Partida Rol por web

El interior de aquella cabaña lo primero que una persona podía ver era un mensaje bordado en una pared, aquel mensaje era bastante sencillo, y aunque algo ominoso, no parecía dar mucho más que simplemente recordar a los que se adentraban en aquel lugar esta pequeña norma.

No cometerás actos impuros

Por lo demás, aquella cabaña parecía ser una pequeña vivienda unifamiliar bastante adecentada. Claramente alguien estaba viviendo en el lugar, de hecho había algunas cosas desordenadas que se saliera de la norma de lo que debería haber una cabaña, o el hogar de alguien, debería ser (y estar).

La Maid IV se alejó de las otras Maids que seguían por el pueblo sin hacer demasiado y se adentró dentro de una de las casas al azar -aunque trataría de que fuera la 4- para poder usarla, en donde, esta notaría aquellas cosillas que la diferenciaban del resto de las cabañas, pues pese a estar todas cortadas por el mismo patrón, cada una parecía mostrar su vida y personalidad propia... y lo que era mejor, agua y luz.

Aquella Maid IV exploró levemente la casa hasta que finalmente esta decidió que lo mejor era meter su ropa en la lavadora, esperando que para la mañana siguiente pudiera estar como nueva, a fin de cuentas, en aquella casa no parecía tener mudas de su talla. Por otro lado, aún con todo, esta se fue a dormir en la cama y a descansar.

Durante la noche, aquella Maid tuvo un sueño extraño...

La amenaza se cierne sobre la isla, lo sé...  es por ello que confío en ti para que puedas hacer lo que haga falta para solucionarlo. No me importa si descartas a una o a dos con tal de que des con todas las amenazas que pululan por mis terrenos.

Toma. [Le entrega un arma] Úsala con quien desees, pero no me defraudes o sino...

El tiempo siguió pasando en aquella isla, y poco a poco con el sol alzándose, terminando con el reinado de la noche, expulsando la atenta mirada de la luna y las estrellas que perderían su poder bajo el Astro Rey.

En el día también había monstruos hostiles ocultas por sonrisas falsas y sombras inocentes. Y las viles conspiraciones se camuflaban como las más simples acciones mundanas aún a pleno día.

Era un buen momento para levantarse, aunque quién sabe si el sueño de la noche había hecho cambiar los corazones...

El estómago de la Maid IV rugió, la sed poco a poco iba apoderándose de ella, si no bebía algo pronto, era probable que se volviera loca o terminara por ya no moverse nunca más. Aún podía controlarse y guardar la calma, pero esto era tan solo cuestión de tiempo de que perdiera el control. ¿Lograría llevar algo que la alimentara a la boca o...?.

Entrar en letargo era una acción curiosa, especialmente porque no venía desde la necesidad ni el cansancio, sino más bien de la intención. No era mucho que necesitase dormir, sino más bien que tan solo deseaba hacerlo. Era una manera de pasar las horas más rápido, de conservar energía, de poder despejar su cabeza...

Y ese sueño realmente lo logró. 

 No me importa si descartas a una o a dos...

Al abrir los ojos ya no le cabía demasiada duda de lo que debía hacer, sin embargo aún así no era capaz de gustarle la idea. No sabía bien por qué, eso sí, tal vez por una suerte de instinto de heroína le era imposible pensar en usar el recurso de la muerte y el asesinato, sin embargo... Al mismo tiempo eran esa clase de decisiones difíciles la que alguien en su posición debía tomar. Ya estaban en una situación mala, sin contacto con ese amo que aún no recordaba, sin memorias, con un grupo de saboteadoras sueltas.

... Una o dos.

Necesitaba descartar a una. Necesitaba acabar con X.

Pero de momento esa resolución debía esperar. Debía encontrarse con ella, aislarla, y entonces encargarse de eliminarla... ¿Tal vez ni siquiera hiciese falta una bala? Podría convencer a las demás de hacerlo, solo debía ponerse en frente de todas y hablarles desde...

...

No, la bala era mejor.

Como sea, no tardó en respirar profundo, levantarse de su cama (la cual no habría desecho sino que solo se acostó encima) y entonces se llevaría las manos al estómago, siendo consciente de la falta que le hacía alimentarse, sin poder evitar mostrar una mueca de disgusto. "La cazadora de vampiros..." pensó mientras apretaba los puños, impotente ante la idea de que la única forma de que la dejasen en paz sería acabando con todas esas personas... Y que al mismo tiempo hacerlo implicaría convertirse en el monstruo que creían que era. Odiaba la idea...

Definitivamente debería ser cuidadosa.

Al final, luego de tranquilizarse lo suficiente mentalmente como para calmar su hambre, lo primero que haría sería explorar la residencia y las cosas que esta pudiese esconder. A fin de cuentas es algo que tarde o temprano debía hacer... Y lo mejor era hacerlo mientras nadie la molestaba. Eso sí, iba con bastante cuidado, consciente de sus debilidades y de las connotaciones religiosas de la frase en la entrada.

Tras revisar aquella residencia, pese a no encontrar nada que señalara de manera inequívoca quién podía estar habitándola, lo que sí se percató fue que, probablemente, tenía relación directa con ella; pues aquella Maid IV halló debajo de la cama una pequeña caja de cartón llena de fotos e informes escritos sobre la Maid IV.

Su trabajo de "Jefa de Seguridad" se limita a hacer paseos nocturnos, parece que tiene una especie de heliofobia o algo así. Aunque no mucha, pues a veces sale también durante el día, usando ese horroroso paraguas de Hello Kitty...

Hoy ha entrado en la casa de la enferma, al parecer está investigando algo relacionada con ella. Me pregunto si debería yo también interesarme por ello... ultimamente está más ajetreada de lo habitual. ¿Qué estará planeando?.

He logrado hacerme con una copia de las llaves, tanto de las celdas como del escritorio. Las guardaré debajo de una piedra en la fuente del jardín. Así me aseguro que nadie vaya a cogerlas.

El interior de aquella cabaña lo primero que una persona podía ver era un mensaje bordado en una pared, aquel mensaje era bastante sencillo, y aunque algo ominoso, no parecía dar mucho más que simplemente recordar a los que se adentraban en aquel lugar esta pequeña norma.

No cometerás actos impuros

Por lo demás, aquella cabaña parecía ser una pequeña vivienda unifamiliar bastante adecentada. Claramente alguien estaba viviendo en el lugar, de hecho había algunas cosas desordenadas que se saliera de la norma de lo que debería haber una cabaña, o el hogar de alguien, debería ser (y estar).

La Maid III se alejó de las otras Maids que seguían por el pueblo sin hacer demasiado y se adentró dentro de una de las casas al azar -aunque trataría de que fuera la 3- para poder usarla, en donde, esta notaría aquellas cosillas que la diferenciaban del resto de las cabañas, pues pese a estar todas cortadas por el mismo patrón, cada una parecía mostrar su vida y personalidad propia... y lo que era mejor, agua y luz.

Aquella Maid pudo escuchar como la puerta de entrada de la asa se abría y una de las otras Maids se adentraba en el interior de aquella cabaña, de forma solitaria. No parecía que esta se hubiera percatado de lo que esta estaba haciendo, por lo que podía tratar de ocultar eso bajo la cama y distraerla.

Cuando aquella Maid entró en la cabaña, pudo notar como alguien más se encontraba ahí. Y no tardaría en descubrir que la persona que también se encontraba en aquel lugar no era otra que una de las Maids que habían estado en la playa donde ocurrió aquel accidente de avión. 

Perdon, esta no es la mía, sha me voy.

Al ver que no era mi habitación salí de ella rápidamente. Che, maldita sea, si supiera de quien era la cruz sabría que numero es esta.

Así que salí para dirigirme a la casa de enfrente y entrar la que seria la 3 por la izq del almacén. Tal vez me diera mas pistas.