Partida Rol por web

En el interior de aquella comisaría de policía se encontraba una Maid, en concreto la Maid que se llevó la sombrilla de la playa a modo de parasol y ahora estaba intentando forzar una cerradura en el cajón del escritorio usando un par de herramientas, un destornillador y una llave inglesa.

Mientras la Maid IV se encontraba forzando la cerradura con el destornillador y la llave inglesa que había cogido del Almacén, la puerta de la comisaría se abrió para dejar ver a una nueva Maid adentrarse a la misma. Al parecer era la Maid V que aún lucía aquel vestido de color rosa fucsia brillante.

En el interior de aquel cajón cerrado a cal y canto se encontraba una pistola de 9mm cargada, así como un cargador adicional de 16 balas y una placa de policía con un número de serie.

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No parecía haber nada más.

La maid se quedó unos cuantos segundos observando el contenido del cajón. Primero parecía desconcertada, luego curiosa... Y finalmente abrió bastante los ojos como si un recuerdo repentino hubiese vuelto a ella. 

-Mierda...- Musitó mientras recogía las cosas del interior del cajón. Pistola, cargador y la placa. Las primeras dos cosas las guardó en su bolsillo, mienteas que la placa acabó por colgarla y acomodarla en su uniforme, en la zona del pecho. Luego por fin miraría a la recién llegada, apretando un poco los labios y mirando hacia el cajón de reojo.

-... Hola. Tal parece que esta es mi oficina...- Diría con una voz suave, no muy comunicativa, mientras se pasa una mano por el rostro como si tratase se digerir algo que acababa de suceder. Al final cerraría el cajón con cuidado. -Creo que eso significa que debo poner orden... ¿Cuál es tu número?-

Examino con curiosidad el lugar. O al menos hasta ver a la maid abriendo el cajón. No me creo mucho que sea realmente la comisaria del lugar, es demasiado extraño todo esto.

- Esto... - Me callo, decirle que no debe de robar a una sirvienta con un arma no tiene mucha lógica, al menos, no si no quiero que me agujeree - Pues ... ¿V o VI? No me acuerdo muy bien jejeje

-Soy... "Cuatro".- Diría sin cuestionar demasiado sus dudas o las miradas que esta le dirigía, especialmente porque no parecía estar del todo cómoda con el mero hecho de interactuar, mirando más bien hacia el piso, techo o en general evitar el contacto visual para no ponerse nerviosa.

-Soy la... Encargada de seguridad, policía.- Un suspiro suave acompañaría el final de esa frase, dando a entender que la carga le resultaba un tanto pesada. -... Debo contactar a las demás chicas. ¿Me harías el favor de ir a buscarlas...?-

La miro, curiosa. No entiendo nada. ¿No tienes la tableta? Se supone que con ella les puedes mandar mensajes, ¿o la has perdido?

La cuarta se la quedó mirando un tanto extrañada, casi como si estuviese loca. Luego... Lentamente comenzó a bajar su mano hasta su vestido y asintió un poco. Al parecer se le había olvidado que traía la tableta, pero pronto comenzó a sacarla.
-De todas maneras preferiría... La comunicación personal. No me agrada particularmente usar estas cosas...-
Agitaría un poco la tableta en el aire para después tirarla sobre el escritorio que había en la oficina y después comenzar a caminar hacia este. No tardaría en sentarse en la computadora y coger la taza de café que había al lado, mirarla y fruncir el ceño. 
-Voy a tener que conseguir algo de café a este paso...-
Un leve suspiro escapó de ella, se frotó la nuca con cierta incomodidad y volvió a coger la tableta. Luego miraría a V, como preguntándole qué es lo que iba a hacer ahora.

Escribiendo aquel código, el ordenador se enciende finalmente, revelando una pantalla completamente negra con algunos cuantos archivos con números romanos salteados distribuidos por toda la estancia. No tiene acceso a internet, sino que al parecer esta trabaja simplemente en una red local.

II                    III                    VI                    IX                    X 

La muchacha no tardaría en comenzar a teclear en el ordenador, primero un tanto insegura, ya de manera más natural. No se la veía entretenida, para nada, pues mantenía esa expresión neutra... Pero sí se notaba cómoda a su manera.

También de tanto en tanto tomaría su PDA, adoptaría una expresión pensativa y enviaría un par de mensajes cortos pese al tiempo que se tomó para pensarlos. También recibiría respuestas, aunque luego de la última tipearia un mensaje rápido y casi que azotaria el PDA sobre el escritorio. ¿Su expresión? Pura vergüenza.

-Tontatontatonta... ¿Por que dijiste eso? Odio los mensajes, aaagh...-

Sujeto: X

Su forma de actuar siempre es cortés y educada, pero hay algo que no me termina de fiar de ella, he decidido investigarla durante la noche y ha realizado una llamada sospechosa usando la radio que tenemos para contactar con el avión, al parecer está esperando por alguien importante que llegará en breves.

El hecho de que sea nuestra "enfermera oficial" imposibilita meterme demasiado en sus quehaceres, y toda la información que esta me proporciona de las demás tiene el riesgo de estar contaminada por culpa de su agenda secreta y sus intereses personales.

Tengo que encontrar el significado de todo esto... ¿Es de fiar?.

Leer esos archivos la pilló por sorpresa y se sintió casi como una cachetada al rostro que la despertó de golpe. No esperaba encontrarse con algo como eso, y aunque todo poco a poco le iba haciendo sentido, aunque su mente poco a poco iba llenando los vacíos... Habían muchas más dudas que respuestas y ni siquiera era capaz de procesarlas todas, pues aquel dolor de cabeza repentino y desorientador la llenaba.  Aún así... Al desconocer la naturaleza de la chica que tenía al lado pues no poseía registro de esta, tampoco podía permitirse perder la calma, por lo que tan solo cerró los ojos, respiró profundo y... Siguió navegando.

Uno a uno iría abriendo los archivos, siendo el siguiente el suyo propio, el "IV"

Pronto la expresión de IV cambió, habiendo dejado atrás la vergüenza y en cambio adoptando una expresión mucho más tranquila y profesional. Lentamente comenzó a revisar la computadora, y aunque se mantenía tan impávida como siempre claramente llegó a mostrar cierto disgusto por lo que leía, al punto en que acabó cerrando los ojos y llevándose una mano a la frente por unos segundos para respirar, recomponerse y luego seguir revisando.

-Demasiado trabajo...-

- Esto... ¿me necesitas para algo? Sino voy a darme un garbeo..

El estar con la tipa de la pistola no me hace ninguna gracia... y me estoy aburriendo. Ya la he dibujado mentalmente tres veces.

"Cuatro" miró de reojo a la muchachita de piel oscura, casi como si se le hubiese olvidado que estaba por ahí. Estuvo varios segundos adoptando un gesto pensativo, hasta que por fin simplemente negó con la cabeza.

-Puedes... Hacer lo que quieras, no estás aquí obligada... Si necesitas cualquier cosa avísame. Como dije...-

Bajaría por un momento la mirada a la placa en su pecho y suspiraría.

-Este es mi trabajo... Aunque aún hay varios detalles que no puedo recordar.-

El tiempo siguió pasando en aquella isla, y poco a poco con el sol asentándose, el reinado de la noche, bajo la atenta mirada de la luna y las estrellas tomaría el poder. En la noche las sombras inocentes se volvían monstruos hostiles tan solo guiados por la más vívida imaginación. Y las acciones más mundanas se convertían en viles conspiranaciones bajo el secretismo de la oscuridad.

Era un buen momento para dormir, aunque quién sabe si de ese sueño una se podrá despertar...