Partida Rol por web

Czorf, Litilus, Lucius, Praetor y Lukas desplazad los heridos a una zona segura.

Luego con la calma tensa sus musculos para ayudar al Hermano Sargento Cleptus a salir de la zona de peligro.

Si, se que no lo ha ordenado señor, luego aceptare con gusto el castigo ejemplar que el código exige, pero voy a sacarlo de aquí, sino quien más va a querrer escuchar las broncas que nos imprime tan amenudo y que por ahora vea no hay más sargentos que ud.

Se gira para comprobar que hayan obedecido las ordenes del sargento. Cuando se encuentra a una distancia prudencial deja al sargento y se dirige a salvar a otro compañero.

El hermano-capellan Litilus se lebanto lentamente como si de un sueño se tratase, el descenso, no hay ido como se esperaba, ese maldito tyranido habia acabado con dos pilotos y varios de sus malditos hermanos habian echo lo propio con otro tantas naves de descenso, y como resultado de la caida descontrolada, buenos hermanos marines de los dientes de sable estaban muertos o medio destrozados tendidos en el suelo, su espresion de pesadumbrez no se veia, pues como buen capellan en batalla tenia el casco puesto.

Se alegro por ello, y se encamino al primer cuerpo inmovil, le dio un golpecito con la bota para ver si se movia, pero no hubo reaccion, se agacho y cogio su puñal, se lo puso entre las manos entrelazadas en el pecho y rezo un parrafo para el emperador guardara su alma hasta que los apotecarios consiguieran extraerle la esencia.

despues cogio el bolter, la municion y se levanto, entonces escucho las palabras del Sargento Cletus, y respondio:

- Hermano-Capellan Litilus en condiciones y preparado para elimnar a todo Tyranido que se ponga por delante.

mientras decia eso se dirigio al primer hermano que vio y le dijo:

-Hermano diente de sable, reune los cuerpos de los muertos a la derecha del sargento y los heridos a la Izquierda, para que el apotecario no se tenga que desplazar para curarlos, y recuperar el equipo, pues lo vamos a necesitar, si te cruzas con algun hermano mas dile lo que debe hacer, cuanto antes lo hagamos antes estaremos vengando a los hermanos caidos y liberando al mundo de esta insana plaga.

despues sigo mi camino diciendo lo mismo a cada hermano que veo, y noto como los hermanos se van moviendo y recuperando cuerpos y enseres y colocandolos todos juntos en vez de estar diseminados.

al llegar donde el sargento cleptus le digo:

- Hermano-Sargento Cleptus, he ordenado que los muertos los situen a su derecha y los heridos a al izquierda y que traigan las armas. Cuando esten todo reunido, rezare por sus almas y exortare a los hombres contra esta plaga inmunda, mientras los apotecarios se encargan de los heridos.

Mientras los  demás se organizaban para ir a la batalla, Micah conectó su Narthecium a la servoarmadura de Larks para escanear su estado vital. Por suerte, su equipo no se había dañado con el impacto y apenas enchufarlo comenzó a operar. Con impaciencia, fue evaluando la información que llegaba a su cerebro hasta hacerse un cuadro completo del estado de salud del marine. Con impotencia, cerró los ojos y suspiró. Traer a Larkin de vuelta iba a ser complicado.

La antigua Letania del Conocimiento se desgrana de los labios del Apotecario mientras el Narthecium conecta a terminales del cuello de Larkin y comienza a emitir bipidos, silbidos, golpes apenas audibles.

La arcana tecnología finalmente ilumina la pantalla, mostrando lo que los sensores internos de la armadura pueden decir de su condición. Es hora de que el Apotecario tome su decisión: en el campo él es el último juez sobre si un Hermano debe recibir la Paz del Emperador.

Realmente, la cosa está mal. El brazo izquierdo, como era evidente, está arrancado del zócalo del hombro y presenta laceraciones y perdida abundante de sangre; que el propio organismo y los sistemas anticoagulantes de la armadura han detenido ya.

Hemorragias internas severas en el pecho, con las cuales el cuerpo de Larkin intenta lidiar mayormente. Si no fuera por el tercer pulmón y el segundo corazón, ahora estaría muerto. Como están las cosas, es una lucha solo entre él y el daño, y las capacidades regenerativas Astartes.

El pesado planchón parece haber dañado el sistema motor de la armadura en la baja espalda y cintura, pero no es de cuidado. Lesiones en el sistema óseo y muscular, pero realmente serían solo magulladuras normales apenas dignas de mención si no fuera que, en este momento, Larks no puede concentrarse en curarlas.

Lo peor, para el final: un pedazo grande de plastiacero ha caido, en algún momento del descenso, entre el grueso collarín de la armadura y la nuca de Larks. El impacto lo ha clavado en la carne, desgarrando la parte baja del cráneo, la glándula progenoida, y el cerebro. Lamentablemente el daño es demasiado para tratar en el campo, y la zona es muy delicada como para administrar más drogas coagulantes.

La única solución, por ahora, sería extraer el objeto de su nuca, limpiar y cerrar la herida. Administrar una fuerte dosis de sedantes o directamente inducirlo a la inconsciencia; y tal vez su propio cuerpo pueda mantenerse con vida hasta que lo puedan trasladar a un hospital.

Lucius, Praetus y Lukas, se mueven rápidamente para cumplir con las indicaciones de Rennard. Aunque el trio es bastante más veterano que el joven Marine, lo hacen sin duda ni dilación. Que un Capellán haya retificado la orden agrega peso a la misma, claro.

En cuestión de minutos todo el mundo está despejado de los restos ardientes, incluso Cleptus quien fuera arrastrado hasta la base de un inmenso árbol por Rennard. La cantidad de muertos es grande, al menos la mitad. Además de los 8 ya mencionados, otros 5 hermanos se encuentran con heridas severas e inconscientes, sumidos en el sueño regenerativo. Lamentablemente, sin el equipamiento adecuado o las drogas precisas, ni siquiera Micah puede despertarlos.

Las armas de los hermanos caidos se colocan, ritualmente y con las plegarias adecuadas, en un costado. Equipamiento estandar, en su mayoría. Cleptus lo observa, y levanta la vista a los demás.

Cleptus recorre con los dedos sus piernas, inmóviles e inválidas. Juega con un panel de control en su muslo derecho, insultando como un hombre de la Marina Imperial.

Luego levanta la vista y absorve toda la información. El cielo comienza a cubrirse, pero las nubes no son naturales. La Flota Enjambre viene, y tal vez no tengan mucho tiempo.

- Rennard! Lukas! Es necesario que hagan una incursión rápida hasta el transporte, por el equipamiento que está almacenado en su bodega. Es peligroso, pero necesario. Luego de dudarlo, señala también a Praetus. Tú también Hermano. Un solo viaje es menos peligroso que dos.

Luego afianza su enorme torso contra el aún más enorme árbol, y amartilla el Bolter asegurándose de que se encuentra en perfecto estado. Lucius, yo cubro desde aquí. Tú da la vuelta, cubre la otra punta del claro.

Lucius se apresura a obedecer al Sargento.

Rennard se apresuro a seguir las ordenes, en realidad buscaba qualquier cosa que fuera útil para los dientes de sable, ya dejaria para los más veteranosd decidir que era más importante, puesto que su veteranía les permitiria seleccionar mejor.

Las situación era más grave de lo que Micah esperaba. Larks apenas sobrevivía gracias a sus implantes marines. Para empeorar el cuadro aún más, durante el choque una placa de plastiacero había perforado su nuca llegando hasta la glándula progenoide y el cerebro, con lo cual la extracción se hacía inminente.

El apotecario puso manos a la obra. Tomando sus herramientas, con toda la delicadeza que le permitía la situación intentó quitar de allí la dichosa placa, pero sus intentos fueron en vano. Cuanto más intentaba, pero se veía la herida. Mejor sería estabilizarlo, sumirlo en la inconsciencia y rezar al Emperador por que viniera una nave de rescate y lo llevar, junto a los demás heridos, a un hospital Astarte para tratarlo como era debido.

Litilus escucho las ordenes del Sargento Cleput y se apresuro a decir mientras los miembros mencionados salian corriendo en la direccion indicada.

- Yo tambien voy, es mejor mas brazos y menos carreras.

y sin decir mas salio tras sus hermanos.

cuando llego, los demas marines ya estaban revisando el equipo, y en decidio que lo mejor eran armas pesadas, basicas y ligeras, tenian todos, pero necesitaria pesadas para aguantar un ataque o atacar, asi que se centro en eso. apesar de que el no las usaria, y hubiera preferido una pistola infierno, de plasma, o de fusion.

El Narthecium tabajó delicadamente, guiado por el vínculo especial con el Apotecario Micah. Sus delicados y gráciles terminales urgaron en la nuca de Larkin, logrando remover el fragmento metálico y restos de cráneo en la masa cerebral. Sin embargo, sus signos vitales se volvían más y más inestables, hasta que no quedó más remedio que aceptar que la única solución además de la muerte, era el Sueño Profundo.

Micah se levantó, secando la transpiración de su rostro con los extremos de sus dedos; rugosa goma balística de la armadura blanca del cuerpo médico. Tocando la Helix* en su pecho recitó una plegaria por los heridos, por los muertos.

Su mirada se deslizó por el campo. Cleptus, el sargento, apoyado contra un fuerte tronco y, si bien atento y con el bolter firmemente en las manos, aparentemente sin control de sus extremidades inferiores. A su lado, 7 hermanos aparentemente aún con vida, aunque gravemente heridos. Al otro lado, 12 marines fallecidos, varios con miembros faltantes, sus armaduras severamente deformadas.

Praetus y Lukas corren hacia el transporte, atravesando sin dudar las llamas. Rennard los sigue, y a solo unos pasos detrás, Litilus atraviesa el fuego.

Dentro, dos Hermanos yacen en el suelo. No pueden determinar si están con vida, o no. Su inmobilidad es preocupante, sin embargo.

Lukas rápidamente identifica varios contenedores sellados marcados con los sellos de los Dientes. Junto con Praetus toman cada uno dos enormes cajas, y colocándolas sobre sus hombros comienzan a salir con ellas. El veterano Lukas señala un contenedor verde con marcas del Mechanicus a Rennard.

Rennard identifica su Jetpack y lo coge, rápidamente colgándolo del hombro como una mochila. Luego toma el contenedor que el han señalado y comienza a salir. Cerca de la salida, como un impulso del momento, toma con dificultad una caja de tamaño mediano marcada como explosivos... granadas. Nada como alimentar a un tiránido con krak.

El Capellán observa el material disponible e identifica que Lukas y Preatus han tomado cajas de armas pesadas. Su vista corre sobre el material, encontrando el rack de armas livianas. Suspira, pues sabe que armas como las pistolas de plasma, antiguas y veneradas, son el premio de una vida de servicio y devoción y no se llevan como material estándar.

Una explosión recorre el transporte, los visores ajustando automáticamente el nivel de brillo para impedir que Litilus quede cegado. Un chirrido le avisa que el lugar está a punto de ser consumido por las llamas.

Un rayo de sol moribundo se abre paso por la destrozada estructura del transporte, entre las llamas, e ilumina una caja bajo el rack de armas livianas. Por un instante, el Capellán cree verla dorada, pero luego advierte que es una simple caja de plomo, vieja y marcada. Su tamaño es mediano, pero es evidentemente un contenedor de armas de una antiguedad mucho mayor que lo que utiliza el Capítulo hoy en día.

Afuera, se escucha un grito.

- Enemigo! Enemigo! 1-1-5 norte, vector Alfa-Alfa, contacto!! Cleptus grita, y su voz se desparrama en el vox de cada Marine. Los ojos automaticamente se dirigen a la posición relatada, nor-noreste, 15 grados, alto en el cielo.

El sol de la tarde queda detrás de numerosos puntos negros, que se lanzan a por ustedes como un enjambre de insectos... insectos enormes.

Lucius confirma, y descarga una ráfaga de Bolter hacia el cielo. Una de las figuras cae.

Rennard contemplo el enjambre que venía encima y colaboró con Lucius añadiendo su potencia de fuego, si lograbán acabar con el enjambre probablemente ganarían el tiempo suficiente para que Micah pudiera acabar de curar a los heridos.

-¡Proteged a los heridos!

El arma de Rennard empezó a disparar cartuchos que impactaron en varios de los Tiranidos.