Partida Rol por web

Conforme avanzaban por el Avalon, los sonidos de los disparos llegaban desde todas las direcciones, lo cual no hacía sino incrementar el stress al que estaba sometida la teniente Montenegro, por lo que la misma apretó el paso, lo que la llevó a ser sorprendida por dos enemigos que abrieron fuego contra ella, hiriéndola en el hombro, pero la victoria de los ancient fue efímera, pues tanto los suboficiales como el capitán Mcdowell y la propia Eliza no tardaron en abatir a tiros a los enemigos.

Uno de los suboficiales intentó atender las heridas de la teniente, pero esta rechazó la ayuda y continúo la marcha hacia el taller, sin embargo, cuando se encontraban a pocos metros del taller un grupo de cinco soldados salió a sus encuentro y le indicó a la teniente que los ancient habían tomado posesión del lugar y atrancado las puertas.

Según informaron los soldados, al menos cinco mecánicos habían sido asesinados, en tanto que el resto, acompañados por el profesor Kamogawa y la Dra. Gallard se habían atrincherado en el despacho de la propia teniente, el tiempo, definitivamente no estaba de su lado.

En ese momento, la teniente indicó que había una acceso secundario desde una sala de suministros un nivel por debajo del taller, cuyo acceso estaba a unos pocos metros de distancia, pero el problema es que el acceso era muy estrecho y estarían ingresando a un cuello de botella.

- ¿Cómo de lejos está el acceso principal de la salida del acceso secundario en el taller? - dijo la rusa - Quizá tengamos alguna mejor posibilidad si nos escabullimos unos pocos dentro y facilitamos el acceso al resto por aquí. A no ser que llevemos algo para echar la puerta abajo, quizá haciendo todo ese ruido alertemos a los ancient y logremos más tiempo para los científicos e ingenieros.

Según yo lo veo la táctica es clara: un grupo de no más de cinco o seis personas deberían quedarse aquí y hacer ruido en la puerta principal simulando estar intentando abrirla. Mientras tanto el resto entraríamos por la puerta secundaria sin abrir fuego en ningún momento, confiando en que el ruido distraiga los ancient. Una vez estemos dentro abriremos fuego y avisaremos a los que quedaron fuera para que acudan a la entrada secundaria y entren para colaborar en el ataque. Yo creo que esa sería la mejor estrategia.

Otra cosa que podemos hacer, y aquí estamos en el taller, sería intentar conseguir poner en funcionamiento algún mech o alguna arma que estén probando. Eso nos daría una clara ventaja respecto a la capacidad de fuego y podríamos evitar que nadie escape. Quiero que todos mueran, me da igual que se rindan. Mis manos están apretadas hasta que los nudillos se han puesto blancos. Nunca había tenido una sensación de odio como esta.

Eliza corría con rifle en mano cubriendo las espaldas del grupo, pero aquello solo parecía empeorar cada momento más, aunque estaba dispuesta a obedecer al escuchar la idea de Hiroko, no pudo evitar exclamar.

-¿Nos separaremos? –Instintivamente miro a Tanya, sus labios temblaron, aunque solo era una idea de las que habían propuesto, esa era la que le causo conmoción, pero recuperando su compostura, continuo. Espero órdenes. Veo más factible poner en marcha un Mecha aunque este a la mitad, solo tendremos que usar armas si tiene o usarlo de escudo un par de metros.

- Quizá debamos ir las tres a infiltrarnos en el taller - dijo Tanya mirando a Eliza -. Teniendo el apoyo a este lado de la teniente, el capitán y los suboficiales trabajaremos mejor las tres juntas, si algo va mal tendríamos la capacidad táctica que nos ofrecen las habilidades de las tres para aguantar antes de conseguir abrirles la puerta al resto, realizar una infiltración con solo uno o dos de nosotros puede que sea más complicado, ¿no creéis? - preguntó a sus dos compañeras.

Las tres no, mi propuesta era infiltrarnos todos menos cuatro o cinco suboficiales que se quedaran aquí. Es decir, las tres, el teniente, el capitán... Aprovechar la distracción del ruido para infiltrarnos todos.

Aunque Eliza quería darle la razón a Tanya, debían escuchar primero la opinión de Hiroko.

-Elegir no es lo mío –Miro a ambas. Ya fui líder una vez y lo arruiné.

Apretó su arma contra su pecho y mirando todo el caos pensó que ya habían ocurrido muchas cosas para que todas tuvieran que arriesgarse.

-Hiroko me gusta tu plan, pero siguiendo la línea de Tanya ¿Para qué se quedarían los demás? Si nos cubren puede que sea mejor, así no nos apuntarían todo el tiempo.

Y viendo que ella misma dio un consejo suspiro.

-Perdón… , lo siento.

Los suboficiales aceptan las indicaciones sin protestar y cargan contra la puerta con un ariete improvisado el cual parece ser totalmente ineficiente mientras la teniente los guía a través de una acceso de emergencia a los talleres privados, lo cual les podría permitir tomar por sorpresa al enemigo, siempre y cuando no ingresen al área principal del taller de forma estruendosa.

Si logramos colarnos sin llamar la atención, podría llegar al panel de emergencia y destrabar las puertas antes de que el enemigo lo note, así que ahora todo depende de ustedes Valkyrias. - sentencia la teniente con total confianza en vuestras habilidades.

Afirmó a la teniente. Si una vez estemos dentro veo algún arma de mecha preparada o algo similar, intentaré ponerla en marcha.

Aprovechando mi pequeño tamaño y mi ligereza natural, decido adelantarme y ser la primera en entrar. Los nervios me suben por el estómago mientras mil mariposas bailan y mi corazón late desbocado.

Esperemos que todo salga como tiene que salir y no tengamos que lamentar más bajas. No sería justo.

Llega el momento de la verdad para las Valkyrias, Hiroko es la primera en acceder al taller y Tanya la sigue intentando no hacer demasiado ruido. Al ver que la líder del equipo ha podido hacer algo de ruido intenta colarse en otra dirección para evitar ser descubierta.

Tanya se da la vuelta para indicarle a Eliza, con gestos, que cubra a Hiroko. Quizá está muy confiada de lo que hace y cree que no será descubierta ella.

Eliza asintió ante las señas.

Cubrir a Hiroko y salir vivas de esta misión, Pan comido ¿Cierto?

 Su arma pesaba de manera extraña, con ella estaba a punto de defender su vida.

Ahí vamos…

Con ayuda de la teniente, logran colarse al taller por un acceso de servicio, pero, el pasadizo tiene como decoración los cadáveres de tres mecánicos que intentaron en vano escapar de la masacre iniciada por los ancient, en todo el piso podían verse múltiples charcos de sangre, los cuales daban mudo testimonio de la crueldad del enemigo.

Rápidamente intentan llegar a una posición estratégica, pero por desgracia, Hiroko resbala en un charco de sangre cayendo estrepitosamente al suelo, lo que atrae la atención de los agentes ancient quienes rápidamente se ponen a cubierto y abren fuego contra ustedes.

La primera ráfaga pasa por el aire cobrando la vida de un suboficial que las acompañaba, pero el capitán McDowell y la teniente, proceden a abrir fuego contra los atacantes hiriendo a uno de ellos.

Vamos soldados, a cubierto y abran fuego a discreción. - ordenó el capitán mientras lanzó una granada de humo para cubrir sus movimientos.

- Mierda - masculló Tanya cuando comenzó el intercambio de disparos al verse los ancient alertados por el resbalón de Hiroko.

La suerte no acompañaba, al menos no al principio de la infiltración y más que una infiltración se había convertido en un asalto directo. Intentó cubrirse con algún elemento ayudándose del humo que ocultaba sus movimientos y abrió fuego contra los agentes ancient que les disparaban.

Eliza casi salta al suelo al escuchar los primeros disparos y mientras mentalmente lanzaba palabras que normalmente no diría.

Girando rápidamente recordó el entrenamiento y su experiencia anterior.

Al menos esta vez no son monstruos, penso, y aunque sin querer, queriendo, comenzó a cubrir los pasos de Tanya mientras veía por la mira de su rifle a cualquiera que se atreviera a atacar el punto donde ella estaba.

-¿Ordenes?

Fuego a discreción ordeno mientras intento asomarme por un lateral sigilosamente para ver sibhaycalguna arma de mech montada que pueda activar. Así podría mandar a esos hp a su planeta.

Los disparos de las fuerzas de AEGIS salieron totalmente desviados lo que fue aprovechado por los ancient para organizar mejor sus defensas y abatir a uno de los suboficiales del grupo de infiltración.

Si las pilotos no conseguían generar alguna clase de distracción, sería muy poco probable que pudieran retomar el control del taller.

El capitán y la teniente hacian lo que podían para intentar ganar terreno, pero la lluvia de plomo creada por los ancient les impedia posicionarse correctamente.

Eliza seguía buscando objetivos a los cuales disparar en vez de solo mantener el gatillo apretado, estaba ahorrando munición.

-No veo que podamos avanzar aquí.

Alcanzo a decir en un intervalo que no había disparos.

-¿No ven algun material explosivo?

Fue lo primero que se le ocurrió al calor del combate, tal vez fuera muy fantasioso, pero no tenía muchas ideas de cómo salir de aquel embrollo son arriesgarse demasiado.