Partida Rol por web

- si, puedo cubrir eso - la clerigo sonrie suevemente, estudiando las cosas que le habían pasado. - sólo lo pedí para poder tener algunos seguros - rueda los ojos, y escucha a su amiga, que parece más la animada del grupo - ¿hacer cómo qué?... - pregunta con un tonito de voz apagado,mirando a los ojos al soldado más joven. - ¿tú irás con nosotros? ¿cómo te llamas? - le preguntó, ya no parecían tan abstraida como antes.

El semiorco sonrie ampliamente. Su mano acaricia tu barbilla con suavidad... una suavidad tosca, claro, pero similar en la intencion que transmite a las caricias que te daba Leonore...

-Je... volver mas tarde y tu ver cuan tierno ser... +gruñe, con tono complacido, antes de irse a revisar como van el resto de sus hombres.

-Mi nombre es Ladon, señoritas...+sonrrie+ y desde luego ire con ustedes. Soy explorador y soldado, de modo que segun lo que surja, sere su tirador o bien les asistire como luchado secundario. En cuanto a ustedes no necesitan presentarse... Ahora les sugeriria que descansen... tendremos una mañana movida. Si no me necesitan para nada mas...

Hace una ligera reverencia de despedida, pero su tono insinuante y descarado da a entender que esta disponible para otras cosas, aunque no lo hace con la lujuria de los esbirros de Rozen, sino con un tosco intento de ligue.

Al ver ese gesto del semiorco, me doy cuenta de que me metí donde no quiero estar, mi cara cambia con brusquedad. Esta bestia es el líder del grupo, enfrentarme a él para que no haga lo que parece que quiere hacer es una locura, pero la idea de que me quieran... quieran... prefiero que me muelan a golpes antes que eso. Esta noche será una muy larga noche. Mis manos tiemblan de los nervios, pero trato de serenarme para no mostrar emoción alguna a los demás, aquí la debilidad se debe pagar más que caro.

Me guardo algún resto de piedra afilada, dado que la daga la tendré que devolver y la tengo por si hiciera falta, que seguro lo hará.

Sonrie y mueve la cabeza de lado a lado, con un tono rojizo en sus mejillas por el tono usado por el soldado, si no fuera que aún amaba a Malrick, podría acceder a acercarsele más, pero amaba al guerrero y lo extrañaba, pero no podía evitar pensar de que por culpa del guerrero estaban separados ahora.

- Muy bien Landon... creo que no hay nada más..- miró de reojo a la paladina - pero nos gustaría conversar más, llevabamos un tiempo aquí, y aun no conversamos con nadie, como que luego de lo sucedido con nuestros dos compañeros, nos han tomado resquemor, no los culpo, pero tampoco es ideal... ¿ podemos conversar o no tiene tiempo? - le pregunta con gran cordialidad intentando no sonar coqueta.

No sé como reaccionar a su tono de voz, no logro siquiera determinar aquel tono, pero sus ojos me decían que quería ¿ligar?, seguro este sujeto nos habia visto desnudas, pervertido, aunque no logro recordar si estaba cuando pagaron por nosotras. Me tomo del brazo del Leonore para poder retirarnos, pero mi amiga tiene otra idea, y me obliga a quedarme, preguntandole al sujeto si quería conversar: ¿que buscas Leonore?, me pregunto, mirándola y aguardando la repuesta del soldado.

-Por supuesto que puedo hacerme tiempo por ustedes... +sonrrie, pasando a la casa donde ustedes descansan. Su mirada va al comedor adjunto, donde esta la mesa dispuesta.+... aunque... deberiamos ir a otro lado. Las muchachas no tardaran en venir a cenar y no les gusta que yo o algun otro de los sirvientes ... masculinos, interrumpamos sus cotilleos je. 

Al oírla ya no insisto por el momento así que solo suspiro muriendome tratando de pensar en otra cosa que no sea la pared de enfrente.-Deseo saber que pasa afuera...

- bien, vamos a otro lado - asiente a la invitación del soldado, - no conozco mucho  a las damas de este lugar, pero asumo que deben ser muy celosas de su espacio, la verdad, es que no conozco mucho de nada de este sitio - la chica se encogió de hombros, y apretó un poco más el brazo de su compañera, para que no se fuera y la acompañara en lo que estaba tramando, si es que estaba tramando algo, la verdad, es que tan sólo deseaba conversar con alguien más que Ilmater e Irina.

No me quedaba más remedio que quedarme con mi amiga, al parecer este chico tiene oscuras intensiones, y Leonore no parece haberse recuperado del todo tras lo sucedido. La conozco lo suficiente como para saber que su alma sensible no asimila los hechos que ha vivido y más con la lejania de Malrick. Me abrazo un poco más a ella, y espero a que el soldado nos guía a quien sabe donde.

 -Habras de hablar con los guardias... y negociar. es la unica forma...+susurra, para luego callarse, encerrandose en su mutismo normal. Sientes que el tiempo se extiende, hasta que se escucha nuevamente un ruido de llaves al lado. 

Lo siguiente que oyes, es muy similar a lo que sucediera hace apenas un par de dias, en la cama del amable posadero del puerto...solo que son menos los gemidos de gusto, y mas abundantes los de dolor. 

El soldado las invita a ir arriba. Sin demasiada vacilacion, las lleva a las habitaciones de ustedes... Al abrir la puerta, sonrrie para si.

-Me imagino que ustedes estan alojadas aqui, no? Las chicas que duermen en este lugar estan de viaje en Tezhyr, asi que es el lugar mas logico para acomodarlas. 

Pasa, invitandose solo, y apoyandose en la mesa junto a la ventana. Parece conocer como moverse por esa casa que se supone es solo de mujeres... No es dificil sospechar por que. Hasta ahora, es el unico hombre joven que han visto en la casa. 

Asentí al oírla y luego oí su silencio dand0ome escalofríos el dolor, seguro ella era la que lo sufría, trato de quedarme callada mordiendome el labio hasta que salga.

Me da desconfianza su manera de desenvolverse, lo miro feo y no pierdo cada uno de sus movimientos, quiero saber que es lo que hará, que pretenderá con las dos, aunque asumo que con las dos ahí, no intentaría nada tonto. Carraspeo un poco y camino hasta sentarme en la cama y no quitarle la vista de encima.

- conoces bien este lugar eh - le digo venenosamente, claro, aquí debió conocer a todas las chicas, ya lo imagino acostándose con todas. Esto hace que me preocupe por Leonore, no sé como podría reaccionar, quizás si hasta termine enredada con él, lo que seguramente no ayudará mucho a su estado de ánimo. Maldito Malrick que cuando más se necesita, lo arruina todo.

La clérigo entra al último en la habitación, tras el soldado y Irina, para la joven no pasa desapercibido el hecho que el soldado sabia como moverse en la mansión que sólo trabajaban mujeres. La joven sonrió de medio lado, y se sentó al lado de Irina, mirando en todo momento al joven  intensamente como si quisiera dilucidar su alma o por lo menos, sus pensamientos. - me imagino que ellas volverán... seguramente nos sacarán de aquí, o esperan que muramos en lo que se haga mañana - habla con una frialdad asombrosa, sin perder ni un ápice de la belleza de sus rasgos - pero en fin... ¿cuanto tiempo trabaja aqui? no tiene miedo por lo que se haga mañana? - pregunta, haciendo conversación.

 Sonrrie ligeramente, sin responder verbalmente, a la provocacion velada de la paladina, para centrar su atencion en Leonore. No hace ningun comentario a su aseveracion, pero si responde con calma a las preguntas

-Pues hace varios años... Era miembro en la Guardia, pero cuando el viejo se salio para trabajar con el señor Arlos, vine con el... Por eso no tengo tampoco ningun miedo a lo que suceda mañana. Una batalla es una batalla, asi sea en la ciudad o en el campo, y ya he estado en varias... Lo que deba suceder, sera. En cambio ustedes... No tienen muchos amigos aqui, o si?

 La sesion dura... una larga hora. Al final, la habitacion de al lado queda en silencio. Poco despues, otra vez suenan las llaves, y quien halla sido sale, cerrando detras de si. Tu compañera de bloque no emite ningun ruido.

 Pasan un par de horas largas, hasta que sientes...la tosca caricia del semiorco en tu cabello. 

La mayor parte del grupo ya esta durmiendo, al menos los primeros circulos, mientras los guardianes se van turnando, pero todos estan apartados de ustedes, a una distancia prudente (unos 50' el mas proximo). Gorax sonrrie como siempre, mientras pasa los dedos por tu cabello y observa tus quemaduras, asi como las ropas desechas por el acido del cieno, que hacen poco por cubrirte. Parece evaluar como tomarte mejor, de modo que no te fuercen las heridas. Es muy considerado...

Maldita sea, me lo veía venir. Cuando trato de divisar a alguien que me pudiera dar una "mano", me doy cuenta que todos prudentemente se alejaron sabiendo ya como es el asunto, acá es solo por tu cuenta y arréglate como mejor puedas. Trato de sentarme en el lugar rápidamente, pero el dolor por las heridas me paraliza un momento. Una mueca de dolor se refleja en mi rostro a pesar de mi intento de no mostrar debilidad.

Me envalentono un poco y le hablo resueltamente a Gorak. - Gorak, escucha, como decirlo, no soy de las personas que buscan este tipo de afecto. Hasta hace un par de días volví a sentir la caricia de una mujer y digamos que la prefiero. - Estoy al horno con papas, maldición, si se enoja me romperá la cara y lo hará de todos modos. - Siempre soy de los que dicen que nunca digas nunca, solo te digo que me des un tiempo para acostumbrarme a la idea. - Maldición, si por lo menos estuviera sano y más acostumbrado al ambiente, a sus debilidades, quizás así tendría chances, pero no por nada lidera este grupo. Me muestro firme en mi intención de no ceder terreno, pero no en tono hostil, lo que menos me conviene es enfrentarme en un combate cuerpo a cuerpo contra esta bestia. Tanteo la punta filosa de piedra que tomé cuando fabricaba la daga y la tengo a mano por si tengo que hacer un corte oportuno en un lugar determinado, si lo hago, será el fin de mi vida "tranquila" en este lugar, quizás hasta tendría que pedir asilo en el otro grupo y peor aun, quedar peor parado que lo que estoy aquí. Pero todo es mejor que ser la mujerzuela de un sujeto como Gorak.

Leonore, que recibe toda la atención  del soldado, también le da toda su atención conversando, maquinando aún sin saber bien que. Estudio sus rasgos, y luego miró otra vez  a su amiga que estaba sentada detrás de ella, para eso debió girarse un poco tan sólo y volver, tras de eso, se giró otra vez hacia el soldado.

- llevamos muy poco tiempo como para tener amigos, además, no sé en que calidad están las demás chicas, nosotras somos tan sólo esclavas, por lo menos, eso nos ha dejado claro el señor de la casa - con un tono neutral y un ritmo tranquilo, habló, sin demostrar de alguna manera alguna recriminación- es muy poderoso nuestro señor? - le pregunta sonriéndole y coqueteandole lo suficiente como para insinuarse.