Partida Rol por web

Ya un poco más sobria ve con asombro como ese enorme orco escupe un salibon verde del tamaño de su pie, al instante ve a Ruhnan escupir también a que están jugandoooo yo juego también!!! Con esto en mente Anara reúne con todas sus fuerzas todo lo que tenía en sus fosas nasales y tratando de imitar los gestos del orco suelta su escupitazo que no logra salir del todo y le toca inclinarse para que no le caiga en sus zapatos.

Después de llegar al mostrador y escuchar a la semiorca intenta subir repetidas veces sin lograrlo, Soyonan tras ver su frustración llena el formulario por ella 

-Aquí mismo señor Valinor, solo basta que rellenen un cuestionario suplementario para acceder al torneo con sus habilidades con la espada , hechizos aprendidos, etc para medir su capacidad tipo curriculum*1 y el grupo mas apto sera seleccionado tras un reconocimiento previo de que dichas habilidades son ciertas por nuestros técnicos*2. Bueno pues ya esta todo listo, les avisaremos por mensajero en ambos casos, muchas gracias por su visita , que tengan un buen dia

Una vez terminado, dais una vuelta por la ciudad para conocerla y acabar los pocos recados pendientes para hacer tiempo entre que sois llamados

- Bueno, pues ya tenemos papeles. - digo con mi sempiterna sonrisa - Quiero darme una vuelta por la ciudad. Nada me produce más satisfacción que predicar la palabra de Gond allá donde voy, y esta bella ciudad, punto de encuentro planario, es perfecta para ello. - con expresión inquisitiva, meso mi perilla mientras continúo hablando - Lo cual me indica que quizás no soy yo el primero que ha venido aquí con esas intenciones. Así que quiero ver si hubiera algún templo a mi dios en este sitio. Y si no lo hay... quizá es hora de que lo haya, ¿no?

- Ahora bien, ¿por dónde podría empezar? Quizá lo más fácil sería buscar gente que ya siga la senda de Gond sin saberlo. Quizá algún artesano conozca si hay algún templo del Hacedor de prodigios en la zona.

Mirando el mapa de la ciudad que tenemos, me dirijo al gremio de artesanos más cercano, invitando a mis compañeros que me sigan si no tienen nada mejor que hacer.

Ruhan, si gustas te acompaño, cuatro ojos pueden ver más que dos, espero que descubramos algo interesante sobre esta ciudad durante nuestro recorrido. - comento mientras recuerdo mis propias correrías por Cormyr junto a los Dragones Púrpuras y al cuerpo de Magos de Guerra, las incursiones en la infraoscuridad y las múltiples luchas contra los drow.

Vaya ciudad para variopinta. 

Dirigiéndose a sus compañeros dice ya que estamos oficialmente en el gremio de aventureros porque no tomamos una misión dentro de la ciudad y así ganamos algo de oro mientras la conocemos al parecer los tragos ya se le habían pasado dejando una leve resaca nunca está de más algo de oro extra, se ríe para sí misma mientras espera la respuesta de sus conoañeros

- Pero Anara, ¡si nos acaban de decir que ya nos llamarán! Jajaja - respondo a la mediana con una carcajada - Aunque te entiendo. Veníamos aquí para obtener un poco de acción, y nos ponen a rellenar papeles. Como tengamos que rellenar alguna otra cosa más hoy yo tampoco voy a prestar mucha atención. Al fin y al cabo somos aventureros, no escribas.

Escucho a mis compañeros. Me encojo de hombros.

-No tengo nada mejor que hacer, la verdad. Os acompaño, a ver si por lo menos me entretengo. Y a lo mejor alguien nos atraca y tenemos algo de diversión. Estoy oxidado de tanto tiempo en el barco.

Miro a nuestra pequeña compañera mediana. -¿Y que tal estás? Mejor?

El sol le hacía bajar la mirada mientras se colocaba una mano en la cabeza ya al menos hablo bien jejeje que pena por él espectáculo suelta un suspiro de lástima por ella misma pero la resaca es otra cosa guahhttguuaa en ese momento las copas de vino se vieron esparcidas en la calle

Mira a Soyonan sonrojada y dice parece que no tan bien como pensaba. La pequeña halfling antes bastante inquieta e hiperactiva ahora estaba muy tranquila y callada.

Al parecer alguien se pasó de copas, pues bien pequeña Anara, tengo algo que decirte. - digo bajando mi voz casi a un susurro, mientras me acerco a su rostro.

¡¡¡POR CORMYR!!! Mira eso. - grito de pronto mientras señalo hacia el cielo. - Que día más hermoso.

Creo que después de esto no volveras a embiriagarte. - pienso mientras veo a la halfling lidiar con el dolor de cabeza que le genera la reseca junto a mi súbito grito. 

Mira Ruhan este sería un lugar perfecto para tu nuevo templo, un lugar cómodo y hospitalario donde las personas de bien puedan rendir a culto a Gond, lejos de los bares y antros de perdición.

La pequeña Anara pese a tener dolor de cabeza , estaba en lo cierto y corrigio a Ruhnan , ya que si seguian el consejo del bardo les quedaba por ir al gremio de mercenarios a apuntarse como vigilantes de distrito para estar entretenidos y de paso hacer algo por la ciudad, el sistema fue el mismo que cuando se apuntaron al otro gremio, papeleo que rellenar y ya les llamaremos

Aedificem mostro previamente interes por el gremio de alquimia y tuvo que cumplir los requisitos y pagar la cuota*1. Tambien fue preguntado por si adicionalemente queria pertenecer a la hermandad de alquimia u a otra hermandad y tambien fueron invitados los demas miembros del grupo

Respecto a Ruhan  su compañera halfling le ayudo a buscar pues no era comun gente de su religion en este plano y si encontro a un sacerdote retirado que profesaba su fe que estaria encantado de erndir culto su fe si el se encargaba de financiarlo, pagando el inmueble y la decoracion del templo a Gond y recibir el retorno de la inversion con el tiempo , pudiendo el mismo oficiar misa mientras el Ruhan esta de aventuras

- Aaaahhh, vale, vale, llevas razón, Anara, llevas razón. - digo palmeándome la frente - Aunque si te digo la verdad no estoy muy cómodo apuntándome como "mercenario". - hago el gesto de las comillas con las manos - Ya he visto a mercenarios actuando como matones al servicio de señores de la guerra, y no estoy dispuesto a hacer eso. Pero si puedo declinar las ofertas de trabajo que me lleguen, no tengo ningún problema.

En la sede del gremio de mercenarios le pregunto al responsable si podemos rechazar ofertas en base a ideales. Le hago ver que mis intenciones no son hacer de "músculo" para ningún señor malvado, ni nada por el estilo. Si están de acuerdo con eso, no tengo ningún problema en apuntarme.

Después de que Aedificem encontrara un gremio de su preferencia, Anara me echó una mano preguntando por algún religioso de mi dios. La verdad es que la mediana tiene un pico de oro. Todas las birras a las que tuvo que invitar a los parroquianos para soltarles la lengua corrieron de mi bolsillo, incluso alguna otra para ella en agradecimiento. Así, al fin, encontramos a un sacerdote de Gond, ya retirado.

- No sabe lo que me alegro de encontrarle, padre, que el Hacedor de prodigios sea con usted. - le digo con una sonrisa al sacerdote - Ya pensaba que me tocaría empezar todo desde cero. Acepto de buen grado su oferta, aunque desgraciadamente ahora mismo me es imposible costearlo, pues sólo cuento con unas 50 monedas de oro en mi bolsa. Pero tenga por seguro que si mis aventuras me la llenan, la vaciaré en esta empresa. ¿Quizá lo mejor sería empezar alquilando algo? Porque creo que voy a tardar mucho en poder costear un templo por mí mismo, tal y como está el mercado inmobiliario. Aunque bueno, hablo del mercado en los ahora lejanos Reinos, jajaja. - otra carcajada adereza mis palabras. La verdad es que sienta de fábula encontrar alguien tan cercano, con tanto sabor a casa.

Le digo al sacerdote que aún no tengo ni siquiera alojamiento fijo en la ciudad, pero que me he apuntado a un par de gremios de aventureros y mercenarios, que si me necesita para cualquier cosa quizá allí puedan decirle donde estoy si fuera necesario.

Por mi parte puedo pasar el resto del día hablando con mi colega. Si el resto de compañeros no tienen más que hacer les invito a unirse a la tertulia, aunque debo avisar que habrá partes que no serán muy interesantes. Le saco conversación al sacerdote sobre sus habilidades de artesanía, le hablo de las mías, sobre lo mucho que me gusta el olor de la forja, y le muestro los patrones y las primeras piezas de mi próximo proyecto: una cerradura completamente funcional con su llave forjada a medida. Aún no soy lo suficientemente hábil como para terminarla, el engarce de los mecanismos se me escapa todavía, pero sé que Gond me terminará por iluminar con su conocimiento.

El resto del día lo paso con mis compañeros, visitando unos y otros gremios y hermandades y enterándome de condiciones para ingresar. Aunque alguna podría interesarme, todas tienen un precio para ingresar, precio que ahora mismo no me interesa pagar. Y no busco esposa ni fiestas sociales.

Cuando finalmente Ruhnan encuentra al clérigo de su fe, la conversación se torna aburrida, pero permanezco con ellos, callado y pensativo. Pensando en mis asuntos. En mi pasado. Como ha cambiado todo desde que hui de la aldea. Me ha ido bien, pero espero que me vaya mejor y poder desentrañar los secretos que se ocultan en mi pasado. A lo mejor, algún día descubro que le pasó a mi madre y , si está viva, puede que la encuentre. O que descubra quién es mi padre.

Cuando me doy cuenta, la conversación sobre clérigos, dioses, templos y demás cosas que no me importan demasiado ha finalizado con una promesa de financiación.

-Emm perdonad que me inmiscuya pero, ¿Daría dinero el templo? Si es así, puede que me interesase invertir algo.

Siguieron hablando cuando empezaron a hablar de artesanía. Eso ya es otra cosa. Examiné el proyecto de cerradura, no entiendo mucho de eso pero al menos era interesante.

-Yo hago joyas. Tal vez, si algún día pones esa cerradura en un cofre, podría adornarlo con bonitas joyas y ribetes de oro.

Así, con una conversación insustancial pero agradable, pasa el día.

Después de Llevar a  Ruhnan con el sacerdote y tras cabecear varias veces por la conversación tan amena que mantenían, decide salir en busca de Aedificem. El calor de la ciudad era insoportable sobretodo para ella porque el resplandor del suelo más la humedad del aire la tenían sudando hasta por los ojos y tras caminar y caminar al fin llega donde su amigo quién casualmente se estaba tomando algo, de un salto cuál fiera se abalanza sobre su presa le arrebata lo que se estaba tomando para tomárselo ella de un trago no sé que era pero estaba muy bueno gracias!!!

intento ayudarle con lo del gremio y hermandad de alquimia pero fue inutil, por más que preguntara y pese a que le contestaban no entendía ni papa de lo que le hablaban. El no poder ayudarlo la hizo enojar y pasó el resto del día con cara de puño al lado de el.

Tras mi intento fallido de aumentar la jaqueca de Anara, paso el resto del día acompañando a mis amigos, aunque me mantengo fuera del templo, dado que los dogmas del benevolente hacedor no iban muy acordes con mi formación militar,  más dada a destruir las cosas que a repararlas.

Al igual que Ruhan yo tampoco me sentía muy cómodo con lo del gremio de "mercenarios" después de todo estaba acostumbrado a luchar por causas más grandes que el dinero, pero igual firme la solicitud sin poner peros.

- Pues no lo sé, la verdad. - contesto a Soyo - No entiendo mucho de finanzas, y he visto muy pocas veces un templo en los Reinos con problemas financieros. Pero sí es verdad que mi idea no es ganar dinero con él, sino expandir el dogma del Señor de todos los herreros. - una sonrisa se dibuja en mi cara mientras miro al infinito - Sueño con un lugar en el que chavales con talento pudieran perfeccionar sus habilidades haciendo lo más bonito que cualquier ser puede hace: crear cosas. Me gustaría que los posibles beneficios que diera el futuro templo se emplearan en este tipo de cosas. - vuelvo a mirar a Soyonan y me rasco la parte de atrás de mi cabeza libre de pelo - No te puedo asegurar que saques mucho dinero de esto, lo siento.*

Mis cejas se alzan en gesto de alegría y asombro cuando Soyo nos cuenta sobre sus aptitudes - ¿En serio? ¡Eso es maravilloso! Admiro bastante ese tipo de trabajo, ¡yo sería incapaz! Tengo los dedos muy gordos, al primer martillazo partiría la piedra preciosa que estuviera tallando, jajajaja. Lo bueno de las joyas es que tienen una belleza que todo el mundo puede apreciar, y eso es precioso.

Pienso en lo que me dice el clérigo.

-Bueno, no pasa nada, sólo ví una posible inversión. Entonces os dejo a vosotros la cuestión del templo.

Al ver como se le iluminaban los ojos al hablar de mis capacidades artesanas, hinché un poco el pecho.

-Es una pena que no tenga ninguna joya tallada por mí ahora mismo para mostrarte. Por ahora hago pequeños trabajos sencillos, pero creo que con el tiempo podré ir mejorando. Algún día podríamos hacer ese cofre y, con la ayuda de Aedificem, convertirlo en algo mágico.-Digo pensativo, imaginando como quedaría, que capacidades se le podrían poner,...-Los adornos para armas también están bien y no han de ser tan elaborados, si no que tienen que ser bellos pero resistentes...

Así continúa la conversación...

Tras el tiempo y las pruebas pertinentes sois elegidos al ser los extranjeros mas capacitados recientemente y eso os pone muy contentos, os dice que vayais a Lernea una subisla donde se celebra y vais en barca 

1. El banquete de apertura
Por delante se puede ver la tierra; Una isla grande y rocosa. Alrededor de ella es una niebla ligera que parece separarla del resto del mundo. Hay algo diferente en la isla que no se puede fijar. Es una isla extranjera, una isla alienígena. Es una isla de leyendas y héroes. ¿Qué clase de gente pudiera haber construido esas espléndidas estructuras en las montañas costeras? Finalmente has llegado a Lernea en Achea

Los jugadores no tendrán ningún problema para adejar su barco en la playa cerca de la ciudad, y una vez que lo hacen y se encuentran atrapados en medio de un gran desfile en la celebración de los juegos. El desfile va desde el puerto y los escalones de la Acrópolis hasta el palacio real. Hay más de trescientos Alcaldes que participan en el desfile, la mayoría de ellos cantando, riendo y tocando instrumentos musicales. Si a cualquiera de los Acheans se les pregunta dónde van o por qué, no dudarán en responder alegremente. Si los jugadores preguntan cómo pueden competir en los juegos se les indica el camino

Observo el desfile desde un segundo plano. No me gusta mucho ser el centro de atención. Y sin embargo aquí estoy. Siendo el centro de atención.

Al primer Achean que pasa le pregunto:

-Perdone usted, ¿A dónde van? ¿Qué es lo que ocurre? y, ¿Podría decirme a dónde ir para participar en los juegos?

Una sonrisa se dibuja en mi rostro mientras ayudo a remar. El olor a mar inunda mis fosas nasales, trayéndome recuerdos de casa. Este ambiente sería perfecto...si no fuera por la arena. Siempre que tengo que aventurar a través de playas se me termina llenando la armadura de arena, con lo difícil que es limpiarla. Pero bueno, qué se le va a hacer.

La silueta de la isla no tarda en dibujarse en el horizonte. Grande, rocosa, rodeada por niebla. Dirigimos la pequeña embarcación hacia la playa más cercana a la ciudad, y saltamos a tierra. La sensación me asalta justo al tocar suelo.

- Hay algo raro aquí. Como si... - miro a los lados con el ceño fruncido, buscando algo que no sé ni describir - como si esto estuviera más lejos de lo que parece. - vuelvo a sonreír y añado - Igual es que me he mareado en la barca, no sé.

Cuando llegamos a la ciudad comprobamos que hay un desfile en marcha. - ¡Anda! ¿Será esto por los juegos? - pregunto divertido, mientras intento seguir el ritmo con las palmas, logrando llevar el compás con soltura.

Cuando Soyo se acerca a uno de los ciudadanos para preguntar, miro al Achean mientras sigo haciendo palmas y moviendo la cabeza al ritomo de la música, con una amplia sonrisa en la cara.

Mientras sigo a mis compañeros a través del barullo no puedo evitar tomar nota mental del variopinto grupo de persomas que veo en la calle.

Al parecer el festival era algo de suma importancia para el pueblo, por lo tanto, es una excelente oportunidad para conocer mejor las costumbres del lugar y a su gente, así como para forjarme un buen nombre en este plano.

Muy bien a disfrutar del festival y a dar lo mejor de nosotros en las pruebas. - digo mientras sigo caminando con mi grupo hacia el lugar indicado por los lugareños.