Partida Rol por web

¡Oh! Deja ir sorprendida Bella al verlo salir completamente. Aún con la mano en su boca le mira ladeando la cabeza, intentando adivinar que era. Después de asegurarse de que Micah seguía durmiendo, acerca una mano más segura de lo que en realidad estaba hacia el animal.

Hola pequeño...¿qué eres? Le dice obviamente sin esperar respuesta. No sabía porqué le producía un gran afecto.

Acercas la palma de tu mano al bicho y este lanza una llamarada que te quema la palma de la mano. El Gedwëy ignasia aparece de repente en tu mano, mientras el lagartijo comienza a corretear por toda la cueva.

¡Au! Exclama al sentir el calor en la palma de su mano, apartándola immediatamente de él.

Serás...lo maldice interiormente mientras observa sus carreras por toda la cueva. Luego cae en algo: ¿Fuego? No era una lagartija.

¿Eres un dragón? Pregunta algo insegura. Había oído hablar de ellos, pero pensaba que se habían extinguido hace mucho tiempo.

La criaturita de mira con ojillos graciosos mientras se queda quieta en el lugar por un segundo. Después, extiende sus alas y salta unos tres metros para cazar un murcielago que pasaba volando por la cueva.

Micah parece no darse cuenta de lo que ha pasado, ya que continúa durmiendo.

¡Oh vaya!¡Eres genial! Dice en voz baja para no despertar a Micah. Prefería seguir dejándolo dormir, mejor eso a que pensara en Nathan.

¿Qué se supone que voy a hacer contigo? No creo que pasemos desapercibidos llevando un dragón... medita unos segundos, pero no se le ocurre nada, salvo dejarlo ahí en el bosque pero..¿sobreviviría?¿lo encontraría Galbatorix? Una expresión de asco se formó en su cara al pensar en él. Bueno, ya lo pensaría mañana. Quizá ya no estuviera ahí. ¿Por qué iba a querer quedarse con ellos?

Se acurrucó junto a Micah, para que no se enfriara, mientras seguía divirtiéndose viendo cazar al reptil.

El dragón comienza a cazar por la cueva mientras te acurrucas junto a Micah.

En ese momento, ves como el dragóncito vuelve a detenerse en seco en el suelo, mientras levanta su cabeza, estirándo su cuello lo más que puede. Afuera, puedes escuchar una serie de ruidos y gritos extraños.

El chillido comienza a sonar en toda la cueva, y tu no puedes hacer otra cosa más que cogerte de los oídos y apretar tus manos fuertes contra ellos.

¡¿Qué es eso?! Exclama llevandose las manos a los oídos.

¡Quédate aquí! Le dice a Micah, mientras se levanta con mucha dificultad y aún con las manos en los oídos y se asoma fuera de la cueva para saber qué o quién producía aquel insoportable sonido.

Te asomas a la cueva como puedes, arrastrándote por el suelo, con las manos en los oídos.

Llegas a la entrada y ves el bosque debajo y te quedas asombrada cuando ves a cuatro criaturas encapuchadas, saltando de un lado al otro en el bosque, intentando alcanzar la entrada de la cueva.

En pocos minutos los tendrás encima, así que debes decidir que hacer, y pronto.

Bella mira con terror como esas criaturas se les quieren echar encima. Entra en la cueva corriendo.

¡Vamos Micah! Le coge de la mano y mira de reojo al dragón. Corre hacia él. No puedo dejarte aquí. Lo coge con la otra mano y sale de la cueva y sigue subiendo la ladera, lo más rápido que puede.

Miras hacia atrás y vez que los cuatro encapuchados comienzan a perseguirte hacia arriba de la montaña. No tardarán mucho en alcanzarte. Son rápidos y avanzan dando saltos, por lo que ganan terreno rápidamente.

Sus chillidos se escuchan por todos lados, y tu sabes que no tendrán piedad ni contigo, ni con Micah...

Están a unos cientos de metros, y acercándose.

Maldita sea... Murmura Bella, intentando acelerar la carrera, pero estaba cansada y Micah también.

No le serviría de nada dejar que Micah huyera mientras ella les entretenía, pues eran más en número, y solo con que uno se quedara con ella los otros tres irían tras Micah.

Se mordía el labio de rabia...¡Qué alguien nos ayude! Exclama rompiendo ya con todo su orgullo aunque sabía que nadie les escucharía. Estaban perdidos.

Corres, corres por tu vida mientras las criaturas se van acercando. Cincuenta, cuarenta, treinta metros. Sientes como la mano de Micah se suelta de la tuya y como el cachorro de dragón intenta remontar el vuelo pero no puede.

Giras tu cabeza hacia atrás, y a diez metros, ves a Micah tumbado en el suelo y dos de las criaturas saltan sobre el para masacrarlo.

Todo parece transcurrir en cámara lenta. Ves a las criaturas de negro saltar, elevarse en el aire y sacar sus espadas para comenzar a caer sobre el cuerpo de tu Micah.

¡No!¡Micah! Exclama muy asustada, mientras deja ir al dragón y se avalanza contra las criaturas con fuerza y rabia (y alguna lágrima en sus ojos) con el cuchillo que acababa de sacar de su escondite.

Las criaturas parece como si se quedaran quietas en el aire al verte venir. Petrificadas. No ves sus caras pero en este momento es probable que sean de un completo terror.

No pueden detenerse en su caida, pero ahora, parece como si quisieran aletear con sus manos, para salir volando de allí.

¿Tanto miedo te tienen?

Todavía estás a varios metros para atacarlos, tienes que correr un poco más, un último esfuerzo...

Por un momento y al ver sus gestos raros, Bella aminora la marcha inconscientemente... ¿qué pasa? No es posible que me tengan miedo... Sin embargo sigue corriendo hacia Micah, con el cuchillo cogido con fuerza y moviendolo de un lado para otro. No le importaba el porqué, solo quería salvar a Micah.

¡¡¡GROOOOOOOOOOOOOOOOAAAAAAAAAAAAAR!!!

El enorme dragón pasa por encima de tu cabeza mientras que el viento de sus alas te tumba al suelo.

Desde el suelo ves como sus garras cogen a los dos enemigos y los destroza en el aire, partiéndolos en dos con una terrible fuerza. Después gira en redondo, dejándote ver que lleva una persona sobre su lomo, el cual te saluda con la mano mientras que su dragón escupe fuego por la boca, calcinando a los otros dos enemigos que estaban en retirada.

Cuando el trabajo está hecho, el dragón y su jinete se posan a tu lado.

Coge a Micah en brazos y lo abraza asegurandose de que estuviera bien.

Luego se queda boquiabierta al ver al dragón y a su jinete a su lado. ¿Quién eres?Le pregunta aún asombrada, sin dejar de alternar su mirada del dragón al jinete. Nos has salvado...gracias..consigue pronunciar.

Mi nombre es Eragon, hijo de Nadie, Argetlam, Asesino de Sombras. Te dice mientras se baja del dragón y te tiende la mano para ayudarte a levantar.

Tu cachorro de dragón comienza a corretear entre los pies de Saphira, jugueteando con ella, la cual parece estar muy contenta con lo que ha descubierto.

¿Cual es el tuyo, preciosa?

Ella lo mira levantando una ceja, y se levanta sola, a duras penas, pero sola.

Me llamo Bella. Dice mirándolo un poco de reojo aún. Se le escapa una pequeña sonrisa cuando ve al pequeño dragón jugar con la enorme bestia.