La marca era un simple garabato en la pared.
Un garabato que parece un hombre, de esos hecho con palotes y un círculo por cabeza.
Arriba de su cabeza, había unas estrellas y una luna dibujadas también...
Dibujadas con lo que parece ser... tiza...
Mire aquello y suspire como aliviada, la verdad es que no sabia que esperaba encontrarme, pero aquello estaba claro que no.
Mi vista paso a los chicos - ¿Podemos irnos...? - Dije en un tono bajo, el "temor" ya habia pasado y ahora me sentia triste la verdad, habia echo venir a ambos apra nada, y Daniel siempre seguiria igual, solo yo podia pararlo, pero haciendolo sola, algo enre el y yo... nadie mas.
Mi mirada estaba abaja y perdida, claramente mi humor habia empeorado bastante.
- ¿Irnos? - Dije con el ceño fruncido. - Todavía no encontramos la moto. -
Pasé la mano por el dibujo dejando de prestar atención a Gabriela para corroborar que era tiza, y después, me giré con los dedos pintados.
- Esto si que es extraño, ¿quién entraría a esta casa para pintar esto? Supongo que es viejo, de antes cuando vivía la gente. O fueron tus "amigos", Gabriela. Vamos, sigamos para encontrar esa moto e irnos. -
Carlos, al girarse hacia David y Gabriela, se dió cuenta de una cosa.
Al otro lado, en la pared del frente, también se podía ver un garabato hecho en tiza, pero esta vez de un solo color: el verde fosforito.
Seguramente, los garabatos los haya hecho un niño que vivía en esta casa antes de dejarla abandonada, o como piensa Carlos, una broma pesada de los amigos del hermano de Gabriela.
Aunque ya lleváis casi veinte minutos en la casa, y no se ha sentido ni un sólo ruido, ni una conversación de ellos por fuera.
No.
Estáis los tres solos allí dentro.
-Sólo son unas pintadas, coño. Las paredes de estos edificios tienen muchas por fuera y no se alarma nadie.
Dicho esto, intentando inspirar decisión, toma la iniciativa y se pone a la cabeza para seguir avanzando.
-En algún sitio la habrán metido, y diría que no muy lejos, porque para andar colando una moto entre tantas puertas hay que esforzarse. Una broma puede ser divertida, pero no tanto como para que esos mascachapas se pasen una tarde cargando peso. Sigamos adelante, seguro que no tardaremos mucho.
En ese momento, comenzasteis a sentir un ruido extraño en la parte superior de la casa...
Era un ruido de rebote, como si algo botara por el suelo, justo a la derecha del comedor, tras el arco de madera que daba paso a la escalera que subía al primer piso...
El ruido comenzó a hacerse más fuerte, señal que estaba más cerca de dónde os encontrabáis, hasta que por fin, tras esos minutos de tensión, observastéis que lo que producía el ruido no era más que un balón que venía cayendo por las escaleras, para terminar rodando por el suelo y frenarse justo a los pies de Gabriela...
Era un balón naranja de baloncesto.
Cojo el balon y lo miro esperandome cualquier cosa pues Daniel jugaba en el equipo de su intituto - Chicos, esto es la historia de nunca acabar, vamonos, ya me encargare de el de otra manera... estoy cansada de esto y empiezo a tener frio - Mentira, pero queria salir de alli de una vez, cada vez me notaba mas agobiada, y no me gustaba aquella sensacion por no decir que sentia bastante vergüenza estando con los dos en esta situacion...
David pensaria que soy un bicho raro, pues en el primer dia lo he metido ya en esto... y Carlos... Carlos dimplmenete creoq eu se ha dado cuenta de que existo... algo es algo...
- ¿Irnos ahora? Pero si esto se está poniendo cada vez más interesante. - Dije mientras miraba el balón y las pintadas de las paredes. - A ver, si todo esto está preparado, ¿no vamos a seguir hasta el final? Es sólo un poco de tiza en la pared y un balón que cae desde arriba... ¿no creeréis que esto está lleno de fantasmas, no? -
Bueno, tampoco era de extrañar, ya que si esto era un montaje lo habían montado bien.
Además, si quieren asustarme tendrán que hacer algo más que esto para que me piense por un minuto que estamos ante un fenómeno extraño. Mierda, aquí tendrían que venir el loco de las estrellas o la otra guarra de las piedrecitas, esos si que la pasarían pipa con el tema y con estos "fenómenos".
- Anda, vamos a ver todo, no sea que la moto esté al lado y no la veamos. -
- Pues al menos contadme algo, que esto me da mal rollo, y siendo cosa de mi hermano aun mas... - Les pedi mientras andaba en medio de ambos, si claramente era una gatita asustadiza ahora mismo - Aun no me has dicho que ibas a pedirme... y dijiste que ya lo habias pensado - Le dije a Carlos en tono curioso mientras comenzaba a darle vueltas a todas als posivilidades.
- Y David prometo que mañana si aun te apetece podemos dar una vuelta como personas "normales" no suelo venir a ver a pandilleros cada dia... de verdad... aunque tenga uno viviendo en la habitaciond e al lado... - Maldito Daniel...
-Oh, no te preocupes por eso, yo a veces sí que me junto con pandilleros.
Cogí el balón y tras echarle un ojo rápido miré a la dirección de la que parecía haber venido.
-Esto no se ha caído solo. Lo tiene que haber tirado alguien, así que arriba hay alguien.
En ese mismo momento, cuando todos os quedásteis callados por un segundo, con esa sensación en la cual parece que ha pasado un ángel entre medio de todos, en la planta superior, comenzó a sonar una especie de musiquilla extraña. En realidad, era como el sonido de una cajita de música.
Tin, tin, tin, ting.
La música sonaba en la planta superior, sin embargo, se escuchaba en toda la casa.
Era una canción lenta, algo triste, y tras unos segundos parecía que la cuerda de la caja musical se iba gastando, ya que la música comenzaba a sonar más lenta, como si tras cada una de las notas, una pausa dramática apareciera… y cada vez, su volumen se iba haciendo cada vez más bajo…
-Os lo he dicho, hay alguien arriba.
Me quedé quieto unos segundos, por si había algún otro movimiento o podía oir algo que me indicase cualquier cosa, y me dirigí despacio hacia la escalera. Supuse que me seguirían pero que probablemente alguien tendría que tomar la iniciativa...
-A ver qué coño hay arriba, ¿no?
Y me dispuse a subir los escalones, intentando imaginar todas las posiilidades para que no me cogieran desprevenido.
- Está claro que hay alguien arriba, eso es lo más seguro. No puede ser que simplemente suene por sonar. O hay alguien arriba o todo esto estaba preparado de antemano, así que, vamos a echar un vistazo. - Dije mirando a Gabriela. - Tú ven detrás nuestro, a no ser que quieras quedarte aquí abajo... sola... -
Apreté los puños con fuerza y me dispuse a seguir al otro valiente que subía primero.
Tenía algunas preguntas, pero no creo que alguno de ellos puedan darme una respuesta interesante. Simplemente, me dirán que no saben o no lo entienden, dejándome tal como estoy.
Y para quedarme así, mejor no digo nada.
- Vamos. ¿Vienes o no? -
Estaba bastante cansada de aquello y para que negarlo era una cobardica, y las chorradas asi me acojonaban bastante y mi hermano lo sabia, jamas miraba una pelicula de terror sola, eso lo decia todo. Al escuchar a Carlos sali de mi ensimismamiento y me apresure a subir poniendo me entre ellos dos - Prefiero no ir de ultima... dije sonrojando me levemente y mirando a los dos chicos...
Aquello se me estaba haciendo eterno y lo unico que queria era salir ya de alli dando me igual la moto, mi hermano, lo que le voy a deber a Carlos y la peor cita de la historia con David...
Comenzastéis a subir a la primera planta, mientras la musiquilla de lo que parecía ser una cajita de música sonaba una y otra vez. David iba el primero, seguido de Gabriela y para cerrar, Carlos miraba hacia todos lados, no sea cosa que lo sorprendan por la espalda. El grupo no tardó nada en subir a la primera planta para descubrir, que estaba tan abandonada como la parte de abajo, sin embargo, las marcas de tiza se podían ver en casi todas las paredes y lo que producía esa música, estaba tirado en el suelo, abierto y una bailarina giraba mientras la música sonaba.
Allí no parecía haber nadie.
Ni un alma.
Y lo más extraño, es que allí no parecía haber nadie desde hace años. Todo tenía una capa uniforme de polvo en todo el lugar.
Al fondo, las ventanas que daban al patio trasero estaban abiertas, con un par de listones de madera destrozados seguramente, por el viento.
- Chicos soy fan d elas pelis de terror y esto comienza a ser espeluznantemente extraño... asi que... vamonos... - Les pedi suspirando y girandome para bajar las escaleras e irme de nuevo - Y si, soy una cobardica por si lo dudabas... - Comento refiriendome a Carlos, pues el antes ya habia preguntado si nos daba miedo algo asi, y a mi no me importaba en absoluto admitir que si, queria salir de alli, e irme, esta muy cansada de todo.
- Nah, espera un segundo. Si esto es sencillo. - Dije mientras me acercaba a las ventanas del fondo. - Déjame mirar que hay por aquí o que se puede ver, y si no encontramos nada de nada, bueno, ya nos podemos ir a preguntarle a tu hermano dónde cojones ha dejado la moto. Por que ya te dije, yo de aquí no me voy sin tu moto. No podría pedirte que me devuelvas el favor si no cumplo con la parte de mi trato, ¿no crees? - Continué esbozando una sonrisa bastante maliciosa cuando terminaba la frase.
Así que, me acerqué a las ventanas del final, las que tenían los listones de madera un poco sueltos y observé hacia fuera, para ver que se podía ver.
Tal vez la moto está en el patio interior de la casa y sólo sería cuestión de llegar a él y salir de aquí pitando.
Por que, la verdad, es que esto es la mar de extraño y por qué no, tal vez me forre si escribo un libro con lo que está pasando.
Nah, odío escribir, que lo haga otro.
- Esta bien... Pero por mi parte ya ha cumplido con lo que te pedi... mi hermano es mas capullo de lo que esperaba... Asi que cumplire mi parte del trato y espero que no me pidas dinero porque no esta mi cartera para ello - Comento medio sonriendo pues hablaba en broma aunque en verdad era cierto mi conomia cada dia estaba peor...
Espere a ver que veia Carlos para salir de alli de una vez por todas.
Me quedé un rato mirando las paredes, no sabía qué hacían ahí esas marcas y por algún motivo me llamaban la atención. No quise contestar a Gabriela, porque supuse que hacer comentarios acerca de lo rara que era la situación sólo serviría para asustarla más. Estaba convencido de que todo era una putada que habían preparado su hermano y los amigos.
-Eh, Carlos, ¿ves algo?
Se me ocurrió una cosa mientras se acercaba a la ventana.
-Ya que estás ahí, mira a ver si la ventana puede servirnos para salir. Estoy pensando que a lo mejor esos hijoputas nos dejan encerrados o algo.
Mientras lo decía me agaché para observar la caja de música. Me encantaban esos trastos, me recordaban a mi infancia.
Carlos se asomó por la ventana que daba al patio interior de la casa y allí, junto a lo que parecia ser una mesa de jardin de obre y un par de sillas de plástico, estaba detenida la moto de Gabriela, o por lo menos, eso creía él. Pero no era algo probable que ese ciclomotor sea de otra persona... ya sería demasiadas coincidencias. David también se acerca un poco para probar las ventanas, y cuando las comprobó, se dio cuenta que estas estaban clavadas al marco en un par de sitios por lo que no se podían abrir.
El ciclomotor estaba allí y no parecía haber nadie más a su alrededor y el jardin exterior era un cuadrado de baldosas rodeado por unas paredes algo altas por lo que nadie podría entrar de repente llegado el caso.
Ambos miraron en el jardín, para encontrar a alguien escondido, pero allí no había nadie.