Partida Rol por web

Nunca visteis a helena, en tan desenfrenada carniceria , como si estuviera en una orgia de carniceros , saja al gigante ual vaca y le corta los tendones . Sin duda ella o su espada deberian llamarse por el grupo matagigantes o destruye gigantes , pues, pone en apuros una pequeña guerrera a alguien que mide mas del doble de ella y mucho mas que el ladron que solo hace 7 de daño frente a 90 de la luchadora aguerrida

El gigante grita , Parad, sea lo que sea que querer pequeña mujer yo comerciar por mi vida

Fin del combate se rinde  

Cuando el Gigante hinca las rodillas en el suelo, pongo mis espadas en torno a su cuello para acabar la faena, pero entonces pide clemencia. Me quedo en esa posición, con las espadas en su cuello, la bastarda por delante y la corta por detrás, haciendo que sienta el filo contra su inmenso cuello.

-¿Que os parece? ¿Le dejamos con vida? Sólo queremos que os vayáis de aquí- Le digo al gigante.-Pero si nos ayudases además con el dragón...

Me quedo mirando a mis compañeros. No me gustaría acabar con él, al fin y al cabo no ha hecho nada a nadie que sepamos. No sé porqué últimamente no mato a ningún enemigo. Las medusas, acabaron siendo amigas nuestras. El espectro enano nos venció. El bicho gigante de la caravana consiguió huir. Y ahora no me veo capaz de matar a un gigante que podría aplastarme con un puño porque pide clemencia. ¿Me estaré haciendo vieja?

El encapuchado rojo permanece en silencio.

SI pudierais verlo, lo veriais tenso. Como si una fuerza quisiera apuñalar y terminar con la fuente del terror, mientras que la otra pensase en defender la vida que justamente se ha rendido.

Quien calla, otorga. O eso dicen.

La estratagema de Helena fue comprendida por la maga enseguida. No les interesaba lo más mínimo acabar con una vida si no era necesario o en defensa propia, aunque no estaba muy segura de que John pensase igual. Aerith sopesó todos esos pensamientos mientras esperaba una respuesta por parte del gigante, si es que entendía los motivos de Helena para dejarle con vida.

- Escucha, gigante. Solo queremos que vuelvas de donde viniste y dejes de molestar a nuestro amigo, usurpando su territorio y guarida. - Dice señalando a un rezagado gato volador. - Además, también estamos buscando a su majestad el Rey Ivol Lareth II, no se si te suena. - Preguntó algo irónica. - Basta con que sepas que es humano y que no debe andar lejos de estas montañas. Y también tenemos un problema añadido, como dice mi amiga Helena... - Señala con la mirada a la guerrera del grupo.

Bajo la espada un poco desilusionado, el combate parecía más peligroso de lo que termino siendo y el pobre gigante no dio más batalla que los cinco de la caverna. Recodad que tiene amigos, puede que este ganando solo tiempo. La prudencia es la mejor amiga del aventurero. Pienso para mi mientras me acerco al grupo, y echo un vistazo a los alrededores.

Fui a comentar algo sobre lo mala idea que me parecía que cuatro aventureros mal pertrechados hiciéramos frente a una criatura tan poderosa como un maldito dragón rojo, pero eso parecería cobarde y jure proteger a este grupo hasta que terminara su misión... Y si esa misión pasa por matar un dragón, ¡Sera mejor que se prepare!

"Yo decir a mis amigos si quererme irse , vosotros quedar cueva"

Dice con voz ronca el gigante, entre sus gigantes dientes llenos de sarro . Asi que los heroes para comprobar que es asi pasan la noche con el angelical y dulce gato volador sonriente y jugueteante durante toda la noche mientras celebran su gran victoria con vino pensando que si ganaron asi de facil un gigante , un dragon no podria ser mucho mas dificil y tendria grandes tesoros, asi que se durmieron soñando con ser cazadragones

El encapuchado rojo, en su versión poseida, escucha esas palabras del gigante, y le cuesta -mucho- el no clavarle las dagas en los ojos, y escarbar desde ahi hasta la sesera. "Y este... ¡citando a la Aida!" piensa.

Como sea, finalmente relaja las espadas, y vuelve a tener su aspecto bobalicón y asustadizo de siempre
"Socorrito ¿Me he perdido algo?"

Las palabras del gigante no pasaron desapercibidos, tampoco, por la maga del grupo. - ¿Desde cuando un gigante se comporta de esa manera? Tal vez sea el miedo a enfrentarse de nuevo a nuestra cólera lo que lo hace retroceder... - Pensaba interiormente Aerith.

- Espero que, pese a las palabras de ese gigante, realicemos guardias. No creo que ese tipejo sea muy de fiar. Espero que no vuelva con sus amigos ogros. - Recomendó al grupo.

Comparto la preocupación de la maga y por ello realizo una rápidas plegarias antes de irnos a festejar y dormir para terminar de curar mis heridas, las guardias transcurren sin problemas y vuelve a brillar el sol sobre las montañas donde nos encontramos.

Pongámonos en marcha, cada momento que pasa vuestra misión se convierte más en una recuperación que en un rescate. Dije en un tono más serio del que pretendía, termine de recoger el equipo y espere al resto del grupo para emprender la marcha.

Los heroes remprenden el camino. tras despedirse de su amigo el gato volador

Has llegado a un punto donde relativamente seguro en la montaña, sin una amenaza aparente de la montaña o sus habitantes. Cuando os deteneis para tomar un largo tiempo de descanso, escuchais un ruido como de trueno, y una voz familiar que ruge rugiendo. "¡Tú! Arruinaste mi diversión. No me gusta que me frustren. Y pagarás caro por haber echado a perder mi diversión. Me asegúrare de que mi disfrute con los aldeanos, sea con vosotros.

Es posible que las PJ hayan escapado de Tarcoloss la primera vez pero ahora están en su territorio y guarda rencor. Tarcoloss se encuentra en una de las montañas cercanas y periódicamente revisa su dominio. Tan pronto como ve las PJ, ataca.

Con la cara desencajada y sin poder moverse, la transmutadora miró, girando su cabeza lentamente, hacía sus compañeros que se encontraban igual o más sorprendidos que ella misma.

- Estoooo... Chicos, es el dragón del otro día.... - Murmuró atemorizada, como preguntando a los guerreros que iban a hacer ante semejante desafío.

El encapuchado rojo tiene claro que es lo que quiere hacer

Miro al cielo y frunzo el ceño, mientras veo como mis compañeros casi entran en pánico, uso mi favor divino para activar mi aura de valor y reconfortar a mis compañeros. ¡Tu, encapuchado! Digo señalando a nuestro querido compañero. Busca algún sitio donde refugiarnos del dragón o al menos que no pueda usar su vuelo con facilidad. Si la lucha ha de hacerse me gustaría que el dragón estuviera al alcance de mi espada.

Oteo de nuevo al cielo para intentar ver la posición del dragón y buscar un lugar donde refugiarnos o combatir de manera lo más favorable posible a este magnifico adversario.

"¡Si, Bwana!"

"En ese robledal, Bwana!"

Si bien Tarcoloss es más que un contrincante para las PJ en una pelea justa, sí tienen algunas cosas a su favor. Hay ciertas partes de la montaña donde él no irá, como el territorio del gigante de piedra  o el pico de la montaña, donde anidan los rocs. Si los PJ llegan a cualquiera de estas ubicaciones, Tarcoloss las deja en paz. Además, si Meenaer está con ellos, ella ayuda a ocultar las PJ usando su magia. Finalmente, los PJ pueden usar la montaña para su ventaja. Los controles de escalar, saltar y esconderse deberían ser abundantes a medida que escalan a través de rocas peligrosas y se mantienen ocultos en los cientos de riscos en la cara de la montaña.

Táctica: Tarcoloss está volando, y no arriesga el aterrizaje a menos que esté seguro de una base sólida (que es una rareza en la montaña para una criatura de su tamaño). Por lo tanto, está limitado a su arma de aliento, ya que al asomarse, sacrifica su maniobrabilidad, a menos que las PC se expongan a sí mismas. Sin embargo, con tantos salientes, corrientes ascendentes, etc., su arma de aliento es menos efectiva. Los PJ tienen un bonificador de circunstancia +2 a sus tiradas de salvación de Reflejos si están usando la cobertura de la montaña. También se reduce el daño de las armas de aliento a la mitad si Tarcolossis está respirando y volando al mismo tiempo. Tarcoloss tiene siglos de antigüedad. Creyéndose indestructible, no se retirará de los PJ a menos que lo reduzcan a 75 puntos de golpe o menos.

El dragón parecía que sentía nuestra presencia pero no nos había localizado aun, hice una señal al grupo para que se agacharan y así intentar pasar desapercibidos, con un poco de suerte podríamos seguir esquivando al dragón.

Por desgracia al realizar rapidamente el movimiento provoque un ligero desprendimiento de guijarros los cuales llamaron la atención sobre mi posición.Maldición.

El encapuchado rojo está aterrado. Tanto que una vez más intenta refugiarse en su "Lugar Feliz" en el fondo de su mente. Y ya sabeis que es lo que pasa cuando él se esconde ¿No?

Si, ya sabeis quien emerge

"Je, je je je..."
"MWAHAHAA!!! Aerith, amiga mia. No se como aguantais a este tio tan aterrado"

Con un sutil gesto, toma su extraña guardia. Y... busca al gatito

"Hey Menaer ¿Puedes volver a hacer lo de volverme invisible? Por favoooor"

Mientras veía como aquella extraña personalidad del encapuchado aforaba y el miedo del paladin al esconderse, la transmutadora trató de reponerse y empezö a gesticular con sus manos y agarró un poco de componentes de su bolsa del cinturón. Los arrojó y dijo unas palabras arcanas.

- Tapa me toita toa - Y a su alrededor empezó a surgir una densa niebla.

Tal vez aquello les ayudaría a ganar tiempo con el dragón que era un enemigo temible y contra el que no tenían muchas opciones. Para colmo de males Helena parecía dormida en aquel fatídico momento.

- Pssstt. John, Yenros, Helena... Acercaos. Puede que con esta niebla le cueste vernos y ganemos algo de tiempo. ¿Donde está Menaer? Su hechizo de invisibilidad nos vendría de perlas ahora...