Partida Rol por web

Casi anocheciendo el barco llega a salir del pasillo entre las dos islas para enderezarse hacia el norte. A vuestra derecha véis lo que puede ser el bosque Dernall una cantidad de aullidos , rugidos y llantos se escuchan como si se estuviese entablando una brutal batalla , no creéis que vuestro destino sea ir allí.

Ésta parte es completamente inaccesible tanto para escalar pues sus paredes son lisas, como para desembarcar.

http://a1305.phobos.apple.com/us/r1000/088/Music/5f/ef/b4/mzm.ozdxigxm.aac.p.m4a

Pasáis la mitad de la noche navegando hacia el norte, los que tenéis visión en la penumbra véis las accidentadas montañas en el territorio norte de Alaron. La otra mitad de la noche  giráis rumbo noreste bordeando la isla llegando casi al amanecer a poner rumbo sur .

Durante toda la noche estáis en cubierta no había dormitorios ni para vosotros ni para los oficiales: timoneles , contramaestres, solo para él capitán había un cuarto o camarote. Que menos decir para la tripulación marineros , carpinteros y grumetes. Abajo estaba el almacén de carga y la sala de remos.

Véis al girar hacia el sur dos monumentales figuras que dan la bienvenida a los barcos, construidas entre la isla de Alaron y la isla Mintarn formando un amplio pasillo da la  bienvenida a los que se acercan a la  ciudad.

Astarte miraba absorta la isla que estaban rodeando. Aquel era su destino. Le asustaron mucho aquellos ruidos de animales y tardó en tranquilizarse. No debía temer nada de la naturaleza. La naturaleza tenía un lado salvaje y ella debía aprender a aceptarlo y hacerlo brotar en ella. Ella se sentía de algún modo ligada a aquello, aquella jungla, la exuberancia de las plantas, le ruido del viento en las copas de los árboles ...

Aquí me dirijo, desembarcamos aquí pero me dirigiré al bosque. dijo a Agakor con quien se sentía especialmente cercana. Si no fuese por él no habría iniciado aquel viaje. Me está esperando mi nueva vida. Voy a ser iniciada en el druidismo y espero que en el futuro nos volvamos a encontrar. Habéis sido de inestimable ayuda, caballero.

Se ruborizó, estaba dando las gracias a Agakor y no mencionaba al resto. Se giró a ellos.

¿Qué puedo decir? Me habéis protegido y acompañado sin exigirme nada. Estoy en deuda con vosotros, sin duda.

Kendal escucha vuestra conversación y se acerca a vosotros, pidiendos perdón por la intromisión, te comenta que es imposible que puedan enseñarte en el bosque de Dernall, solo los druidas expertos en su orden están luchando en una encarnizada batalla, vos no podéis hacer nada allí . Creo que ahora que le he escuchado puedo comentarle dice pensativo, no le hable del otro pueblo de Alaron se hacen llamar los Ffolk , hay un respeto mutuo  entre nosotros, la división cultural se ha eliminado y ellos respetan el mar y nosotros sus árboles. Los Ffolk son adoradores de la Diosa Madre de la naturaleza , dirigido por sus reyes y ayudados por sus Druidas, viven en las tierras bajas sin duda es allí donde deberá dirigirse, perdone a mi compañero Agakor pero el no estudió la historia de los pueblos, te habla con respeto y sinceridad.

Agakor habia pasado practicamente todo el trayecto en la misma posicion, como si de un gato asustado se tratase, dispuesto a lanzarse contra cualquier cosa que se le pudiera acercar. Pero hay una notable excepcion. Cuando aquellas criaturas parecen asustar a la elfa, y puede verlo en su rostro, traga saliva, y cierra los ojos, lanzando alguna plegaria para autoconvencerse de que todo va bien, acercandose hasta la muchacha, a la que pone una mano en el hombro, sin decirle nada. Esperaba que entiendiera el gesto, y mientras el estuviera alli, ella no debia temer nada.

Cuando vio que se tranquilizaba, el lagarto volvio a su posicion, poniendose primero de cuclillas, y luego dejandose caer, contra el mastil, chocando su espalda con este. Volvio a la misma posicion que habia tenido todo el trayecto.

Cuando se acerco a darle las gracias, alzó la vista hacia ella. Cogio aire, con cierto esfuerzo, para hablar. Incluso parece pensarse lo que va a decirle. No teneis nada que agradecerme. Y me temo que hasta que no llegue a su nuevo destino, le acompañare. Asi me lo pidio en la puerta de su casa, y asi juré cumplirlo. Se lleva el puño al pecho, dandose un golpe, no tan fuerte ni tan decidido como otras veces. No era falta de determinacion, era el "efecto barco" que estaba teniendo sobre el.

Dashean sonría ante tan burda estampa de ñoñerismo romanticón y piensa en como sería un vástago de aquellos dos seres...no se que aspecto podría tener, pero su espíritu o concepción del mundo sería algo totalmente utópico, como la de sus padres, tanto honor, tanta galantería y ni siquiera habían tenido que desenfundar las armas y ver a la muerte cara a cara...cachorrillos...si hasta le daban algo de pena y sabía que debía estar no muy lejos de ellos o acabarían mal en cuanto se encontraran el más mínimo peligro.

Llegáis por fin al puerto de Callidyrr tras pasar las monumentales figuras , está saliendo el sol y la ciudad empieza a despertar, es cuando ancláis en el puerto. El capitán se despide de vosotros , deseándoos suerte en la capital. 

Entrada al barco (el puerto)

Dashean recibe 12 px de 25 . Comete un error que le baja puntuación confundir a kendal como dracónido.

Agakor: 25 px

Astarte : 25 px

Trayecto en barco . Trayectorias 2.

Astarte 25 px + 25 px

Agakor 25 px + 25 px

Dashean 12 px error al confundir el mareo de Agakor con vomitar + 25 px .

Dashean por haber estado ausente sin poder postear recibe 25 px extras.

Ponéis los pies en el puerto a lo lejos divisáis la ciudad , todavía hay poca gente a causa de que hace poco amanecía. En  el puerto véis  marineros , comerciantes y también un carromato con una mujer de extraños ropajes que lleva  un cuervo parecido al que te habló, cuatro hombres fornidos montados a caballos con lanza, escudo y pieles protegen el carro, la mujer os sonríe amistosamente y se dirige a vosotros.

Astarté ¿verdad? ¿reconocéis a Krav? es mi cuervo , le dije que os hablara , el me dijo de tus poderes y yo le envié el mensaje para que te guiara hasta los druidas , no obstante estos animales poseen poca inteligencia, y hablan con pocos conceptos, por ello me he venido al puerto para guiaros al asentamiento druídico personalmente .

Kendal es el primero en bajar del barco. Una vez en tierra firme espera al resto de sus compañeros, en especial a Agakor, que cuando este se encuentra a su altura, Kendal alza un brazo, lo pasa por el hombro de su compañero hasta llegar al otro hombro, lo agarra suavemente y con un leve zarandeo de brazo le dice… Lo has pasado mal eh!!!.

Dicho esto, Kendal suelta a su amigo y dirige su mirada al frente donde puede ver la ciudad.

El puerto es un ir y venir de gentes de toda clase, pero sobre todo marineros. Duros y valientes hombres a los que no le importa jugarse la vida en los fieros mares del océano con tal de sentirse cerca del agua.

Kendal por un momento se deja llevar por el característico sonido de los puertos, donde las gaviotas surcan sus aguas con la esperanza de cazar algo que comer.

De repente ve como alguien se dirige hacia el grupo que acababan de formar días atrás y entabla una conversación con Astarte.

Kendal de momento se mantiene al margen de la conversación pero atento en todo momento.

Sí, soy Astarté. Krav entregó el mensaje sin problemas. Estos son mis amigos, que se han ido incorporando a mi camino.

Y fue señalando a sus compañeros.

El caballero Agakor, quien en su gentileza se ofreció a protegerme, Dashean, un buen amigo y el Caballero Kendal, que nos ha acompañado en el viaje en barco. Me siento muy feliz de tener la oportunidad de ser druida. ¿Quien sois vos, si no os ofendo?

Astarté hablaba de ese modo recargado y lleno de formulismos que había aprendido de su familia y del que no podía deshacerse. Pero sus maneras no podían contener la curiosidad que le inspiraba la naturaleza y miraba detenidamente al cuervo y a aquella dama que seguramente era druida.

Dashean baja del barco e intenta hacerse una idea clara de la situación, de las posibles salidas en caso de ser necesario huir. Por donde podrían venir posibles atacantes, cualquier tipo con una extraña afición a observarlos sin querer ser observado, no aleja mucho la mano de su ballesta de mano por si hiciese falta. En cuanto ve a los que reciben a Astarté, los examina y evalua por si la cosa se pusiera fea, intentando detectar que armas llevan y cuáles podrían ser sus puntos débiles, si alguien los sigue en la distancia intentando pasar desapercibido, pues eso podría ser un problema para ellos también.

En cuanto Astarté lo nombra mira a su interlocutora sin mostrar ninguna emoción, intentando mantener sus ojos y su rostro ocultos por su capucha, para no dar más información de si mismo de la que debiera.

No crees estar en peligro , lo único que te llama la atención es toda la dedicación y esfuerzo que se están tomando todos para facilitar la vocación de Astarté.

Si Kendal es el primer en bajar el barco, sin duda alguna Agakor, es el segundo. No pierde el tiempo en abandonar el barco como si le fuera la vida o la cordura en ello. Una vez ha bajado, coge aire, con cierta ansia, hasta que Kendal lo agarra. El draconiano no puede evitar sonreir en un principio, lanzando un par de carcajadas al final.  No le engañare, preferiria no volver a subirme a uno de esos... Señala tras el, en direccion al barco, a sbaiendas de que, evidentemente, tendra que volver a subirse.

Agakor deja a Kendal observar el puerto, cuando llegan aquellos extraños en busca de Astarté. Da varios pasos hacia ella, quedandose detras de la muchacha, mirando a los recien llegados. Cuando cita al cuervo, Agakor no puede evitar mirar al animal. Todos le parecian iguales. Quizas los druidas su pudieran diferenciarlos, pero él... en esos campos estaba muy verde.

Cuando la Eladrin le presenta, hace una reverencia con la cabeza, en riguroso silencio, en señal de respeto.

La mujer te responde: en las ciudades son los magos los que son parte del consejo del Rey, en las sociedades druídicas no hay magos digamos que soy una sacerdotisa , que da consejos a los Reyes y me encargo de las distintas festividades que se preparan como  ceremonias para agradecer y suplicar a la Diosa madre de la naturaleza.

Os llama la atención que en el carromato no haya conductor.

La mujer prosigue: Ahora Astarté debemos ir a las tierras bajas dónde mi pueblo los ffolk os esperan , el camino es seguro , y como bien podéis ver tenemos escolta para que os sintáis más segura, creo que es hora de despedirse de vuestros compañeros no creo que sea necesaria más protección. Dice mirando con benevolencia a los presentes.

Agakor baja la mirada cuando la mujer dice que es momento de despedirse. Sabia que ese momento iba a llegar, a pesar de que la Eladrín le habia caido bien, y la habia tomado bajo su protección. Lanza un largo suspiro, asintiendo una unica vez a la extraña mujer.

Se gira hacia Astarté. ¿Estas segura? Le pregunta, una unica vez. Espero... Que te conviertas en una gran druida. Que La Escama de Plata te acompañe, ha sido un honor acompañarte. Hace una pequeña reverencia, y se dispone a volver hacia Kendal, junto al barco, a la espera de ordenes. Alza el menton, mas serio y no dice palabra, esperando que le digan su nuevo destino.

No iba a ser tan fácil deshacerse de Dashean, unas meras palabras y juramentos de una desconocida no iban a hacerle cejar en su misión de vigilar y proteger a la joven Astarté, y cuando Dashean se comprometía con una causa, normalmente por voluntad propia, no por la recompensa, iba hasta el final intentando sortear todos los problemas. No como el cachorrillo de dragón que parecía aceptar la derrota con demasiada facilidad, eso sin duda era algo que debía cambiar en su interior si quería ser un gran héroe del bien y no un simple bonachón del que todo el mundo se ríe y aprovecha. Así que lanzo una rápida mirada al paladín y hago como si nada me importara, me doy la vuelta y busco algún lugar por el que pasear, sin perder de vista a Astarté y la extrraña comitiva que había venido a recibirla.

La elfa se giró al escuchar la despedida del paladín y ... ¡Le abrazó efusivamente!

Tengo el presentimiento de que nos volveremos a ver caballero. Quisiera tener algún modo de pagaros para no quedar en deuda, pero salí apresurada de mi casa. Así es el destino. Creo que os esperan grandes cosas, Agakor. No me queda más que centrarme en mi camino y rezar para que el sol os caliente en el frío y el viento os refresque en el calor. Que los caminos se abran a vuestro paso y hagáis crecer la hierba sobre vuestras huellas.

Se despidió igualmente de Kendal y al girarse a Dashean se sintió cohibida. Sabía que debía agradecerle su compañía pero al mostrarse tan enigmático y distante se le hacía difícil decirle algo apropiado.

Volveremos a vernos. Que la magia os porte. Aquella era una despedida típica de los eladrines, que en su adoración por la magia, la introducían en sus deseos y esperanzas, en sus despidos y saludos. Una despedida mucho más formal.

Se giró hacia la mujer. Se encontraba ante alguien importante, una consejera. Pero no le había dicho su nombre de modo que se limitó a mostrarse impersonal y respetuosa a un tiempo.

Hizo una corta reverencia y se dirigió al coche.

Vayamos pues.

Astarté entra en el carruaje se despidió de todos con cariño y sinceras palabras de volveros a ver . Ésta joven Eladrina marcha con espíritu valiente y férrea voluntad a lo que creía que era su destino , su vocación, su hado. 

La mujer habla al oído de los caballos y después  entra en el carromato junto a Astarté , en cuanto cierra la puerta los caballos avanzan como si tuvieran inteligencia humana.