Partida Rol por web

Los Beach Boys suenan en la radio, el calor es abrumador apesar de que el verano este terminando y los sonidos d ela calle entran por la ventana de vuestras habitaciones.

Tan solo faltan unos dias para que comiencen las clases y los nervios ya comienzan a notarse, teneis casi todos los libros y als cosas necesarias y este fin de semana sera el ultimo que disfrutar.

Erina despertaba con el sonido de la radio de su despertador, las últimas dos semanas lo preparaba para levantarse a las ocho y media, para irse acostumbrando a que la semana siguiente empezaban las clases, ya que se había pasado el verano levantándose a las tantas. 

Primero estiró todos los músculos, ya sentada en la cama y bostezó. Pronto saltaba de la cama para dirigirse en pijama al baño donde se lavó la cara.

Al pasar las dos veces (ida y vuelta) por delante de la puerta de su "hermanastrito", con sus pegatinas pegadas de "I kill you" "Silence" y una enorme calavera, no pudo evitar fruncir el ceño, recordando que su madre y su marido se habían largado todo el fin de semana de "Escapada romántica". 

Ya en la habitación de nuevo, se puso el bikini y las sandalias y cogió las gafas de sol y el libro que se estaba leyendo en estos momentos, para salir de allí y bajar a la cocina a prepararse un buen zumo de fresas y frambuesas que se desayunaría tumbada en la tumbona del patio, al ladito de la piscina. 

Kaiser estaba tirado en cama,con medio cuerpo destapado cuando le despertó el sonido infernal del despertador de Erina.

Maldita cría...le voi a destrozar el maldito despertador en la cabeza,que manera de joderme el sueño.

Se levantó y salió de su habitación camino al baño donde metio la cabeza bajo el grifo y abrió el agua fría,sintiendo al momento un torrente de agua sobre su cabeza que le espaviló del todo.Terminó de lavarse la cara,se miró al espejo y salió del baño con intención de bajar a desayunar antes de ponerse un bañador y darse un placentero baño matinal.Se metió en su desordenada habitación buscando su paquete de tabaco y se encendió lo que el llamaba "el piti del desayuno".Dando de una profunda calada salió de su habitación y miró para la puerta de Erina,de donde salia esa niña repipi que protestaba por todo.

Erina ya iba ensimismada con el libro abierto cuando salía de la habitación, por eso no vio salir a Philippe, y por eso se pegó un tortazo contra su torso desnudo que la hizo retroceder unos pasos, después de haberse clavado el libro y las gafas en la barriga; a decir verdad, ella tampoco iba muy vestida, pero al menos no iba en ropa interior.

Se ruborizó y rápidamente subió su mirada hasta la cara de él, con el ceño fruncido.

Podrías vestirte, ¿¡no!? ¿O es que te crees que estamos en la jungla? Tsk...

Lo rodeó, pasando por detrás de él, y bajó las escaleras a paso rápido. Sentía las mejillas ardientes... Era un pecado que estuviera tan bueno y saliera así de su habitación, ¡y sin avisar!

Kaiser se quedó en blanco mirando ensimismado a la chica que tenía delante y no reaccionó hasta que Erina ya le había rodeado para bajar a toda mecha por las escaleras.

Maldita niña! siempre protestando por todo.Te iba a decir donde tenía yo la jungla...pero ¿por qué no le dije nada?no entiendo como me he bloqueado de tal forma...debe de ser el sueño.Es cierto,está buenísima,pero es una niña tonta y protestona.Reacciona Kaiser!

Kaiser bajó por las escaleras con el ceño fruncido pero entró por la cocina con una sonrisa burlona y haciendo un circulito con la última calada de su cigarro.Miró a Erina antes de dirigirse a la nevera para cojer un brik de zumo de naranja bien fresquito.

-¿Qué pasa pitufa? ¿no estás acostumbrada a ver a un hombre en calzoncillos?-Kaiser se rió y abrió el brick de zumo para llevárselo a continuación a la boca y dar un trago enorme al brick.

Ya cuando él bajaba, Erina se estaba preparando el zumo de fresas y frambuesas, exprimiéndolos en la batidora con un poco de leche, haciendo que se pareciera más a un batido que a un zumo, pero a ella le daba igual, le gustaba así. 

Al escucharlo entrar, no se giró, sabiendo como iba pasaba de provocarse una hemorragia cerebral. 

¿Y a ti qué te importa? - le espetó sonrojándose, lo cierto es que desde que había vuelto de Inglaterra podía contar las veces que se lo había montado con Jean con los dedos de una mano - Y no fumes en casa, tu padre te lo tiene prohibido y a mí no me gusta.

Abrió uno de los armarios para ponerse de puntillas y coger una pajita. 

Kaiser soltó una carcajada.-No me importa,simplemente era curiosidad,ya que te pusiste nerviosa...y que hace milenios que el idiota ese que tienes por novio no viene por aquí,cosa que agradezco todo sea dicho.

Tiró el brick de zumo a la basura y se acercó por detrás a Erina.-Me da igual que no les guste a mi padre,y que tampoco te guste a tí me importa aún menos.-Alzó su brazo y le cojió la pajita.-Anda toma,que no se que harías sin mí- Soltó otra carcajada y salió de la cocina rumbo a su habitación para ponerse un bañador y cojer una toalla.

Le echó una mirada fulminante cuando mencionó a Jean, que estaban mal ya lo sabía ella, no hacía falta que viniera aquel idiota y se lo dijera también. De hecho ahora hacía días que ni siquiera lo veía, no se pasaba por el local donde ensayaban, y aunque la preocupaba, era suficiente orgullosa para saber que no iba a llamarlo.

Gracias. - dijo escueta cuando le dio la pajita, poniéndose toda colorada cuando lo sintió detrás de ella. 

Entre leer tanto libro y escuchar las historias de Michelle, se iba a volver loca. Al menos él se daba prisa en salir de la cocina, y Erina podía suspirar calmándose, y cogiendo una de las toallas que había al lado de la puerta, su libro, sus gafas y su zumo, salía al patio para estirarse en la tumbona y empezar a leer mientras sorbía la pajita. 

A ver si su "hermano" se perdía y no bajaba. 

Kaiser salió de su habitación con el bañador puesto,una toalla en la mano y el paquete de tabaco en la otra.Bajó las escaleras y se dirigió a la piscina y no se creyó lo que veía:Erina estaba tumbada en una tumbona al borde de la piscina.Tiró el paquete de tabaco y la toalla y salió corriendo hacia la piscina y saltó con las piernas dobladas y abrazadas por sus brazos mientras gritaba

-BOMBA VAAAAAA!!!

Erina daba un respingo al escuchar el grito de Kaiser, pero fue demasiado tarde para reaccionar, cuando se quiso dar cuenta, sulibro estaba empapado, igual que su cabello y su cuerpo. 

Se levantó de la tumbona, enfurecida, dejando el libro al lado.

¡Eres un...! ¡¡¡ERES UN IMBÉCIL!!! ¿¡Estás mal de la cabeza o qué te pasa!? - empezó de tal forma que si no despertaba a todos los vecinos, iba a ser un milagro - ¡Eres un capullo! - y empezó a coger todas las pelotas que tenían por allí y empezó a tirárselas para darle, dentro del agua - ¡¡¡Necesitas un cerebro nuevo!!!

Sus insultos no eran gran cosa, pero es que Erina no estaba acostumbrada a hablar mal. 

Kaiser emergió del agua totalmente mojado y alzó la vista,al ver a Erina totalmente empapada solto un risotada mientras ésta le tiraba pelotas y soltaba "insultos" por la boca.Nadó hacia la orilla en la que estaba erina y salió de la piscina y se puso junto a ella.

-Anda no te enfades tonta,si era una pequeña broma,es que me pareció ver que tenías calor,yo solo te quería ayudar-se rió y alzó una mano en señal de tregua-Hacemos las paces?

Lo miró entrecerrando los ojos, no se fiaba del todo... No sabía para qué iba a querer él hacer las paces con ella, si ni siquiera se soportaban, en realidad, seguramente el día de hoy era el récord de palabras intercambiadas. 

Pero me compras otro libro, me lo has dejado empapado - le dijo aún con desconfianza, acercando su mano a la de él para estrecharla.

En el recorrido, pero, su mirada no solo se posó en los ojos de Kaiser, también miró sus humedecidos labios, y como no, su musculoso cuerpo empapado por el agua de la piscina. Pero rápidamente sus ojos habían vuelto a los de él, con las mejillas levemente sonrosadas. 

-Si mujer te compro lo que tu quieras-Kaiser apretó la mano de Erina tiró hacia el,abrazándola con fuerza y elevandose en el aire al saltar ambos al agua.Pese a que el agua estaba muy fresquita,Kaiser sentía dentro de su interior un calor que no sabía a que se debía.Bah!es normal,está buena y por eso mi cuerpo reacciona así,malditas hormonas.

¡Gyah! ¡No!

En realidad si había dicho que no por su abrazo o porque la había tirado al agua, pero al salir, tomando aire con fuerza debido a que no le había dado tiempo, y tosiendo por haber tragado agua, no le daba tiempo en pensar en lo primero. 

Se limitó a dar un par de golpes en el torso de Kaiser, después de haberse apartado el largo cabello de la cara. 

¡¡¡Eres un imbécil!!! - se giró, mosqueada, y se dirigió hacia la salida... pero justo cuando llegaba al borde, se giraba con sonrisa maliciosa, y apoyada a la pared, empezó a mover los pies arriba y abajo - ¡Ataque ola! - exclamó sin parar, y riéndose.

Esta era la primera vez desde que lo conocía que se reía con él... Y ya hacía más de dos meses.  

Kaiser estalló en carcajadas.-Acaso eres un Pokemon pitufa?no juegues con fuego...-Kaiser se dirigió nadando con una gran rapidez hacia Erina y la cojió de las piernas sin esfuerzo y se las aprisionó con un brazo mientras que con el otro le agarraba el cuerpo-...porque igual te quemas!-Kaiser jaló a Erina del cuerpó y empujó hacia el agua,haciéndole una temible aguadilla.Al final si que va a tener su punto divertido y todo.

Erina chilló cuando sintió que la cogía de las piernas y del cuerpo, tanto chillar no le dio tiempo, una vez más, a tomar aire, pataleando dentro del agua para que la soltara. 

¡Ahogadillas no valen! ¡Yo no puedo hacértelas a ti! - dijo ya una vez con la cabeza fuera del agua, tosiendo y pataleando, pero también sin poder evitar reír. - ¿Te hace un mini partido de waterpolo con dos jugadores? - le preguntó antes de que volviera a ahogarla, aunque esta vez, ya estaba preparada por si acaso. 

Además, ya estaba dentro del agua, quería esperar un poco a entrar, pero ya que estaba y estaban de buenas con Kaiser, mejor aprovecharlo antes de que volvieran a estar a malas. 

Lleva demasiado tiempo sonriendo,esto es raro de cojones.Kaiser sonrió,le gustaba ese buen ambiente que tenía con Erina,nunca se habían llevado tan bien desde que se habían visto obligados a convivir juntos.

-Acaso quieres que te machaque pitufa?-Kaiser se acercó a su oreja-If you play with the best,you loose like the rest,baby.

Kaiser se alejó nadando hacia las escaleras de la piscina,salió de la piscina y cojió las dos porterías que solía usar cuando venían sus amigos a casa para jugar al waterpolo.Las colocó donde siempre y cojió una de las pelotas y saltó a la piscina para reunirse con Erina.

-Cuando quieras pequeña!

Se ruborizó extremadamente cuando le susurró en inglés, pero rápidamente reaccionó y lo miró. 

Eso ya lo veremos... - respondió con una sonrisa, esperando que colocara las porterías y que regresara al agua. - No valen ahogadillas, ¿eh? No hagas trampas - le dijo con el ceño levemente fruncido, cogiendo la pelota - Empiezo yo porque sí.

Un waterpolo con solo dos, era algo bastante difícil, sobre todo para Erina, que al lado de Kasier, cuanto a deportes se trataba, era una blandengue. 

El partido empezó, y como era de esperar, Erina al lado de Kasier era bastante patética, si no fuera porque a la mínima que él tenía la pelota, Erina se le tiraba encima para intentar robársela, con todo lo que ello conllevaba.

¡Déjame al menos meterte un gol! - le decía riéndose, colgada a su espalda e intentando quitarle la pelota, sin darse cuenta que, una vez más, sus curvas se clavaban en el cuerpo de su "hermano". 

Kaiser se estaba divirtiendo,se estaba divirtiendo y mucho,pero no sólo eso...llevaba una temporada sin salir con ninguna chica y tener a semejante mujer pegada a su cuerpo le estaba poniendo loco.Tras robarle la bola de nuevo a Erina y notar otra vez su cuerpo pegado al de él y escuchó a Erina perdirle meter un gol.Dejó que le quitara la pelota y cuando la cojió,esta vez fue él el que se aferró a su cuerpo,la giró y se quedaron cara a cara.

-Ahora soy yo el que te ataca como una lapa enana,¿Cómo te vas a defender?-Kaiser sonrió y,dejándose llevar por sus hormonas revolucionadas,se fue acercando con cautela al rostro de Erina,era un avance firme pero con cautela,dándole tiempo suficiente para poder apartarse si ese era su deseo.