Partida Rol por web

Sídney, capital de Nueva Gales del Sur y una de las ciudades más grandes de Australia, es famosa por su Casa de la Ópera de Sídney junto al puerto, con un característico diseño con forma de velas. El enorme Puerto Darling y el puerto Circular Quay más pequeño son núcleos de la vida ribereña, con el arqueado puente de la bahía de Sídney y el reconocido Real Jardín Botánico que se encuentra cerca. La plataforma exterior de la Sydney Tower, el Skywalk, ofrece vistas en 360 grados de la ciudad y los suburbios.

Las lanzaderas aterrizan al sur de Sidney sin señal alguna de kaijuus, sin embargo, unos segundos después, la tierra empezo a temblar bajo vuestros pies

Equipo C es una trampa, los kaijuus están debajo de ustedes deben aniquilarlos rápido o se verán sobrepasados por los kaijuus.

Un enorme enjambre de categoría cero está siguiendo a Hellhound, tengan cuidado con sus espinas al parecer están cubiertas de ácido corrosivo.

Tenía ganas de conocer Sidney, pero en otras circunstancias. Su primera misión era un núcleo de población, era imposible que la ciudad quedara intacta pero al menos lo iba a intentar.... al fin y al cabo, quería volver, pero en otras circunstancias.

No había señal de los Kaiju, quizás se había desviado al océano... o era una falsa alarma. Pronto comprobó que no.... estaban debajo de ellos.

. No tardó mucho en reaccionar...alzó el vuelo con su titan y empezó a buscar, quedando a la espera de órdenes. Que salieran de debajo de la tierra era un problema.

Y de pronto… las alarmas. No habría apuesta con lo del tiro, ahora se trataría de fuego real. La voz del comandante sonó por megafonía y automáticamente lo dejé todo para acudir a mi puesto.

Tras ataques a la vez, sin duda con la intención de dividir nuestras fuerzas y lo conseguían, aunque… las suyas también quedaban divididas.

A mi me correspondió junto con el nuevo y Vincent: Sidney, una ciudad demasiado bonita como para ser destruida. A ver si había suerte y hacíamos un buen trabajo. Pero nada más llegar, la primera sorpresa, una trampa, pero en combate solían pasar estas cosas.

Habría que esquivar y atacar en cuento hubiese algún objetivo a la vista.

ya habíamos llegado a Australia, y me tocaba hacer el perímetro, pero parecía que la cosa no iba a ser tan fácil, ya que los kaijos no se iban a acercar a nosotros por la superficie, sino que iban a venir debajo de la tierra o por lo menos una vanguardia de ellos, "Entendido, nos ponemos a ello ahora mismo" digo por el comunicador.

Al verse rodeado por sus enemigos, el kaijuu optó pro liberar una lluvia de enormes aguijones sobre los mismos alcanzando a cada uno de sus adversarios en diversas partes del cuerpo.

Friederich recibió dos impactos, uno de los cuales llegó a comprometer uno de los servomotores de su pierna izquierda, por su parte Kyoga fue quien pareció llevar la peor parte del ataque, pues de los tres proyectiles que impactaron en su mecha, dos de ellos causaron un daño severo en su brazo izquierdo.

El mecha de Vincent no se llevó tanto castigo como el de sus compañeros, pues pese a recibir sólo dos impactos, ninguno de ellos pareció causar un daño severo a su máquina de guerra.

Sin embargo, el castigo para sus mechas estaba lejos de terminar, pues al parecer este adversario estaba más que preparado para confrontar a varios adversarios a la vez, pues ni bien terminó de liberar su tormenta de aguijones empezo a escupir chorros de ácido contra sus mechas.

De esta segunda oleada de ataques, nuevamente fue el mecha de Kyoga el que sufrió mayor cantidad de daños, pues uno de los chorros de ácido impacto en el torso del mecha dejando algunos cables importantes bastante expuestos.

En verdad este adversario era cosa seria o lo terminaban rápido o sus mechas terminarían convertidos en chatarra.

Brazo izquierdo primero con los aguijones y torso con el ácido, en un visto y no visto mi máquina había quedado seriamente dañada. El lado bueno, si es que había alguno, es que ninguno de mis sistemas había quedado inutilizado. Había que aprovechar mi oportunidad pues era posible que no hubiese otra.

Decidí tomar acciones ofensivas, este monstruo debía de ser eliminado cuando antes, así cuando llegasen los pequeños podríamos centrarnos en ellos.

- Joder, a ver si sale mi máquina de esta, dadle caña, chicos - Abrí fuego

Con el ataque del kaiju, miro los sensores de daños, los cuales marcan que no han sido mas que golpes superficiales o de poco daño, pero Kyoga ha corrido la suerte contraria a la mía y se encuentra con la nave rota, así que rápidamente me pongo en posición de tiro y disparo mi con mi cañón de riel sobre "quítate de encima de mi compañero, maldito" le grito al kaiju mientra disparo contra el.

Friedrich evaluó la situación y se debatió entre varias opciones...decidió abrir fuego contra el Kaiju con sus cañones automáticos... Su mech titánico apuntó al Kaiju y abrió fuego desatando una tormenta de metal y ruido. Tal vez se tendría que haber alejado y luego disparado, pero habría sido menos potencia de fuego...

El ataque inicial del kaijuu puso en apusor a los pilotos y dejo seriamente dañada una de sus máquinas, sin embargo, la respuesta de los ángeles fue igual de contundente.

Una lluvia de plomo alcanzó al kaijuu, llenandole las entrañas de plomo, cada disparo que alcanzaba al kaijuu no hacía más que agravar su condición orillando a la brstia cada vez más hacia su inexorable final.

Cada piloto le cobro con creces al kaijuu su terrible atrevimiento, dejando a la bestia abatida en cuestión de segundos, sin embargo, el kaijuu tenía iun regalo de despedida para los pilotos, pues antes de morir lanzó un último rugido mientras su caparazón explotaba arrojando no sólo sus entrañas al aire, sino un enorme chorro de ácidonque cayo sobre los mechas como una tormenta mortal.

Hicimos de aquella bestia un colador, pero aún nos tenía preparada una desagradable sorpresa. Una masa de ácido iba a caer sobre nosotros y había que actuar rápìdo.

Pero mis sistemas estaban demasiado dañados y mi mech se atascó a la hora de dar el salto a un lado. ¿El resultado? La lluvia de ácido cayó sobre mí - ¡Maldición, hoy no es mi día!

Mi daños estaban ya en crítico, comencé a pensar en que sistemas iba a desactivar con tal de conservar la integridad de lo que comenzaba a parecer chatarra humeante en vez de una máquina de guerra.

El kaiju apareció por sorpresa desde abajo, siempre había imaginado que vendría del cielo o del agua pero nunca enterrado... al  estar los 3 ángeles juntos el daño fue considerable en todos. La reacción no se hizo esperar..Cuando los cañones rugieron la bestia quedó simplemente despedazada... lo que ninguno esperaba es que detonara en una bola de ácido y entrañas en todas direcciones.

Friedrich activó los impulsores y las toberas y consiguió elevarse pocos metras antes de la detonación, pero los suficiente para evitar la mayoría del daño...en cambio vio que Kyoga dudaba o simplemente se atascó el mecanismo. Friedrich supuso que la mejor forma de esquivar en su caso es que se tirara al suelo, como cuando explota una granada; lo más probable es que la explosión se propagara más en en plano horizontar siguiendo una forma de corona, caería menos ácido en dirección al suelo, en el cual, además al estar tumbado, el mech expondría menos superficie al mismo ácido:

-¡Al suelo Kyoga!-le gritó Friedrich por las comunicaciones.

El mecanismo de salto me falló, pero al alemán se le ocurrió una idea. Tal vez aún estuviese a tiempo de evitar el ácido y echaba mi máquina al suelo. Y el resultado fue... exitoso, al menos en parte.

Con la muerte del kaiju, y ver el grotesco ataque que tenia como ultimo recurso con la esperanza de hacernos daño, me retiro lo suficiente como para que el ataque del bicho no destrozara mi mecha, aunque no sabía cual seria el daño que recibiría si me alcanza de golpe, "Guag, que asco" digo por el comunicador "asquerosos bichos, esa imagen no se me ira de la cabeza en mucho tiempo" digo en para mis adentros, "ahora queda deshacernos de los pequeños y volvemos a la base, ¿creéis que nos va ha tocar ser otra vez bestias de circo?" les pregunto a mis compañeros.

Aunque había conseguido escapar de la mayor parte del ácido, mi mecha seguía terriblemente dañado. La decisión estratégica no dejaba a lugar – Chicos lamento decirles esto, pero creo que es mejor que me cubran y yo me mantenga en segunda fila lanzando ataques a distancia, así haremos más daño – Por no decir que mientras pudiese proporcionar fuego, más daño haríamos tres que si mi maquina era destruida del todo y encima tendrían que encargarse de intentar salvarme.

El problema es que eran tantos, que no estaba seguro si los acabarían rodeando y llegando al cuerpo a cuerpo conmigo, pero solo había una forma de comprobarlo.

Friedrich evaluó la situación tras pasar Kyoga a una segunda línea..estimó que lo más conveniente era eliminar el mayor número de criaturas antes de derrumbar el túnel, que seguramente colapsaría igualmente por las explosiones. Si quedaban algunas criaturas probablemente el ejército Australiano podría repelerlas, pero si enterraban a todas y encontraban una forma de salir a la superficie sería un caos luego:

-Dadles con todo lo que tengáis que más daño en área cause -dijo Friedrich mientras activaba su cañón atómico.