Partida Rol por web

A Lo Profundo

4. La Roca de los Amantes.

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27/07/2013, 18:08
Hermana Arianne

Arianne suspiró. La magia de aquel lugar era ancestral y poderosa. Y aquellos doas habían decidido meterse de lleno en ella como quien se baña en agua hirviendo. Malditos magos...claro, y luego cuando se "quemaban" y arrojaban un ejército de muertos vivientes o señores demoníacos al mundo dejaba de ser "su búsqueda" para ser "el problema de todos". En Azalée lo hubiera entendido, pero Arroyo. Hereje con demasiadas preguntas en la cabeza.

Iba a tener que darles medicina de las Bendiciones Piadosas. Pero se resistía aún a usar la violencia.

- ¿Mi idea del beso no se tendrá en consideración? - preguntó más para ganar tiempo que para que Rowane siguiera su consejo

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28/07/2013, 11:13
Narrador

El vigoroso zarandeo de Rowane sacó a a Azalée del sopor mágico que la había asaltado en la piedra. 

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28/07/2013, 14:57
Profesor Arroyo

Es un altar, o mejor dicho, una minúscula parte de un altar gigantesco, de una época previa al cataclismo...  -respondió al darse cuenta de la pregunta- Pero iba a intercambiar opiniones con Azalee cuando la vi en este estado...

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28/07/2013, 15:01
Azalée

Los ojos de Azalée se abrieron repentinamente, como activados por un resorte oculto pajo los párpados. Frente a ella, a escasos centímetros de su cara, estaba el ya familiar rostro de Rowane. Era ella quien la había arrancado del perturbador sueño.

—No era la reacción que esperaba —dijo mientras se sacudía la arena de la ropa y se ponía en pie—. Gracias, Rowane, no era el sueño más agradable que he tenido.

Ni el más desagradable, por desgracia.

Por lo que parecía, solo ella había sido afectada por el sopor mágico. Por embarazoso que resultara, era reconfortante comprobar que sus compañeros, o al menos Iolus, tenían cierta resistencia a los efectos de los hechizos. El profesor había tenido tiempo de estudiar la Roca mientras ella echaba una siesta temprana y soñaba con horrores periféricos.

—No tengo opinión que compartir, Iolus —comentó—. Si he tenido ocasión de examinar la roca, no lo recuerdo. Cuéntanos lo que has descubierto.

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28/07/2013, 16:18
Profesor Arroyo

- No mucho más de lo dicho, la roca parece la parte superior de un gigantesco altar Talmorano, dedicado a algún dios de antes del cataclismo. No he notado nada raro por lo demás. No sé tampoco como descifrar esa escritura, al menos a base de conocimientos, quizás algún conjuro de comprensión idiomática ayude pero no lo tengo preparado. Podríamos pasarnos una vida investigando esto, con un gran equipo de operarios para ayudarnos a desenterrar el altar, sin duda sería una gran revolución en los conocimientos que tenemos sobre la época anterior al cataclismo... si algo así pudiese llegar a ser aprobado en la capital, cosa que dudo.... estoy divagando... en todo caso, supongo que puedo resumir diciendo que no he descubierto nada práctico que nos ayude en nuestra investigación para ayudar a los lugareños.

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28/07/2013, 16:30
Azalée

Azalée rebuscó bajo su guardapolvo hasta que sacó un recipiente de forma cilíndrica. Nunca había aprendido a inscribir pergaminos, y desde que estaba sola, no tenía forma de conseguirlos, pero el propio profesor le habia entregado los dos que había encontrado en la casucha de Gerlach.

—¿Queda alguien vivo que pueda leer talmorano? —preguntó, como respuesta—. En cualquier caso, tengo los pergaminos que encontraste en el laboratorio de Gerlach. Puede que no funcionen, y por eso los dejara atrás en su última expedición, pero merece la pena probar, siempre y cuando el altar no vuelva a afectarme.

No comentó nada respecto a la posibilidad de investigar el altar. Si la Basílica descubría lo que había en esa isla, el equipo de operarios que enviaría se encargaría de enterrar cualquier prueba que pudiera encontrarse en esa isla que pusiera en cuestión la fe. Los misterios de Nal-Kashel serían revelados algún día, pero no hasta que la basílica se autodestruyera.

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01/08/2013, 01:16
Hermana Arianne

Arianne sentía curiosidad, por supuesto. Le intrigaban como a cualquiera los secretos ancestrales anteriores al Cataclismo. Sus preguntas en la Iglesia habían sido difíciles, si bien nunca heréticas. Y eso era porque sabía donde estaba la línea. Sabía que había cosas que era mejor dejar enterradas si no era posible erradicarlas. Y en concreto, aquella isla, con su posible población de hombres-pez se le antojaba bastante arriba en la lista de "erradicables o enterrables".

- No se si sería prudente volver a acercarte al altar, amiga mía - dijo con voz amable a Azalée. Estaba preocupada por su salud, aunque también estaba...¿Enfadada? El zorro es astuto y la liebre asustadiza, y los magos siempre jugaban con cosas que escapaban a su control, no podía reprochar a nadie ser como era

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03/08/2013, 10:45
Narrador

Azalée hizo caso omiso a todas las advertencias y se acercó sola a la Roca. Esta vez debió resistir el encantamiento del antiguo altar talmorano, porque no se quedó dormido. Visteis como extendía el pergamino frente a si y lo leía con voz tonante. El pergamino se hizo pedazos de forma inmediata, pero aquellas escrituras seguían siendo un galimatías ininteligible.

- Tiradas (1)
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04/08/2013, 11:47
Azalée

—Yo sí lo sé —respondió Azalée a Arianne, sin dejar de avanzar hacia la Roca—. No lo es.

En esta ocasión el hechizo no le afectó. Puede que si psique huibera estado más preparada, y lo hubiera resistido. O quizás simplemente solo funcionaba una vez contra cada individuo. No era extraño que una persona se volviera inmune al mismo efecto, de la misma procedencia, durante unas horas. Era una de esas extrañas reglas de la magia cuyos misterios los eruditos e investigadores no alcanzaban todavía a desentrañar.

Extendió el pergamino entre las manos y leyó en voz alta sus palabras. Nunca le habían gustado los sortilegios inscritos, la figura del mago leyendo el conjuro le resultaba insoportablemente teatral, histriónica incluso. Por desgracia, siendo las energías arcanas contenidas en el cuerpo del mago limitadas, no podía negar su utilidad.

Cuando llegó al punto final, el pergamino se consumió entre sus dedos como el azúcar en el agua hirviendo. Solo unas tenues volutas de humo evidenciaron, durante el instante que tardaron en expandirse hasta la desaparición, que había existido en algún momento.

Azalée hincó la rodilla junto a la Roca y trazó con los dedos una línea sobre los glifos inscritos en su superficie.

Nada de nada. Curioso.

—O bien estos símbolos están colocados de forma aleatoria —dijo, poniéndose en pie—, o quienquiera que diseñara este conjuro pasó algo por alto.

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04/08/2013, 15:32
Rowane

Rowane miraba de reojo alternativamente a unos y a otros conforme hablaban.

¿Podemos... seguir?—dijo soltando un suspiro suave—. Si aquí no somos capaces de encontrar nada, igual hay otras cosas en el resto de la isla que nos ayuden a entender algo.

Por lo que a ella respectaba, la mejor forma de subir una tapia no era dándose de cabezazos contra ella: Si por un lado no se podía trepar, lo mejor era rodearla y buscar asideros en el otro. Y si tenían en cuenta en cuenta que ni Azalée era capaz de descifrar aquello, significaba que simplemente el grupo había llegado a un punto muerto en aquél lugar al menos.

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10/08/2013, 01:28
Azalée

Azalée desvió la mirada por última vez hacia la roca, o tal y como había identificado Iolus, el extremo visible de un altar profundamente enterrado. Algún día, en el futuro, cuando la Basílica se hubiera derrumbado bajo el peso de su propia necedad, alguien descubriría este lugar de nuevo, y el altar sería desenterrado y sus secretos desentrañados. Quizás no en un futuro tan lejano como imaginaba; quién podía prever cuánto más aguantarían los nuevos cimientos de la Fe.

—Tienes razón, Rowane —dijo—. Sigamos adelante.

En realidad, por fascinante que fuera, no habían ido a la isla a descifrar el misterio de la antigua civilización perdida. Si cuando abandonaran la isla habían conseguido evitar que los noiransinos siguieran desapareciendo, podían darse por satisfechos.

Adelante, hacia lo desconocido.