Partida Rol por web

La zona por dónde paraba el hermano de Gabriela no era una zona que se podría decir opulenta. A él le gustaba rondar por el parque industrial, dónde lo único que se podía ver eran grandes naves prefabricadas de hormigón, con ventanas con los cristales rotos por las pedradas y entradas que eran persianas de metal, la mayoría llenas de graffitis.

Las pocas "casas" que allí había, eran de algunos de los trabajadores de las naves, pero la mayoría estaban abandonadas, con las puertas tapiadas y las ventanas con maderas clavadas sobre ellas, que casi no dejaban ver su interior.

Los tres entrástéis por una de las calles de la zona industrial, justo al sur de la misma. A lo lejos ya se podía sentir el jolgorío de los que estaban por allí reunidos, seguramente fumándose algún porro y bebiendo cerveza de litro. Estaba claro que el hermano de Gabriela estaba allí. Ella misma había identificado la voz, grave, entre las demás voces.

El plan de ella era simple.

Entrar, asustarle un poco y que le devuelva la moto, para poder ir a tomar algo con David como le había prometido...

Sali del instituto y me dirigi a casa esperando cruzarmelo alli pero... casualmente hoy nno iba a comer, tras aporrear mi almohada un poco comi algo sin mucha gana y me dirigi a la ducha donde intente relajarme lo ams posible pero... no podia. Me vesti y me dirigi al lugar donde habia quedado con David y Carlos.

Aun no sabia muy bien que queria, o como lo queria ni si podia confiar en Carlos... Pero una parte d emi me decia que si lo hiciera, que si confiara y otra me gritaba que habia vendido mi alma al diablo... Que David estuviera alli me ponia aun mas nerviosa, mas bien me avergonzaba de narices pero... tampoco podia decir nada.

Finalmente caminabamos por la zona industrial y al oir la voz de mi hermanastro suspire - Esta alli - Confirme mirando al suelo cada vez mas y mas tensa.

Me encogí de hombros como venía haciendo durante todo el camino hasta encontrarme con ellos. Todavía no sé que pretende que haga con su hermano. ¿Qué lo golpee? ¿Qué le quite la moto? Ahora que por lo menos, pase lo que pase me deberá un favor, pero aún recuerdo la última vez que hice algo parecido, me pasé y la que venía conmigo no me habló nunca más en su vida.

- Vale, es allí. - Espeté. - ¿Qué quieres que haga? O mejor dicho, ¿cómo quieres que lo haga? - Continué poniendo tono de sicario.

La pregunta tal vez era lo más parecido que un mafioso le podía preguntar a su jefe.

- Además. - Señalé a David. - Él nos puede ayudar. Entre más seamos, supongo que será mejor. -

Levante la cabeza del suelo y lo mire claramente confusa - No lo se... yo... solo quiero que me deje tranquila nada mas, se que no eres una mal tio Carlos, puedo verlo, asi que imaginate por un momento que te gusto, que soy una persona que aprecias, a la que le tienes cariño y ese tio no hace mas que putearme ¿Como me ayudarias? - Le pregunto tragando saliba deforma forzada y elevando una de mis manos para comenzar acariciar mi propio brazo, era un simbolo claro de que intentaba protegerme, una facil exprecion corporal.

- No se que hara el pero... si esto... si termina en pelea no quiero que os hagan daño... a ninguno de los dos... - Y si esta vez si parecia que daba una orden.

Practicamente acababa de comer cuando me toco acudir a la reunion improvisada. Yo no sabia muy bien de que iba la vaina, pero en fin, ante todo era una excusa para no estar en mi puta casa. Tan buena como cualquier otra.

El rato que pase en casa, "en familia", habia sido tan desagradable como siempre. Es decir, lo suficiente como para dejarme en el estado de animo perfecto para lo que ibamos a hacer.

Porque, señores, que nadie se engañe, el plan era ir a hacernos los malotes. Intimidar a un tio. Meterle un poco de miedo.

Asi que se trataba de uno de los hijoputas del poligono, ¿eh? La zona industrial no era del todo desconocida para mi.

-Eh, tia, a lo mejor hasta conozco a tu hermano y todo.

Afortunadamente, el bedel me habia devuelto mis efectos personales, las cosas que me quito el director en mi puto primer dia. Todas. Aunque hay cosas que jamas uso... hay que tener principios.

-Bueno, la historia es que te devuelva la moto, ¿no? Podemos acercarnos, saludas de buenas y tal y le comentas el tema... y nosotros estamos detras para presionar. Si pasa lo que sea, se interviene.

Y entonces os acercásteis.

Con cuidado, claro, y también lentamente, pero ibais en su dirección.

Cuando girastéis la esquina de una nave industrial, allí a lo lejos pudisteis ver a un montón de peña bebiendo alcohol y fumando porros. Uno de ellos, el más alto, era el hermano de Gabriela, el cual estaba junto a una chica de su edad, morreándose entre unas cajas.

Uno de los que estaba allí os vió y os señaló con la mano al grito de: "¡Tenemos visita!". En ese momento, todos se dieron la vuelta para miraros, menos tu hermano, que seguía a lo suyo con la chica, metiéndole mano y la lengua dentro de la garganta.

La moto no se veía por ningún lado... y eso era un problema...

Gabriela siempre es buena, amable, y como dijo Diana una mosquita muerta pero fue ver a su hermano y una vena se incho en su frente y un cable se le cruzo de golpe, se acercoa  el sin mas ignorando al resto con una cara que jamas habia visto nadie, de verdadero odio.

- Capullo esta es la que la semana pasada te pego ese herpes que no te dejaba ni mear - Y por primera vez alguien que no fuera su hermano vio el lado mas oscuro de Gabi... - ¿Donde esta mi moto? - No me ande mucho por las ramas, pegar sabia que no lo hiba hacer asi que jugaba con esa ventaja.

Me quedé un poco cortado cuando escuché gritar y soltar esa barrabazada a Gabriela.

¿Pero no íbamos a ir tranquilos? Bueno, supongo que será ahora ella la que lleve la conversación, a ver a dónde termina todo esto.

Conté con la mirada cuanta gente había allí.

Bueno, no más de veinte personas, es un buen número para que nos hinflen a ostias y nos metan algo por el culo, y no precisamente en ese orden.

Me coloqué a un lado de Gabriela mientras esperaba la reacción de David.

Es hora de demostrar de que estás hecho, novatillo.

Al final, decidí hablar.

- A ver, queremos recuperar su moto sin más. ¿Dónde está? - Expliqué con tono serio y algo sorprendido todavía por la muchacha.

Lo que yo decia, ir de buenas. ¡Joder con Gabriela! Que mala hostia, me cago en dios.

En fin, ya estaba todo dicho.

Nos van a partir la boca.

Las intenciones estaban claras, de modo que con actitud pasiva e intentando parecer el tio mas tranquilo del mundo me coloque junto a Gabriela de modo que entre Carlos y yo la flanquearamos.

No dije nada. Recorri con la mirada a nuestros anfitriones en busca de señales de peligro. Parecian gente chunga, pero no tanto como para apuñalarnos o tirar de botella rota. Aun asi, empece a preguntarme como es que esta tia supuso que entre dos ibamos a asustar a tanta banda. ¿Entre dos? Que coño, su idea inicialmente era llevar solo a Carlos. Yo no era tan intimidante como el, estaba claro. Era mas bajo y bastante flaco.

Mi recorrido visual acabo en Carlos. No nos conocemos, pero vamos a tener que ir a medias. Siendo dos, al menos nos repartiremos las hostias.

- ¡Pero mirad a quién tenemos aquí! ¡La hija pródiga se ha dignado a unirse a nosotros! ¡Y viene con dos amigos! - Dijo Daniel dejándo de lado a la tía con la que se estaba enrrollando y acercándose a vosotros. - ¿Qué queréis? ¿La moto? -

Los demás que estaban a su lado comenzaron a rodearos, como si fuera una banda muy organizada. La voz cantante la llevaba el hermano de Gabriela, y parecía que si en algún momento alguien hacía algo que no le gustara, los diez chicos que teniáis a vuestro alrededor se os lanzarian encima.

- Mira por dónde que sólo vienes a verme por que te falta algo. ¿Para eso soy tu hermano mayor? - Bromeó el rubio. - ¿Y estos quiénes son? ¿Tus guardaespaldas? Parecen sacados de una peli de mafiosos de clase B. ¿Vosotros venís a apalizarme o algo? Tenéis cara de ser de esos. -

La gente que estaba a vuestro alrededor comenzó a aplaudir rítmicamente cuando Daniel habló de apalizamiento.

La situación empeoraba. Como no podía ser de otra forma. Estaba bastante claro que el tío no se sentía intimidado. Ni por asomo. Y era normal. Si yo estuviera con una docena de colegas y vinieran tres gilipollas a vacilarme tampoco me sentiría intimidado.

Sin embargo, no pude evitar sonreir, quizá por lo sarcástico de la situación, cuando toda la banda aplaudió como monos. Miré a mi alrededor con la sonrisa puesta, como queriendo hacer ver que no me iban a achantar así, y finalmente abrí la boca.

-Nadie quiere problemas, tío. Lo único que nos interesa saber es dónde está la moto, ya lo han dicho ellos. Después nos iremos y ya está.

Esto lo dije muy serio, y mirando únicamente al señor jefazo. Si la cosa se ponía fea, iría a por él el primero.

Puse los ojos en blanco y enarque una ceja escuchando su discurso para mirar brevemente a sus amiguitos, yo realmente si que no me sentia amenazada y eso era bastante raro, normalmente era vergonzosa y muy timida pero con me hermano delante salia el poco caracter que tenia a la luz como queriendo dejarle claro que no me daba ningun miedo ni el ni el resto.

- ¿Mafiosos? Bueno al menos nos das un novel no como los pandilleros de los que te rodeas... - Lo mire de forma directa y hablandole con toda la franqueza del mundo - Hemos venido de buenas Daniel, me dices donde esta mi moto y nos vamos, te he pasado muchisimas pero esta ya no creo que quieras que terminemos a malas, vivimos en la misma casa y para mi suerte soy la buena y a la que creen en todo, asi que tu veras... no volvere a callarme.

- ¿Y qué más da, niñata? - Dijo Daniel con una sonrisa. - ¿Qué más da si es a ti a la que te creen y a mi no? Puedes decir lo que quieras, total, ¿qué más puedo perder? Aquí tengo todo lo que quiero, sin embargo... -

La sonrisa del hermano de Gabriela cambió a una completamente maliciosa y pícara.

- ... tu moto ya no está aquí entre nosotros. -

Comenzáis a escuchar murmurar y a carcajearse a los demás. Dicen cosas como: "Quiere saber dónde está la moto, ja", "¿Su moto? Mal vamos, mal vamos..." y cosas por el estilo.

Se acabo, no queria pelear mas, no queria mas tonterias, quizas por eso era una persona tranquila normalmente porque odiaba estas cosas, estas situaciones, discutir...

- ¿Sabes que Daniel? Haz lo que quieras... La moto, mi dinero, nuestra familia, todo es tuyo - Baje la mirada un segundo algo entristezida y suspire - Amplia tu cuarto incluso pues cuando vulevas ya no estare - Dije de forma clara y nunca habia sido una persona de de decir las cosas por decir, pero no soportaria un año mas con el, ampliaria mis horas de trabjo si fuera necesario.

Me gire mirando a David y a Carlos - Lo siento chicos, siente haberos arrastrado hasta aqui - Mi mirada en a david dejaba claro que nuestra "cita" tendria que cancelarse, despues al posar mis ojos en Carlos le deje claro que apesar de todo cumpliria mi trato, el habia venido, asi que... yo le haria el favor que me pidiera cuando quisiera.

Lance una ultima mirada a mi hermanastro antes de echar andar para salir de alli.

Asi que no la tenian. Hijos de puta. A saber lo que habian hecho con ella. Despues de todo, eso era robo, y era denunciable.

No me molaba la idea de irme sin mas y quedar como un gilipollas ante esa gente, de modo que cuando Gabriela echo a andar yo me quede quieto, vista fija en el tal Daniel.  Despues mire a Carlos, que quiza se sintiera como yo, quiza buscando una confirmacion para ganarnos una paliza por deporte. En ese momento me daba igual. Pero yo nunca soy quien empieza esas cosas, asi ue si Carlos tambien se daba la vuelta y se iba, yo haria lo mismo.

La gente a vuestro alrededor lanzó un "buuuuuuuuuuuuuuu" sonoro.

El hermano de Gabriela, también puso cara de triste, ya que al parecer, habéis pasado de la moto, cosa que no estaba en sus planes.

- ¿Entonces no quieres la moto? Joder, tía, todo el día planeando esto y ahora me dices que me la meta por dónde me quepa. Eres ciclotímica, ¿eh? - Dijo Daniel mientras sonreía. - Que yo no tenga la moto no significa que no sepa dónde está. Es más, seguro que sigue allí dónde la hemos dejado. -

Daniel señaló hacia delante, hacia una de las casas que estaban justo a las afueras del complejo industrial, una que tenía las paredes pintadas de blanco y en la que podéis ver un grafitti con el nombre de la banda del hermano de Gabi.

- La hemos dejado allí, si os interesa. ¿Queréis que os acompañemos? -

Puta rata rastrera... Cobarde... Me pase en seco girando un poco la cabeza pero no todo el cuerpo mirando a mi hermano de reojo - No pienso entrar en tu juego, me acabo de dar cuenta que ya entre ams de lo que tendria que hacerlo, me da igual lo que hagas, como te apetezca torturarme, ma das igual - Mi tono era contundente y firma - Habias planeado que viniera y humillarme y destrozarme ante tus amigotes, pues siente decepcionarte pero ahora solo me das asco y pena, y no juego con la gente que me da alguna de esas emociones. - Mire a los chicos aun parados y negue con la cabeza, como intentando decirle "no vale la pena, no entreis en su juego..." Lo ultimo que queria es que esos dos llevaran una paliza por mi ahora mismo.

Le puse una mano en el hombro a Gabriela y la aparté de delante de su hermano con el rostro serio.

No iba a pelearme allí, no había razón alguna. Además, eran 15 contra 3, entre los cuales estaba ella. Si la pelea era uno a uno, no lo habría dudado pero este tipo de bandas ( y sé de lo que hablo ) nunca dejan de pelear todos juntos.

La paliza sería de libro guinness.

- Mira, Daniel. - Le dije mirándolo a los ojos. - Vamos a ir a por esa moto, pero ya sabemos dónde está. No necesitamos niñeras ni nadie que nos guíe, ¿vale? -

Después me giré hacia Gabi, aún serio y le señalé con la cabeza la casa dónde teníamos que ir.

- Vamos a por ella así nos largamos de aquí. He venido aquí a conseguir tu moto y no me iré sin ella. - Susurré.

No estaba bien, aquello no estaba bien y era todo por mi culpa, tenia uqe haber echo como siempre y dejar esto entre el capullo de mi hermanastro y yo, dejar que se salga con la suya y agachar la cabeza en vez de discutir y pelear como si aun fueramos unos crios...

Me acerque a Carlo y bese su mejilla con cariño - Ya has echo suficiente... no debi merte en esto lo siento... - Le susurre de forma sincera pues si el o David terminaban heridos por mi culpa no podria perdonarmelo.

- Vamonos por favor, lo conozco de sobras, ir a esa casa solo hara que entremos ams en su jueguecito... dejalo pasar por favor... - Mi mirada de odio y tristeza hacia Daniel era inmensa.