despuntaba en el horizonte, cada uno de vosotros os dirigisteis al "Insti" o a la carcel. ( Aquí hay opiniones encontradas. ) El autobus, las motos, los coches de vuestros padres, una bicicleta o unos patines, fueron los medios de transporte que habéis utilizado para llegar hasta este lugar: La puerta del Colegio.

La puerta del colegio es una gran verja de hierro pintada de blanco grisaceo, con el emblema del colegio en cada una de las hojas de la puerta. La ventana que está al lado, justo a la izquierda, es la ventana que da a la portería y por la cual, muchas veces os grita el portero cuando llegáis tarde. La puerta de rejas grandes se utiliza pocas veces, sobre todo si hay algún autobús con visitas ( sobre todo de otro colegio ) que debe entrar o para los coches de emergencias. ( Desde que estáis aquí, no habéis visto que ni policia, ni bomberos, ni ambulancias entraran por allí. Pero si el autobús del equipo contrario de baloncesto, claro. )

A ambos lados de la pared amarilla que contienen las puertas, hay unos canteros con algunas plantas que ahora, parecen querer florecer. En ellos hay sitio para sentarse, y si alguien tiene sueño, puede recostarse sobre él, sin temor a que se pueda caer por los lados. El último director había querido poner allí unas pequeñas rejas con pinchos, para evitar que os agrupeis antes de entrar al instituto y después, a la salida, pero la comisión de padres no dió el visto bueno. Decían que era demasiado "militarista" ese plan.

Claro que como siempre, estas estaban cerradas, por lo que os agolpastéis a medida que ibais llegando, en las paredes no muy altas del perímetro del colegio, donde rápidamente os sentastéis y dónde cualquiera que pasara por allí, ya podía ver grupos definidos sentados juntos.

Llego al instituto sin apenas dormir. He dormitado un par de horas en la parte de atrás del coche de mi padre y menos mal que en el garaje guardo algo de ropa

Así que aquí estoy, el primer día de clase llegando al centro a ver como se deslizan las horas una vez mas.

Me quedo en la parte de fuera, apoyado en la pared y con la mochila a mis pies mientras escucho música en mi Iphone esperando el momento en que abran el centro de una maldita vez.

Llego temprano otra vez. Creo que, o mi despertador suena diez minutos antes de cuando lo pongo o otra vez el garrulo del portero se quedó dormido. Voy caminando mirandome la punta de mis zapatillas blancas con las manos en los bolsillos y las mejillas hinchadas por el aire que llevo dentro de mi boca.

Cuando llego a la puerta, veo que Ander ya está allí. Lo saludo con un simple "alzamiento" de cejas en dos tiempos y continúo mi camino hacia uno de los murillos junto a la portería. En mi mochilla llevo poco y nada: Un libro, un cuaderno anillado y cuadriculado que compré en el mercadillo con la foto del que, según el viejales del vendedor, es Billy Idol o algo así.

Me siento en el murito y vuelvo a mirar la hora. Llegan tarde, como siempre. Pero son hombres, es su naturaleza. Suelto el aire que llevo en mi boca despacio mientras alzo la mirada al cielo cuando una nube en forma de pájaro pasa por encima de mi cabeza.

 Natalia, o Irgala como se hacia llamar, y ya se habian acostumbrado a llamarla de tal forma. Llega Con sus patines de color negro con unas telerañas hechas por ella misma con una tinta especial para aquel material. Sus ropas al igual que sus patines eran de color negro, pantalones anchos y camiseta ajustada de manga corta. Su maquillaje no habia cambiado, al fin y al cabo era la gotica del lugar.

Aquel dia se habia levantado bien temprano, para arreglar su pelo largo y oscuro. Habia desayunado mas bien poco, ya que su hermano la instaba a darse prisa o llegaria tarde el primer dia de aquel ultimo año de instituto.

Al llegar ve a su mejor amigo, Ander, aun solo, parecia que la odiosa de la animadora pomposa no habia llegado todavia, y eso le daba unos minutos para hablar con él, aunque se hubieran visto el dia anterior. Pero le encantaba las conversaciones con Ander.

Tambien vió a Gimena, la cual saluda con un gesto rapido de sus manos, que poseian unos guantes del color d esu atuendo, pero que no poseia dedos.

Luego frena junto a Ander y le sonrie, mascando un chicle matutino.

-Buenos dias, Ander.

Gina se levanta con energías. Era el primer día del último curso, y aunque le apenaba que fuera el último, estaba emocionada por volver al ritmo de las clases.

Se preguntó si estarían todos los demás bien. A Yi lo había visto, y a Allie también, pero a los demás poco, la verdad.

Ilusionada con la idea de verles, la joven se ducho, se vistió tan estrafalaria como siempre, desayunó, y saltó al coche de su madre, quien la llevaría hasta el instituto.

Hoy era el primer día también que intentaba lentillas, por lo que posiblemente igual se le quedasen mirando raro, ya que normalmente llevaba unas gafas de pasta negra que ocupaban la mitad de su cara.

Despidiéndose de su madre con una radiante sonrisa, Gina bajó del coche y observó la entrada casi con añoranza.

Miró alrededor, buscando a Allie o Yi, pero éstos aún no habían llegado, así que saludó a Natalia y Gimena con un melódico:

-¡Bueenos días!-Sin embargo, miró a Ander con un poco más de reparo, y a éste lo saludó con la mano, y una tímida sonrisa.

Miro un instante a la rubita que llega al instituto, Gimena creo. Me cuesta recordar sus nombre porque no hablo nunca con ellos...y menos con ellas.

Cuando veo llegar a Irgala con sus patines debo contener una sonrisa y me quito los cascos para responderla cuando llega...Gina y las saluda a ellas. A mi se limita a hacerme un leve gesto con la mano y frunzo un poco el ceño al verlo.

Joder...ni que la hubiera mordido...

Aparto mis ojos de ella y ahora si, sonrío de forma leve a Irgala.

Que tal Irgala?...has llegado mucho mas temprano de lo que creía. No te esperaba hasta la segunda clase al menos.

Hay un chaval sentado en el suelo con la espalda apoyada en la pared. Lleva una camiseta negra sin ingún diseño y unos vaqueros anchos rotos... y no de los que hacen aposta para que parezcan rotos. Está sentado solo, con un gesto que podría definirse como una mezcla de pereza, mirada perdida y un leve nerviosismo, escuchando algo con unos auriculares y fumando un cigarro.

No se le ha visto entrar, simplemente porque nadie ha reparado en su presencia. Es su primer día en el instituto y no conoce a nadie. Ha llegado temprano por decisión propia: no conoce la política de este instituto respecto a los retrasos, y en definitiva no sería prudente hacer pellas el primer día... Tampoco resalta demasiado el hecho de que alguien se siente solo, puede estar esperando a alguien o lo que sea. No es el caso. El chico está mirando a la gente, fichando las caras. Entre toda la multitud de la entrada tienen que estar los que serán sus compañeros de clase durante todo el curso.

Tampoco quiere molestar a nadie, de modo que permanece en silencio terminándose el pitillo y trata de no llamar demasiado la atención.

Quién sabe qué tal tratarán aquí a los novatos.

El sonido de un timbre antiguo llega desde la esquina del edificio. Los que habían sido sus compañeros de clase, saben que es Allie quien hay detrás de ese sonido. Y no falla, dos segundos más tarde, una bicicleta antigua, casi una relíquia y sin frenos, se deja ver desde aquella dirección, con Allie montada encima. Siempre aprobechaba el buen tiempo para ir en bicicleta, y sino, caminaba. Como mucho, utilizaba el autobús o algún otro tranporte público, pero prefería evitar cualquier otro medio de transporte que "dañara" al medio ambiente de una forma tan directa.

Su largo y liso cabello castaño ondea con el viento, aunque no va a una velocidad excesiva. Hacía años que tenía esa bicicleta (de hecho, ya la compró de segunda mano a su anciano vecino), y tanto ella como sus rodillas sabían que a grandes velocidades, no podía frenar. Una radiante sonrisa luce en sus labios desde el mismo instante en que aparece por la esquina. Probablemente llevaría con ella desde que ha salido de casa. O incluso desde que se había levantado.

¡Bueeeeeeeenos dias!

Exclama entusiasta mientras para justo frente a Gina y se baja con un movimiento la mar de natural. Como si no llevara una falda larga hasta los tobillos. Al caminar, los pequeños cristales y piedrecitas de la falda van chocando entre sí, provocando un sonido característico que acompaña a Allie a todos lados. Las pulseras que lleva en las manos y los colgantes del cuello apoyan a este sonido, junto con el cascabel que lleva en la bandolera que sirve de mochila. La misma Allie de siempre. Una camiseta de tirantes blanca, probablemente de seda, y una chaqueta de lana marrón tierra completan su vestimenta.

Cuando tiene los dos pies en el suelo, Allie coge aire cerrando los ojos y soltándolo después poco a poco.

¿No hace un día estupendo? Creo que hoy el buen karma está por todas partes.

Explica con una sonrisa alegre antes de saludar a todos los presentes. Incluso a ese chico nuevo que no había visto nunca.

Hola Ander, ¿Qué tal, Gimena?, Buenas Írgala, ¡Bienvenido!

Sin más se gira de nuevo hacia Gina sin soltar el manillar de su bicicleta para que no se caiga (o quizá por miedo a que se desmonte).

El último fin de semana de mi libertad. Edward se va hoy, pero me lleva en su moto a clase.

La última semana la hemos pasado haciendo escalada, y el fin de semana acampando tranquilamente. Para variar Ana permitió que la peque nos acompañara a la acampada. Esta mañana vaqueros, botas, camisa, y chaqueta de cuero, para ir como él.

Tony ha sonreido divertido al vernos marchar esta mañana.

Aparca en la puerta del instituto, y se quita el casco, sonriente.

- The last year here, Emi.

Me bajo de la moto con agilidad, y me quito el casco, dejándolo en la parte de atrás, ajustándolo. Me acerco y le abrazo con fuerza.

- En español, debes practicar el español de vez en cuando. El año que viene iré yo a verte. Será emi regalo de fin de curso.

Me alejo de mi padre y me giro hacia mis compañeros a ver quien ha llegado ya.

Allie, con su eterno buen talante. Sonrio, y me giro hacia mi padre para decirle adiós con la mano. Vuelvo a mirar a mis compañeros.

Anda, mira, Gina ya ha llegado. Ander, David, Gimena...¡Irgala!.

- Hola gente. ¿Qué tal el verano?.

Llegué como siempre, a la misma hora. El autobus me dejó en la parada y tuve que subir un par de calles andando. Pero el día está bastante tranquilo y soleado, por lo que no está nada mal para caminar. Cuando llegué a la esquina de la escuela, di un par de pasos hacia la entrada y allí pude ver a algunos de mis compañeros que ya habían llegado.

Si no están dentro, significa que otra vez, esto sigue cerrado. Pensé con una media sonrisa en mis labios y me recosté en la pared, justo en la esquina y encendí un cigarrillo para pasar el mono de un par de horas sin tabaco.

En es sitio donde me encuentro, puedo ver quién llega, quién no y cuando abrirán las puertas, por lo que aquí me quedo, con la espalda apoyada en la pared, la mochila colgándome de un hombro y la suela de mi zapatilla apoyada en una piedra junto al rodapié del muro.

Un año más. El último.

Aquella mañana se había levantado pronto para ducharse, vestirse, hacerse el desayuno y coger las cosas y tirar para clase, cogía el autobús, e iba escuchando música en su móvil durante todo el trayecto, no era hasta que llegaba al instituto, bajando a la parada, que se quitaba los cascos para acercarse hacia sus queridos compañeros.

No había cambiado un pelo en los tres meses que duraba el verano, y no solo se notaba por su mirada, sino que su camiseta ya era un claro indicio de que seguía siendo la misma chica sarcástica, irónica, y cabrona de siempre. Y una vez más, demostraba que no le importaba en absoluto... Es más, le gustaba:

¡Buenos días! ¿Qué tal el verano?

Se acercó derechita a Emilie, del grupito que estaba allí fuera era la que más con odio la miraba siempre... Al menos, los cursos anteriores, ¿qué tal empezando por amargar el día a alguien con su presencia?

No le pasó por alto Carlos, al cual miró y esbozó una leve sonrisa... Y tampoco el chico que estaba sentado allí al suelo, y sonrió más anchamente: nuevo, pero ella ya lo conocía. Qué agradable sorpresa.

Con los ojos algo pegados, arrastrando un poco los pies y poniéndose cada dos por tres bien la mochila, la cual llevaba colgada de un asa y practicamente vacía, David llegó al instituto. Se paró en la entrada y observo el centro con mala cara - buf... - suspiro desganado y emprendió de nuevo la marcha hacía la zona donde estaban los de su clase.

Mños días - masculló, de forma audible, pero completa y totalmente adormilado. Sonrió a los que vio y que conocía, incluyendo a la mala bestia de Carlos.

No parecía estar en condiciones de mantener una conversación fluida, asi que se apoyó donde pudo y con los ojos entrecerrados se dispuso a observar... o a dormitar ¿Quién sabe?

Un leve ring hace que abra los ojos como platos. Me estiro, ocupando gran parte de la enorme cama y me levanto de un salto, directa al iPod. On.

Me veo reflejada de refilón en el espejo y me sonrío. Bailando y dejando caer la ropa por el pasillo -alguien la recogerá- voy directa a la ducha, la música alta y mi alegre voz bajo el agua levantan a cualquiera que se hubiera quedado remoloneando. Adoro este albornoz, me susurro, poniendo posturitas de estrella de cine mientras me arreglo el pelo. De nuevo en mi cuarto, la elección de la ropa es sencilla... y mi favorita. Me visto con presteza y hago un par de estiramientos antes de bajar las escaleras a saltos. Media tostada y un zumo de naranja natural, ¡Gracias, Mariana!, más tarde, estoy buscando canales de música en la radio del BMW negro de mi madre.

Si hubiera una cámara enfocándome, se habría visto una puerta de coche abrirse, un pequeño pie vestido con una Reebok classic, una espléndida pierna seguida de la siguiente, la falda de animadora... y seguiría subiendo hasta mostrar mi sonrisa.

Me acerco al grupo de gente que se va formando, buscando a las otras animadoras con la mirada, ¡Buenos días! ¡Feliz comienzo de curso! ¿Todos listos para dar caña?

Había quien me había dicho que me comportaba como una animadora las 24 horas del día. Bah.

El coche de mi padre me deja a unas manzanas del colegio. Aún con mi edad, quiere seguir llevándome al colegio y claro, durante el viaje, me cocina a preguntas. Si salgo con alguien, si sigo siendo virgen y esas cosas. No deja de psicoanalizarme todo el día. Y claro, también quiere ver a Gimena y hacerle pasar el tercer grado a ella también. Y lo lleva claro si piensa que lo voy a dejar.

Bajo del coche y me dirijo hacia la puerta del colegio, dónde veo a algunos de mis compañeros y a lo lejos, a Gimena, a la cual me acerco saludándo con la mano a los que veo por allí.

- ¿Qué pasa rubia? ¿Otra vez por aquí tan pronto? -

Cuando su cabeza se levanta, recibo su mirada con una amplia sonrisa en mis labios.

- Otro año más. Se supone que es el último, ¿no? -

Irgala alza una ceja ante el comentario de su amigo Ander.

-¿Como que m,e esperabas mas tarde? Sabes que...

Queda pensativa, la verdad es que casi nunca llegaba a su hora, pero hoy, era diferente, su hermano le habia metido bastante prisa.

Luego saluda a todos los que llegan con una leve inclinacion de cabeza, pero se queda algo sorprendida an la cara de rareza de Emily, àrece que todos esperanban no encontrarse alli.

-¿Porque todos se esperaban que llegara tarde? Bueno Ander ya sabes como es mi hermano con la hora...demasiado puntual...practicamente me echó a patadas par que no llegaratarde.

Sonrie, mirando a su alrededor. Mira llegar a David, sus mejillas palidas se enreojecen un poco y frunce el ceño mirando al suelo.

¿Pero que diablos haces?

Veo llegar a Aida en el cochazo de su padre mientras Irgala me habla. La verdad es que es un coche muy bueno, pero no creo que sea divertido que te traiga tu padre...o el chófer de tu padre para el caso.

Cuando saluda hago un gesto de cabeza en su dirección, aunque supongo que me ignorara en publico. De todas formas durante el verano hemos echo buenas migas en algunos eventos deportivos y quien lo diría, no es como parece...bueno, al menos no todo el rato.

Tu hermano hace bien en azuzarte Irgala, a veces estas tan distraída con tu música que pareces estar muy lejos de todos.

Me callo porque veo que ya no me escucha...por alguna razón mira a David y pone la misma cara que cuando ve su violín. Joder...se ha sonrojado?. Es difícil de saberlo bien debajo del maquillaje, pero juraría que si.

El primer día de clase... El despertador ha sonado a las siete de la mañana, y Nerea lo ha parado dándose la vuelta. Lleva todo el fin de semana con migraña, pensando en que nuevamente tiene que enfrentarse al silencio de las clases, las miradas cargadas de lástima que le lanzan algunos compañeros, y la súplica muda de Mariano.

Finalmente se levanta y va directa a la ducha. El agua templada la despeja levemente. Sale del baño y dirigiéndose al dormitorio se encuentra con su madre que salía de su cuarto.

- Mami, ¿me preparas un café? - Le pregunta antes de encerrarse nuevamente. Se viste con la ropa que escogió la noche anterior... Un top sin mangas de suave tono morado y unos tejanos ajustados. Tras maquillarse un poco se da por satisfecha y se dirige hacia la cocina. Allí tiene su gran tazón preparado con humeante café con leche. Saca un ibuprofeno de su mochila y se lo toma junto al café.

Finalmente sale de su casa y cogiendo su ciclomotor se dirige hacia el instituto. El ciclomotor es nuevo, se lo han regalado este verano sus padres y ella lo agradece ya que ya no tiene que volver a coger el autobús.

Llega al instituto. Aparca la moto en la zona preparada para estos vehículos y quitándose el casco se dirige hacia la entrada. Allí la primera persona a la que ve, o quizás la primera que la retina de sus ojos capta es Diana. Se queda un momento parada, mirándola fijamente. Ha estado todo el verano sin verla, y encontrarse nuevamente con su rostro hace que la rabia vuelva a hervir en su interior. Rápidamente aparta la mirada. Saluda a los compañeros que ve y se acerca donde se encuentra Emily...

- ¡Hola! - Saluda en general dibujando una sonrisa en sus labios.

Gina nada más ve llegar a Allie, sonríe de forma alegre, y se tira a abrazarla, acción con la cual, la pobre bicicleta, Allie, y ella misma acaban en el suelo:

-¡Aaaaaaaaaaaaaallieeeeeeeeeeeeeeeeee! ¡Yaaaay!-Exclama como si hiciese eones que no la veía, lo cual no era del todo cierto. Le planta un gran beso en la mejilla, y, sonriente aún, se levanta y la ayuda a levantarse. Luego también pone la bicicleta derecha, mirando que no haya sufrido daños...-Esto... Lo siento...-Se disculpa por la efusividad demostrada.-¡Pero es que tenía ganas de verte y... Preguntarte... Algo...!-Señala eso último en tono dubitativo... No, no diría nada, ya se daría cuenta ella sola.-Ah... Nadanomeequivoquédefrase.-Añade rápidamente.

Mira a su alrededor, Yi obviamente llegaría tarde, que para eso pasaba de todo siempre. Observó que había un chico nuevo, al que saludó amablemente cuando posó sus ojos en él. Luego comprobó que Carlos, David, Diana, Aída, Manu, y Nerea también habían llegado. A los tres primeros les sonrió a modo de saludo, como siempre hacía, aunque pasasen de ella muchas veces, mientras que a Aída, Manu y Nerea les saludó más alegremente:

-¡Hola! ¡Buenos días!

Gina nunca perdía su alegría, aunque la tildasen de pirada, tonta, o demasiado inocente. Le daba igual, ella era así, y no buscaba nada a cambio, salvo ver que los demás estaban bien.

Dejé el ciclomotor en un lado del colegio, en el sitio donde dejan todos los ciclomotores. El de ella está allí, a pocos metros del mío. Me quito el casco y lo meto en el maletero, para después, ponerle el candado a la moto y acercarme a la puerta del colegio. Mientras camino intento no mirar a nadie a la cara. Sé que ella está por allí y no quiero toparme con ella a primera hora... aunque con sólo un hola...

Paso por delante de ella rápidamente, sin levantar la mirada.

La mano de Gimena y la sonrisa de Manu me hacen fijar la mirada en ellos y hacía allí me acerco.

¿Qu tal la mañana, chicos? ¿Hace mucho que estáis aquí? Pregunté sabiendo que Nerea estaba a pocos metros de mí, a mi espalda.