Partida Rol por web

Pierre consiguió agarrarse a la pared y tras un par de duros golpes quedó tendido de espaldas en la dura roca de la escalera tallada en la piedra unas decensas de metros más abajo de ahí donde la cuerda se había roto. Respiró con dificultad mientras una nube de puntos blancos de dolor enturbiaba su mirada. Al cabo de un minuto más recuperado trató de incorporarse notando un agudo dolor en el costado ¿Sería solo un golpe o una costilla rota?

De todas maneras su espiritu permanecía indemne y volvió a empezar a trepar trabajosamente.

- Tendré piedad cuando tu lengua se suelte. ¿Cuántos hombres más hay dentro? ¿Cuánto tiempo lleváis aquí? – insistió Álvaro mostrando cierto enojo porque no contestara su pregunta.

“Caligari… Caligari… ¿debería decirme algo ese nombre?” discurría mientras…

Como un rayo de sol saliendo tras las nubes en un cielo encapotado un dato largamente olvidado aflora en la mente del Bachiller. Y de todas esas horas muertas mirando el techo en la Academia una lista aflora en su mente: Bernoulli, Vestini, Lucani, Falisci, Mondavi, Vilanova y...Caligari.

Una de las siete grandes familias de principes mercaderes de Vodacce los Caligari viven en una amarga y sangrienta rivalidad con los Vilanova. Y lo que es más relevante se rumorea que trafican con artefactos sryneth y que el comercio de preciosos objetos saqueados de todos los rincones de Thea es la base de su riqueza. Es decir os la jugais contra un enemigo que conoce claramente lo que busca en estas ruinas y que al parecer os lleva ventaja.

Después de tomar aire sigo la subida por la escalera semi derruida y esperando que no tenga más percances, finalmente sin ningún esfuerzo, ni sobresalto llego a la cima donde veo como Alvaro ha hecho su magia y el suelo rebosa de sangre por todos lados, eso os pasa por morder más de lo que podéis tragar

Unos treinta aparte de los que vocce a derrotado signore. ¡Por favor no me haga daño! Llegamos ayer por la mañana a las ruinas y nosotros quedamos de retén. Desde entonces ninguno ha salido del interior del castelo. ¿Per la mia mamma no me mate per favore!

El hombre se arroja de rodillas tratando de besar los zapatos de Alvaro mientras implora por su vida entre grandes aspavientos.

Una vez he conseguido llegar arriba, veo que Alvara ha eliminado a todos los enemigos, dejandolo solo a uno que está literalmente, lamiendole las botas.

Aún así llena de rabia me acerco a el y le agarro con mi mano libre por el cuello de la camisa, mirándole a los ojos con una ira ilimitada.

Yo arrancar tu cabeza, cobarde.

A Rodrigo se le paró el corazón al ver caer a Pierre, y hasta que no le vio comenzar a subir de nuevo no le volvió a latir.

Montaignenses del infierno. Menudo susto me ha dado. Menos mal que lo ha conseguido.

Venga gandul. Sube de una vez. Que nos están esperando.

El castellano esperó a que llegara a su altura para continuar subiendo. Y llegaron ambos arriba. Como era de esperar Alvaro ya había dado cuenta de la recepción. Y además había conseguido dejar a uno con vida. El cual estaba cantando cual canario.

Lo que al escuchar el nombre de Caligari enarcó una ceja.

¿Caligari? ¿El propio principe está aquí?

Le sonaba raro. Pero por lo que se escuchaba del principe, no era de los que se quedaban quietos. Los rumores decían que le gustaba ensuciarse las manos. Aunque sólo eran eso rumores.

No il principe no está aquí. Al mando de la expedición está il suo cuccino Vito Caligari. El cobarde vodaccio parece temblar solo al mencionar ese nombre. Es un hombre muy malvado, no como sus singnorie que tendrán a seguro piedad de esta pobre alma mia.

empiezo a recorrer los ´ultimos metros que me quedan hasta llegar arriba, esta vezx por las escaleras, ya que las cuerdas no me dan confianza y finalmente llego arriba odnde mis compañeros est´an rodeando a un pobre hombre rodeado de cadaveres y llorando como una madalena

por mi parte lo pod´eis tirar por el barranco, desde que hemos llegado, tanto los del barco, como estos de aqui arriba no han querido otra cosa que nuestra muerte, sin hacer nosotros nada.
y ahora lo siento, lloros y lamentos, Off avec sa tête...

El desgraciado se echa a llorar desconsolado, se arrastra como una cucaracha de rodillas entre lamentos, convulsiones y demás teatreo.

¡Non per favore! ¡Oh valerosos señores! ¡Tengan piedad del pobre Leporello! suplica rebajandose Seré il suo criado ¿que digo criado? Seré su criado pero ¡no me arrojen al despeñadero!

Parece bastante claro que no tiene más información de interés u os la habría proporcionado a cambio de su mugrienta piel. Probablemente cualquier respuesta que os dé a partir de ahora no será nada más que mentiras u obviedades.

A Rodrigo no es que le diera lastima el tipo. Si les había intentado matar mientras ellos escalaban, a traición y con alevosía no se merecía mucho más.
Pero lo cierto es que no le gustaba matar a alguien desarmado. Había jurado que acabaría con los perros eisenos que les traicionaron. Y no dudaría en hacer lo necesario para ello.
Pero el asesinato a sangre fria y de un desgraciado desarmado era algo demasiado para él.

Noquearle y sigamos. No podemos perder más tiempo con este tipo, no le vamos a sacar nada más.

Con eso dicho se adentró un poco en la entrada para echar un vistazo, dejando la decisión final en manos de los demás. No lloraría por el bellaco si lo mataban, pero tampoco tenía por qué verlo.

Después de decir lo que pensaba del malandrín, me despreocupe de él y seguí a Rodrigo es hora de empezar a buscar lo que nos han encargado, así que saco mi primer par de pistolas y las dejo encima de una roca esta vez no voy a ir con delicadeza, me he cansado de recibir, de que nos usen de dianas para los juegos de algún loco.
Me pongo una venda para tapar la herida y poder seguir, cojo las pistolas y miro a mis compañeros

seguimos amigos el tiempo apremia

Tras hacerse una cura de emergencia Pierre se reune junto a los dos compañeros que se han adelantado. Los tres dejan en manos de Mallory el destino del prisionero y mientras la eisena rumia sobre como proceder echan un vistazo al tenebroso camino que les espera. 

La brecha a la que han llegado les ha permitido acceder a una sala retangular con suelo y paredes de piedra en la que pueden apreciarse los restos de un mosaico en el suelo y ahora que lo veis desde el interior el boquete bien podría haberse producido al desplomarse una balconada pues aprecias restos de columnas en el borde que da al acantilado.

Pero mucho más interesante os resulta mirar hacia la entrada al amplio pasillo que lleva hacia el interior del castelo. La luz del día que entra por el boquete ilumina unos pocos pasos revelando las formas de lo que antaño debió ser una lujosa galería y podeis adivinar a derecha e izquierda del mismo sendas puertas que probablemente lleven a otras estancias. Pero pasados esos primeros metros el pasillo se hunde en una oscuridad absoluta.

Un escalofrío os recorre la espalda. Cruzar ese umbral es alejarse del cielo azul y la luz clara para entrar en la más profunda oscuridad. Una negrura que durante más de doscientos años no ha sido perturbada por luz alguna. Unas estancias condenadas a la tiniebla por las impias investigaciones de un loco.

Os disponeis a entrar en un reino de pesadilla.

Con la camisa del hombre tembloroso agarrada por mi mano, acerco mi cara a la suya. Un semblante lleno de ira, sin duda alguna. Sin pensarmelo le doy un puñetazo con el panzerhand en la cara y escupo al suelo.

No matar a ti, yo no matar gente no honor. Tu volver a casa con tu madre y no volver a navegar.

Tras eso lo suelto y me reuno con mis compañeros para explorar el castelo y cumplir nuestra misión.

Me dirijo a la puerta y miro por el agujero no se que nos espera dentro, pero no va a ser facil, asi que levanto las pistolas y comienzo a entrar poco a poco, con cuidado con sigilo, es más me adelanto un poco a mis compañeros para ver si alguien nos espera o hay algún grupo esperandonos

Con pasos medidos y tratando de no levantar ningún ruido Pierre se adentra en la oscuridad. Su figura va desapareciendo en la negrura y al cabo de unos segundos ya no oiis más que un muy leve rumor de sus pasos.

Por su parte Pierre a la que se aleja de la entrada va dejando atrás la luz, primero distingue solo contornos y al cabo de unos pasos más ya no ve apenas nada.

Álvaro meditó un momento entre que debería encender, si la linterna o una antorcha. La linterna protegería mejor la llama, pero en caso de tener que desenvainar las espadas gemelas tendría más peligro de romperse. Se decidió entonces por la antorcha. Con esta encendida se adentró siguiendo a Pierre sin hacer el más mínimo ruido, como si de un gato se tratara.