Partida Rol por web

- ¿Y qué más da? ¡No podemos ser obedientes! - bufo indignado. - Debemos tener el control de nosotros mismos, basta de ser un títere de Vincent y de quien coño sea Rumikuchi. Nos toca hacer algo diferente. 

Sugiero a mis otros yo, a ver si cuela. 

Sentado al pequeño "Parlamento de los Davids", David se pasó las manos por la cara y puso los ojos en blanco: se estaba exasperando al escuchar a sus otros él-mismos.

 - ¿Y tú no has oído eso de "pagarán justos por pecadores"? - respondió - Hemos hecho cosas bien, y cosas mal: pero todos pagaremos por los actos de cada uno de nosotros.

Miró al resto de sí-mismos que, a su vez, se miraban entre sí o le miraban a él, como si David se hubiera perdido en un laberinto de espejos.

 - Yo digo que usemos todo lo que sabemos: que vayamos a la empresa, cojamos el libro y tomemos el control de nuestra vida.

"Alto. Callaos un momento. Me ha parecido leer en el offto-... oir de vuestros múltiples pensamientos, algo muy serio.

...¿Qué es eso de que todos los recuerdos de Malcolm pasaron a J.J?

...¿La que ahora es la dueña de la empresa?

...¿La que está torturando al anterior dueño de la empresa sin descanso?

...¿La que justo después de que tradujeramos el capítulo 6, ya no necesita que traduzcamos más?

¿Ese capítulo 6 donde para alcanzar la inmortalidad hay que hacer atrocidades y crueldades innombrables?

...Sí, definitivamente tenemos que arreglar esto antes de que sea demasiado tarde."

-El anterior dueño de la empresa tenía secuestrada a su hermana y la estaba mutilando diariamente. No me sorprende que J.J. haya decidido vengarse al respecto.- Dijo otro de los David, negando con la cabeza. -Había que sacarle los recuerdos a Malcolm para que no siguiera robándose el libro temprano, y había que ponerlos en la mente de alguien que no hubiera traducido el libro, la opción más cercana era J.J.-

Claramente, la frase que decía que el poder corrompía no era una simple frase al azar. -El caso es que tenemos que detener esto. Quedarnos con los brazos cruzados y "vivir" una vida feliz no es realmente una opción. Eso si, no va a ser nada fácil. Vincent parece que ahora tiene habilidades imposibles, Verónica también es una bruja poderosa, aunque Malcolm la tenía controlada de algún modo. Y J.J. tiene todos los recursos monetarios. Ahora bien, ¿qué vamos a hacer, y cómo lo haremos? Dudo que disfrazarnos como repartidores de comida rápida vuelva a colar.-

"No, no pongo en duda que yo... osea los otros yo, hicieramos lo que hiciera falta cuando hizo falta, lo que pudimos... Bueno, ignorando al que se desnudó en la guardería. Solo digo que tiene toda la pinta de que J.J por desgracia ha quedado corrompida... seguramente por culpa de los recuerdos de Malcolm. ¿Cómo se hacía eso de extraer los recuerdos de alguien y ponerlos en otro? Quizás tengamos que repetir el proceso con J.J... ¿quizás debamos borrar el recuerdo del capítulo 6 de Vincent y ella?"

-Verónica es quien pudo hacer eso. Y para hacerlo, hace falta un recipiente que reciba los recuerdos, alguien que no haya pasado por el proceso de traducción y no haya revivido ni una vez. No sé, pudiéramos hablar con Sally... pero ¿no estaríamos cometiendo el mismo error? Cada vez que alguien reciba los recuerdos, podríamos estar creando al próximo monstruo...- Se llevó las manos a la frente. -Necesitamos adn de la persona a quien hay que quitarle los recuerdos también. Tendría que intentar recordar como iba el hechizo, pero dudo que sea algo posible.-

 - Veamos: J.J. tenía motivos para ser una zorra. Malcolm, en el fondo, también era un hijo de puta. Igual que el señor comosellame, el dueño de la empresa. Pero puede que, si los recuerdos pasan a Sally, ella haga lo correcto.

David dudó. Fiarse de una ex-novia era tan... desesperado.

 - No nos portamos tan mal con ella, ¿no?  Bueno, hay que hacer algo, así que, si nadie lo remedia... - anunció, mientras cogía el teléfono - ... voy a llamar a Verónica.

Verónica entonces cogió el teléfono. - ¿Qué quieres David? Banes nos ha dicho que ya habéis terminado de traducir el libro y que por ende ya no te vas a pasar más por aquí. Así que ¿qué quieres de mi? - su tono de voz cambió a uno más pesado. Un suspiró se oyó a través del teléfono. - No me digas que querías despedirte de mí... Por el amor de Dios David, te he rajado el cuello en dos vidas distintas, si aún con eso te caigo bien, es que deberías ir al loquero.

-Ya sé que parece una locura, pero creo que después de lo que hemos pasado, deberíamos conocernos mejor, ¿no?- Dijo David, en su mente mirando nervioso al resto de los Davids. -Me es difícil ésto de borrón y cuenta nueva. Pero estoy dispuesto a intentarlo, y la verdad, me gustaría conocerte. ¿Podemos vernos? Vamos, te invito el desayuno. Con la pensión que nos dará J.J. puedo llevarte a comer donde quieras.-

Suspiró, con pesadez, como solía hacer ella siempre. Aún así accedió. - Nos vemos en la cafetería, en quince minutos. No tardes. - entonces colgó sin dejar responder a David.

- Vaya... Y la convenció. A ver qué haces con esta loca. - digo bufando. 

Ya sin más que decir, espero a que opine el resto. 

 - ¡Eh! - protestó uno de los Davids, al parecer, el mismo que había marcado el teléfono - ¿Por qué nadie me había dicho que Verónica nos había cortado el cuello? ¡Dos veces!  Mierda, si lo llego a saber, no la llamo.

 - Bueno, esperemos que la tercera cita salga mejor que las dos anteriores. El que sepa de qué cafetería habla, que conduzca.

-Se refiere a la cafetería de la empresa, así que, tecnicamente, nos ha invitado ella allá. No estamos rompiendo las reglas.- Sonrió David, divertido. -Bien, a menos que alguien tenga algún plan extra, u otra idea sobre qué demonios vamos a decir cuando estemos con ella, que hable ya. Sino, vamos a ponernos en camino.-

"De hecho, que lo haga en el trayecto. Que piense en vez de hablar. Que nos oimos los pensamientos igualmente. De hecho, deberiamos intentar no hablar solos en presencia de gente. Vamos a coger un taxi. Que lo último que queremos es llegar tarde."

Dicho aquello, David se vistió para salir, y ya en la calle llamó a un taxi para que le llevara a la empresa.

 El David que se sentía "bueno", que sabía que haciendo todo lo que estaban haciendo desafiaban a Vincent y a cualquier otra criatura poderosa en aquellos dominios, seguía a los demás Davids por incercia corporal y por no tener un mejor plan. En realidad, si lo tenía, y era quedarse quietos y felices en su cómoda mansión, escuchando The Beatles y desayunando cereal el resto de sus ideas. Pero ese no era un plan que contentara al resto de sus contrapartes.

 Subiéndose al taxi e indicándole a este que se dirigiera a la empresa, este David se apoyó sobre la ventanilla del auto mirando hacia afuera con expresión de preocupación.

- Tengo un mal presentimiento sobre todo esto, Davids...

David tras pedir un taxi, llegó sin problemas a la empresa, aunque el taxista le miró mal un par de veces al ver como David cambiaba de cara drásticamente, seguramente por escuchar todas las voces de su cabeza y discutir internamente unas con otras.

Al llegar a la empresa, todo parecía normal por allí, incluso entró a la cafetería donde ya estaba Verónica esperándole, con mala cara, eso sí.

Al sentarse... Un escalofrío recorrió la espalda de David, ya que el recuerdo de un pie femenino recorriendo su entrepierna le vino a la mente, concretamente al "David Bueno". Estaban sentados en exactamente la misma mesa en la que sucedió aquello.

¿Se te ha comido la lengua el gato? - preguntó alzando una ceja. - Venga va, dime lo que tengas que decirme. Y espero que dejes de poner esa cara de circunstancia pronto si no quieres que te suelte una buena colleja.

 - Oye, que ya casi te he perdonado por lo de las dos últimas veces: no es necesario que seas borde. He venido a pedirte ayuda, Verónica.

David bajó la voz: temía que alguien (además del resto de Davids) les escuchara.

 - Esto es una locura, y tiene que acabar: tienes que ayudarme a que termine. Sabes que tengo razón: si no lo supieras, no hubieras quedado conmigo.

Al hablar, intentó parecer lo más entero posible, para no tener esa "cara de circunstancias" que tanto parecía irritar a Verónica. Pensó que la chica no estaba mal, pero, dados sus antecedentes, se lo iba a tener que currar mucho si quería tener una oportunidad con David.

Veronica alzó una ceja, sin entender nada de lo que decía. - ¿Mi ayuda? ¿Acabar? Ya has traducido el libro y me has dicho que venías a despedirte de mí. ¿De qué diantres hablas?

Iban a por todas. -Verónica, ¿qué te dijo Vincent de mi? ¿Que les dijo a ti y a J.J.?- Dijo el chico, directo. -Esto es mucho más de lo que pensábamos al principio, pero necesito que confíes en mi. Si te digo que hay alguien que nos controla, que controla tus movimientos y tus decisiones, ¿me creerías? No.. No estamos hablando de Dios, aunque suene a eso. Estoy hablando de que todo esto, toda esta situación en que nos encontramos, fue creada por alguien, alguien que le dijo a Vincent que debía escribir ese libro, y que me seleccionó para ver qué hacía con él. Ahora este "alguien" no quiere que continúe ya, creo que tiene miedo de lo que pueda descubrir si lo leo. Pero ahora estoy atrapado en esta realidad que no me permite ser libre...- La miró a los ojos, sabiendo que sonaba confuso. -Necesito que me creas, que confíes en mi.-