Partida Rol por web

_-_Distopía_-_

1.1.5 El viejo edificio

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03/03/2009, 18:18

Parecía una noche como todas, afuera los ruidos de la noche eran como siempre y como nunca pero no estaba mal para la época en que estaban, es decir, estaba quizás hasta demasiado tranquila. Zoe había venido de trabajar y Keith no estaba para recibirla, recordó pronto que le había dicho que iría al centro, a ver si conseguía que aquel hombre famoso, le dejase tocar en sus fiestas. Después de todo el rubio no era malo en lo que hacía. A ella no le encantaba la idea pero él quería a toda costa triunfar en ello y no sería ella quien le impediría tal cosa. Encendió el televisor más que nada por tener un poco de ruido en la derruida habitación y le sirvió un poco de comida a Trapos, mientras hacía esto, volvió la vista al aparato y corrió para subir el volumen.

Una mujer de rubios cabellos, demasiado botox y poca inteligencia, aunque lo suficiente para repetir lo que le decían al oído, apareció en primer plano con un gran letrero detrás que rezaba:

“Explosión en el consorcio de información humana”

Ya el sólo título era bastante chocante, había algo que le estaba molestando a Zoe y era nada menos que aquel era el lugar al que había ido Keith. Su corazón se detuvo unos instantes, volvió la vista al lugar, rogando que no estuviera allí durante la explosión pero no podía esperar, estaba ansiosa por saber de él. Tomó su móvil e intentó llamarlo pero Keith no atendió. La voz de él, fresca y sonriente, porque lo había visto mientras grababa el mensaje, sólo la escuchó en la contestadora.

La mujer seguía hablando:

“Soy Jessica Drim y los reportajes hasta ahora son que puede haber más de 25 muertos. Al parecer es un atentado aunque nadie se ha adjudicado el mismo. La policía no ha dado un parte pero claro, llegaron justo después que Noticias23.”

Jessica esbozó una amplia sonrisa, con dientes carísimos, posiblemente hechos por diseñador y que casi hacen volver el estómago a Zoe.

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03/03/2009, 19:46
Zoe

La luz que da el interruptor al encenderse muestra un piso bastante cutre. Un salón pequeño que tiene una zona para cocinar incrustada en un lateral. Los habitantes del piso, lo llaman con cachondeo, la cocina. Tres puertas salen del mismo, una da a un baño que no es apto para estómagos sensibles y las otras dos a unas habitaciones en las que entran unas camas y poco más. Se vé prácticamente todo desde la entrada, iluminado por un amarillo apagado que produce la bombilla que cuelga (por tres cables) en lo alto del centro del salón.

Trapos pasa por mi lado, ansioso y rozando mi pierna, directo a la cocina, con leves gemidos y mirada suplicante en la cara que tan bien conozco. –Lo sé, Trapos, lo sé… ¡te comportas como si no te diese de comer!- Sonrío mientras cojo el paquete medio vacío, echando bastante cantidad de pienso, recibiendo como recompensa tal embestida que acabo sentada de culo en la minúscula cocina. Una carcajada es el efecto inmediato, negando con la cabeza a lo exagerado que es siempre para eso. -Pobre… que nunca come…- Lo acaricio unos instantes y me levanto, dejándolo más que feliz.

Al comprobar la soledad de que parece vamos a disfrutar hoy activo el destartalado televisor, viendo un rostro anodino, preguntándome que verán los tíos es esmirriadas y cursis como la presentadora esta… hasta que claro, caigo en la cuenta, son hombres. Todo vale. La sonrisa con cierta chulería se borra, igual que cualquier rastro de la alegría que mis ojos llevasen, al escuchar la noticia.

¡Puta mierda!- Me llevo la mano, sucia de grasa, a frotar la frente, bloqueada por un segundo. Niego con la cabeza. No, claro que no…. Mi Keith no es uno… mi Keith NO ES UNO. El perro levanta la cabeza de su comida al instante, alarmado quizás por el tono de su dueña, pero al no ver rastros de peligro vuelve a su merecida cena.

Cojo el móvil, maldiciendo que tuviese que quedar con el pringado ese precisamente hoy, precisamente allí. No habrá sitios, cojones… -¡¡Agghh!! Cógelo, capullo- Ese es el mensaje que escuchara cuando lo conecte. Reprimo las ganas de lanzar el móvil contra la televisión. Tendría que pararme a arreglarlo si lo estropeo, y ahora no tengo tiempo. Ahora sólo puedo pensar en una cosa.

Keith.

Vuelvo la mirada a la tele, está tía no tiene nada más que sea interesante para mí, así que la apago igual de rápido que la encendí. Mirándola fijamente unos instantes, al ritmo de un corazón que ya está desbocado. Hay que ser realista, el rol de mujer tranquila que queda esperando a tener noticias de Keith y a que le digan que ha pasado no va conmigo, no voy a quedarme sentada, ni siquiera desmontar algo me relajaría. Así que sólo hay una opción. Salgo disparada hacia la salida, el animal no se inmuta, sabe de alguna forma que este viaje es solitario, que él no está invitado.

Tras un sonoro portazo bajo las escaleras a toda prisa, preocupada como pocas veces en mi vida. La primera que me siento tan sola, y eso sólo consigue ponerme nerviosa y ofuscarme en mi enfado todavía mas. Coger la moto e ir a enterarme de que narices ha pasado, preocupada por uno de los rostros más queridos y arraigados. Esto es lo único que mi mente procesa.

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04/03/2009, 01:01

El camino hacia el consorcio no es lo más fácil que haya en la vida, además, una estúpida y pertinaz lluvia ácida ha comenzado a caer. La pobre Zoe no puede más que maldecir su suerte pero está prevenida para este tipo de cosas ya corrientes en estas épocas. Mientras se sube a la moto, un par de hombres de la vigilan desde la acera de enfrente pero aunque los ve, no les presta más atención de la necesaria. Por fin montada en la moto, aprieta el acelerador a fondo, aunque tiene más o menos unos 20 minutos hasta llegar al centro y además, muchos obstáculos que saltear, entre ellos tipos asquerosos que de humanos ya no tienen nada pero nada, nada deténdrá a Zoe esta noche.

Una negativa resuena en su mente, aquel hombre podía haber citado a Keith en cualquier lugar pero no, tenía que haber sido allí. En ese hervidero de putas de plástico y medio hombres que no saben para qué se usa lo que tienen entre las piernas, en general aquella clase de gente junto a la que Zoe no quiere estar. Más lo que ella no sabe es que hay realmente una poderosa razón para que Keith haya sido citado allí y muy pronto la descubrirá. El viento le vuela el cabello que ha quedado por fuera del casco, la lluvia lo moja insistentemente pero está bastante bien y ha avanzado con rapidez pues la mayor parte del movimiento no se realiza en esa parte de la ciudad donde viven los hermanos. A lo lejos ya puede ver el humo que sale de alguna parte en el centro de la "city" y las luces de sirenas y esas chorradas, Zoe no se encuentra muy feliz. Está a unas 20 calles, quizás más o quizás menos cuando siente el móvil vibrar con insistencia.

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04/03/2009, 16:43
Zoe

Al salir y comprobar el estado climático me rindo a lo evidente. Tengo un problema relativamente serio: Una camiseta sin mangas es lo único que cubre mi torso. Ese debe ser el motivo por el que no me quitan la vista de encima esos dos tipos. Muerdo el labio con frustración, sopesando durante apenas un segundo volver a subir y coger una triste chaqueta, pero la idea no llega a cristalizar en mi cabeza seriamente, me monto en la moto y le doy para que salga a toda potencia de la zona en la que la aparqué hace apenas tres minutos. Me da exactamente igual todo, lo único que me importa ahora mismo es rubio y tiene los ojos claros. Y hasta que no esté a mi lado de nuevo no voy a parar. Ni a estar tranquila.

Las calles van quedando atrás con rapidez, casi no las veo. La moto va que parece que volase, está en perfecto estado, cuidada con mimo, el motor va mejor que el corazón de un chaval de diecisiete años…. La acelero un poco más. Unas lágrimas de preocupación se mezclan con la lluvia que cae con molesta intensidad, hasta que echo la visera de cristal ahumado hacia delante. Aislándome un poco más del exterior sin que eso me separe lo más mínimo de mi principal objetivo. Mi fuero interno me repite que tenga cuidado, que llegue bien, que él estará allí vivo… pero mi cabeza no hace caso, sólo quiere correr y correr.

La vibración del móvil me saca del estado de concentración, los ojos se abren con más fuerza, con algo parecido a esperanzas renovadas, busco desesperada un sitio medianamente decente donde estacionar, mientras voy desacelerando con igual rapidez con la que la puse a pleno gas. Saco a lo bruto el móvil del bolsillo del pantalón, tras subirme a la acera bruscamente, aunque bien pensado, por lo menos no he atropellado a nadie... Descuelgo, rezando por escuchar su voz.

¡¿KEITH?!-

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04/03/2009, 18:47
Keith

Durante un largo rato Zoe sólo escucha el silencio del otro lado, quizás un poco de estática y poco a poco, ya con cierta desesperación, logra escuchar una ligera respiración, la sensación no es la mejor pero de pronto, todo cambia. Un auto pasa muy cerca de ella y la observa, no es común ver a alguien a esas horas en el medio de la calle, menos si es una mujer bonita o al menos eso parece pero el conductor pierde interés y Zoe puede respirar.

-Zoe... Zoe... Ten cuidado, no puedo hablar mucho pero tienes que...

Un alto, como si no quisiera que alguien más lo escuchara. Keith la quiere, no quiere mal para ella y la alejaría si no la necesitara pero es que no es mucho lo que puede hacer. Su respiración vuelve a sonar por la bocina.

-El edificio en llamas, estoy seguro que lo viste desde casa... Bueno, de la ratonera.

Al menos tiene el ánimo de bromear y eso de algún modo ayuda. Además, no parece que esté en peligro de muerte, sólo que la necesita y eso ya es bastante normal. Siempre se han necesitado el uno al otro y siempre se han hablado con la verdad y por eso confían el uno en el otro.

-Date prisa, Zoe... No vas a creer lo que descubrí. No vas a...

La llamada se corta sin más.

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04/03/2009, 22:54
Zoe

Los segundos parecen horas mientras espero la querida voz de Keith, el coche y sus ocupantes son mirados sin interés alguno, solo por el reflejo de sus miradas en mí. Yo estoy pendiente del teléfono. EL corazón en un maldito puño, ni siquiera siento la lluvia que sigue calándome…

El alivio es instantáneo al comprobar de quien se trata: del único con el que quería hablar ahora. Su rostro acude a mi mente inmediatamente. Levanto la mirada al cielo mientras habla. La paz absoluta… Pero dura poco, su tono, lo breve y entrecortado de la conversación me inquietan de nuevo….

¡PERO ESTÁ VIVO, JODER!

… y me necesita. Meto el móvil con brusquedad en el vaquero, ¿Qué cojones ha querido decir? ¿Qué mierda de haber descubierto algo? Suspiro, ya no está en peligro, me tengo que quedar con eso, que quiere que vaya a recogerlo…. ¡Pues claro que voy a hacerlo! Parece que no me conozca...

¿Cuidado?... Niego con la cabeza, será es que se ha quedado medio trastornado... La moto ruge, metiéndose de nuevo en la carretera, a una velocidad alta y con el mismo destino.

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04/03/2009, 23:02

El camino de la moto sigue su andar, poco antes de llegar al edificio, unas tres calles antes, ve ante ella el desolador paisaje al menos sabe que Keith está bien pero entonces no debe estar allí ¿o sí? Niega con la cabeza y ve una calle adelante, a un hombre correr. Un auto de la policía pasa cerca de ella pero ni siquiera la miran o al menos eso parece. Hay poca gente en las calles aledañas, no quiere decir que sea así al lado del edificio. Ella no sabe cómo se llama aquel edificio pero eso no es importante para el momento, debe concentrarse en dar con Keith. Hay una redada si sigue calle arriba, probablemente no le dejaran pasar los policías pero tiene que hacer el intento, Keith espera y confía en que ella llegará. Cuando está por cruzar la calle nuevamente, un contigente de autos aparentemente muy importantes, detienen su paso. Es una caravana, deben llevar a alguien muy importante allí y ella tiene que esperar a pesar de que no es lo que quiere. Los autos llaman poderosamente su atención.

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05/03/2009, 00:43
Zoe

Repitiendo una y otra vez la voz de Keith en mi cabeza hago el resto del camino. Un vistazo rápido al tío que corre, que al no ser Keith deja de interesarme medio segundo después….

Paro la moto bruscamente al ver el obstáculo, con un sonoro frenazo, ha faltado poco para que me coma la caravana de las narices, el olor a caucho quemado lo confirma. Respiro aceleradamente, esperando a que se aparte de una vez mientras observo los demas cochazos, mi mente reconoce los modelos, incluso se cuelan pensamientos con características del motor, pero los aparto con rpaidez, no es el momento.... Registro con la mirada, buscando un hueco por el que poder colarme y avanzar. Pero no, ya sé que mi día de buena suerte no es hoy, así que me queda estar aquí un rato…. O no.

Pulso el pito de la moto, con insistencia. Con ceño fruncido y cara de enfado grito hacia la zona del conductor. Me subo la visera para que se me oiga mejor: –¡OYE APÁRTATE! -Niego con la cabeza, ¡joder! -¡Es una emergencia!... ¡DÉJAME PASAR!- Los pitidos se suceden entre frase y frase. Los nervios están haciendo mella, sólo de pensar que puede estar a unos pasos y que no puedo llegar a él…

Por lo menos tengo que conseguir acercarme a los polis para preguntar por los heridos, por mi Keith. Puta caravana… ¡Me necesita!

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05/03/2009, 21:11

Notas de juego

Postea en "Consorcio en llamas"

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16/10/2009, 18:51

Apenas aparcar el auto de Winter, Zoe subió las viejas escaleras del edificio haciéndole de dos en dos. Ya rascaba en la puerta su inseparable perro y tras meter la llave en la cerradura si es que se le podía llamar así, unas notas llegaron hasta ella. Era obvio que Keith estaba en casa y bastante inspirado al parecer, su voz sonaba por el diminuto lugar. Cada día que había pasado desde su llegada a la gran ciudad habían evitado hablar de McMord, cada día habían dedicado sus vidas a otras cosas. Ella a una y el a otra, completamente distintas pero se completaban de una manera casi asombrosa.

Trapos se levantó en dos patas al verla y se lanzó sobre ella, si Zoe miraba hacia la cocina, se daría cuenta de que ya Keith la había alimentado e incluso le había llevado a pasear pero aquello quizás no bastaba para calmar los ánimos de su amiga. El perro buscó el cariño de Zoe y jugueteó con ella un instante para luego retirarse lentamente y echarse en un rincón junto a Keith que le daba la espalda a la joven mujer.

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18/10/2009, 12:54
Zoe

Las zancadas son cada vez más rápidas y largas, deseandito estoy de ver a mi enano, el que sé que está con seguridad, a la misma vez se va ampliando la sonrisa, de escucharlo cada vez más cerca, a él y a la música y el tono de voz que son mi debilidad desde que tengo uso de razón, ahora implican qué él está, en su planeta, pero a salvo. Suspiro, no pienso dejar que se me note el alivio ni lo que me mola oirlo, no hasta que comentemos un par de cositas que me han tocado la moral.

Las llaves preparadas en la mano para abrir nada más llegar, lo hago con velocidad, para entonces la sonrisa no me entra en la cara, pese a que hace prácticamente nada que los he visto, los he echado de menos, como siempre. Es por eso que tanto molan nuestros reencuentros…. O por lo menos la mayoría.

¿Dónde está lo más bonito de la casa?- Palmetazos en los muslos para que se me eche encima, algo que él está ya deseando hacer, un par de risas cuando lo hace mientras lo acaricio y hundo mi cara en su pelo, ya de rodillas en el suelo - ¡Ay! mi petardo… hola Trapos, hola… ¿Ya ha cenado mi perrito? Levanto la vista mientras sigo acariciándolo, cambiando a una sonrisa más tensa cuando veo al otro habitante de la queli.

Anda, mira quien se ha dignado a venir…- Un puñao de besos en su frente y lo dejo que se vaya tranquilo. Siguiendo su dirección, la que lleva a Keith.

La verdad es que el piso está hecho un desastre. Trastos por todos lados, un par de microondas en el suelo, una nevera y un par de lamparitas, por aquí y por allá trozos de robots Pazd Hum, de alguna consola. Todas las cosas abiertas en canal, en proceso de reparación…. Ver el modem de última generación triturado en lo alto de la mesa hace que suspire, mierda puta, no va a tener arreglo. Maldito poli guaperas y torpe. Na más que problemas me va a traer.

Me quedo frente a él un par de segundos, flipada por sus últimos comportamientos -¿Qué pasa? Te parecerá to guay haberme dejado allí tirada con esos, ¿no?- Lo miro sería, y sigo mi camino hasta la cocina, cogiendo un vaso y echándole agua del grifo. No tengo ganas de mosquearme, pero me cago en todo, no pienso callarme lo que pienso, no con él.

Te lo digo en serio, te has pasado un huevo.- Mano en la cadera mientras me bebo la totalidad del líquido, apartándolo por unos momentos de mi visión. Vuelvo a buscar sus ojos cuando termino -Primero desapareces dos días, totalmente a tu bola y luego, ala, a la mierda, me dejas con el poli. Tenía una cuerna que no veas, he tenido que llevarlo a su casa.

Frunzo el ceño, si no lo digo reviento -Por no hablar de que has pasado de decirme cosas bastante importantes, pa mi gusto.- Levanto las cejas y aprieto los labios mientras me apoyo en nuestra nevera pequeña, esperando a ver por donde me sale.

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21/10/2009, 22:46
Keith

Sabe que ha llegado. Lo sabía incluso antes de que ella abriera la puerta, pues el mejor detector de Zoe existente se había puesto a menear el rabo con un par de minutos de antelación. Infalible.
Trapos no dejaba que sus sentidos fuesen engañados por la música que nacía de la cuerdas rasgadas por las manos de Keith, y ya fuese su olor o el simple sonido de sus pasos, la sentía cuando se aproximaba.
El músico se había llegado a plantear alguna vez si él y el perro tenían ciertas cosas en común. Keith también tenía un cierto detector...y este ahora vibraba en posición de alarma.
La niña llegaba con ganas de pelea y se vería obligado a responder unas cuantas preguntas.

Suspiró y dejó la guitarra a su lado sobre la cama. Había estado tocando sentado en el pico de esta, sintiéndose tentado de echarse a dormir un rato. Falta le hacía.
Pero lo había ido retrasando sin saber exactamente por qué, ya que no podía estar seguro de si su compañera de piso volvería a casa esa noche o lo haría al día siguiente.
Ahora ya sabía la respuesta, y por el tono de cabreo que esta mostraba en su voz no parecía que le hubiese ido del todo bien.
La calma había llegado a su fin.

Ahí estaba. Primera recriminación y se larga. No sería la última. Mejor esperar a que volviera y soltara todo lo que hubiese estado rumiando durante el camino a casa.
Cuando Zoe aparece nuevamente en la puerta de su cuarto, Keith se había girado en su dirección y la miraba tranquilamente, sin dejar que ni siquiera una sonrisa apareciera en su rostro.
No quería parecer enfadado, pero si ella pensaba que se lo tomaba todo a guasa sería mucho peor. Demasiados aparatos destrozados se encontraban esparcidos por la casa como para querer que algún otro se uniera al grupo de los inutilizados.

¿Acaso no es lo que querías? - respondió decidiendo que era mejor comenzar por la primera increpación de Zoe - No me parecía que fueses a disgustarte por quedarte cerca de ese guapito. ¿Qué pasa? ¿Que se emborrachado y te ha aguado la fiesta?...Tranquila, por lo que he visto seguro que tienes más oportunidades.

Ahora sí. No pudo evitarlo. La sonrisa surgió en su rostro de forma inesperada. No era una sonrisa alegre, pero era sonrisa al fin y al cabo.
Más tarde se arrepentiría de lo dicho...quizá. No le gustaba discutir con Zoe, pero había determinadas ocasiones en que se veía incapaz de evitarlo.

Y los dos días que he estado fuera ya te he dicho por qué ha sido. - continuó - De acuerdo. Debería haberte avisado, pero mira que tú tampoco has estado de brazos cruzados ¿no?
Me voy y cuando vuelvo ya te has bastado solita para meterte en un embrollo peligroso de cojones.
Si querías joder al hijoputa de McMord seguro que hay formas menos peligrosas que la de liarse con un soplapollas y con un matón barriobajero.

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26/10/2009, 11:09
Zoe

Si hubiesen hecho un concurso sobre “lo peor que se le puede decir a Zoe ahora mismo” habría sido Keith el que habría ganado. Y de sobra, por goleada vamos.

Los golpes bajos empiezan rapidito, él para qué se va a esperar. Los verdosos ojos se abren de par en par, a la misma vez que la boca, cara que refleja mucha, pero mucha, confusión y perplejidad, niego con la cabeza, no entiendo a que pollas viene que me diga esas cosas del poli. No sin esfuerzo consigo esperar a que termine su perorata, no lo interrumpo aunque en la cara sea evidente que me muero de ganas de hacerlo. Imbécil, lo que deberías seria darle uno de esos pellizcos que tanto le gustan, o eso parece, pues no hace sino buscarlos y buscarlos una y otra vez.

Me paso las manos por el pelo, despacio, para apartarlo de la cara y para calmarme, definitivamente me ha tocado la moral, me muerdo los labios, que leche más rica le daba. Para cuando acaba mi cabreo en la cara y la mala hostia que recorre mis venas es evidente. En el tono también.

¡¿De que coño vas, Keith?! Me cago en mi estampa, como te pasas…- De sombrero, debería ponerle la guitarrita de sombrero. Contról tipa… que luego tendrías que arreglarla.

Aprieto los labios unos segundos, mirándolo enfurruñada, sin dejar que se vea el daño que me ha provocado toda la basura que ha dicho. Mejor que parezca que simplemente estaba cogiendo carrerilla para lo demás…

¡¿Qué cojones querías que hiciese, idiota?! Yo es que alucino contigo vamos.- Me acerco a él y voy abriendo uno a uno los dedos del puño cerrado mientras voy mostrándole unas cuantas jodidas verdades evidentes: -Primero tengo que ir a salvarte el culo al edificio ese de mierda, ¡creía que te había pasado algo, subnormal! Luego resulta que el sitio es del capullo de Mcmord y que estás allí por trapicheos con él. Encima, colega, desapareces, y para rematar la faena viene el poli y me dice que Mcmord va a por nosotros, a putearnos, si hasta fue la pija rubia la que le dio nuestra dirección cuando vino a pedirme ayuda, mira tú si nos tienen controlaos.- Capullo, es tu puta culpa y me atacas a mí. Quizá no debería… pero es que me quema las palabras en la garganta, eso, sus aires, su modo así como tranquilito pero tocando los huevos a más no poder… que no puedo callarme y punto.

¿Sabes qué? que si tú no te hubieses metido en esa movida yo no tendría que juntarme con los dos colgaos.- Lo miro mortalmente seria, calladita unos segundos, a ver si su linda cabecita ha recibido bien el comentario del que no estoy especialmente orgullosa pero que es culpa suya. Para rematar la jugada, un farol: -Pero vamos, que si no te gusta el asunto, lárgate, que a mí me la suda lo que hagas.- Los ojos no muestran la vulnerabilidad que siento, están acostumbrados a mentir en ese aspecto. En el mundo que nos ha tocado no puede ser de otra manera. En este tipo de momentos, no.

Pero un poco sí que me ha desinflado pensar esa posibilidad. Suspiro, cansada, dolida y bastante menos mosqueada. A lo mejor es por eso que cambio un poco de tema -Eres flipante macho, ¿A que narices viene soltarme toda esa mierda sobre el poli? Para que te enteres, me duele la boca de decirle que paso de él, que me deje tranquila.- ¿Y a ti que coño te importa que él piense eso? ¿Le vas a dar explicaciones a Keith? ¿Tú también estás perdiendo el juicio o qué? Es la puta verdad, fue lo primero que dijo y lo que más me ha dado ganas de asesinarlo. Y mejor será no divagar ahora mismo sobre el motivo…

Ya estoy escarmentada de los guaperas y chulos. Deberías saberlo.- Fin de la explosión. Ahora toca evaluación de daños.

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28/10/2009, 21:45
Keith

Keith soportó la descarga de forma estoica. Eso sí, los vecinos se lo debían estar pasando de puta madre. Ya se los imaginaba con la oreja pegada a la pared, porque si bien habían aprendido a hacerse los sordos con las notas que le arrancaba a su guitarra, a veces hasta bien entrada la noche, no harían lo mismo cuando escucharan la bronca que le estaba cayendo.
Si es que la raza humana es así. ¿De qué iban a hablar durante la cena si no era de algún cotilleo? Zoe les estaba dando material para un banquete entero.
Por suerte no le importaba en absoluto lo que dijeran de ellos. Bastante tendrían ya imaginando qué tipo de relación tenían...¡que les den!

Eh, eh, eh - dijo alzando las manos con las palmas en dirección a la muchacha - Para el carro que te va a dar un ataque. - sabía que sus palabras causarían una reacción fuerte, pero no se la esperaba de ese grado. No cabía duda de que había metido el dedo en la llaga...pero ¿en cual? - Primero, yo no estaba de trapicheos con nadie. Ni siquiera sabía que ese cabrón me había montado una encerrona, por lo que no me sorprende que sepa nuestra dirección, ya que fue capaz de encontrar el lugar donde trabajo.

En cierto modo se sentía enfadado por las acusaciones, pero mantuvo el control para no liarse él tambien a dar voces. Con una verdulera en la habitación había bastante.

Así que no me digas que me he metido en ninguna movida, pues lo único que buscaba era el poder editar un disco. - llegaba el momento de dar pie a una conversación un poco menos hiriente para los tímpanos - Y no, no pienso dejarte sola con esos dos. Hasta ahora siempre ha sido igual...el problema de uno es el problema de los dos. No seré yo quien lo cambie.

Dejó pasar la última frase. No tenía ganas de hacer recuento de todos aquellos guaperas y chulos a los que se refería.
Prácticamente no se acordaba del nombre de ninguno de ellos....excepto de McMord. De ese sí que se acordaba perfectamente.

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29/10/2009, 12:05
Zoe

Escucho atentamente lo que dice, una de las pocas personas que siempre mantiene mi atención mientras está hablando, lo demás, estando él, siempre es un segundo plano, totalmente prescindible. El ceño sigue fruncido mientras habla, por la rabia de cómo estamos, no ya en general, que se resume en dos palabras: muy jodidos, sino por el momento en sí. Desvío la mirada a Trapos, hace rato que ha dejado de dormir, completamente atento, seguramente extrañado de que tengamos una movida tan tocha entre nosotros. Suspiro cuando acaba su discurso, realmente enternecida por sus últimas palabras. Capulla blandengue.

Ya lo sé joder, pero hasta que hablamos antes era lo que parecía. Allí estaba to dios hablando de Mcmord, de que era el dueño de la corporación esa y no sé que mierdas. Y yo sin saber como cojones estabas y a que coño venía que estuvieses en ese fregao.- Una angustia que no se la deseo a nadie… bueno, al capullo redomado mayor sí. A ese to lo malo que le pase es poco.

Pa cuando hemos hablado ya estaba de mierda hasta el cuello, y lo que nos queda, porque es la puta verdad, va a por nosotros. ¿Si no a qué narices viene que intente engatusarte con lo del disco? Lo que no tengo ni zorra es de por qué. ¿Por el calambrazo que le dí cuando pasé de sus subnormalidades?- Me encojo de hombros con alucine en la cara mientras niego con la cabeza, ni idea, es que ni la más mínima jodida idea.

Seamos realista, y sincera, el mamón me ha desarmado, como sólo él sabe, y puede. Abro sus piernas con las manos y me arrodillo entre ambas, abrazándolo por la cintura y mirándolo a los ojos que tanto me gustan, barbilla familiarmente colocada en su pecho. -¿De que pollas vá? Hijo de puta, como nos engañó.- A ti más que a nadie, subnormala. Que asco de tío. Y que pedazo de pringada fui. Una y no más.

¿Crees que alguien de la familia sabe quién es en realidad? ¿O qué deberíamos avisarlos? La movida deberíamos comérnosla solos, ¿verdad?- No sería la primera, eso seguro… esperemos que tampoco sea la última. Lo miro sinceramente preocupada por la gente de nuestro hogar, ¿Que sería mejor para ellos? Nosotros da igual, nosotros ya estamos más que vendidos. Aunque, por lo menos, juntos.

Trapos hace un momento que ha vuelto, completamente tranquilo, a su reparador descanso.

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29/10/2009, 23:05
Keith

La tormenta llegó, descargó su furia con tal virulencia que cada célula del cuerpo vibró, y desapareció tan deprisa que llegó a plantear ciertas dudas acerca de su existencia.
En un instante los ojos de Zoe habían pasado de traspasarle con furia a mirarle con la calma dominando en el fondo de sus grandes ojos verdes.
No podía negarlo. Era su debilidad. Desde pequeños, cada vez que la joven se ganaba a pulso un par de días en que Keith dejara de hablarla, esta llegaba y le miraba de aquella manera....y se acabó. Ya no existía motivo para estar enfadado con ella.
¿Lo haría conscientemente? ¿Sabía realmente el embrujo que causaba sobre él? No estaba convencido, pero intuía que no era completamente ignorante.

No podemos meter a nadie más en esto. - respondió volviendo al tema en cuestión. Sus manos, de dedos largos y bien definidos, retiraron el cabello de Zoe hasta que sus orejas quedaron visibles. Clavó en ella sus ojos azules y, con firmeza pero con delicadeza, retiró su rostro del pecho, inclinándose hasta que apoyó levemente su frente en la de ella. El pelo de Keith se abatió hacia delante, como un cortinaje que les concediera una privacidad que era innecesaria. - Sabes tan bien como yo que más de uno estaría dispuesto a plantarse aquí para echarnos una mano. Y ahora que conocemos la verdadera influencia de ese cabrón, los pondríamos en peligro.
Si nos ha encontrado a nosotros seguro que puede encontrar a los demás....no, mejor que no se enteren.

Pensó un instante en cuales podían ser los motivos que impulsaban a McMord para intentar joderle la vida a alguien tan insignificante como ellos mismos.
Ese tío lo tenía todo....tode excepto una cosa. Zoe no había tragado y le mandó a tomar por culo en cuanto se enteró de aquello que le había sido ocultado.
¿Acaso era eso? ¿Ese cabrón no soportaba que nada se le resistiera? Casi seguro que debía tratarse de algo así...y ahora iba a descubrir que hay que aceptar las derrotas. Ellos se lo enseñarian.

Se apartó un poco de ella y alzó el rostro hasta colocar sus labios sobre la frente de ella. - Saldremos de esta. No se cómo, pero le haremos pagar por todo lo que hizo y lo que está haciendo.

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01/11/2009, 15:45
Zoe

Tiene razón. Lo sabía, pero necesitaba escuchárselo decir, le asiento con un golpe de cabeza seco, no hacen falta palabras para que sepa que estoy totalmente de acuerdo con él. Tras la caricia que me hace sentir un leve escalofrío nuestro espacio se reduce a la mínima expresión, para mi gustirrinín el cuarto desaparece por completo de nuestro alrededor, sonrío relajada mientras me pierdo totalmente en los rasgos de su bonita cara, aunque la conversación no me guste un pelo. Sólo se debe a él, a su incondicional presencia, a la calidez que siento cuando estamos así. No la cambiaría por nada de este mundo. No permitiré que ningún soplapollas nos la arrebate.

No llega a fastidiarme la pequeña separación, pues se produce sin que nuestros cuerpos dejen de estar unidos. Su cara se va de mi visión pero yo la tengo firmemente anclada en mis pupilas. Su ternura me hace cosquillas en la frente, suspiro y lo estrecho un poco, pa mi entero, cerquita cerquita. Cerrando los ojos para disfrutar de su gesto y de su olor de forma más intensa.

Puta mierda de tema el que estamos tratando y que jode el momento.

Me separo a ver sus ojos, para decirle lo que he ido pensando mientras conducía el coche del poli zumbao.

Desde luego que sí. Pero vamos a tomar un par de precauciones pa cubrirnos las espaldas. Primero, Trapos no vuelve a quedarse solito en la casa hasta que esta mierda se acabe. Me la suda como nos las apañemos y lo que nos complique la vida, pero eso es lo más importante.- Deslizo la cara a mirar a nuestro eterno cachorro. Seria ahora. Es lo segundo más importante para mí de lo que hay en esta ciudad de mierda. Y vuelvo a mirarlo. Ponía la mano en el fuego de que para él también.

Sólo de pensar que ha estado expuesto porque no teníamos ni zorra idea de la movida me entra la rabia de nuevo, y ahora no tengo ganas de que eso pase.

Me levanto, cogiéndolo de la mano y tirando de él para que se incorpore y venga a ayudarme en lo siguiente que he maquinado del plan -Segundo, la puerta ésta es de papel de liar, así que cuando lleguemos, pa dormir, ponemos el sofá tapando la puerta.- Eso nos dará tiempo en caso de que decidiesen venir a hacernos una fraternal visita mientras estamos sobaos.

Me suelto y voy hacia uno de los extremos del asiento, indicándole con la cabeza que él coja el otro para que empecemos a moverlo, casi sin espacio, el cuchitril no da demasiado margen para moverlo -Y tercero… - Aprieto los labios, reprimiéndome la sonrisilla que se quería escapar por lo que viene, por imaginarme las cosas que se le van a pasar por la cabeza, o la cara que va a poner cuando le diga la totalidad de la idea. -hasta nueva orden dormimos juntos en tu cama, con las armas al lao, listas pa lo que haga falta.- Ahora sí, sonrío malvada, algo de cachondeo me va a venir bien, aunque sea a su costa es sin malicia. No tengo a la vista otra forma de aliviar tensiones, la vida es así de dura -Tranqui, seré buena: dormiré en camiseta.- Me río un poquillo, con choteo, mientras lo miro.

¿Cómo es posible que un tiarrón como él, que ha vivido medio dentro medio fuera en la comunidad, que ha visto a gente de todas las edades bañarse a manguerazos en la puerta de cualquier caravana, que ha tenido bastantes movidas con tías, se escandalice o incomode porque me la suda que me vea él, y cualquier otro en realidad, en bolas? Que si algún día se me olvida ese azoro que le entra y me paseo desnuda se quite de en medio o no me mire hasta que me doy cuenta y me visto…

¿Se puede ser más gracioso en ese aspecto? Que tiernito es, ese puntito suyo de timidez me encanta. Este es el único motivo por el que le sigo el rollo en ese tema, que para mí es una auténtica mierda: Con unas bragas me sobraría para estar por la casa.

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02/11/2009, 21:53
Keith

Siempre se le había dado mejor que a él planificar las cosas. Desde chicos, ya fuera a la hora de urdir una broma, cuyo resultado solía ser que ambos terminaran castigados y con el culo un tanto dolorido, como el planificar alguna de aquellas fugas que realizaron cuando pensaban que nadie se había dado cuenta.
Por supuesto, la planificación no llegaba más allá de unos kilómetros, por lo que se veían obligados a volver cuando apretaba el hambre, cosa que solía suceder, más o menos, un par de horas despues de haberse largado.
Y es que claro, mientras trazaban el plan estaban tan concentrados que se saltaban la hora de la comida....breves aventuras que, en cierta forma, les prepararon para el momento en que se largaron de verdad.

Para aquel entonces no había plan alguno. Sólo determinación. Se marcharon sin volver la vista atrás, acompañados únicamente por el rugido del motor que vibraba bajo sus posaderas.
Nada dejaban atrás excepto recuerdos. O eso quería pensar Keith cuando lo recordaba. Allí quedaron buenas personas que, aún de un modo peculiar, les tenían un gran cariño.
Por eso mismo no podían volver. No al menos mientras existiera un peligro que pudiera recaer sobre ellos.

Se levantó, guiado por la mano de Zoe, mientras escuchaba sus instrucciones. - Pues tendremos que dejar a alguien que cuide de él. - indicó el músico - No podemos llevarle con nosotros a la movida que nos espera en los próximos días.
¿Qué te parece Cindy?
- propuso tras un par de segundos. Cindy era un joven, casi recien salida de la adolescencia, que vivía dos pisos más arriba. La muchacha estaba prácticamente enamorada de Trapos, al que achuchaba cada vez que se cruzaban. Sería una buena elección, pues los ojos no suelen mentir y los de Cindy proclamaban a los cuatro vientos que le encantaban los animales - Eso sí. Nadie podría saber que se lo dejamos a ella.

Siguiendo las instrucciones de Zoe la ayudó a colocar el sofá contra la puerta de entrada. No serviría de gran cosa si venía alguien con verdaderas intenciones de entrar.
Con algo de suerte, si empujaban la puerta, el sofá podría quedar atorado en el estrecho espacio del que disponía, impidiendo el avance del indeseable visitante.
Pero Zoe continuaba hablando...hasta que la pausa le puso los pelos de punta. Cuando ella hacía eso era porque sabía que sus siguientes palabras servirían para molestarlo o para ponerle nervioso.

Y allí estaba. Lo había soltado de golpe y se había quedado tan pancha. Se negó a sí mismo el girarse para mirarla a los ojos, pues adivinaba lo que encontraría allí y no quería darle aquella satisfacción.
Mierda Keith, reacciona. Mas las imágenes ya habían comenzado a acudir en tromba hasta su mente. Joder, joder, joder...espabila de una puta vez.
Tenía que contraatacar. Cualquier cosa menos quedarse callado. Controla la respiración. Haz como que no te importa en absoluto. Utiliza sus mismas armas.

Mi arma siempre se encuentra preparada, ya lo sabes. - se escuchó decir casi con asombro. Ni por asomo era aquello lo que había pensado decir, simplemente su lengua había sido más rápida que la mente.
Sonrió. Una sonrisa auténtica producto de su propia vergüenza, la cual únicamente acudía cuando se encontraba frente a Zoe. - Y puedes dormir como quieras...porque creo que quien no va a ser capaz de dormir soy yo.

La sonrisa se convirtió en una risa franca y sonora, llenando cada rincón del pequeño apartamento. Hasta ahora este había sido su refugio, y no permitiría que nadie violara aquel lugar....¡por encima de su cadaver!

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03/11/2009, 00:14
Zoe

Siempre, pese a los años que hace ya que lo conozco, consigue sorprenderme de alguna manera. Abro los ojos de par en par cuando escucho lo del arma, joder, ese parece más un comentario del poli que de mi Keith. Empiezo a sonreírle, con el entrecejo fruncido por la sorpresa y labios apretados por el desconcierto, y termino por reírme, de su boca sí que me hace gracia y, lo tengo claro, nunca he podido resistirme a una de esas alucinantemente chulas sonrisas suyas. Aunque… ¿Qué habrá querido decir de verdad? O sea, capto el doble sentido, ya ves, como para que no sea así, pero… ¿Dirigido a mí?

El resto de sus bromas me hace pensar que, definitivamente, me han cambiao al Keith que yo conozco y me han devuelto uno bastante más espabilado, no sé si por los submarinos, por la mierda esa azul que se bebió o por qué… A ver, siempre ha sido ocurrente, y también consigue quedar a la altura de mis piques y provocaciones la mayor parte de las veces, pero es que… no sé, no sé como explicarlo, ahora es como si al decir eso se abriese esa posibilidad…. ¿O no?

Anda, anda, que vaya pea vas a tener tú también.- Me río acompañándolo en su cachondeo, más por inercia y costumbre que otra cosa, carraspeo, increíble pero cierto: Me ha cortado. Me giro hacia mi cuarto y desaparezco dentro de él. Mierda puta, huele a derrota. A una mía.

En un plis plas me quito la escasa vestimenta que llevo en lo alto, todavía flipadilla, sin dejar de sonreír y negando con la cabeza, será mamón, que pedazo de vacilada. Miro alrededor y encuentro lo que busco: recojo una camiseta suya del suelo, poniéndomela a toda leche y sacando el UZI de debajo de la cama. Salgo con él en las manos, en dirección a su cuarto cuando vuelvo a estar seria, bueno, más bien, estable. Que a su lado no estoy seria sin motivos. Nunca.

Bueno, la nena esa me parece bien que lo cuide cuando nos venga mal tenerlo, es maja, pero tiene que estar con nosotros to lo que podamos, que no me fío un pelo, tío.- Dí que sí cambia de tema, cobarde. Llego hasta su cama, descalza, y me tiro en ella tras soltar el arma al lado -Al curro me lo voy a seguir llevando y mañana a lo del ático se viene.

Suspiro mientras me acomodo en el lado izquierdo y mirando hacia arriba, coloco la mano izquierda entre la almohada y la cabeza. Estoy reventada, coño -Lo de mañana va a ser al medio día, a la hora de comer, dice el poli que nos invita.- Arqueo las cejas, él sabrá por qué narices lo hace. Yo no quiero saber nada de sus movidas internas.

Tenemos que ir a recogerlo, que me he traído su coche.- Levanto la cara un poco, buscando sus ojos, -Llevamos también la moto, ¿Verdad? Pa ir más a nuestra bola pa volvernos.- Cuanto menos dependamos de él, mucho mejor… más bien cuanto menos lo hagamos de todos los que no seamos mi músico y yo. Oye... el coche lo llevas tú, ¿Vale? Que a mí me da la brasa que no veas...- Aparto la mirada al volver a ponerme en horizontal, mejor será, que no quiero que vea nada en ella.

Un largo bostezo y un suspiro después, con menos sueño del que creía iba a tener al tumbarme. Se ve que con su cachondeito ha acabado espabilándome.

Joder, que noche más rara...