Partida Rol por web

Union del amuleto 

Una vez todos habian comprado su equipo y revisado , se sentaron alrededor de la mesa y sacaron cada uno de los 4 trozos de amuleto que guardaban uno cada uno . Al acercarse estos trozos se empezaron a iluminar por los bordes de union y parecian estar pidiendo que se juntaran. La gran luz ceso una vez unidos y dio paso a un fogonazo que los teleporto muy lejos de alli

Zona A

El aire aqui es gelido, y parece enroscarse entorno a vuestros cuerpos , probando las rendijas de vuestras armaduras con lenguas de frio ardiente. Y como proviniente de muy lejos podeis oir un grito de agonia ,que parece retumbar en ecos a traves de u infinito abismo

-MAGIA! Odio la magia cuando no avisa!! exclama el bárbaro -Menos mal que a nadie le dio por dejar las armas en su casa antes de juntar el amuleto respira mas tranquilo -Y suerte que elegí pieles y no metal, aquí me estarí helando con una armadura de acero o hierro... dice mientras saca a "Matarratas", como ha vautizado al mandobe y envuelve su mango metálico con un par de bendajes improvisados para poderla coger a manos desnudas como siempre... -Donde estamos?

"¡Brbrbrbr! Los elfos estamos hechos para los bosques, no para las praderas gélidas!"
"¡Ojalá Jason, el Gran Atufador, estuviera aqui. El fijo que haría algo para que no nos congelasemos"

De todos modos, antes de ir a lo loco a la puerta, empiezo a golpear las paredes en busca de Puertas Secretas 

"Hey, que algun otro rebusque en busca de Tesoros ¡No pienso volver a los bosques élficos con sólo 5 Coronas en el bolsillo, y no estoy seguro de que nos paguen por este trabajo!"

¡Teleportación! Piensa Ladril cuando aparecen en la nueva sala, envidiando ese poder. Tengo tantos poderes que aprender.

Entonces las palabras del otro elfo le devuelven a la realidad. Frío. Mucho frío. No le gusta nada. - Si quieres yo te caliento en un momento, Torallion. Al jefe ratido del otro día le vino muy bien. - Dijo, para intentar animar a sus compañeros. Después hace lo que dice Torallion. Poco a poco escudriña toda la habitación.

-Me preocuparía más de como volver que no de con cuanto... me da a mi que todo esto del medallón era una trampa, en cualquier caso por ese alarido seguro que aquí no estamos solos así que tener listas las armas rie -No se vosotros pero yo tengo ganas de acción y seguro entrais en calor cuando aparezca el enemigo intenta dice para aliviar tensiones mientras intenta "ayudar" en la búsqueda de la sala...

Brujería, cuando hay magia de por medio nada bueno puede salir, sin ofender mi buen amigo elfo- mirando a Laril- además tampoco hace tanto frío, es como volver a las montañas de mi hogar.

El humano tiene razón, esos gritos me ponen los pelos de la barba de punta, no me gustaría saber que es lo que esta pasando detrás de esos gritos- aunque muy en el fondo sabía que seguramente es allí donde acabarían y descubrirían el por que de esos gritos.

Como los demás Durgrin busco algún recoveco secreto por el lugar.

Zona B

La prision de hielo como su propio nombre indica, es un grande bloque de hielo que ocupa el lado mas alejado de la habitacion a la puerta. Se alza sobre una gran copia del amuleto roto esculpida en el suelo (se supone que tendria que colocar el amuleto que viene en la caja unido en el tablero en un espacio de 5x5 casillas en una habitacion grande de 10x5 pero que en mapa solo representare por un circulo)

En el centro del bloque de hielo los heroes pueden distinguir una figura (miniatura) de un enorme skaven .Praznagar en persona el principe skaven de la agonia. El grito que antes habiais oido bien pudiera ser el recuerdo de la agonia de el principe demonio cuando Solkan le condeno a su eterno exilio helado

"Por las sedosas piernas de Alhomon, el Rey Eterno¹ ¿A ESTE lo ha encerrado UN DIOS nada menos?"

Torallión está conteniendo el miedo: El enemigo del Gran Solkan, a quien ni el mismo pudo dar muerte, encerrado a perpetuidad frente a nosotros

"Si alguna vez alguien ha dudado de los dioses... hoy podemos mandarlo a callar"

"En fin... deberemos de buscar la salida de aqui ¿No os parece?" dice el arquero dirigiendose a la puerta de la derecha

-En cualquier caso, nos movemos dice el bárbaro que avanza prudentemente hacia la puerta -Me gustaría acabar con la rata esa y salir de aquí antes de que el frío nos congele los dedos o nos quedemos sin provisiones... Insistió el bárbaro

- Si, busquemos la salida cuanto antes. Era lo único que podía articular Ladril viendo el gran bloque de hielo. Sus ojos estaban más abiertos de lo normal con aquella visión. - Y por los dioses, no toquéis el bloque. Mejor que eso no salga de donde esta. - El miedo corría por sus venas y se podía oír en su voz que temblaba y no precisamente por el frío.

Ahora maldecía su suerte por haberse encontrado con el rastro de aquel maldito amuleto. Como fue tan tonto de dejarse llevar por aquella locura de intentar recuperarlo.

Si lo que estaba en el centro de aquel lugar despertaba la cosa seria muy mala para ellos, así que por ahora lo mejor sería una elegante retirada estratégica y procurar no molestar demasiado.

A Durgrin no le gustaba eso de tener que escapar del enemigo, pero hasta en su dura cabeza, sabía que enfrentarse a lo que estaba dentro de ese cubito de hielo era muy mala idea, así que dijo- Estoy de acuerdo, mejor no molestar mucho a nuestro anfitrión- señalando a la rata congelada- y salir de aquí cuanto antes, no queremos mas sorpresas, que ultimamente de eso tenemos de sobra.

Veis una habitacion bien guarnecida con una fila de 4 skaven y un campeon con un escudo de defensa y detras un campeon con espada de poder y un Señor de la guerra con armadura runica alado de una serie de cofres como si fuera, la ultima reserva de terroristas del imperio, defendiendo su ultimo alijo de tesoros y armas.

Lo malo es que portan en sus manos las arms magicas para luchar , pero de ahi se deduce que la cantida de  dinero que guardan es altisimo si manejan esos objetos de magia en sus manos

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"¡Llegamos a tiempo!" razono

"Estas ratas sin duda vinieron a intentar liberar a Pragnazar! ¡Nosotros somos la última y única esperanza de defender el legado de Solkar, el Grande!"

Una vez más cargo mi fiel arco, mi querido compañero de un sinfin de aventuras, y que tanta sangre ha derramado... y tanta sangre nos ha ahorrado.

Apunto al monstruo alado, ya que me preocupa que pueda escapar cuando menos lo esperamos. 
Para sorpresa de todos, es un buen impacto.

-AAARG!!! Grita el bárbaro que se lanza al combate blandiendo su nueva arma contra la rata frente a él antes de partirla  cual barra de pan, la nueva espada funcionaba... funcionaba extremadamente bien...

-VENGA! QUIEN ES EL SIGUIENTE, TENGO MÁS GOLPES COMO ESTE PARA TODOS VOSOTROS RATAS INMUNDAS! volvió a gritar eufórico tras el tajo pues, pese a que la experiencia le decía que tenía que ser más precavido, no tenía que confiarse en el combate y usar más la cabeza su instinto y su sangre bárbara le podían y solo clamaban la sangre de sus enemigos...

Durgrin intentó resarcirse de los acontecimientos pasados y se lanzó hacha en ristre contra el skaven al lado del bárbaro, pero no sabe si fue por la furia ciega o por que todavía le avergonzaba los actos pasados que de nuevo falló de manera estrepitosa el ataque a la maldita rata.

Lo malo no era el fallo, sino el posible contraataque de aquellos viles seres, pero solo le quedaba apretar los dientes y aguantar la acometida de las ratas.

Ladril se lanza al combate a la par que sus compañeros, mientras desenvaina su espada. Según avanza ve las grandes bestias que aguardan detrás de unos tristes secuaces que no duraran mucho, o eso espera. Rápidamente piensa una táctica para poder atacar por sorpresa a esas dos grandes moles que están tan fuertemente armadas.

Pero primero es lo primero. El peón que ahora tiene delante, el cual, al ver que Ladril se lanzaba contra él, estaba esperando y esquivo varios de los rápidos ataques del elfo.

Los enemigos rodean a los heroes al desplazarse con agilidad de ratas por las alcantarillas y demustran una inteligencia superior atacando. Si bien un skaven guerrero abre demasiado su gurdia pifiando y es atravesasado (6 daño) por la espada del arquero .El señor de la guerra y el campeon del escudo realizan buenos golpes ( 2 criticos) haciendo 2 heridas tanto al mago como al enano

Los enemigos han sufrido 3 bajas 2 se las ha llevado el arquero

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-SI MIEDO!! SOMOS LA MUERTE PARA NUESTROS ENEMIGOS!!! Grita el bárbaro antes de empalar con su arma a la sabandija que bloqueaba el camino del mago, acto seguido, mientras sacude la espada con fuerza para acabar de rajar al pobre enjendro y liberar su arma a su vez que se cubre de la sangre de la bestia, entonces mira al oponente frente a él y le dice con voz viciosa -No pidas clemencia, tu, bicho feo, seras el próximo en recibir un tajo de matarratas..

Un fuerte golpe lanza al elfo contra la pared. ¿¡Que ha sido eso?! Se pregunta asustado mientras nota como su costado se humedece con la sangre que gotea por la herida recibida. Entonces se da cuenta. La enorme espada de la bestia a la que se enfrenta el bárbaro le había alcanzado de lleno. Esta corriendo un peligro que no había tenido en cuenta y tiene que evitarlo como sea. Hay que acabar con esa enorme bestia y para poder hacerlo, necesita quitarse de en medio al contrincante que tiene delante.

Se lanza rápidamente contra el peludo engendro. El bicho se mueve y esquiva en parte el ataque, aun así, Ladril se contorsiona y consigue abrir una fea herida en la pierna peluda. No es un buen golpe y el elfo lo sabe y por ello y se prepara para la réplica. Pero esta no llega. La punta de la también enorme espada del bárbaro, aparece atravesando el pecho de la rata.

El sorprendido elfo da gracias a los dioses por haber puesto a tan buen compañero en su camino mientras retroceda unos pasos para alejarse de la enorme bestia peluda. Sin esperar un momento busca en su cinturón el componente del conjuro que espera sea el fin de la pesadilla que los amenaza. 

La situación es seria

Demasiado seria, como para ponerse a hacer chistes de "Campeón, no le llores a tu mamaita" y cosas así. Han pasado de ser escabechinas contra unos pocos rátidos a costa de fragmentos de reliquias, a haber dioses de por medio.

Con el mandoble, intento quitarme de enmedio al enemigo enfrente mia, aun sin demasiado éxito.