Partida Rol por web

Patrick y Elli se tiran a la piscina. Primero ella, y luego él.

Corre hacia la piscina dejando atrás a su compañero, se tira y vuelve a la superficie colocándose el pelo hacia atrás. Mira hacia su tumbona y ve que su amigo corre hacia la piscina también. Observa como cae y sale sin dificultad alguna a la superficie.

Sorprendentemente la coge de la cintura, y ella, por impulso propio se acerca completamente a él y le rodea por el cuello con sus brazos.

"Ahora que somos amigos, no puedo permitir que te ahogues en la piscina...estamos en la parte profunda sabes?."

-Así que además de un amigo, he ganado a un socorrista personal? Rodea con sus piernas su cadera, lo que la hace elevarse un poco más debido a la altura de él, por lo que simplemente queda sumergida la parte inferior de su cuerpo, dejando los pechos casi al descubierto.

Al salir un poco del agua, sintió algo de frío, por lo que se juntó más a él.

Si yo me he sorprendido de tomarla en mis manos, que ella me rodee el cuello con sus brazos y sentir sus bien torneados muslos en torno a los míos me roba las palabras y el aliento durante un largo momento, en el que me limito sonreír como un tonto, aunque un tonto encantado de la situación.

Amigo, socorrista personal y lo que sea menester preciosa Elli. Quien lo habría dicho, el promotor del viaje tenia razón en lo que decía. Este viaje era el no va mas, al menos por el momento. Acaso no estaba con una mujer que parecía una modelo de Victoria Secret, siendo de lo mas amigables el uno con el otro?.

Me tientas un poco a desear que tengas un leve percance...así tu socorrista personal podría reanimarte...hacerte el boca a boca...el masaje cardiorespiratorio...mi voz se va apagando mientras me doy cuenta de lo que digo y de como mis ojos pasan de sus ojos a sus labios y luego descienden hasta sus pechos, casi apretados contra mi torso.

Huy, me he pasado?. Le sonrío un tanto culpable. No te deseo ningún mal, ni en broma, ni siquiera para poder tener una excusa para besarte.

Lo que le podía gustar estar en esa situación era inimagiable, ya que al juntarse un poco más a él, notó cierta cosa dura entre sus piernas, y eso la estaba poniendo realmente cachonda, aunque intentó disimularlo lo mejor que pudo.

No te deseo ningún mal, ni en broma, ni siquiera para poder tener una excusa para besarte." Creo que era la primera vez en mucho tiempo que un tío en esa situación quería besarla antes que manosearle los pechos.

-Creo que no te hace falta ninguna excusa para besarme, podrías hacerlo ahora mismo o... Sin pensarselo dos veces, le besa en los labios, algo pasional debido a su excitación, apartándose de su boca dándole un leve mordisco al final.

El beso me roba el aliento y el mordisco me arranca un leve gemido, mas para expresar mi excitación que por cualquier dolor que me haya podido hacer.

Vale, desde luego, esto no pasa en la catequesis, no, no pasa. Me relamo los labios, notando su sabor, y dudando entre besarla a mi vez o hacer un comentario. Mejor la beso, y luego, si tengo aliento, ya diré lo que tenga que decir. No hay que perder de vista las prioridades.

La aprieto con mas fuerza y la estrecho contra mi, ahora, sin lugar a dudas, la sensación cálida y mullida contra mi torso son sin duda sus pechos, deliciosamente suaves y que rozan suavemente contra mi. Sus labios son fantásticos, pero el tacto de su pecho contra el mio...inenarrable.

Me distraigo tanto con ellos que casi me pierdo los primeros segundos de mi beso. Casi mejor, porque normalmente soy un tanto torpe y el no pensar en lo que hago hace que todo sea mas facil y fluido. Uno nuestros labios y juego un poco con su lengua, separándome poco a poco de ella cuando termino sin perder el contacto ocular. Me siento tentado de morderla a mi vez, esta claro que a ella le gusta hacerlo, pero podría hacerle daño y quien sabe, quizás la visión de sangre el al agua atraiga tiburones.

Cuando recupero el aliento, asiento lentamente con la cabeza, con mi sonrisa patentada del que esta descubriendo un nuevo mundo. No soy muy bueno con las palabras, pero crees que un ¡Uau!, se aproximaría a lo que ha pasado aqui?.

Elli siente como tras besarle, la aproxima nuevamente hacia él y la besa. Encantada por la idea le sigue el beso, jugando con su lengua, intentando de nuevo morderle, pero esta vez sin conseguirlo.

El ligero movimiento del agua hace que ella se mueva despacio de arriba a abajo, haciendo que sienta cada vez más su miembro entre sus piernas, las cuales se agarran con más fuerza a la cadera de Ryan. Esto le produce tal excitación que sus pezones comienzan a endurecerse, haciendo que sus pechos sean más sensibles, cosa que, tras el roce con su cuerpo, hace que siga excitándose más.

Cuando dejan de besarse, ella le mira anonadada, sin poder articular palabra alguna. 

"crees que un ¡Uau!, se aproximaría a lo que ha pasado aqui?." Sonrojada, asiente y coge aire. No podría nunca haberme imaginado que esta situación ocurriese así de rápido.

El roce de los muslos de Elli contra mi miembro, aunque separados por la delgada tela del bañador, provoca que mi cordura sea puesta a prueba durante un momento. Seguro que si pierdo el control en medio de la piscina, alguien podria notarlo. Claro que en mi caso, perder el control podria ser...tocarle un pecho tal vez...

Con la mano. Que locura madre mia.

Cuando mas la estrecho a ella, mas parece pegarse a su vez. La suavidad de sus pechos se interrumpida por lo que creo que son sus pezones, cada vez mas notorios y casi tan excitados como yo me siento. Nos giro a ambos y apoyo mis antebrazos contra el borde de la piscina, sin dejar que su espalda toque la fria sustancia.

Desde luego, ha sido lo mas rápido he intenso que he vivido nunca. En general, no soy tan lanzado. PEro es que tu mereces la pena Elli. Vale la pena correr riesgos. No se lo que me digo, aunque trato de no decir alguna tontería...como "te quiero", o alguna burrada parecida. Ahora mismo mi cerebro solo recibe una fracción del flujo de sangre normal

Estoo...querras cenar conmigo esta noche en la isla?...tal vez despues de ver las habitaciones tengamos un momento, y tal vez...quieras pasarlo conmigo. Me ha salido un poco "suplica desesperada", pero que le vamos a hacer. Quizas Elli sea lo que me haga falta para tomar confianza en estos asuntos.

Una vez con la cabeza de nuevo en sí, intenta calmarse y respirar más tranquilamente. Se aleja lo más mínimo entre él, pero lo suficiente para que el agua pase de nuevo entre sus cuerpos. Sigue sujeta a él, moviéndose simplemente por el ligero movimiento del agua.

Se deja girar y llevar hasta el borde de la piscina. Allí vuelve a mirarle fijamente y le escucha.

La verdad es que yo tampoco suelo ser lanzada en este tema, todo lo contrario, pero echémosle la culpa al aire de este sitio, tendrá algo que nos hace hacer cosas nuevas.

¿Cenar con él? Yo me lo hubiese llevado ya a cualquier sitio sin gente, pero si le apetece esperar... Eh... Sí, es una buena idea la verdad, si quieres cuando dejemos nuestras cosas en la habitación nos encontramos en la entrada y así vamos juntos.

Espero con la respiracion contenida hasta que por sus labios escucho la confirmación de que podemos cenar juntos, o al menos, pasar un rato tras llegar a la isla. Eso es mucho, sobre todo cuando realmente no esperaba conocer a nadie interesante en este viaje. Cuando se aparta un minimo de mi, me obligo a no seguir con mi cuerpo el suyo. Bastante ansioso parezco ya.

Tengo que reconocer que dejando a un lado el asunto de las fiestas y la posibilidad de conocer a alguien, sonrio encantado de esto ultimo, no me preocupe demasiado de ver lo que ofrece la isla. Supongo que tendrá todas las cosas que se pueden esperar de una isla tropical. Hay algo que te apetezca hacer?.

Trato de no pensar en lo que me apetece hacerle a ella, a un bol de fresas y a un pobre bote de nata bien fria. Ni siquiera se de donde ha salido esa idea...

Habia sido un año horrible. Esto de ser profe sustituto no era lo mío. Debería haberme colocado de monitor de gimnasio cuando acabé la carrera de educación Física, pero claro...tantas mujeres en mallas y tops no era algo adecuado para mi...problemilla.

Así que necesitaba este fin de semana para mí. Para perderme en esa puñetera isla y no dar explicaciones a nadie.

Enfundado en un bañador me paseo por la cubierta del barco saludando a la gente con la que me cruzo y con una copa en la mano..¡esto es vida!

Me acomodo en una tumbona desde la que observo como la gente está ya en plan de fiesta. A mi lado hay una chica morena en otra tumbona.

Hola, me llamo Gabriel. Pinta bien la fiesta ¿eh?

Sami se estiró en su tumbona, desde la que tenía a todo el mundo a la vista. Desde allí vió cómo un nuevo jugador entraba en pista y se dirigía a la morena. Era una pena, porque Sami le había echado el ojo al pasar frente a ella pero, bueno, aquello era un crucero del amor, no tenía prisa por encontrar... compañía.

Se puso las gafas de sol y relajó su cuerpo mojado, dejando que se seque al sol mientras, escudado por las gafas, se dedicaba a cotillear las conversaciones de los demás.

Esta vez sí que se soltó de su cadera y se puso frente a él moviendo levemente brazos y piernas para mantenerse a flote.

-Así que lo que más te interesó fue eso ¿eh? Soltó una risa estúpida y siguió manteniéndose a flote mientras pensaba en cómo sería la isla, era de suponer que tendría una playa de arena fina y blanquecina, con aguas de color claro, poco profundas, palmeras, una hamaca entre ellas..

El hotel o estancia sería como pequeñas cabañas individuales con vistas al mar, o a la piscina, seguro que tenía piscina... Aunque bastante estaba ya ella en remojo ahora.

- Me apetece cenar contigo, y luego ya improvisaremos, seguramente haya mil sitios donde... Bajó bastante drásticamente el tono y susurró casi de manera imperceptible un "escondernos", aunque rectificó rápidamente -Mil sitios donde pasear, seguro que la playa es privada y enorme, habrá que hacer cuidado para no perderse y desaparecer.

Dicho esto, se acercó a él despacio, acarició su torso bajo el agua con una mano, parándose justo donde empezaba el bañador, le guiñó un ojo, se apoyó en el borde de la piscina y de un leve impulso salió del agua sentándose en él.

-Me vuelvo a la tumbona, si quieres algo, ya sabes donde estoy. Esta vez pasó su mano por uno de sus hombros, acariciándole éste y se marchó con una sonrisa, llegando a la tumbona y cubriendo su cuerpo con la toalla.