Partida Rol por web

miro al goblin esperando un poco de respeto..pero al ver que no llegaba, conteste:

No hace mucho partí en un viaje de negocios, poca fue mi fortuna pues el barco naufrago en plena noche, aunque gracias a los cielos un barco de buenos hombres me recogio agotado, y me cuidaron asta que recupere la consciencia y la lógica.

Espero un poco..simplemente para ver si mi relato llama la atención al goblin.

Poco mas puedo deciros que crea que os pueda interesar.

Al oir su pregunta, me asalta un recuerdo no tan reciente. Hace un par de meses, un apurado goblin me preguntó lo mismo...

Sin levantar la mirada, pregunta, escucha la respuesta y la escribe. No tiene tiempo ni para sonreir.

Tengo un par de amigos que un día, decidieron venir aquí, y no he vuelto a saber de ellos. Pregunte en muchísimos sitios, sin hallar respuesta, y sólo me imaginaba cosas horribles de este lugar. Pero, un día me encontré con un señor cuyo trabajo le obligó a volver de esa "paradisíaca" - dijo él- isla.

Entusiasmada por todo lo que me había contado, decidí venir a verlo con mis propios ojos. Y aquí estoy.

Le dije, mirándole de nuevo. Y, resultó que también me estaba mirando. Tenía la cara hinchada y roja, y el ceño fruncido. Parecía que ese goblin iba a saltar sobre mí en cualquier momento. Tampoco había dicho nada malo, no?

Gilya se queda con la boca abierta. Justo iba a hablar y el goblin se le adelantó. Bueno, bueno.... este goblin es muy simpático...

-La verdad es que yo llevaba mucho tiempo viajando por aquí. Yo vivía en otra realidad paralela a esta, una agradable taberna en la que gente de todos los planos se reunía a charlar, y un día salí a buscar aventuras. Me encontré con un viejo compañero que me indicó este sitio en particular, y de entre todos los sitios posibles, vine a parar aquí. El tipo de la entrada debería dedicarse a vendedor, me acabó convenciendo... Además, pensé que sería divertido.

Escucho atentamente su "guía rápida", pero en cuanto veo los dados, ya no aparto la mirada. Son tan bonitos, flotando, en una perfecta línea...

Mientras, enumera multitud de lugares y personas: administradores con forma de cuervos -¿Los habrán convertido gracias a la magia?-,  administradores, a Chemo -me suena ese nombre, y algo de una tapa de yougurt-... Un barrio, una calle, un corcho...

PUff, no se si me acordaré de tantas cosas nuevas.

Bajo la mirada, algo confusa, y veo el cuaderno. Lo agarro, esperando que esté todo ahí,... No se cómo me voy a acordar si no.

 Recojo todo lo que me dan y lo pongo en mi mochila con todas mis posesiones. Miro a mis nuevos compañeros de viaje, pues estoy segura de que antes éramos más y nos han ido separando en grupos mediante vete tú a saber que criterio. viendo que el goblin ya terminó de hablar me dedico a charlar con mis compañeros, o por lo menos lo intento.

- Bueno, ¿qué creeis que tendremos que hacer ahora? -comento para romper el hielo

Recojo todo los papeles igual que mis compañeras de fortuna, los reviso poco a poco centrándome en las cosas mas importante, esto va ha ser interesante, un nuevo lugar repleto de aventuras y misterios dispuestos en fila para alguien como yo. Miro atentamente a mis compañeras, cierto es que me agrada la compañía.

La verdad no se que podríamos hacer por esto lares, todo es tan tentador que no se que podríamos hacer primero.

Me dirijo al atareado goblin, Perdonad, pero vos nos podría recomendar algo que hacer por estas tierras, aun estamos algo desorientados con el viaje, bueno al menos yo.

QUE DESCORTES SOY... AUN NO ME HE PRESENTADO.

Me dirijo a mis compañeras, Perdonad mi falta de educación, mi nombre es Geist Crow, un honor conoceros. Termino con una gran reverencia.

Bien, bien... Viendo que la gente se amontona tras ellos, el goblin deja de aconsejarles.

Pasad, pasad, que no tenemos todo el día.

Se les abre la compuerta, y con ella la posibilidad de explorar Umbría Island a sus anchas. Las gentes son de lo más diverso imaginable: Las hay con pintas de vampiro renacentista, de mago chiflado, de jedai, de robot, de princesa... Y de variopintas mezclas de todo en general. Pero también hay personas perfectamente normales que llegan tarde al trabajo y no parecen darse cuenta de todo lo que les rodea.

Y los edificios son dignos reflejos de aquellas gentes. Los hay de todas las épocas pasadas y futuras y de todas las ficciones jamás inventadas.

viendo que ninguno de mis dos compañeros se adelanta para dar el primer paso, soy yo la que lo hace. Le doy unas palmaditas en el lomo a mi lobo, más para darme confianza a mí que por otra cosa. Nada más salgo y me quedo ante la puerta, maravillándome de todo lo que ven mis ojos.

Acompaño a mi nueva compañera, mirando todo lo que me rodea. Vaya mundo tan hermoso, que daria por conocer ya todos tus secretos.. pero tiempo al tiempo. Me quedo perplejo al ver la confianza de mi compañera con su lobo.. Que gran ejemplo de amistad.

Me quedo ensimismada hojeando el cuaderno. Es tal mi abstracción, que ni me entero de la conversación que se desarrolla a unos pasos de distancia.

Cuando alzo la vista, veo a la otra chica que estaba con nostoros en frente de una puerta, que, si no recuerdo mal, antes estaba cerrada. Está acariciando a un lobo que antes me pasó inadvertido.

Me pongo al lado suyo, y digo, un poco bajito.Qué bonito! Parece tan suave... ¿Puedo?

El master ha hecho una pregunta a el(/la) novato(/a), y él(/ella) conoce la respuesta. Es curioso, al registrarse en el censo de Umbría Island le preguntaron lo mismo... un punto tan bueno como cualquier otro para empezar a contar la historia. Hace poco tiempo, no lejos de allí...

¿Cómo habéis llegado a Umbría Island nuestra patria? -Había preguntado el atareado goblin. Parecía que no había nada de lo que tuviera más ganas que de despachar a aquellos novatos lo antes posible. Ya le habíann dado su correo electrónico, su edad y algunos otros datos personales, pero todavía queda alguna pregunta de rigor. En estos tiempos la aduana estaba colapsada, y ni los goblins daban abasto.

Dale al botón de añadir mensaje, y se abrirán dos editores. Uno para que narres la historia, y otro, de notas, para escribir cosas fuera de ella, como ésta; preguntas o comentarios sobre las reglas y todo eso.

ACLARACIÓN: Lo que se está desarrollando en esta escena son vuestros recuerdos, que estáis narrando al master según los rememoráis. El objetivo de la escena no es que se complete la historia que se empieza, sino que os familiaricéis con la metáfora en la que se basa toda la partida.

Si no vienes de la partida Recepción de la Academia Umbriana, lee primero el nuevo mensaje que hay escrito allí para ti.

Que cómo he llegado yo aquí me dice..., buena pregunta, sí señor -pensó Moucho-. ¿Qué versión prefiere, maese goblin? -optó por mostrarse educado, nunca se sabe con estos funcionarios de ventanilla, una mala palabra y el impreso E-429 en vez de ir a la Subsecretaría termina en forma de papel reciclado-, ¿la corta o la larga?

La mirada de hastío que el goblin lanzó al reloz de arena colgado en la pared no dejó mucho lugar a duda.

- Creo que mejor optaré por la corta -contestó-, intentaré ser breve, pues. Básicamente llevaba fuera del mundillo desde que acabé la carrera, años ha. Salvo por "The order of the Stick", las pelis de "El Señor", alguna que otra partida esporádica de Magic, y un intento frustrado de montar una partida de Rolemaster vía messenger/Skype empleando tableros virtuales, no volví a ver orcos, goblins, huargos ni similares...

Al oir la palabra "Magic" el goblin levantó los ojos del teclado, con un extraño brillo en los ojos... Un escalofrío recorrió la espalda de Moucho.

- Sé lo que está pensando, maese y quiero que quede claro que yo siempre jugué mono(color) blanca y en tiempos blanca-verde, nada de rojo. Los que se dedicaban a hacer explotar goblins con "goblin granadas" y "fanáticos Mog" eran los cafres de mis amigos, se lo juro...

El goblin le miró de nuevo, de arriba a abajo, sacudió la cabeza en señal de frustración, dejó escapar un suspiro y siguió tecleando mientras daba una nueva calada a su cigarrillo -se ve que aquí no aplican la ley del tabaco.

- Pues como le decía llevaba ya muchos años sin jugar, y de vez en cuando me volvía el "mono". Cogía alguno de los libros de reglas de la caja donde los tenía almacenados y los ojeaba, recordando viejos (y buenos) tiempos. Fueron muchos años dirigiendo "El Señor de los Anillos" y "Rolemaster", y eso no se olvida. Fue entonces cuando descubrí esa web por casualidad. No recuerdo exactamente cómo, pero cuando estaba en mis 20 minutos de asueto vespertino para comer algo, cuando busqué en Google "rol por web", o algo similar, y mira por dónde me aparece un enlace a algo llamado a "Comunidad Umbría". Entré, y lo que vi superaba mis más locas expectativas... Dios mío, pensé, ¿¡dónde has estado todos estos años!?. Tras revisarla por encima supe lo que debía hacer. Envié un mail a esa panda, "el viejo grupo", y a algunos más. Unos dijeron sí inmediatamente, otros que no, otros ni contestaron... Pero ya tenía un quorum mínimo para montar una partida de prueba... Desgraciadamente la partida va muy lenta, ya sabe, problemas de picos de trabajo, agobios, falta de ganas a veces..., y desconocimiento de las posibilidades de la herramienta.

El goblin tecleaba sin parar, pero alzaba la vista cada vez más, poniendo cara de impaciencia.

- Fue entonces cuando un día vi una entrada de algo llamado "Academia Umbriana", una partida para novatos. Yo lo era, y estaba ya harto de ser siempre máster. ¿Por qué no entrar?, pensé, me vendrá bien. Podré jugar, y aprender cosas, tanto para poder jugar en otras partidas como para ayudar a mis jugadores en la mía. Fue entonces cuando me apunté. De allí a pocos días me dijeron que perfilara mi personaje. Tras meditarlo cuidadosamente fui a la caja donde tengo mi viejo material de rol, busqué entre las carpetas y papeles, y allí estaba todavía, la ficha de mi primer personaje... "Shunda", se llamaba, un guerrero medio elfo de "El Señor de los Anillos" posteriormente adaptado para Rolemaster. Sí, por qué no, pensé, después de todo fue mi primer personaje. Envié el perfil de mi personaje, y de allí a unos días, cuando llegué a casa, mi mujer me dijo que en el buzón había un aviso de Correos para recoger un paquete con remite de "Umbría Island". Aquello me extrañó, ya que no esperaba paquete alguno. Fui a recogerlo, y mi sorpresa aumentó más cuando me encontré con un paquete enorme y que pesaba media tonelada. Buenamente como pude lo arrastré hasta el coche, lo metí en el maletero y volví para casa con él. Cuando lo abrí flipé en colores -hablando en plata-. Era tal cual me lo había imaginado, una armadura completa de placas de cuero endurecido color avellana, dos espadas largas a enfundar en la espalda, yelmo, una peluca blanca de melena larga... Mi mujer me miraba divertida mientras me vestía, pero yo estaba disfrutando como un enano. Después de enfundarme la equipación completa me dirigí a un espejo a mirarme. ¡Menuda pinta!... Sin embargo, de pronto me di cuenta de que: (1) no me estaba viendo a mí en el espejo con una armadura y una peluca, sino a un medio elfo completamente equipado para salir a cortar cabezas (2) no estaba en mi piso, sino en el baño de ahí atrás, mirándome en el espejo del lavamanos, y rodeado de un hobbit subido en un taburete para llegar al orinal, un cyborg saliendo del váter, y un soldado imperial secándose las manos en el secador de aire caliente… Después, ya sabe, lo corriente por  aquí, según me han dicho, gritos, pánico, confusión… Tras conseguir calmarme un poco aquél caballero de seguridad tan amable me lo explicó todo –mientras señalaba a un troll de 3 metros enfundado en un uniforme caqui tipo Securitas Direct- y me dijo que me dirigiera a usted para registrame. Y eso es todo, ya ve.