Partida Rol por web

Aquel pequeño pueblo costero consistía en tan solo 10 cabañas de distintos tamaños, aunque su estética parecía seguir el mismo patrón. Y por lo que se podía ver por las ventanas, estas se encontraban completamente amuebladas, con camas, mantas, sillones... e incluso había electricidad.

Lo que sí que no parecía haber eran personas que las habitaran, tampoco rastro alguno de que alguna vez estas fueran habitadas en un primer lugar; pues todas se encontraban limpias y sin un solo gramo de polvo o de suciedad y todo se encontraba recogido.

Uno de los dos edificios que más llaman la atención, pues tiene el tejado azul, parece ser un almacén en donde se guardan bastantes cosas que pueden ser útiles para la supervivencia e incluso para la vida en aquel lugar. El otro, por el contrario parece ser una pequeña comisaría, pues tiene una zona con celdas en su interior.

Saliendo de esa cabaña en particular, aquella Maid buscó cual era su casa con la mirada y, sinceramente, en mitad de la mañana y el hecho de que todas estuvieran cortadas por el mismo patrón y que además no tuviera recuerdo alguno sobre cuál de ellas era su casa en sí... pero al parecer tenía un método... ¿Funcionaría?. A saber...

En el centro del pueblo parecía encontrarse, justo en esos momentos, otra Maid. Esta era bastante reconocible por sus ropas de un color metalizado, así por el hecho de que era la que se encontraba en la cabina del piloto cuando aquel pequeño hidroavión tuvo su aterrizaje forzoso / accidente aéreo en la playa.

Una de las Maids salió de una de las cabañas, esta era facilmente reconocible porque antes de salir por la puerta, un enorme parasol se había abierto en la zona de la entrada tapándola de los rayos del sol mientras esta abandonaba aquella cabaña y se dirigía caminando por el pueblo, bien a cubierto.

Aquel pequeño pueblo costero consistía en tan solo 10 cabañas de distintos tamaños, aunque su estética parecía seguir el mismo patrón. Y por lo que se podía ver por las ventanas, estas se encontraban completamente amuebladas, con camas, mantas, sillones... e incluso había electricidad.

Lo que sí que no parecía haber eran personas que las habitaran, tampoco rastro alguno de que alguna vez estas fueran habitadas en un primer lugar; pues todas se encontraban limpias y sin un solo gramo de polvo o de suciedad y todo se encontraba recogido.

Uno de los dos edificios que más llaman la atención, pues tiene el tejado azul, parece ser un almacén en donde se guardan bastantes cosas que pueden ser útiles para la supervivencia e incluso para la vida en aquel lugar. El otro, por el contrario parece ser una pequeña comisaría, pues tiene una zona con celdas en su interior.

Saliendo de esa cabaña en particular, aquella Maid buscó cual era su casa con la mirada y, sinceramente, en mitad de la mañana y el hecho de que todas estuvieran cortadas por el mismo patrón y que además no tuviera recuerdo alguno sobre cuál de ellas era su casa en sí... pero al parecer tenía un método... ¿Funcionaría?. A saber...

Una de las Maids salió de una de las cabañas, en concreto de una de las cabañas que se encontraban más al Norte, la que estaba también hacia el Este. Y a juzgar por su mirada, esta parecía querer ir a otra de las cabañas, o al menos esta era la actitud que tenía nada más salir. La pudieron reconocer por ser la que estaba armada con un cuchillo en el accidente aéreo.

Cuando aquella Maid salió de una de las cabaña que se encontraban más al Norte, en concreto de la que estaba también hacia el Este. Pudo reconocer a dos Maids más que se encontraban ya por el pueblo, una de ellas la reconoció por ser la que andaba con un traje metalizado y la otra por andar con un gran parasol.

Aquel pequeño pueblo costero consistía en tan solo 10 cabañas de distintos tamaños, aunque su estética parecía seguir el mismo patrón. Y por lo que se podía ver por las ventanas, estas se encontraban completamente amuebladas, con camas, mantas, sillones... e incluso había electricidad.

Lo que sí que no parecía haber eran personas que las habitaran, tampoco rastro alguno de que alguna vez estas fueran habitadas en un primer lugar; pues todas se encontraban limpias y sin un solo gramo de polvo o de suciedad y todo se encontraba recogido.

Uno de los dos edificios que más llaman la atención, pues tiene el tejado azul, parece ser un almacén en donde se guardan bastantes cosas que pueden ser útiles para la supervivencia e incluso para la vida en aquel lugar. El otro, por el contrario parece ser una pequeña comisaría, pues tiene una zona con celdas en su interior.

Aquellas dos Maids, juntas, salieron al exterior de la Comisaría para poder adentrarse de nuevo en el Pueblo, esperando ser el lugar correcto para encontrar las respuestas a las dudas que tenían, o al menos encontrar a las personas adecuadas para conseguir más respuestas al respecto.

Del interior de la Comisaría, aparecieron dos Maids más, aquellas dos no tenían demasiadas cosas que uno pudiera comentar acerca de ellas más allá que una iba vestida de color chicle y tenía orejas picudas, mientras que la otra parecía estar vestida de forma exótica y se encontraba en la playa cuando ocurrió el accidente aéreo.

Cuando aquellas Maids salieron de la Comisaría, ya en el pueblo había otras tres Maids más, Maids que pudieron reconocer más o menos de haberlas visto antes, una de ellas la reconocieron por ser la que andaba con un traje metalizado, otra por andar con un gran parasol de un lado a otro... y la última por ser la que tenía un cuchillo en mano para cuando ocurrió el accidente aéreo.

 -¡A buena hora aparecen! -gritaría a las maids según las vi llegar. -. ¡Se perdieron la cena, y el desayuno: díganme ahora si se perderán también el almuerzo para no preparar nada para ustedes! -claramente no estaba preocupada por si había comida o no: simplemente me molestaba haber trabajado para que luego no viniese nadie a comer, aunque realmente en la noche no hice absolutamente nada... ¡Pero no era el punto! -. A ver, ¿qué han hecho de productivo?

La verdad es que ahora que lo decía me rugia el estómago bastante. Javier comido absolutamente nada.

Mire a IX que parecía enfadada.

Lo siento mucho, ayer estuve buscando al gato del amo y luego fui a la reunión a la que IV nos llamó. Esta mañana recordé una forma de que viniera pero no encuentro mi cabaña... ¿Alguna vio algo  con aroma de vainilla en alguna casa?

La mirada de IV resultaba intimidante por donde se viese, haciendo difícil en todo momento saber si estaba molesta, disgustada o simplemente era absurdamente seria. Y... Por un momento la mirada que se clavó en IX parecía cargar con todo eso, como si estuviese tratando de penetrar en lo más profundo de su alma y quemarla por dentro.

-No respondiste mi mensaje. Ni fuiste a la comisaría.- Contestaría con un tono neutro, serio... Hasta que por fin se frotaría la nuca, aproblemada. -Lo siento. No pensé que estarías esperándonos...- Liberó un suspiro, para después tan solo mirar en otra dirección, rehuyendo de la mirada de IX. -... Soy "Cuatro". La encargada de seguridad. La Comisaría es mi zona de trabajo, y... He estado investigando durante la mañana. Sé cosas sobre ti, IX, aunque preferiría hablarlo más tarde.- Cerraría un momento los ojos. -Y también he identificado... A sujetos potencialmente peligrosos en la isla. Pero aún necesito algo más de información. Sólo un poco.-

Al terminar de decir eso... Tan solo dedicaría un vistazo a las demás. Parecía estar pidiendo permiso para marcharse, o si tenían alguna otra duda o consulta. 

-Me urge encontrar mi casa ahora mismo... Puedo tener información importante allí... Y no quiero arriesgarme a que se comprometa...-