Partida Rol por web

David empezó a registrar por todo el apartamento, encontró varias cosas destacables.

La primera es una foto suya, sí, de David, en el armario del cuarto. Llena de agujeritos por todas partes y con un dardo clavado en toda la frente. Además al rededor de la foto el mensaje "El niño mimado no sabe que es vivir en el infierno"

En la mesilla de noche de Malcom, encontró su diario ¿pero violaría su intimidad y lo leería?

Por último, unos cuantos antidepresivos en el armario/espejo del baño.

Parecía no haber nada más de utilidad en aquél lugar.

Una foto llena de agujeros de dardo... ¿tanto le odiaba? ¿Por qué? ¿Desde cuanto tiempo? Niño mimado... vivir en el infierno... David suponía que se refería a la mansión que había heredado... Teniendo en comparación el piso de mala muerte en el que su amigo... bueno, su antiguo amigo, vivía... ¿Pero era solo eso? ¿Tanto le odiaba solo por venir de una familia más rica que él?

"Más que masoca... creo que soy idiota." respondió a la pregunta que hacía rato le había hecho Vincent. "Quiero decir, míra esto." señaló de la pared la foto suya llena de agujeros de dardo. "Me odiaba, me odiaba de verdad. Y voy yo y lo salvo en otra vida, según tú... y en esta todavía me sorprendo, pero de verdad, que me odiara tan profundamente... Nunca me lo habría creído. Así que si... debo ser idiota. Iluso."

Tomó el diario para leerlo. Quizás así encontraría explicaciones, motivaciones. Un por qué.

Tras leer el diario, David no solo aprendió la dura vida que había tenido Malcom. Nunca había estado con una mujer sin pagar, siempre le iba mal en la escuela por mucho que se esforzaba, incluso en la universidad, que tardó dos años más que el propio David en sacarse el graduado...

Su madre murió de cáncer y su padre, tras la muerte de esta empezó a beber como un cabrón y a pesar de que de vez en cuando lo pagaba con Malcom, el mayor problema fue cuando murió después de un coma etílico. A la tierna edad de doce años tuvo que empezar a buscarse la vida, ya que los servicios sociales estaban saturados con otros tantísimos niños sin hogar que hay por el mundo.

Cuando por fin logró un trabajo estable, el sueldo resultó ser una miseria y permitirle pagar solo el piso tan cochambroso en el que vivía. Pronto dejó de tomar la medicación, ya que como era obvio teniendo todo lo que había vivido, tenía más de un trastorno en la cabeza. Fue entonces cuando, empezó a investigar por la empresa, conoció a la bruja y robó su colgante, el cual permitía a la bruja tener su inmortalidad.

Malcom a pesar de querer usar dicho colgante, pronto se dio cuenta de que este no funcionaba con él, ya que estaba ligado a la bruja, sin embargo esta le habló de un libro que podría concederle lo que más ambiciara, ya fuera dinero, vida, poder... Entonces es cuando logró convencer a todo el mundo de que David sería el candidato ideal para traducir dicho libro. Sabía que el niño mimado sería lo suficientemente tonto para no apreciar el valor de dicho libro y prestárselo a Malcom... Indefinidamente.

Cuando David terminó de leer, se sorprendió de que detrás de aquella sonrisa amable que tenía Malcom, ese hombro en el que siempre llorar y esa persona a la que siempre acudir si necesitabas ayuda, se escondieran tantísimas cosas.

Por si fuera poco con todo aquello, nada más terminar de leer, Sally empezó a llamar al móvil de David. Sally era su exnovia y ahora mismo debería estar en un concierto con el novio de turno...

¿Pero qué? ¿Ahora, hoy, entre todos los días del universo, le llamaba su ex? David tomó el teléfono móvil y contestó. "¿Hola?" Tenían que trazar un plan, como el cómo infiltrarse en la empresa y recuperar el libro... ¡Y claro! ¡Como si fuera a ser fácil y posible! ¡Por supuesto! ¡Sí, claro! ¡Podía 'revivir' tras morir, solo recordando unas frases superútiles dejadas por sus antecesores como 'no te desnudes en la guardería'! ¿Y qué hacía él? Contestar a su exnovia en el móvil. Pero tenía la esperanza de que fuera a ser Malcolm diciendo que se había arrepentido de todos su crímenes y... Nah.

¡David! ¡Socorro! ¡No sé que está pasando, ni por qué Malcom es el dueño de la empresa ahora! ¡Pero dice que si no vienes me va a hacer daño, mucho daño! ¡¡AYUDA!! - gritaba Sally a través del teléfono, entonces se puso otra persona.

David, David, David... ¿No vas a acudir en su auxilio, joven príncipe azul? Tienes una hora para llegar aquí y dejar que... Bueno, acabe contigo. Eres una gran amenaza, al igual que Banes. Así que si te importa Sally, ya sabes que hacer, ven con tu amiguito a la empresa y la dejaré ir. - rió. - Aquí te espero.

¡Ostras, sí que era Malcolm! Pero claro, no había llamado para revelarle su súbito arrepentimiento y conversión, sino para decirle que viniera a la empresa. "Joooder." fue lo único que le respondió David antes de colgar. Era como un auténtico supervillano, la verdad es que daba bastante miedo, especialmente después de leer todo aquello sobre él en su diario.

Miró a Vanes. "Iba a decir que el libro debería estar en la empresa... con Malcolm. Y que fueramos para allá. ...Pues parece que Malcolm también quiere que vayamos. Ha secuestrado a mi exnovia no sé cómo y todo." parecía una película... a David le importaba bien poco Sally (le había dejado por otro a fin de cuentas) pero no era tampoco plan de no ir y dejar morir a una persona, más aún si iban a ir hacia allí... "La cosa se pone chunga... ¿Alguna idea? Ahora es cuando me dices que tienes un helicóptero y nos colamos por la ventana o algo así... uh... no, espera, nos dispararían..." Malcolm había enviado sicarios para matarle, seguro que tenía más de uno atrincherado... Y David sólo era una persona normal, ¡sin entrenamiento militar, ni de balística ni de agente secreto ni nada de eso!

Ehh... - se quedó pensativo. - ¿Vamos y ya improvisamos? - dijo Banes, levantando los hombros. - O podemos huir, bien lejos.

Eso de que cuando te mueres, revives al dia siguiente le abre la perspectiva a uno... "Uuuh... Pues sí. Vamos e improvisamos." se encogió también de hombros. Quiero decir... ¿qué era lo peor que podía pasar? ¿Morirse? Bueno, en realidad, el dejar de revivir sí que era lo peor que podía pasar. Pero Malcolm quizás no sabía eso, ¿verdad? O si lo sabía, más razón aún para ir. Podían huir, sí, ¿pero para qué? ¿Para darle tiempo a Malcolm de traducir el libro y conquistar el mundo? ¿Y que encontrara una manera de revivirle y matarle, revivirle y matarle? No, definitivamente no era bueno.

David y Banes llegaron a la empresa. En la entrada había ya dos hombres con gafas de sol bien negras, un traje bastante caro y un par de pinganillos en la oreja.

Había llegado el momento del gran plan. David no se había visto un montón de películas de acción, sigilo y espías para nada. No había jugado Hitman decenas de veces, cada una de las entregas de la saga para nada. ¡No era un aspirante a escritor de misterio para nada! ¡No había leído tantos y tantos libros para nada! Además, había venido preparado. Se había estado preparando toda su vida para esto.

"Vale, uh... ¿Les tiro una piedra desde la derecha... y tú les disparas desde la izquierda?"

...Vale, ese no era el plan infalible que esperabamos.

David lanzó la piedra, tal como dijo. Los guardias fueron corriendo hacia donde había lanzado la piedra y entonces desde detrás. *PUM, PUM*

Fue muy sonoro, en mitad de la calle y la gente que había por los alrededores no tardó en salir corriendo, gritando y llamando a la policía. Por suerte para el duo, Malcom era un tipo bastante osado y creído, por lo que no habían más guardias en la planta baja, sin embargo la recepcionista no tardó en llamar por ayuda.

El sigilo no era ya una opción, pero al menos estaban dentro del edificio.

Otra vez se le presentó la oportunidad de tomar un arma y no la tomó. Cargarle a Banes toda la responsabilidad de las armas quizás no fuera tampoco la mejor de las ideas. Sin embargo, ¿qué iba a hacer David? Él no sabía ni quitarle el seguro a una de esas, mucho menos apuntar, mucho menos no paralizarse antes de disparar. Estaba convencido de que sería peor ir con arma. "Vale, vale. Estamos dentro. Escaleras." miró a los alrededores, buscando las escaleras, y corriendo hacia ellas. El despacho del CEO estaría en la última planta, como siempre. La intención era correr por las escaleras al primer piso, luego llamar al ascensor para subir al penúltimo, luego continuar por las escaleras al último. Había muchas, muchas cosas que podían salir mal, así que David se vio a si mismo rezando pese a no haber sido nunca demasiado religioso.

Banes seguía a rajatabla lo que decía David, hasta que antes de coger el ascensor, paró a vote pronto, aún en las escaleras. - David, tengo un palpito. Aunque no estoy seguro ¿te importa seguir solo hasta arriba? Aunque si quiere que te acompañe, me quedo. - Banes parecía tener algo en su mente, pero por otra parte, también tenía la pistola. Además ¿dónde demonios iba a ir?

"Normalmente te diría que si... porque eres un tío capaz... Pero uno de mis yoes me dejó como mensaje que no me separara de ti. Mejor acompañame." dijo David negando con la cabeza. Suerte que tenía una excusa para decir aquello, porque en realidad lo que pasaba es que estaba muerto de miedo. Además, ¿qué iba a hacer arriba solo? ¿Aparecer y morir de un balazo de Malcolm? No, no no. Banes se quedaba con él, que para eso era (Banes) el héroe de la historia. "¿A dónde pensabas ir de todas formas?"

Está bien, me quedaré contigo. Iba a ir a la biblioteca... Pero na, da igual, es una tontería. - el plan continuó con normalidad, los dos avanzaron hacia el piso superior, donde nada más llegar, tras abrir las puertas de las escaleras, frieron a balazos a Banes y atraparon a David, el cual lo llevaron hasta el despacho del director de la empresa.

El verdadero director de la empresa, estaba atado y desnudo en el suelo, aunque no tenía la boca tapada, parecía que había aceptado en cierta medida aquello. Por otra parte Malcom estaba sentado en el sillón del fondo, con los pies apoyados en la gran mesa del presidente de la empresa. Sally sí que tenía la boca tapada y estaba de rodillas frente a varios guardias que la apuntaban sin que les temblara el pulso.

Malcom sonrió y empezó a hablar lentamente. - David, David, David... ¿Cómo tu por aquí? ¿Enserio tanto te interesa la zorrita de Sally? ¿O es que sigues buscando recuperar el libro? Pues no lo vas a tener, lo tengo escondido, al igual que a la bruja. Sin embargo sin ti no habría conseguido nada de esto, has sido un buen medio para alcanzar este grandioso fin en el que yo soy un Dios. - se relamió. - Te preguntarás por que no te he liquidado aún. Verás, ya que me has servido tan bien, tengo un trato especial para ti. ¿Qué te parece ser mi perrito? Literalmente, serías como el señor McWagon, desnudo todo el día, cagándote encima y yo riéndome de ti y dándote órdenes sin que te puedas quejar. ¡Es eso o la muerte, tu verás!

Oh mierda, oh mierda. Se le acabó la buena suerte. ¡Normal! Entró como si Vincent fuera El Terminator, y pasó lo que pasó. Les pillaron al llegar arriba, se cargaron al pobre Vincet.... pero no todo estaba perdido. Bueno, quizás para él sí, pero lo importante era hacer caso al consejo de Vincent, el pobre ahora en paz descansara. Dejar un mensaje de provecho para los demás David's, los que vinieran después. Quizás la información más importante que tuviera que dejarle a los próximos David era... ¿¡que el libro estaba escondido en la biblioteca!?

"...No es muy buena oferta esa. Supongo que prefiero morir."

Oh, vale. - comentó en un tono neutro mientras chasqueaba los dedos y freían a balazos a David.

En las noticias se le puso tanto a él como a Banes como horribles terroristas. Malcom al tener tanto dinero no le costo absolutamente nada comprar a los medios, por lo que salió impune de toda aquella situación.