Partida Rol por web

Cococococococooooooooococococooooooooo. Comenzaron a decir los que os rodeaban.

Al parecer, Gabriela no iba a entrar en el juego de su hermano...

¿Pero qué harán los demás?

- Si es que sois unos gallinicas. Te quito la moto, te la escondo y después, vienes aquí con estos matones de tres al cuarto para recuperarla, y te digo dónde está... ¡y pasas de ella! - Dijo Daniel gesticulando mucho, como si fuera una obra de teatro. - Pues mira, yo ya te lo he dicho. Mañana pasaremos a por ella, si está allí, la venderé y santas pascuas. ¿Queréis algo más? -

Tenía que hacer unos esfuerzos verdaderamente sobrehumanos por mantener la boca cerrada (y evitar que me la cerraran a palos). Pero qué pedazo de gilipollas. Estaba deseando que me dieran una excusa para poder darle una hostia a él. Haciéndose el chulo rodeado de toda su banda. Y aún es él quien nos llama cobardes.

En realidad no era nada personal. No era por él ni por Gabriela. Es que me jode que haya gente así. Además, tenía asumido que podía pasar cualquier cosa.

Puse una manos obre el hombro de Gabriela.

-Espera. Ya sabemos ónde está, ¿no? Vamos a por ella. ¿Crees que se atreverá a hacernos algo delante de ti? ¿Tú qué dices, Carlos?

- A mi no me tocara pero tocaros a vosotros le dara igual... - Pero ambos parecian dispuestos a seguirle el juego a Daniel y yo no iba a dejarlos solos en todo aquello asi que me dispuse a Seguirlos siempre despues de lanzar una mirada demoledora a mi hermanastro - Como les pase algo malo te aseguro que dejara de gustarte cabrearme...

Asentí ante las palabras de David.

Era lo que hemos venido a hacer y eso haré. No voy a irme de aquí con las manos vacías.

O su sangre sobre mis nudillos o la moto, y como pinta el panorama, creo que lo mejor aunque peque de cobarde, es la moto. Que me dañen a mí no es problema, estoy más que acostumbrado.

- Sí, estoy de acuerdo. Salgamos de aquí antes de que cambien de parecer. -

Salís del lugar de influencia del hermano de Gabriela ante la burla y las risas de todos los allí presentes. Salís de la zona de las naves prefabricadas hasta un poco las afueras, dónde las casas se agolpan sobre la zona sur del complejo industrial.

La segunda casa, es la casa indicada.

En una de sus paredes se pueden ver los grafittis que señalan que es la que Daniel estaba hablando.

La casa estaba completamente abandonada. Las ventanas tapiadas con listones de madera, así también como la puerta trasera y la puerta que da a una especie de sótano con salida exterior. La puerta de entrada, bajo una bombilla que no alumbra, parece que está en condiciones, aunque está en este momento cerrada.

No sabéis si con llave o como haréis para abrir la puerta, pero allí dentro está la moto de Gabi.

El viento que pasa a través de las ventanas de madera hacen un sonido algo tétrico, pero la luna llena en el cielo alumbra el lugar, por lo que podéis ver bastante bien allí fuera.

Ellos iban a cada unos de mis aldos, flanqueandome como antes y al llegar aquella puerta y la presencia de mi hermano "desaparecer" la Gabriela de siempre volvio y trague de forma forzada mirando la puerta. De forma insconsciente agarre la mano de cada uno como una niña pequeña atemorizada y baje la mirada al suelo.

- Chicos... esto no me gusta nada... - murmure por lo bajo apretando mis manos en las suyas.

Miré de reojo a Gabriela cuando me cogió la mano y lentamente la separé de la de ella. Sé que puede tener miedo, pero yo no soy una persona que se amedrente por una casa un poco derruida. Además, dudo que haya algo dentro y tampoco creo en el más allá y los fantasmas.

Creo que el friki de esas cosas es ese tal Diego.

- No pasa nada. Es una casa, ¿qué más da? Entremos sin más y ya. - Dije mientras me acercaba a coger el picaporte y a moverlo para ver si estaba cerrado con llave.

Aunque ahora que lo pienso, si el capullo del hermano de esta es tan cabrón, tal vez nos estén esperando dentro de la casa. Metí la mano en el bolsillo de la sudadera y sonreí. Creo que con esto será suficiente.

Me situé junto a la puerta, al lado de Carlos. Con suerte estaría abierta. De lo contrario, a saber cómo coño entraríamos. Traté de prepararme para lo que posiblemente encontraramos dentro... aunque no me preocupaba mucho.

Me volví hacia Gabriela, levantando una mano para tranquilizarla.

-Tú no te preocupes. Si pasa algo nos lo llevaremos nosotros...

- Chicos... Yo... bueno se que apenas os conozco a ninguno pero... bueno... no queiro que salgais heridos con esto... y de verdad... podemos irnos... con que hayais venido ya ha sido mas que suficiente... - Pues conocia a mi hermano y no dejaria pasar las cosas con ellos tan facilmente y lo mas seguro es que su pequeño cerebro tramara algo y eos no me gustaba nada.

Carlos abre la puerta, no está cerrada. Todos esperáis el típico chirrido de puerta vieja y tétrica, pero no. Al parecer, las visagras aún están en condiciones y la puerta no hace ruido al abrirse. Además, a un lado de la entrada, podéis ver algunos hierros y palos, que bien podriáis utilizar de armas.

La puerta se abre por completo, chocando con la pared contraria, dejando ver un pasillo corto de un par de metros y al terminar, lo que parece ser una especie de salón bañado por la luz de la luna que entra entre las rendijas de las ventanas.

Los muebles están allí, llenos de polvo. Podéis ver desde la entrada un sofá y una mesa, aunque de esta última, sólo la esquina. El sofá está cubierto con una tela, que a la luz de la luna parece celeste.

Me quede quieta mirando de reojo en la direccion en la que veniamos y por donde se habai quedado Daniel... ¿Porque sera tan capullo? Nunca le he echo nada  no es mi culpa las cosas que le pasan, si fuera porque nos hemos mudado vale, pero con mi madre si se lleva bien y de echo el hasta hace nada no vivia ahi...

No podia dejar de darle vueltas a la cabeza y de mirar despues a Carlos y a David No ha sido bueno idea, tenia que haberlo dejado pasar ocmo siempre, aguantar este año a mi hermanito y el año que viene olvidarme de el en la universidad... David me cae muy bien y no me gustaria que por mi culpa algun dia se cruce con estos y termine con una paliza encima...

Cuando mi mirada se poso en Carlos suspire aun sorprendida No esperaba que viniera... y ahora me arrepiento, ya no solo debe pensar que soy una cria si no que tambien he buscado que tenga problemas con estos capullos... por mucho que vaya de tio duro no me creo nada... no habria aceptado venir si fuera tan chungo...

- Vamos... a entrar...ahi..? - Les pregunte ocmo una gata con el rabo entre las piernas.

- Es una casa, algo vieja y con polvo. ¿No me dirás ahora que tienes miedo de una puñetera casa? Además, ya te dije, el favor era ayudarte a recuperar la moto. Por muy cabrón que sea, tengo palabra y por supuesto, el favor no estaría cumplimentado si no llegamos hasta el final. Después no podré pedirte lo que estoy pensando en este momento para que me devuelvas el favor. - Dije entre malicioso y pícaro mientras entraba a la casa, dando un par de pasos.

En el recorrido, mi mano se agenció con un hierro, por si las moscas.

No sabía por qué, pero dentro de mí, creía que todo esto era una trampa.

Esperaba que en cualquier momento, alguien saliera de la oscuridad con un bate a golpearme hasta matarme, así que cualquier precaución es poca.

Me giré hacia ellos y sonreí.

- Vamos, ¿o es qué somos gallinas? -

Arquee un ceja con las ultimas palabras de Carlos "Despues no podre pedirte lo que estoy pensando en este momento para que me devuelvas el favor" No pude evitar sorprenderme ¿Ya ha pensado algo?  Lo mire directamente a los ojos un segundo antes de que entrara - Ya... ¿ya pensaste que pedirme? - Le pregunte con curiosidad caminando despacio hacia el interior de la casa.

Entré despacio, mirando a todos los rinconces oscuros por si había alguien escondido. Imité a Carlos y pillé el primer objeto potencialmente dañino que pude conseguir. A juzgar por el gesto, se sentía igual que yo. Aunque realmente no tenía mucho sentido... si quisieran corrernos a hostias, ¿por qué no lo hicieron fuera?

Sonrío ante el intercambio de palabras de mis dos acompañantes No sé ni por qué me río. La situación realmente no tiene gracia.

-Joder, colega.. espero que no hayas pensado en un trío...

Continué hacia delante. No sabía si iba a pasar algo, pero casi era mejor que sucediera cuanto antes que andar esperando lo inevitable.

Me giré hacia David con el rostro algo desencajado.

- ¿Un trío? Dios, macho, estás mal... o necesitas un polvo ya. ¿Tú me ves cara de querer hacer un trío con ella y otro tío? Joder. A lo sumo invitaría una amiga. Anda, vamos para delante que quiero llegar a casa rápido para hacer otras cosas, que no sólo de ir apalizando gente vive el hombre. - Respondí medio en serio, medio en broma a David mientras me metia más en la casa.

Aunque también tendría que responder a Gabriela, pero simplemente la miré y le guiñé un ojo.

Estaba más interesada en saber que le iba a pedir que en recuperar su moto, interesante.

- Bueno, esto parece que está completamente vacío. Aquí no hay nadie. ¿Vosotros veis algo? -

Ante el comentario de David arquee una ceja, pero con la respuesta de Carlos la arquee mas hasta que finalmente me mira y me guiña un ojo, cosa que hizo que mis dos cejas se nearcaran y mis mejillas se pusieran rojisimas... Creo que me he metido en un marron del que no voy a salir en mucho tiempo... Me digo a mi misma suspirando  - No... no hay nada, vamonos, me tomare un par de cervezas que yo con poco me emborracho y depsues quemare la habitacion de mi hermano, si creo que asi me sentire mejor... - Comento bromeando aunque en lo de las cervezas iba enserio...

Entre la luz de la luna, el viento que se cuela por las rendijas que hace que el polvo acumulado se levante en el aire dándole a todo un tono lugubre y los muebles cubiertos con sábanas blancas, pensáis que esta casa puede ser el típico set de pelicula de terror. Sin embargo, nada más alejado de la realidad ya que a lo lejos, junto a una de las paredes más alejadas de la entrada, una silueta de una rata con ojillos rojos se deja ver pasando de un lado a otro con velocidad.

Una ráfaga de viento hace que la puerta de la entrada se cierre con un estampido, haciendo que el polvo se eleve un poco más en el aire que casi os hace toser.

Aunque la poca claridad que entra por las ventanas os deja ver una cosa en la blanca, pero sucia, pared del fondo.

Parece como un garabato hecho con colores, tal vez un graffitti, lo cual sería normal, o simplemente, una mancha de humedad. Para verlo mejor, tendriáis que acercaros un poco más.

Seguia sin enteder que haciamos alli dentro y porque seguiamos avanzando estaba claro que mi moto no estaba alli y que mi hermanito solo se queria divertir a mi costa...

Mi mirada se poso en aquel muro pero como siempre deje que vanazaran ellos primero, la valentia estaba claro que no era uno de mis puntos fuertes...

¿Eso que demonios es? ¿Un grafitti? ¿Una mancha de humedad?

La verdad que si me decían hoy por la mañana que iba a hacer una excursión a la casa del terror del polígono no me lo hubiera creido. Aunque tampoco puedo decir que no lo estoy pasando bien, algo nuevo que hacer, para variar. Además, la cara de miedo de Gabriela más o menos compensa lo que estoy haciendo por ella.

Me acerqué con cuidado, mirando a un lado y a otro, esperando que uno de los amigos de su hermano nos salte a la chepa pero allí no había nadie, o por lo menos eso parecía.

Cuando llegué a la marca, me puse a observarla tranquilamente, a ver que carajo era.