Partida Rol por web

Escuchar una conversación entre varios pueblerinos, comentan que los desaparecidos del pueblo se encuentran apresados por los hombres bestia que habitan en el interior del bosque.

Entre un miliciano y varios pueblerinos comentan que recientemente ha salido una guarnicion hacia Untergard, y que llegaran en poco menos que una semana.

Un murmullo recorre la multitud cuando llega el capitán Schiller. Uno de sus vigilantes coloca una caja en el suelo, y el capitán se sube a ella con bastante agilidad para un hombre de su edad. Aunque tiene el uniforme rajado y la armadura abollada, el capitán Schiller aun controla el respeto de la muchedumbre.
Le basta un un único gesto para silenciar a toda la multitud.

Pueblo de Untergard.
Este es un glorioso día. He recibido una carta del Conde Todbringer de Middenheim. ¡El viejo lobo aun vive y la ciudad de Middenheim resiste con brío!. La multitud aclama y una vez mas Schiller se ve obligado a pedir silencio.
El Conde Todbringer envía sus agradecimientos a todo Untergard por haber rechazado a los invasores. Dice y cito textualmente, que "la batalla por el puente de Untergard pasara a la historia como una de las mas gloriosas de la historia de Middenland". ¡Enorgulleceos, pueblo, pues nuestro sacrificio no ha sido en vano!.
Cuando los vítores disminuyen, Schiller prosigue.
En gratitud por nuestro valor, el Conde nos ha enviado una muestra de aprecio El capitán rebusca en una bolsa y saca de ella una barra de pan y una botella de vino. Nos ha concedido el honor de recibir treinta barras de pan y una docena de botellas de vino, directamente de Middenheim.
La multitud enloquece al ver la generosidad del Conde, sus hambrientos ojos fijos en la barra de pan que sostiene el capitán en sus manos.
¡Larga vida al Conde!, ¡Larga vida al Conde! Entonan los pueblerinos. Schiller sostiene en alto el pan y el vino mientras los endurecidos supervivientes de Untergard gritan hasta quedar roncos.

De repente se produce un fuerte estallido y la botella se rompe, regando a Schiller y al pan de cristales y de vino. Cunde el caos y la multitud empieza a correr por todos lados presa del pánico.

Ungrim estaba escuchando atentamente las palabras del viejo capitán humano e incluso se había animado a vitorear con los lugareños. Cuando de repente la botella de vino se rompe y se hace el silencio.

Cuando llega el capitán los murmullos suben de tono, aunque veo en las caras de la gente que lo respetan, supongo que un hombre que a dado la vida por ti, debe ser respetado, eso al menos. Mientras dice su pequeño discurso no puedo evitar una sonrisa, en estos tiempos una barra de pan es mas de los que muchos de aqui podrian desear, se les ve en sus cansados cuerpos y en sus tristes miradas.

Derrepente algo rompe la botella que tiene en la mano, y me levanto del sopetón, intento ver de donde ha llegado el ataque, pero entre la confusión parece tarea arto dificil. Mirando de reojo cojo mis cosas y empiezo a moverme, antes de que la marea de gente me arrastre y termine en el suelo, esto seria una muy calida bien venida.

 - Jajajajaja bien, demonios, bien... Ya era hora un poco de reconocimiento. - Murmura el joven vigilante contagiado del jolgorio de la gente. ¡Vino y pan! Esa noche se montará una buena juerga. Aunque por la cabeza de Cahir aún ronda lo que anteriormente escuchó. Hombres atrapados por los hombres bestia... si siguen vivos deberian rescatarlos... pero a ver cuantos valientes  salen de las murallas para adentrarse en los bosques y buscar a vecinos

 De repente la botella estalla. Y estaba tan sumamente ocupado y metido en sus pensamiento que Cahir se encoje del susto, echando mano a su bajovientre, que ha notado un ligero cosquilleo del susto.

 - Pero que gañan ha podido... - Pensando que a alguno se le ha escapado una piedra o algo. El joven vigilante mira hacia todos lados para ver lo que ha causado tamaña estampida.

Ves sombras que se mueven en la parte mas alejada del puente de este lado,estas convencido que ha venido de allá!.

Ahora que te fijas, dirías que incluso deben ser hombres bestia, parecen que llevan cuernos. Intentas mirar mas claramente pero se pierden al girar una esquina de una casa.

Ademas por lo que parece han utilizado alguna arma de pólvora y casi seguro que han disparado desde el edificio del final de la calle principal de la habitación del piso superior a la izquierda.

Como mercenario con experiencia, estas seguro que ha sido un disparo con una arma de fuego, seguramente un rifle. Intentas averiguar de donde procede el disparo y crees estar bastante seguro que ha provenido de la estación de carruajes en ruinas del otro lado del puente.

Escucho atentamente, desde el lugar en el que me encuentro sentada, las palabras pronunciadas por el Capitán y escucho como la gente que hay congregada en la plaza vitorea con fervor cada una de dichas palabras, así como la muestra de agradecimiento enviada por el Conde Todbringer desde Middenheim.

- No hay mejor regalo para un pueblo hambriento que intentar saciar su hambre y su sed -

Entonces, tras ver como estalla la botella de vino que el capitán sostiene en sus manos y como la multitud que hay congreda en la plaza empieza a huir de manera descontrolada, me pongo de pie, con mi mano sobre la empuñadura de la espada, y comienzo a mirar en todas direcciones intentando averiguar que es lo que ha ocurrido.

- ¡CAPITAAAAAAAN! ¡LAS BESTIAS! - Señala Cahir hacia el puente por el que ha visto moverse las sombras cornudas.

 El corazón del joven comienza a latir con mas fuerza, sus venas se llenan de vigor y adrenalina por el combate que está por venir. Maldice la valentía de algunos, que han salido desperdigados, en desbandada. Pero no puede culparles, no nacieron para la lucha, sino para el campo. Todo hombre y mujer tiene su sitio en el Mundo, y vive para algo. Los vecinos de Untergard, aunque finalmente se armen con horcas y azadas, no han nacido para luchar. Muchas veces el propio joven se pregunta si ha nacido para esto.

 - ¿Por donde demonios....? - Se pregunta al buscar algún lugar por el que hayan podido disparar. Observa el edificio que le ha parecido sospechoso... pero de nuevo vuelve la vista al puente. No quiere que le den un garrotazo los bestias por la espalda. Arma ya en la mano, se prepara esperando las ordenes del capitán. Y si no hay capitán, espera que sus compañeros se rearmen y al menos presentes un poquito de resistencia.

No se muy bien lo que pasa, los soldados parecen prepararse, y algunos tomas las armas, yo compruevo mi escaso equipo, y me pego a una de las paredes de la casa, en espera de lo que esta ocurriendo, ahora vendria bien alguien al mando.

Por puro terror me quedo pegado a la pared de la casa, intentado que nadie me arrolle en su carrera, aprobechando la entrada de una casa, empiezo a cargar mi ballesta, esto me huelo mal, lo presiento.

A través del gentío como huye de la plaza puedes ver a cuatro horribles mutantes que corren hacia este lado a través del puente. Uno de ellos tiene tentáculos en vez de brazos, el segundo tiene cuernos y un grueso pelaje, el tercero tiene un morro parecido al de un cerdo y el ultimo tiene un tercer ojo en la frente. Están vestidos con harapos sucios y mugrientos y armados con clavas. Según se acercan puedes ver el odio encendido en sus miradas.

Con el arma cargada ya me encuentro mucho mas tranquilo, desde la posición en la que me encuentro me va ha costar mucho disparar, asi que pegado a la casa, intento acercarme poco a poco al rio y a las bestias que por el cargan, parece que no estan solas alfin y al cabo.

Realmente me da pena como unos desgraciados, aun tienen que pasar mas penuria si cabe, la guerra es una amante estricta y no perdona a los menos afortunados, espero que la guardia que aqui queda puede aguantar la acometida.

- ¿Bestias? ¿Donde? - Dice Ungrim mientras se pone en pie y mira hacía a todos lados

Cahir se acerca a un enano que preguntó sobre las bestias. ¿Es que nadie las ve? ¿Están todos ciegos o que? De sobra es conocida la resistencia y la fuerza de los enanos... ergo... mejor es quedarse cerca del barbudo para cuando vengan las bestias...  Cahir le señala por donde las vió, en el puente, insistiendo.

 - ¡Por alli! ¡Por alli! ¡Las he visto! ¡Por el puente! ¡Por el puente!

Desde que el humano de tez clara y pelo oscuro grita referente MONSTRUOS y PUENTE, os giráis para ver el motivo del revuelo y la gente corriendo.
Cuatro horribles mutantes que corren hacia este lado a través del puente. Uno de ellos tiene tentáculos en vez de brazos, el segundo tiene cuernos y un grueso pelaje, el tercero tiene un morro parecido al de un cerdo y el ultimo tiene un tercer ojo en la frente. Están vestidos con harapos sucios y mugrientos y armados con clavas. Según se acercan puedes ver el odio encendido en sus miradas.