Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
- El director sera el señor Lautner - Comento identificandolo extendiendo la mano hacia el - como con Mauro ya hemos trabajado otras veces juntos y se que empeñaran su trabajo como nadie. - Explico mientras miraba al resto por cualquier duda que pudiera surgir.
Tras ello comenzo a presentaros y a indicar cual seria vuestro trabajo en la obra.
Finalmente había aparecido el dueño y responsable de todo aquello. Aquel que había apostado por un grupo joven y relativamente inexperto, sabiendo reconocer y cribar auténticos diamantes listos para ser pulidos y mostrados al mundo. Aquel tipo demostraba que era del gremio, y no un simple empresario del espectáculo. Sabía moverse por la escena con elegancia, declamando con sencillez y dando a entender lo que esperaba de cada uno, pero al mismo tiempo dando la confianza necesaria. Tenía algo que me recordaba a Jacob. Quizás por eso me cayó bien. Parecía buen tipo; implicado con el arte. Al menos hasta que se demostrara lo contrario.
Presté especial atención cuando presentó a los que serían mis nuevos compañeros de armas en la guerra incruenta de satisfacer, sorprender e impresionar al público. Pasee mi mirada por todos ellos, contemplando nervios, pero también ganas de revindicarse, demostrar su valía y sus ganas, lo cual era bueno para sacar adelante todo aquello.
Seguí paseando mi mirada entre los presentes, observando. Una de las chicas, una con un cuaderno de dibujo, parecía mirarme detenidamente. Algo debía hacerle gracia, porque se reía entre dientes. Cuando fue consciente de mi mirada, clavada en ella, apartó la mirada con cierto rubor. Mantuve aun un instante la vista en ella.
Era menuda, bastante guapa y de aspecto juvenil. Pelo oscuro, labios finos y ojos claros. Aquella patrón pronto me trajo a la mente otro rostro, uno sonriente que había enclavado en mi memoria y grabado a fuego, y un gesto de dolor cruzó mi expresión. Un rostro del pasado que ya no podía tener a mi lado. Fue todo un asalto a mi mente. Algo que no podía permitirme.
Consciente de la ola de sentimientos que de repente me habían asaltado de manera furtiva, por sorpresa, dirigí mi mirada al suelo para contenerme y que ella ni nadie me viera. Afortunadamente, yo estaba levementa paratado y practicamente todos estaban pendientes de Croix o bien sumidos en sus propios pensamientos e ilusiones. Allí, con el rostro clavado en la madera del escenario, cubierto este por el pelo que me caía sobre la cara, endurecí mi expresión para expulsar de cuajo los recuerdos dolorosamente hermosos que había vivido y que ya no podría repetir. Cuando me sentí lo suficientemente estable, recuperada la presencia de ánimo, continué con mi exámen de compañeros.
Había entre los presentes algunos con mirada algo más serena que al parecer tenían algo más de experiencia práctica. Precisamente eran el guionista y el director, tal como los había presentado Croix. Evidentemente, una obra requería de gente con algo más de experiencia en puestos tan relevantes. Su trabajo en la sombra era de suma importancia para el buen bagaje de proyecto. Si esas miradas iban acompañadas de paciencia y espíritu constructivo, podía salir un producto de calidad. De todas formas, aquellos dos aun tenían que conocer a sus piezas para poder saber moverlas adecuadamente... Nada que yo mismo no fuera a exigir de ellos para asegurarnos a Kara, a mi y al proyecto en general, el mejor resultado posible.
Así pues, decidí tomarle la palabra a nuestro contratista y benefactor, tal como él había sugerido instantes antes.
- Disculpe... -intercedí levantándome de la silla. Mi tono era educado, pero quizás un poco serio. Y frío. Faltaba una sonrisa en mi cara para sonar realmente agradable o amigable, pero necesitaba endurecerme tras el acceso de recuerdos que me había asaltado hacia poco- Como ha comentado que se inclina por oir cualquier cosa que tengamos para aportar, querría decir un par de cosas en lo que a las coreografías respecta. Por un lado, como ya sabrá, Kara y yo llevamos bailando juntos toda la vida, por lo que nos entendemos perfectamente en el escenario. Solo quería dejar constancia de esa ventaja de cara al guionista y al director. Por otra parte, estoy seguro de la profesionalidad de ambos, pero desconozco si tienen experiencia en dirección artística o guionización coreográfica. Si no fuera así, quiero ofrecerles mi experiencia al respecto. Saber hacer un diálogo ingenioso o sacar sentimiento de una declamación es muy distinto de los que hacemos nosotros...
Tras mi intervención, permanecí allí de pie, esperando respuesta. Mi intención no era duda de ellos, pero si aclarar que si no sabían nada del tema, en Kara y en mi tenían en quienes delegar dicha tarea creativa. Prefería tener que ocupar las noches estrujandome los sesos creando coreografías excelsas a tener que irme a los bares de Paris a darme de hostias con franceses borrachos que maltraban a sus mujeres en antros de mala muerte... Demasiada sordidez durante demasiado tiempo... Necesitaba reencontrarme. Kara necesitaba a aquel Liam para que la ayudarla a triunfar. Para estar a su lado. Tal como le había prometido. ¿Pero como hacerlo sin volver al pasado...?
Uno de los bailarines dijo de poder auxiliar en la coreografía. En mi caso no era relevante puesto que tenía que dedicarme más a la música y suponía que no siendo la compositora, solamente la cantante, mi función sería la interpretación musical de lo que se me diese para cantar. De todas formas me pareció muy bueno, de parte del chico, el que se ofreciera de esa forma. No era una manera ególatra e interesada, por lo que veía, sino el auténtico deseo de ayudar.
En mi caso no tenía algo que aportar, al menos aún. Así que seguí prestando atención, mirando a los demás que conformaban este reparto curioso y talentoso, e intentando recordar este momento.
El de mi primera obra importante.
Mi corazón sonrío solo al hacerse la idea de participar en algo así.
El director os escucho y miro a todos sin perder su afable sonrisa.
- Yo sere el que menos tiempo este en este lugar, ahora mismo el encargado de la obra sera Mauro, yo simplemente dare el visto bueno a lo que el presente y aconsejare en el momento de interpretarlo - Bajo del escenario de forma tranquila y se acerco al escritor - Espero que recuerdes como llevar una obra - Comento apoyando su mano en el hombro del joven.
Tras ello se giro y dejo sobre una de las primeras butacas unos panfletos - Aqui estan los numeros de todos y cuales son sus funciones, a mayores de el mio y el del teatro, apartir de hoy se ensayara todos los dias quitando los fines de semana, mientras no haya obra simplemente pulireis vuestro talento, y en cuanto este... quiero ver el porque os he contratado. - Tras esas ultimas palabras se dispuso a ir a la entrada del teatro hablar con los empleados.
Mauro es el que se encargará de una gran cantidad de cosas, así que tendré presente su nombre para dudas, consejos y todo aquello que sirva a que mi tarea ayude en el gran todo que es esta obra.
El señor Croix repartió pronto muchos panfletos, en donde estaban detallados los horarios, las funciones y todo eso. Teníamos que trabajar la mayor parte de la semana. No que me importe, estaba muy entusiasmada con la tarea. Cogí uno de ellos mientras decía -Gracias, haré lo mejor señor. No lo defraudaré.
Parecería una tonta a ojos de muchos pero mi enunciado era sincero. Esta era mi primera vez en semejante proyecto, sólo había actuado en cosas menores, cantado algunas canciones en un bar para ganar unas monedas y gracias.
Miré mi panfleto mientras me acercaba a un banco y me sentaba nuevamente.
Mamá, está noche te contaré todo... me imagino tu sonrisa boba de oreja a oreja. ¿Ensayar todos los días? Lo haría hasta en sueños con tal de seguir aquí.
De tan emocionada, mojé el papel con transpiración de mis manos, las cuales sequé prontamente contra mi falda, con un gesto de disimulo.