Parecía que el bueno del Castellano se portaba bien con estos aldeanos. Cosa que me sorprendió. Cuando Sir Flaín decidió marcharse, volvimos al campamento a esperar la vuelta de Sir Cadwallón, deseando que hubiese conseguido encontrar a su presa.
Una vez todos reunidos en el campamento, miro a mis amigos. Bueno, no hemos descubierto nada que no supiéramos. ¿Alguna idea?
Una vez en el campamento, Sir Cadwallon nos cuenta su derrota en la persecución. Mucho me temía que iba a pasar eso.
- Pues no se, Sir Flaín, parece que nuestro Castellano es un buen hombre y que envía a caballeros por aquí para salvaguardar a los aldeanos. Cosa que me extraña. ¿Que más podemos hacer por aquí más que esperar a que venga el perseguido de Sir Cadwallon?
Sir Cadwallon no pudo por menos que estar de acuerdo con sus compañeros. - Poco podemos hacer, amigos míos. Quizá estamos siendo en extremo desconfiados al pensar mal de Sir Portius. Quizá es un buen caballero y no esconde doblez o falsedad - Se encogió de hombros. - Y, en cualquier caso, poco podemos hacer sino esperar a que vuelva. Mientras tanto, estemos preparados para cualquier eventualidad, pues no se nos debe escapar que estamos en territorio fronterizo y eso siempre es motivo de peligro.
Pueeees... esperamos a que vuelva Sir Portius en un par de días, ¿no?
Lo suyo sería entrenar junto a los escuderos para que no holgazaneen por la zona y no nos pillen por sorpresa en caso de ataque.
La noche trascurre sin novedad, y el dia amanece igual. El despertar del campo y de sus moradores os despierta tambien a vosotros. los aldeanos van a lo suyo, y los guardias tambien, informandoos, de que no ha habido novedad en la guardia de la noche. De hecho tampoco ha habido novedad en el resto de las guardias.
Uno de ellos, el de más experiencia, el veterano, y el que ejerce como lider no oficial, os pide permiso, para desalojar a algunas familias de las chozas, y ocuparlas ellos, porque prefieren pasar la noche a refugio.
Sir Portius aun no ha llegado, asi que os toca tomar la decisión a vosotros.
¿ que respuesta le dais los 3?
Observo a mis compañeros. No sé si ellos pensarán como yo, pero no creo eso oportuno.
Son plebe, pero plebe fronteriza. Nos conviene su lealtad. Pero también tenéis razón, no está bien dormir al raso.
Una choza, o dos, no tardan mucho en hacerse. Y unos montones de heno son una cama perfecta, bien preparados con algunas mantas. Seguro que, entre todos, aldeanos y soldados, acabais enseguida. Yo me ofrezco a ayudaros en esa tarea.
Posteriormente, esas chozas podrían servir a dos nuevas familias que den más vida a esta aldea. Sería bueno para vosotros, que rompéis la rutina y conseguís un cálido hogar, y bueno para la aldea. Miro a mis compañeros. ¿Vosotros qué opináis?
- Confío en vos a la hora de saber cómo tratar con los plebeyos. - dijo Sir Cadwallon, mirando a los soldados. - Pues en muchas ocasiones anteriores habéis dado muestra de conocer bien su pensamiento y necesidades. Así que si creéis que será mejor que se construya un alojamiento para la soldadesca, por mí me place apoyaros. Sin embargo, - añadió, mirando al caballero con un gesto signficativo. - ¿no creéis que poneros a trabajar construyendo una choza de campesinos es algo... poco apropiado para vos? - El tono del de Catterick no dejaba lugar a dudas de que consideraba un error que Sir Flaín se rebajase a trabajar con sus manos.
Niego con la cabeza.
- No creo que nuestros soldados merezcan la tarea de construir una choza, pues quizás no estemos aquí el tiempo suficiente. Que desalojen alguna ya construida y que sus propietarios se acomoden en otro lugar. Es el derecho de la soldadesca. - Miro a Sir Flaín por su ofrecimiento. - Rebajarse a tal ofensa... si ya me parece un error para los soldados, imagínate para vos.
Niego con la cabeza a ambos. Actuais exactamente igual que los que vilipendiaban a mi padre por acciones como esta. Pero nunca ningún plebeyo dejó sin pagar sus impuestos ni ocultó parte de su cosecha, y todos siempre estaban prestos a coger sus armas en defensa de mi padre.
Me inclino de hombros. No se tardan más de unas horas en construir un par de cabañas y son un buen ejercicio para los soldados, que no olvidemos de donde proceden*. Pero vosotros tenéis más experiencia que yo, así pues será lo que digais.
* me permito recordaros que los soldados de rango bajo eran plebeyos que habían conseguido superar las pruebas físicas impuestas por los distintos señores. Solo los mandos eran hijos, desde bastardos hasta de poca generación, de nobles. Por tanto, la acción no sería indigna para ellos, igual sí para mí pero no para ellos.
Cadwallon frunció el ceño. - No me habéis escuchado con atención, mi buen amigo. Pues os he apoyado en vuestra idea, y solo os he conminado a no participar en la construcción de esas cabañas vos mismo, pues ese no es trabajo apropiado ni digno para un caballero, y supondría una mancha en vuestro honor. - Recordó cuando, en Salisbury, el joven Sir Flaín tuvo la idea de propagar rumores sobre su bastardía; pareciera que el caballero no tuviera reparos en mancillar su honor, pero si su atolondrada cabeza le llevaba por esos derroteros, no sería porque él no se lo advirtiera.
Vos sí, sir Cadwallon, pero sir Loren ha rechazado completamente la idea por no ser apropiada para soldadesca. Admito que mi juventud puede haberme llevado a hacer una propuesta poco digna para mí, y por tanto declino participar en dicha construcción, pero sigo apoyando la idea de construirlas nosotros mismos.
Perdón por saltar a Loren, quería aclarar esto.
Resoplo indignado.
- Yo no los mandaría, y mucho menos iría yo. Pero puedes hacer lo que quieras.
Estaba claro que aquel Caballero no se sentía identificado por su nobleza. Mancharse las manos para construir una cabaña... jamás he visto algo tan indigno.
- El verdadero problema es que en este pueblo no haya un caballero residente en cuya casa fortificada pudieran dormir los soldados, y nosotros mismos. - dijo Cadwallon, tratando de buscar una solución al problema. - En Catterick es lo habitual, pero entiendo que este es un pueblo fronterizo y por tanto habrá que adaptarse a lo que tengamos. Venid, Sir Flaín, hablemos con los labriegos y busquemos una solución a este problema. - Probablemente era buena idea alejar a Flaín de Loren en estos momentos. - Ya que no podemos hablar con un caballero con autoridad, encontremos a los ancianos del lugar, pues alguien tendrá que ejercer la autoridad en esta aldea. - En la experiencia de Cadwallon, no existía un lugar en el mundo en el que no hubiera un líder, ya fuera noble o plebeyo.
Flaín, ¿buscamos al jefe del pueblo? Alguno tiene que haber, y puede que encontremos una solución hablando con él (o, cielos, con ella).
Observo la reacción de Loren, pero no la comparto. Ya dije que yo no participaría en la construcción, pero a él no parece bastarle eso. Iba a responder cuando interviene Cadwallon.
Le miro y mi mente fría se da cuenta que es lo mejor. Proseguir en esta línea solo puede llevar a un enfrentamiento con Loren, y eso no nos conviene.
Aún es de mañana, pero preguntemos dónde encontrarlo y hablemos con él. Creo que apoyará mi idea de una cabaña como la mejor solución.
Partimos, Cadwallon y yo, a buscar a quien sea el líder.
- No pienso compartir con vosotros esta tarea. Haced lo que queráis.
Digo mientras los veo como se alejan.
- Debéis perdonar a Sir Loren, - dijo Sir Cadwallon, cuando el caballero occitano ya no podía oírles. - pues es hombre impetuoso y muy celoso de las prerrogativas de los nobles. Pero es leal y valiente, y me entristecería que os enojarais con él por lo que no deja de ser una cuestión menor. - Sonrió, conciliador. - Y vos, aunque sabéis que os tengo aprecio y que valoro cómo sois capaces de empatizar con el pueblo llano... tenéis que comprender que hay tareas que están por debajo de la dignidad de un caballero. Hay quien nació para trabajar, quien nació para rezar y quién nació para luchar y dirigir a los hombres. Es el orden natural de las cosas. - La última frase la dijo con la gravedad de una sentencia irrefutable.
Lo comprendo, sir Cadwallon. Reconozco que mi oferta inicial no estaba para nada justificada. Pero sacar gente, aunque sean plebeyos, de sus casas existiendo una opción viable... Lo siento, con ello no comulgo.
Suspiro. Debí haberle hablado de otro modo, ¿verdad? A veces soy impetuoso, no puedo evitarlo, y me apena sobremanera si por algo como esto sir Loren se hubiera enfadado. Busquemos al líder, será lo mejor.
Gracias por todos vuestros post.
necesito una respuesta clara y sencilla de comprender por mi parte ¿ que hago?
Por nuestra parte, buscamos a quien parezca el líder de la aldea para plantear el problema y mi posible solución, por ai se le ocurre otra. Loren no sé qué hará.
Sí, lo que dice Flaín