Partida Rol por web

Al despertarse Ungrim ve un plato de carne y un vaso de licor a su lado y sin pararse a pensar mucho da buena cuenta de ello mientras en la caravana se ha armado un poco de revuelo.

Los reunen a todos y les explican que el camino está bloqueado por cuerpos de humanos que han sufrido una emboscada.

Ungrim dice:

- Me ofrezco como guardian, si es una emboscada no me gustaría que me cogiera con un cadaver en las manos en lugar de arma. Además no se cual es la tradición humana para con los cuerpos, nuestros muertos deben ser enterrados en piedra pura para que podamos volver a nuestros origenes.

Ionor también dio un paso al frente.

-Yo también voy de escolta. Aun tengo deudas que saldar.

Los vendajes asomabanpor debajo de la ropa, y el corte en su pequeño peto de cuero lo hacía casi inservible. Sin embargo, su determinación era palpable.

Cahir despierta algo adolorido y cansado. No ha dormido bien. ¿Habrán sido las horas de guardia? ¿O ese licor afrutado? ¿Por todos los dioses qué dolor de cabeza? ¿O quizá ese extraño sueño en el que esa elfa que les acompaña se acercaba a su cama y lo observaba cariñosamente? Era un sueño, de eso no tenía ninguna duda, pero al ver a Ionor, Cahir notó un cierto y desconocido cariño brotando de su interior.

Sus compañeros pensaban ir a ver los restos de aquella emboscada. Vaya - pensó - esta aventura está resultando algo movidita. Y con la cabeza como un tambor dio un paso adelante para acompañar al resto del grupo.

Miro de un lado a otro, parece que ya hay un buen numero de voluntarios, asi que mirando al Capitán en espera de otra orden, espera en la fila tranquilamente. No tengo ganas de estar moviendo bestias cornudas o goblins, no gracias, este bosque ya huele lo suficientemente mal.

Finalmente varios guardias, hombres capaces, Nana, sacerdote y tres de los héroes del puente, parten hacia adelante por el camino, finalmente se pierden entre el sendero serpenteante.

El capitán, da el alto, y toda la caravana aprovecha para descansar y reponer fuerzas.

La espera se hace larga...aprovecháis para descansar a la espera del regreso de la avanzadilla para despejar el paso.

Finalmente los cadáveres son apilados y sepultados. El camino vuelve a estar dispuesto para emprender la marcha. La caravana es avisada de que puede retomar su camino y en poco rato alcanzáis el punto de la emboscada.

Al caer la tarde la caravana llega Immelscheld, otro pueblo saqueado durante la tormenta del Caos. El capitán Schiller ordena a la caravana acampar a las afueras de las ruinas y montar guardia como de costumbre. Todos están aliviados de no haber sufrido el destino de los viajeros de Delberz.

El capitán, manda a varios hombres al interior de Immelscheld en busca de provisiones, el resto de la caravana tiene toda la noche para descansar.

Ionor se integró de nuevo a los trabajos con el resto de los de la caravana. Su herida no era tan grave como para impedirle realizar cualquier tipo de acción.

Agotada por los trabajos varios realizados, decidió no acompañar a la gente a por suministros. Este vez le tocaba descansar a ella.

Cuando el capitán Schiller pasó por su lado, le abordó con una pregunta.

-¿Estamos muy lejos de Middenheim?

Mmmm el capitán mantiene una expresión reflexiva.
Al encontrarnos a Immelscheld debemos estar a nuestro ritmo a unos 4 o 5 días.

Ungrim espera que lleguen las provisiones para la cena y tras haber cenado se mete rápidamente en la cama, nunca se sabe que los molestará está noche y el Enano presiente que siempre que hay problemas le toca a él salir a hacer algo.

Nadie parece dudar que, en efecto, las tareas a las que se ha dedicado últimamente Cahir lo han dejado exhausto. También hay que decir que pone algo, bastante, de su parte, para parecer más cansado de lo que realmente está. Así que por esta vez intenta pasar desapercibido, cenar e ir a dormir en cuanto pueda.

La noche avanza y poco a poco el campamento queda absorbido por el silencio después de que la comitiva que fue a buscar algo de provisiones volviera casi vacío.

Apenas hay ruido en los alrededores mas que los fuegos crepitar de las hogueras. Alrededor los vigilantes de la caravana