Partida Rol por web

No puedo evitar clavar una mirada cansada y bastante hostil en el pequeño goblin. Me parece tan obvio lo que me ha pasado y estoy tan sumamente hecha polvo que tengo que echar mano de toda mi fuerza de voluntad para calmarme.

Respiro muy hondo y hago un amago de sonrisa forzada al aduanero.

- Verá, he llegado aquí porque la marea me ha traído. Es pura casualidad que haya sido esta isla y no otra, pero aquí estoy. Mi barco naufragó hace unos días, ya no recuerdo cuántos, después de abandonar Meleé Island (TM). Sé que se preguntará qué hacía yo en una isla de piratas, pero es una larga historia...

Me callo de nuevo. La mirada del pequeño goblin es inquisitiva. Tengo la sensación que debí haber omitido la parte de la isla de piratas.

"Ahora me va a tocar explicar la historia entera, maldita sea mi bocaza..."

Con un suspiro, cambio el peso de mi cuerpo de un pie a otro y me preparo para contar mi historia.

- Mire, yo soy una persona que viaja mucho. Mi vida rutinaria es bastante aburrida y me gusta usar mi tiempo libre para aprovechar y escaquearme de mis quehaceres y de mi aburrida ciudad. Es curioso la cantidad de lugares que he podido descubrir sin apenas moverme y la cantidad de cosas que he podido ver en apenas un puñado de años. He conocido magos, dragones, lugares extraños, descubierto intrigas palaciegas antes que los implicados, he observado de cerca batallas impresionantes y he llegado a mundos que nunca creí que vería, hasta a uno que viaja a lomos de una tortuga gigante... le sorprendería la cantidad de cosas interesantes que hay por ahí. Me encanta viajar, pero la mayoría de las veces lo hago como espectadora. Me gusta ir a sitios extraños y lejanos y ver lo que les ocurre a los personajes que andan por allí, siguiendo a unos o a otros. En algunas ocasiones me implico un poco más y hasta ayudo un poco, como es este caso. Supongo que no conoce usted a Bobbin Threadbare, pero es un buen amigo mío, me lo encontré en uno de mis viajes. Estaba en Melleé island (TM) buscando a su madre, le había prometido ayudarle a encontrarla, pero ocurrieron cosas muy raras mientras la buscaba y acabé desviándome un poco con lo que llegué a Meleé Island (TM). Y, bueno, aproveché mi estancia para ayudar a un tipo que decía que quería ser pirata, cosa que no acabo de entender...

Hago una pausa. La cara del goblin me dice que su paciencia tiene un límite y yo estoy muy cerca de rebasarlo.

- El caso es que el barco en el que embarqué resultó no ser resistente a tormentas como supuestamente era y a la primera de cambio se hizo pedazos. Llevo ya un tiempo a la deriva, sin saber muy bien a dónde iría a parar. Vi algunas islas de lejos pero la corriente siempre ha acabado llevándome en otra dirección. Ha sido la suerte la que me ha traido hasta aquí y tengo que decir que me alegro, porque ya estaba harta de pasarme el día intentando mantenerme a flote con una tabla de madera astillada como único soporte. Necesitaba volver a vivir algo interesante. Al finlalizar mi naufragio en esta playa me he encontrado con que en esa isla había una academia y he pensado que esta puede ser la oportunidad de pasar de ser una espectadora o ayudante a ser una verdadera aventurera, con todas las de la ley. - Me encojo de hombros - Me han dicho que antes de nada tenía que pasar por la aduana, así que esa es la razón por la que estoy aquí, contándole a usted mi vida.

Miro más allá de la aduana y suspiro. Espero que esto acabe pronto, porque aún me quedan cosas que hacer antes de conseguir comida, ropa limpia y ... ummm una cama. Esto de ser náufrago a la deriva ha sido muy duro.

Sólo espero que me deje pasar, y pronto.

El goblin se dispone a echar a los novatos del censo, para poder seguir con los siguientes, pero recibe ua llamada.

Coge, un poco sorprendido, el auricular, y exhala un cauto Aduana de Umbría Island, ¿Dígame?

La evolución de la conversación, cuyos estallidos de sonido hacen vibrar graciosamente la cabeza del aterrorizado goblin, es fácil de seguir por las expresiones de su cara.

Cuando todo cesa, el goblin permanece aún con los ojos y boca apretados. Unos segundos después, sus verdes pestañas se permiten el riesgo abrirse. El goblin mira alternativamente a un lado y al otro, y después de nuevo a los novatos.

Ejem... hay... cambios de última hora. Parece que tengo que explicaros unas cuantas cosas. Veamos... empecemos por los editores. -Parece que, poco a poco, va recuperando el -feísimo, porqué no decirlo- color de las mejillas.

Hay dos editores en Umbría Island. Siendo nuevos lo más probable es que tengáis predefinido el FCKEditor. Muy enrevesado para los goblins como yo, y encima lento, pero con muchas opciones de formato. Y se ven las cosas como van a salir, salvo que cuando se publique todo quedará un poco más estrecho. Os lo demostraré.

Éste es el FCKEditor...

Y éste el BBCode.

Para cambiar de uno a otro sólo hay que pulsar en "edición de texto"; en el menú lateral que tenéis a vuestra izquierda.

- Vaya, maese goblin, veo que la herramienta tiene más funcionalidades de las que hasta entonces había explorado, e incluso más de las que suponía que tendría. Sabía que se podían incluir imágenes para darle embientación al asunto, pero por falta de tiempo, ganas y necesidad no las había explorado hasta ahora. Veo que el BBCode es, básicamente, un editor de texto básico con etiquetas tipo HTML. Me sé de uno o dos que si estuviesen aquí, desecharían el FCKEditor ipso facto en favor del pedestre BBCode, y también sé de otros doscientos que no querrían saber nada de él. Por mi parte, maese, creo que voy a emplear por ahora el FCKEditor, pero no dudaré de usar BBCode en caso de serme necesario.

El goblin se le quedó mirando con cara de "de qué narices me estás hablando...". El ahora-medio-elfo se percató de ello y decidió cambiar de tercio.

- Por cierto, maese goblin, si no es mucho preguntar, ¿a qué se refiere con "hospedadas en la web por medio de créditos"?.

Lo que faltaba, más sermones...

Noto cómo me ruge la tripa, aunque sea imperceptile para los que me rodean.
Me resigno y me dedico a escuchar.

- Ummm... Gracias por la información.- No puedo evitar dejar a un lado el hambre y el cansancio. Ya que estoy aquí aprovecharé al máximo y tengo que reconocer que lo que cuenta el pequeño goblin es interesante y útil. El BBCode lo conocía, de hecho una de las prmeras cosas que hice cuando llegé a la costa, aparte de besar la arena de la playa, fue cambiarlo a ese editor. Me resulta más familiar y fácil, pero creo que nunca está de más conocer también otras opciones. Lo que me parece una pena es no tener nada para apuntar pero creo que en caso de necesitarlo sabré cómo utizarlo.

Repito mentalmente lo más importante para asegurarme de que lo recuerdo y me quedo en el sitio. El goblin ha dicho "unas cuantas cosas" y además el tipo que está delante de mí en la cola, que tiene pinta de medio elfo o algo así, está preguntado dudas. Mucho me temo que a pesar de todo tendré que aguantar un poco más. Menos mal que en estas ocasiones lo que me sobra es fuerza de voluntad...

Puede que sus oídos no lo oyeran, pero el estómago de Moucho sí lo oyó, y se unió a la protesta general.

- Espero que no nos tengan aquí demasiado tiempo -dejó caer Moucho por lo bajo-, empiezo a tener hambre. Hola, soy Moucho -mientras extendía su mano hacia la también recién llegada.

El goblin gruñe hasta que termina de apuntar.

Los créditos umbrianos se compran por paypal o por mensaje de móvil, aunque los goblins que se encargan de los mensajes estén un pocoooo... dormidos. Siempre. Son incorregibles. Se dice por ahí que los sustituirán, pero entre tanto sólo se puede comprar por paypal.

La equivalencia es 1 euro-->4 créditos, aunque con carnet cuestan la mitad. Pero hacedme caso -Dice el goblin, mirando hacia los lados para asegurarse de que no halla cerca ningún capataz- No los compréis todavía. Se supone que tendrán muchas mejoras, y blablablá... pero por el momento sólo las usan los umbrianos que quieren subir imágenes a Umbría.

Y, desde el rencor respeto... yo creo que el objetivo de Chemo con la web isla era hacerse de oro por los créditos... lo que pasa es que le salió el tiro por la culata: Ahora regala más que tima, pierde un mogollón de tiempo trabajando por aquí y sólo consigue a cambio aprecio y respeto. Bah!

El goblin apunta algo en su libreta.

Bien, ya está. Ahora una guía rápida para viajar por Umbría Island. Si veis un goblin con un cartel, es un enlace. Sólo tenéis que tocarle para que os lleve a donde indica el cartel. Qué más. Ah, sí, los tutoriales son el dado de ocho de arriba. Señala al cielo nocturno de Umbría, donde levitan, alineados mágicamente, varios astros con forma de dados. Son muy sabios.

Más, más... Los foros. Cuidado con sin clasificar; es el único lugar de la isla en el que desvirtuar no está prohibido. Y... ¿Veis esos cuervos que vuelan en círculos? Son los administradores. La mano derecha de Chemo. Ah, bueno, Chemo es un espantapájaros con sombrero picudo que creó de la nada este lugar. Y bueno, luego están los capataces. Son como orcos enormes y rojos que nos mantienen... en nuestro sitio -Un escalofrío recorre su espalda. Y no recuerdo la última vez que les pagaron sus remolachas... Dice para sí, intranquilo. Para buscar partidas, id a ese barrio; el buscador de partidas, o a la calle "Partidas", en el foro, o al corcho de la puerta principal, donde encontraréis las últimas partidas, como en vuestra ficha de usuario...

¡Ah, sí, se me olvidaba! -Saca unos cuadernos de debajo del mostrador. Estas son vuestras fichas de usuario. En cada página aparece una cosa; en la primera las novedades, en la segunda los mensajes, en la tercera las partidas... Deja de hojear, bastante aburrido, y se los pasa. Lo primero que veréis serán las normas; se autodestruirán una vez las hayáis visto pero podréis recurrir a ellas en otros momentos.

¿Alguna duda?

sonrío al semielfo.

- Ciertamente estoy deseando llegar a algún sitio donde pueda comer y descansar. Estoy hecha polvo.- Le estrecho la mano- Un placer, soy Kreyla.

No me da tiempo a decir nada más porque el goblin vuelve a sus explicaciones.
Intento retener en la memoria todo lo que dice. REpito mentalmente de nuevo algunas de las cosas más importantes a fin de asegurarme que las retengo. Me paro a pensar un momento. Observo mi ficha y miro el cielo con los extraños dados y los cuervos...

Creo que lo he entendido todo por el momento, así que decido esperar a ver si alguien más pregunta. Pero en el último momento levanto la mano.

- ¿Para cualquier problema o duda que se nos presente de improviso dónde debemos acudir?

- Incluyendo dónde encontrar un buen restaurante, taberna, tabernucho, antro o similar donde llenar la panza. - Añado

Un gobin corre frenético portando sobre su espalda combada un Mensaje Personal esculpido en piedra de tamaño descomunal. El porqué de ese formato no está muy claro a aquellos novatos.

- Gracias y hasta otra -responde Moucho.

Al atravesar la compuerta le embarga lña sensación, muy real, de estar en otro mundo. Esto es completamente distinto a cualquier cosa que puedas encontrar en el mundo real. Gentes variopintas caminan por la calle, toda clase de seres, de todos los colores, tamaños y sabores... Aquí un droide, allá una sílfide, acullá un pollo sin cabeza armado con un AK-47... Moucho entra en la calle con gesto titubeante, aquello es difícilmente asimilable tan de golpe. De pronto, ve algo, allí, en un lateral.

- Creo que he visto algo -le dice a su compañera- y desaparece en la multitud.

Por fin nos deja entrar. En m mente sólo impera el deseo de encontrar un lugar donde descansar y comer... hasta que levanto la vista para dejar de mirarme el estómago, compadeciéndome de él, y observo lo que me rodea.

durante más de dos minutos me quedo quita, con la boca abierta. Conozco muchas cosas, pero nunca en mi vida había visto algo como esto. Es una enorme caja de sastre donde parecen haberse juntado restos de todo lo conocido e imaginable. Me fijo en la cantidad de gente que recorre las calles, no sólo personas sino también seres de las más diversas razas y colores, e incluso extrañas mezclas.

Antes de darme cuenta, el que se ha convertido en mi compañero en la aduana me dice algo y desaparece entre la multitud antes de que me de tiempo a reaccionar.

- Oh, mierda.

No puedo evitar sentirme nerviosa. Me he quedado sola en un lugar tan enorme que no sé por dónde empezar. Casi ni me atrevo a moverme del sitio.

Por suerte, mi estómago no conoce nada más allá del hambre, y ruge. Me encojo de hombros, si he podido cruzar el mar en una tabla de madera no puede ser tan difícil armarse de valor para preguntarle a alguien dónde puedo ir.

Doy un par de pasos por la amplia calle y paro al primero que se me cruza por delante, que resulta ser una persona bastante normal aparentemente.

- Disculpe, acabo de llegar y me preguntaba si sería usted tan amable de indicarme algún lugar al que pueda ir para comer algo y descansar...

El hombre se gira, y tiene pinta de actor en blanco y negro. Hace un gesto hacia su boca para expresar que es de cine mudo. Señala a un goblin que se pasea con una pancarta algo extraña, escrutando el censo y agitándola como un poseso, tratando de captar la atención de alguien, al parecer. En la pancarta pone, en letras azules y negritas: ¿ERES NUEVO? Esta partida está hecha para ti. Debajo, entre paréntesis y en letra normal, el mensaje es "toca este enlace".

 El master ha hecho una pregunta a el(/la) novato(/a), y él(/ella) conoce la respuesta. Es curioso, al registrarse en el censo de Umbría Island le preguntaron lo mismo... un punto tan bueno como cualquier otro para empezar a contar la historia. Hace poco tiempo, no lejos de allí...

¿Cómo habéis llegado a Umbría Island nuestra patria? -Había preguntado el atareado goblin. Parecía que no había nada de lo que tuviera más ganas que de despachar a aquellos novatos lo antes posible. Ya le habíann dado su correo electrónico, su edad y algunos otros datos personales, pero todavía queda alguna pregunta de rigor. En estos tiempos la aduana estaba colapsada, y ni los goblins daban abasto.

Dale al botón de añadir mensaje, y se abrirán dos editores. Uno para que narres la historia, y otro, de notas, para escribir cosas fuera de ella, como ésta; preguntas o comentarios sobre las reglas y todo eso.

ACLARACIÓN: Lo que se está desarrollando en esta escena son vuestros recuerdos, que estáis narrando al master según los rememoráis. El objetivo de la escena no es que se complete la historia que se empieza, sino que os familiaricéis con la metáfora en la que se basa toda la partida.

Si no vienes de la partida Recepción de la Academia Umbriana, lee primero el nuevo mensaje que hay escrito allí para ti.

Saludos y buenas noches,

Mi nombre es Varyamo y debo decir antes de nada que me encuentro conmocionado por la cantidad de mentes ávidas de saber que me he encontrado en esta pequeña isla. Sobre mi llegada a este lugar... ¿fue el azar? ¿fue el destino? Lo único seguro es que no estaba en mis planes atracar aquí. Hablaba yo con un compañero del camino sobre la búsqueda de aventuras cuando se percató de mi notable falta de experiencia. Me preguntó para corroborar la sospecha y como no soy una persona suspicaz le dije la verdad, mi corazón estaba ansioso por correr apasionantes y peligrosas aventuras, mi cuerpo por desgracia no había participado aún en ninguna de dichas aventuras. En los tiempos que corren resulta extraño encontrar a buenas personas en el camino, yo tuve la suerte de dar con un auténtico sabio de gran corazón. Me garabateó en un pergamino la localización de cierta isla en la que se encontraba lo que mi aventurero corazón buscaba: una academia para aventureros.

En realidad mi viaje hasta aquí fue rápido y seguro, parece que fuera ayer cuando el sabio me indicó este lugar y sin embargo han pasado muchas lunas. Me presento ahora impaciente y sabedor de mi potencial de aprendizaje. Espero que el master sepa exprimir mis habilidades y que este sea el comienzo de una de muchas aventuras.

-¡Mi nombre Bardenar! - mientras dice esto, se retuerce en una mueca que pretende ser terrorífica y amenazadora.

-Mi viene de Kulhata. Mi guerrero más fuerte de clan. Mi viene a isla para demostrar que mi buen guerrero.

¡Mi tiene ganas de destrozar y machacar!

¿Que cómo he llegado hasta aquí?, me pregunta ese entrometido goblin chupatintas. De buena gana le estamparía mi bastón entre sus dos orejotas, pero no es plan de ir haciendo gala de mi buen humor nada más llegar.

¿Que cómo he llegado hasta aquí? Fácil pregunta, difícil respuesta. Siguiendo mi corazón, supongo. Buscando un punto de encuentro con un destino que me ha sido insinuado en sueños: en una isla entre brumas, perdido en una multitud de aspirantes a héroe, un desheredado de la fortuna alza su bastón y reclama su verdadero lugar en el mundo.

Sé que he llegado al lugar correcto, no sé que ocurrirá después...

Y, si no os referís a eso, y queréis una respuesta más tangible, llegué hasta aquí como un vulgar polizón en un barco repleto de engreídos aventureros con sus flamantes pasajes que vienen en busca de fama y honores. Nunca he poseído nada salvo mi bastón. De donde vengo, nada más me hacía falta. Es mi defensa y mi sustento, y espero que lo siga siendo.

¿Puedo pasar ya?

Tengo una cita con mi destino y no quisiera llegar tarde.

Un colaborador que pasaba por alli vio que los novatos estaban algo perdidos.

-Esto... ¿No tienes nada mas que decirles querido amigo goblin?

El goblin miro al colaborador un poco enfadado.

Sabes que el puppeting no esta bien visto, eso de que nos controle gente que no sea el director no suele gustarnos, porque igual yo no quiero decir esto que digo, pero en fin...

El goblin se dio la vuelta hacia los novatos.

He de haceros una advertencia. En Umbría Island Nuestra Patria se utilizan las negritas para hablar, las cursivas para pensar y ambas juntas para susurrar. Ah, y el texto normal se usa para hacer cosas. Hay excepciones, por supuesto. Chemo, Oh, Nuestro Demiurgo Floripontente y Magnisciente no acepta que se le hable en negrita, pero por lo demás... ya sabéis... es educación.

De todas formas, no os apuréis. No se pide conocer la lengua umbriana desde el nacimiento.