Partida Rol por web

- "¿En serio? ¿Entonces dónde está Carla?" -

Respiro aliviado.

- "¿Alguien ha visto a Carla SouthsBee por alguna parte? Es la camarera del Bowling..." -

Me dirijo a todos los presentes.

Aunque había pensado y sugerido en cerrar el hueco por donde había entrado el coche que casi acaba con mi vida, la idea de marcharnos era bastante mejor que esperar una ayuda que quizás jamas llegase.

- Hola a todos no soy de aquí y aunque este lugar podría parecer seguro, estoy con la chica pelirroja....Jennifer no?. Alejarnos lo mas posible de zonas habitadas nos puede dar una opción ante lo que signifique esta enfermedad zombies o lo que sea y si como otros ya han apuntado hay un lugar donde aprovisionarnos, mejor que mejor antes de partir a la aventura. 

En el rato que los demás decidan o no que hacer intento acercarme a Brenda para intentar consolarla, entiendo lo que movió a Jennifer a hablar a la niña en la manera en que lo hizo pero podría causarnos un problema que la pequeña no quisiera colaborar.

- Hola Brenda, soy Robert antes me has ayudado pero no me había presentado....tienes que perdonar a la chica del pelo de fuego. Lo que te dijo....estuvo mal, pero era para poder ayudarte sin que te pusieras mas nerviosa de lo necesario.  Tienes que dejar que estos hombres nos lleven a un lugar seguro...luego podremos intentar comunicarnos con algunos de tus parientes. 

La torta sonó más de lo que realmente fue, me pilló desprevenida, ensimismada, pensativa, distraída, enajenada...

Pero no a Darwin, el estaba alerta, siempre lo estaba. Antes de que el sonido del golpe desapareciese el enorme wolfhound lanzó un ladrido que resonó por toda la estancia helando la sangre de incluso el más valiente, la dentellada resonó vacía en el aire, un golpe seco capaz de desmembrar a cualquiera, una advertencia. 

- Stop!- resonó la voz de la pequeña incriminando al animal que salió como si fuera un automatismo, no parecía la primera vez que paraba al animal. 

El perro casi tan alto como Brenda en posición cuadrúpeda y tan alto como cualquiera de los asistentes en dos patas, obedeció al instante, se sentó sobre sus cuartos traseros, aunque su mandíbula seguía enseñando los caninos. La chica pelirroja apenas tardó unos segundos en reaccionar y echarme una monserga mientras yo me tocaba la mejilla que me había golpeado. 

La mirada de odio era sostenida, el rostro empezaba a congestionárseme, aguante hasta que acabó la reprimenda y se dio la vuelta sencillamente antes de ponerse a hablar con los demás. En ese momento no pude más y me eché a llorar encima de Darwin, ahora... lo único que me quedaba. 

Levanté la cabeza del perro cuando oí una voz mucho más calmada, tranquila, casi cariñosa. Era el hombre al que había cosido hace unos momentos en el sueño... no en la realidad. - Hola Robert...- dije con voz de estar llorando y algo ronca, es típica voz que desmorona incluso al tipo más duro - Pero me mintió... y ahora, ahora me ha pegado- por un momento el dolor me había despejado la mente, tragué saliva - Vale Robert, haré lo que pueda... No... no me quedan parientes señor Robert, solo tenía a papá y a mamá, papá tenía hermanos, pero nunca habíamos ido a visitarlos, vivían muy lejos, y yo este año iba a empezar el colegio, no había ido nunca al colegio ¿sabes? Mamá dijo que hasta los once no podría empezarlo, que no merecía la pena...- la voz seguía sonando algo ronca, como con mocos en los pulmones. 

Tras un rato en silencio dije - me quiero ir... solo quiero irme de este lugar...- abracé por el cuello al señor little bear y con la mano rascaba a Darwin - Nos vamos a ir, si, no nos gusta este sitio- parecía que hablaba sola, pero al menos podíais ver al perro y al "señor little bear" allí con ella. No parecía estar muy bien, pero en esa situación, ¿quien podría estarlo?

Josh sale disparado hacia el generador, que debe ser apagado manualmente. Coge una linterna y sale por la puerta de las cocinas.

Tras unos minutos de debates, deliberaciones y tensión ambiente, todo se queda en silencio, en una oscuridad total. Por un momento pensáis que deberíais haber hecho esto antes, aunque las dudas os asaltan. Si no ves venir al enemigo…

Michael Simmons se levanta y dice: Bien, Ayudante Bobby, quiero decir, ahora que Coltran ha... bueno, ya sabe, usted será el cargo en funciones, así que Sheriff Bobby, yo me quedo aquí. Es mi negocio, y es mi vida. He invertido demasiado en éste lugar como para que lo abandone a la primera de cambio. Cualquiera que quiera quedarse será bienvenido.

Roy Munson, el tipo, Payton en el de mantenimiento y Redneck, asienten, sabiendo que ellos son clientes habituales, y no van a dejar a Michael en la estacada.

Tom, que acaba de perder a uno de sus hijos, y consternado por lo que acaba de pasar, recoge el cuerpo del pequeño Matt y se lo lleva a su monovolumen. Echa una mirada hacia atrás, y os dice; cuidad unos de otros, y que tengáis mucha suerte. Sus figuras se pierden en la oscuridad. Unos minutos más tarde las luces de un coche y su motor os hace mirar fuera. El coche sale acelerando con prisa, mientras un grupo de unos 15 hombres y mujeres corre detrás.

Shane por su parte, se apoya en una pared, y vuelve a toser. Por cómo suena esta vez parece algo más serio. De repente cae inconsciente, y sigue sudando cómo si acabara de hacer una maratón, pero en la oscuridad parece que nadie se llega a dar cuenta.

Cerca, podéis oír un grito desgarrador y a voz es de alguien conocido. Josh aparece por la puerta por la que se había ido. Se agarra el hombro donde debería estar el brazo y con la voz entre cortada os grita, ¡¡¡CORREEEEDD!!!!¡¡¡ Hay cientos, cientos de ellos!!! ¡¡¡Cómo el del cochee!!!

A contra luz, podéis ver perfectamente cómo 3 figuras se tiran sin compasión sobre Josh, mientras éste cae y gime ahogándose en su propia sangre.

Siento un subidón brutal de adrenalina y saco las llaves del coche de policía que llevo en el cinturón que le cogí al difunto Sheriff.

- "¡Vamos, al coche del Sheriff, deprisa! ¡Samuel, Jennifer, coged a la niña y venid conmigo! ¡Bobby! ¿Vienes con nosotros?" -

Sin esperar respuesta me dirijo al coche, esperando que los demás me sigan a corta distancia.

Samuel duda un momento, su coche está en el aparcamiento cercano pero son casi 200 metros que en esta situación le parecen una distancia interminable. Los ruidos detrás por donde había entrado Josh le terminan de convencer. Sacando su arma sigue al ayudante del sheriff.

Detrás suyo Walter

En pocos segundos la situación pasó de estar descontrolada a ser totalmente caótica. Josh fue atacado por más de esas cosas que, por lo que parece, lo devoraron. No tuve tiempo para hacer mucho más así que cojí todas las provisiones que había recopilado y corrí hacia mi deportivo mientras grité -Harpper, conmigo. Coge a la cría y su perro y corred a mi coche, está justo en la puerta. Es el deportivo rojo, voy arrancando. Si puedes coge algunos de los suministros que he recogido, están justo ahí. Nos vemos en la gasolinera -dije señalando con la cabeza, en una oscuridad casi total, a lo que había recopilado instantes antes y que yo sola no podía cargar.

Acto seguido corrí hacia mi coche, dejando la carga rápidamente en el maletero y encendiendo el motor a la espera de los otros. Si tardan más de la cuenta me iré.

Dwayne vé como shane cada vez está peor, no le preocupaba lo mas minimo, se merecía todo lo que le ocurriera.

Los demas estaban de acuerdo en marchar, Dwayne tenía sus dudas, mas tarde o temprano vendría alguien, pero despues de los acontecimientos, y viendo como todo se desmadrba optó tambien por darse las de villadiego.

Antes, se acercó a shane-No sé que son esa gente y porque actuan así, pero espero que te despedezen poco a poco y sufras lo que jamas has sufrido en tu puta y jodida vida-

A continuacion salió junto los demas para coger su moto y dirigirse hacia la gasolinera-Vayamos hacia la gasolinera, alli habrá provisiones..... y gasolina

Escucho a la niña esperando que hacerla hablar sirva para tranquilizarla.

- Bien Brenda por un tiempo como tu me has cuidado, yo cuidaré de ti. Sonrío, señalo al perro y al oso. Y a tus amigos. Nos iremos de aquí, lo mas pronto posible.....

Estoy diciendo esto cuando todo se descontrola mas de lo que creíamos, el camarero entra gritando de nuevo en el local diciendo que huyamos.

- Pero que coño.... varias figuras se abaten sobre él y ya todo empieza a ser una carrera. Tomo a Brenda de la mano y corro tras Jennifer coger la bolsa que me indica. - Llama a tu perro y corre pequeña, corre.

- El botiquín- dije antes de que me cogiera de la mano el señor harper -¡Darwin vamos!- grité al perro mientras cogía mi pequeña mochila y al señor little bear. 

gracias, brenda

Los asaltantes despedazaron a Josh en cuestión de segundos. El brazo que le faltaba fue usado como arma contundente contra su cabeza, mientras ésta cedía por la presión y se convertía  por momentos en una masa viscosa roja y grisácea.

Mientras salís del Bowling Paradise, podéis escuchar claramente los gritos de los que se han quedado, puede que como valientes, o como estúpidos, pero fue su decisión, y hay que respetarla.

Con toda la prisa con la que vuestras piernas os permiten correr, llegáis a los coches, y algunos, con cierta dificultad consiguen introducir las llaves en sus respectivas cerraduras. Una vez dentro, os tomáis el lujo de dar una buena inspiración para intentar calmaros. De repente, y con las puertas ya cerradas, varios sujetos enloquecidos cargan contra el coche creando pequeñas abolladuras, y golpeando los cristales cómo si la vida les fuera en ello. Decidís dar las luces aun a riesgo de atraer más enemigos, pero la noche está ya cerrada y son necesarias para ver el camino no estamparse contra la cuneta o algún árbol.

Lo que veis os deja sin habla. Creando un horizonte artificial conseguís ver lo que son cientos de personas que deambulan sin sentido, hasta que ven las luces. Todos corren hacia vosotros.

Me pongo muy nervioso y le cedo las llaves del coche del Sheriff a Bobby para que conduzca él.

Yo me subo en la parte de atrás (donde normalmente viaja el detenido) mientras Samuel se monta en el asiento del copiloto.

Bobby Joe no tuvo tiempo de preguntar a más gente lo que iba a hacer, puesto que no pasaron ni cinco minutos tras apagar el generador, cuando todo se fue al garete... y él no iba a quedarse a hacerse el héroe. Todo el mundo empezó a dar órdenes, se sorprendió mirando extrañado cómo Jennifer pasaba de ser la chica inocente del pueblo, a la chica dura y armada, a la líder de una guerrilla, seleccionando al personal y guiándolos. Con razón estaba metida en esos asuntos políticos. Bobby, sin embargo, hizo lo que tenía que hacer: siguió, agitado y nervioso, a Walter hacia el coche, pero cuando éste empezó a temblar demasiado, siendo incapaz de abrir el coche, le cogió las llaves, le gritó que se colocase detrás, y se metió de cabeza. Todo a su alrededor parecía sacado de una mala película de zombies, y sonrió al pensar que, finalmente, así era como el mundo se iba a la mierda: con muertos vivientes.

Con una gota de sudor recorriendo su frente, rogó a Dios que el coche no diera problemas justo en ese momento, pero cuando accionó la llave y escuchó el poderoso motor americano del vehículo, asintió, miró al cielo un segundo para dar gracias, y metió la marcha atrás para alejarse de esos tipos que se abalanzaban contra el coche, atropellando a uno de ellos con un sonido sordo. Luego, giró el volante con agilidad, y apretó el acelerador rumbo a la gasolinera mientras bajaba la ventanilla y gritaba a los demás.

- ¡La Gasolinera es un lugar seguro, seguidnos! - dijo, a sabiendas de que sus palabras justo hacía unos minutos eran otras, pero mejor que una bolera llena de zombies sí, al menos...

Me agarro con fuerza a la rejilla metálica que separa los asientos traseros de la parte delantera del coche del Sheriff y exclamo:

- "Esto no puede estar pasando... no puede estar pasando...

¡Ella está muerta, Bobby! ¡Atropellada por ese malnacido de Blutter! Estaba debajo de las ruedas... Ni siquiera podemos despedirla..." -