Partida Rol por web

Parándose en la intersección, la vista de Svein fue repasando las dos rocosas cavidades que se habrían a derecha y izquierda a modo de pasillos. Enfocando la sombría oscuridad con la luz de su linterna intentó percibir con poco éxito que podría estar acechando en aquellas cavernas.

Casi estuvo tentado de estremecerse, ante la idea de los terribles seres que su desbocada imaginación le decía que moraban en los recónditos y húmedos rincones de aquel lugar demencial.

Mientras tanto Itzia había proseguido hacia adelante, casi a modo de avanzadilla. Al clérigo no le gustaba que se dispersasen tanto, y tan solo esperaba que la perenne autosuficiencia de la que hacía gala su compañera estuviese justificada, pues no quería que se pusiese en peligro.

Ya habían perdido a un compañero, y aunque aun no habían podido profundizar en su "amistad", no quería que ninguno de sus otros compañeros sufriesen el mismo destino.

- Vret.- Llamó la atención del psíquico.- Tal vez puedas volver a usar tu habilidad para detectar seres vivos. A ver si hay mas de esos repugnantes seres por aquí.-

Me giro para ver el pasillo que me había encontrado y veo que no tiene muy buena pinta por los pasillos que hay a su alrededor. Me giro para mirar a mis compañeros de nuevo y escucho olas palabras del clérigo.-Es una buena idea, Vret, ¿Podrías?-pregunte acercándome un poco a ellos para que el , con aquel don que tenía pudiera decir si ahora mismo estábamos con alguien o algo más en aquella sala. Es una gran ventaja poder tenerlo con nosotros, no sabemos que nos podemos encontrar pero si podemos adelantarnos y saber el número.

Puedo intentarlo. Advierto que anteriormente noté que la construcción es muy densa para mis sentidos. Así que vea cuanto vea estemos preparados.  La petición de mic ompañeros me sacó del ensimismamiento en que me encontraba al contemplar las repugnancias y opciones que se nos presentaban. Por tanta carniceríadebía habermuchas más de aquellas monstruosidades.Y comenzaba a dudar si no hubiera sido mejor estar acompañado de un destacamento bien armado.

De todas maneras aferré mis amados utensilios y me encomendé al Emperador para que guiase mi alma por los recovecos más dignos para él. Me concetré y escruté.

Noté el olor a ozono cuando Vret volvió a canalizar la energía de la disformidad a nuestro alrededor. Aunque la sensación me desagradaba enormemente tenia que reconocer que aquellos poderes eran bastante útiles.

Sin dejar de lanzar miradas de escrutinio a mi alrededor esperé a escuchar que había detectado.

Itzia vuelve y os encontráis todos juntos en la encrucijada, y no podéis evitar sentiros más seguros estando juntos...al fin y al cabo estáis en terreno hostil y lo único que tenéis para apoyaros es los unos a los otros. Svein alumbra con la linterna y logra que veáis algo mejor vuestro alrededor, pero no logra una diferencia notable. Situados mirando hacia el final del corredor en la apertura de la derecha no se ve mucho porque el camino gira hacia la derecha y solo veis roca, y la apertura de la izquierda muestra una cavidad grande en cuyo centro se haya una gran columna de piedra. Vret se queda en silencio concentrándose y todos, expectantes, esperáis su veredicto.

Percibes cuatro formas de vida humanoides en la sala de la izquierda, la de la columna, aunque no estén a la vista. Se te ocurre que es posible que estén detrás de la columna, aunque como tampoco es tan grande deberían estar agazapados de forma deliberada...y eso solo significa una cosa: emboscada. Sin embargo ahora que lo sabes puedes actuar...¿no llevábais granadas de fragmentación? Al ser de fragmentación no van a suponer problema para la estructura de la caverna, como mucho desconchan un poco esa sala en concreto.

Al Salir del trance señalé en silencio hacia la sala que poseía una columna, en la izquierda. Mostre cuatro dedos mientras vocalizaba algo asícomo "Em-Bos-Ca-Da", seguidodel gesto de enseñar la granada que había cogido de la armería y hacer ver que pensaba lanzarla.

Esperé unos segundo para que pudieran hacerse a la idea y tuvieran ocasión de pararme o prepararse. Después de eso armé la granada y la lancé.

Entendiendo el aviso de Vret y viendo cuales eran sus intenciones, Svein dejó la linterna tumbada en el suelo, apuntando hacia la dirección donde señalaba el psíquico. Arrodillándose en el suelo, aferró su rifle láser apoyando el codo en su rodilla para obtener estabilidad a la hora de disparar. La luz de la linterna les serviría para poder ver venir a los enemigos, y de paso cegarlos un poco si salían a por ellos tras la explosión de la granada.

- Sagrado emperador.- Salmodió entre dientes el sacerdote preparándose para lo que estaba a punto de acontecer.- Adiestra mis manos para la batalla, agudiza mis ojos y fortalece mis brazos para ser certero con mi rifle. Permíteme ser el instrumento de tu justa ira, la espada se se abatirá sobre las cabezas de aquellos que en su infamia te han dado la espalda, los herejes y los impuros. Que el láser purificador atraviese su carne, la queme y reduzca a cenizas su existencia. Pues cenizas son, para ser esparcidas en tu nombre...-

Por la cara de mi compañero Vret se deducía que algo no iba mal o mas bien peor que antes. Miro donde señala y escucho lo que el dice asintiendo mientras con la cabeza y agarrando fuerte mi fusil. Doy dos pasos hacia atrás poniéndome a un lado de Svein para que cuando lanzaran la granada poder acribillar a lo que saliera de ahí con vida.Que el emperador nos ayude pensé mientras me preparaba.

Vret lanza la granada con poca habilidad, y al explotar la granada distinguís una columna de roca que debe estar protegiendo a los enemigos. Os tapáis un poco con los brazos y como podéis, por instinto, al explotar la granada...y al instante empezáis a escuchar grotescos alaridos inhumanos que se acercan hacia vosotros. De la oscuridad emergen cuatro horribles figuras, humanoides pero mutadas y corrompidas, vestidas con ropas andrajosas que no se corresponden con la vestimenta militar. Se abalanzan sobre vosotros a la carrera armados con revólveres y palanquetas, suerte que la distancia os da la oportunidad de abrir fuego sobre ellos...aunque alguno de ellos también lo hace sobre vosotros.

Uno de ellos grita y corre hacia vosotros disparando hacia arriba con el revólver que porta en la zurda de forma amenazante mientras zarandea la pequeña palanca que porta en la diestra, otros disparan hacia vosotros...pero no antes de que vuestra entereza y decisión os permita responder con presteza.

Los mutante corren hacia nosotros sin miedo ninguno. Instintivamente abro fuego contra ellos intentando detenerlos, pero el humo hace que mis balas no alcancen su objetivo.

Con un rápido movimiento vuelvo a apretar el gatillo pero vuelvo a fallar estrepitosamente. Los mutantes se aproximan a toda velocidad, la escopeta está descargada y tardaré demasiado en volver a cargarla. Es momento de dejarla caer y coger el garrote.

Molestado por la oscuridad del pasillo y el humo producido por la granada, y sorprendido por la abrupta carga a ciegas de los mutantes, Svein falla su primer tiro, que apenas pasa rozando el hombro de uno de aquellos horripilantes seres. ¿Es que acaso aquellos mutantes estaban tan enloquecidos como para cargar a lo loco contra ellos?

Teniendo en cuenta que estaban lo suficientemente locos como para darle la espalda al sagrado Emperador, la verdad es que debería haberse preparado para tal eventualidad...

Aquello no amedrentó al sacerdote, que afinando su puntería volvió a disparar su rifle láser, acertando esta vez en el pecho de uno de aquellos seres, que portaba un revolver.

Después de aquella gran explosión miro hacia donde estaba o donde había caído la granada y horribles bestias salían de aquel lugar.-debéis morir asquerosos monstruos-digo para mi misma preparando mi arma y apuntando hacia aquel que venia para nosotros.

El humo baila a trompicones mientras las balas y los lásers surcan el espacio que os separa. Svein, arrodillado y decidido, acierta a uno de los horribles mutantes quemándole el torso, pero éste continúa sumido en su frenética acometida. Todos ellos llevan revólveres y palanquetas, algunas oxidadas, y aunque uno disparó hacia el cielo de la caverna los otros tres os disparan a vosotros. Uno dispara hacia Itzia pero no llega a acerarla...por poco. Sin embargo a Vret sí que le acierta una bala en el costado, agujereando la ropa y causándole una herida que lo mancha de sangre.

Gruñí de dolor cuando sentí elimpacto en mi cuerpo. Pero no había tiempo para lamentarse. Esforzándome por sobreponerme al dolor. Alcé el láser y apunté con mis mejoress fuerzas hacia el ser que se abalanzaba sobre mí. Después apreté el gatillo.

Los mutantes ya estaban encima de mi y con mi escopeta descargada sólo podía hacer una cosa, fijarla a mi espalda y solar el garrote plegable anti-disturbios que llevaba en el cinturón.

Lo extendí e intenté golpear a mi atacante, pero la suerte parecía que no estaba de mi lado y volví a fallar.

Viendo que el enemigo se abalanzaba sobre él, Svein dejó a un lado su rifle láser y desenvaino su espada de monofilo. No era muy ducho en las lides cuerpo a cuerpo, pero no creía que aquella aberración del caos fuese a dejarle opción alguna.

- ¡¡¡Maldita escoria!!!- Profirió con voz tronante.- ¡Ven a encontrarte con tu muerte!-

Levantando su espada lanzó un revés contra el cuello de su enemigo.

Tengo encima de mi a aquel asquerosa bestia y no tengo otra cosa que hacer que dejar mi fusil de caza y armarme con mi espada. Con ambas manos la empuño y dirijo una estocada hacia el mutante que tengo delante.