Partida Rol por web

Alanna & Haizea

Capítulo 5

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25/07/2018, 10:45
Alanna Noia

Aquello no parecía tener mejora alguna, las horas pasaban y la sala se había convertido en un infierno. Una disputa entre ambas familias, son contar con Roberto, quien apoyaba a Sila, por saber quién tenía la culpa de qué. Obviamente era de ella, de la mujer treiteañera debido al estrés y al intentar llamar a Haizea.

Pero como si de un sacrificio se tratase, seis ojos le miraban como si la fuese a llevar al altar y allí matarla. Roberto, Oliver y el padre de la joven.
Por el contrario, Sila, se encontraba sosteniendo una taza de té relajante, estaba pensativa, un poco en shock, pero estable.

Tras mantener poca conversación con ella, pues la había insultado hasta más y no poder, Alanna supo que era compañera de Haizea y que se habían conocido en ese día.

-Nosotros nos haremos cargo de los gastos. Pacto amigable.

Sentenció una voz grave, su padre, enfadado mientras el otro hombre aceptaba a regañadientes diciendo que no iba a ponerle una denuncia, aunque debería.

Notas de juego

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25/07/2018, 10:54
Roberto

Si es que esto no debería haber ocurrido. Primero porque su hija, pese a que le pesase aún era su hija, y decía aún, porque ya se estaba planteando en repudiarla, debería haber estado con Oliver que para eso contactó con él.
Segundo porque el vehículo había quedado destrozado y se encontraban en el hospital esperando la sentencia de la cría esa de tatuajes. Una salvaje.

Nosotros nos haremos cargo de los gastos. Pacto amigable - Sentenció gruñendo, mirando con desprecio a Alanna -.

Sí hacia falta castigarle, lo haría. Si hacía falta obligarle a dejar a aquella joven, lo haría. Todo fuese porque Oliver, el único capaz de recibir su respeto, centralizase a su hija, que estaba ella muy ida.

Y la verdad, es que miraba a Mónica un par de veces, pero ella estaba en desacuerdo. Aunque supiera que Alanna había sido la culpable, estaba en desacuerdo con él desde el minuto que decidió solucionar todo esto de la niña esa y su hija.

Sólo esperaba que Oliver, al menos, la hiciera entrar en razón.

Notas de juego

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25/07/2018, 11:13
Mónica

Mónica abrazaba a su hija, que tenía el brazo en cabestrillo más por precaución que por otra cosa, pero lo que verdaderamente le preocupaba era su corazón. Sabía que Alanna estaba herida de muerte, esperando a ver si Haizea salía viva de aquello o no. De no hacerlo, la culpa la acompañaría siempre y puede que entonces jamás pudiera recuperar a su hija, pero aún existía una posibilidad.

Sí, aún la había.

-Ven, hija, siéntate -le dijo, atrayéndola para que se sentara junto a ella.

Después miró a la joven que estaba al lado. Una compañera de estudios, una chiquilla que todavía temblaba.

-Tranquilízate. Aquí hay muy buenos médicos -le dijo -. Por cierto, soy Mónica, la madre de Alanna.

El tono conciliador de Mónica era capaz de tranquilizar a cualquiera, y su sonrisa invitaba a confiar en ella, o al menos, eso era lo que esperaba.

Los accidentes ocurren, queridas -dijo entonces en voz alta -. A veces es porque somos ingenuas, y otras veces porque nos encontramos con alguien que lo es más que nosotras, pero el caso es que son cosas que suceden. ¿Me escuchas, Alanna? No es culpa tuya. Estamos aquí porque en la vida, todos podemos morir en cualquier momento, pero también porque debemos tener esperanza hasta el final.

Ojalá se salve, por su bien... y por el nuestro, pensó.

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25/07/2018, 11:22
Sila Abu-Abbar

Temblaba. Temblaba ella, temblaba su mano, su cuerpo, su taza... Temblaba todo.

No insultó más a Alanna, tras aquella rompedora escena comprendió que había tenido bastante y suficiente. Le costaba entender por qué estaba en toalla, pero más calmada, o al menos debido a la tila, intuyó que estaría huyendo. Pues se veía demasiado preocupada.

La madre de Alanna parecía demasiado amable y... Dulce. Ella quería que su madre estuviera allí, pero... Había sufrido un ataque de ansiedad y se había quedado con su hermana por precaución. Sin embargo, aquello no impidió que su padre estuviera con ella. Cosa que, en aquellos momentos, no agradecía, puesto que se habían enzarzado (él y el padre de la otra) con Alanna, a todo ello, había que añadirle el hombre que estaba al lado de ese tal Roberto.

Sila decidió abandonar la escena y sumergirse en lo más profundo de sus pensamientos. Si Haizea moría... Ella se iría con ella. Sí, se había enamorado de alguien al primer vistazo. Y mira que Sila no creía en ese tipo de amor... Pero... No lo podía evitar.

Sí sobrevivía, en el más hipotético de los casos le preguntaría si ambas estarían dispuestas a una relación polígama y, si no fuera así, se olvidaría de Haizea, contemplándola, entonces, como una amiga íntima.

Asintió a los consejos de Mónica y se presentó. Pero no estaba para discusiones y... Aquellos hombres iban a dar la tarde.

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25/07/2018, 11:29
Oliver Sánchez

Oliver no había abierto la boca desde que llegó al hospital. La reacción desproporcionada de Alanna había sido la causante de aquel desastre, pero él sería señalado como el auténtico culpable. Sabía que la había perdido para siempre por aquel estúpido intento de someterla, pero lo peor de todo era que sabía, como médico que era, que la condición de Haizea no fuese reversible. Dudaba muchísimo que pudiera salir de aquello con vida y bien.

Él estaba de más.

Se sentía... que estaba empezando por fin un camino nuevo, porque el de Alanna había terminado definitivamente. 

Así que mientras todos estaban distraídos, concentrados en su sufrimiento, Oliver reunió la poca dignidad que le quedaba y se fue hacia Roberto.

-Necesito hablar con usted ahora mismo. Vamos fuera.

Ambos salieron de la Sala de Espera y del hospital, y entonces, Oliver se giró hacia el padre de Alanna.

-He sido un imbécil pero usted aún lo ha sido mucho más. Nada de esto habría sucedido de no haber intentado lo que no era posible. Alanna no me quería antes de esto y ahora... no solo eso, sino que me detesta... y eso es lo que debemos dejar que haga, si ambos sabemos lo que nos conviene. Bajo ninguna circunstancia debemos permitir que se sienta responsable por lo sucedido. Ella ha podido morir y lo que es peor, existen muchas posibilidades de que haya matado a la persona que más quiere en el mundo, así que esto es lo que vamos a hacer.

Oliver tomó aire antes de hablar.

-Va a usted a entrar ahí y la abrazará porque es su hija y le quiere, a pesar de que sea un hijo de puta homófobo. Le va a decir que es culpa suya y mía porque queríamos que se olvidara de Haizea, pero que ahora solo quiere verla feliz. Y por último, le dirá que yo pago todos los gastos, que le enviaré una copia de las condiciones del divorcio para que la firme y que no se preocupe, que no volverá a verme más. Lo va a hacer porque los dos queremos a Alanna y es la única posibilidad de que pueda ser feliz, viva o muera esa chica, y porque si no, yo personalmente me encargaré de que le encuentren todos los trapos sucios que tenga, aunque se trate de una simple multa de tráfico y acabe en prisión.

Después de eso, Oliver se fue del hospital, alejándose de Roberto, Alanna, Haizea... en busca de un nuevo camino que descubrir.

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25/07/2018, 11:50
Virginia

Virginia caminaba por la sala de espera como si fuese un animal enjaulado. Su padre la había abrazado y ella ni tan siquiera había dudado en dejarse consolar por él, a pesar de todo lo que les separaba. Pero no tardó en acercarse a Alanna para demostrarle cuánto sentía lo que estaba sucediendo.

Cuando la abrazó, notó que temblaba de pies a cabeza, y no era solo por los arañazos que tenía o el dolor del brazo, sino por lo que ninguno de ellos sabía todavía... y todos se temían. El destino de Haizea.

Le caía bien, muy bien, aquella mujer llena de tatuajes, tan sincera, y tan enamorada de su hermana. Solo por eso, le resultaba imposible no sentir el dolor de su situación como si ella misma fuese Alanna. 

-Se recuperará. Ya verás como sí. Haizea es muy fuerte y te quiere mucho. Luchará por ti, ya verás.

Virginia no saludó a Oliver, ni se preocupó cuando se marchó. Sus ojos solo estaban pendientes en que por aquella puerta entrase alguien y les dijese que Haizea iba a estar bien.

Tenía que estarlo.

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25/07/2018, 20:19
Mark Sloan

El doctor Sloan salió del quirófano tres horas más tarde. Hacía dos que tenía que haber regresado a casa y sin embargo, allí estaba, luchando contra la muerte de nuevo, y no solo la de aquella pobre muchacha sino también de su familia y amigos. Eso era lo peor de todo, enfrentarse con todas esas personas que estaban esperando que de su boca saliese solo lo mejor... cuando aquello no era siempre posible.

Mark se retiró la mascarilla y entró directamente en la sala de espera, que estaba bastante abarrotada de gente.

-¿La familia de la señorita Egea? -preguntó. Cuatro mujeres y un hombre se pusieron en pie -. Vengan conmigo.

Sloan los condujo al interior del hospital, a una pequeña sala que habían habilitado para tal efecto. En ella había una mesa de despacho llena de documentos y una pequeña librería con diferentes volúmenes médicos, pero sobre todo, había un buen número de asientos, preparados para que las familias recibiesen toda la información posible sobre aquellos que habían sido ingresados o atendidos allí.

-La señorita Egea está viva… pero en coma -comentó, esperando a que todos los presentes se recuperaran de sus palabras, Entonces, comenzó su explicación detallada.

-Para empezar, presenta heridas y contusiones de escasa consideración en todo el cuerpo y algunas laceraciones menores por efecto de los cristales, sobre todo, los de las ventanillas. También ha sufrido una fuerte compresión torácica, a nivel de los pulmones, lo que le ha provocado una inflamación de los tejidos subyacentes que le impide, por el momento, respirar con normalidad. Por eso hemos decidido unirla a un sistema de respiración asistida hasta que la inflamación disminuya y sea capaz de respirar por sí misma. De no hacerlo así, sus pulmones podrían perforarse al chocar con las costillas, que han sufrido daños y están ligeramente astilladas. Pero eso… no es lo más grave.

Como solía suceder, Solan tenía que hacer acopio de todo su valor para hablar de alguien a quien no conocía… a gente que la quería. Nunca sería capaz de acostumbrarse a eso.

-Lo peor es que le hemos detectado un coágulo en el cerebro y no podemos operarlo. Sería… demasiado peligroso. En consecuencia, ahora mismo está en coma y confiamos en que su propio cuerpo sea capaz de eliminarlo sin mayores contratiempos. Pero, no hay seguridad de que suceda así. No voy a engañarles. Las estadísticas nos dicen que solo en un 20% de los casos, el paciente logra salir del coma. En el resto de casos, este estado se prolonga durante tanto tiempo que al final, se producen daños irreversibles en la masa cerebral y el paciente queda en estado vegetativo permanentemente. Y en los casos en los que el paciente se despierta,  no siempre lo hacen sin secuelas. Muchos sufren  pérdida de movilidad en algunas partes del cuerpo, incapacidad para vocalizar, amnesia regresiva… e incluso en los casos más graves, deficiencias intelectuales, si es que el cuadro de daños afecta a los hemisferios cerebrales.   

La losa que acababa de dejar caer no tenía muchas formas de asimilarse. Era la vida. Era duro, pero así eran las cosas. Había una posibilidad y debían aferrarse a ella con todas sus fuerzas, pero también podían salir mal las cosas y eso no debía olvidarse jamás.

-Lo siento muchísimo, de verdad. He asistido a otros casos parecidos a este y me temo que he encontrado de todo. Gente que se ha recuperado... y gente que no. A veces el coágulo no es muy grande y el enfermo es fuerte. Otras veces... no hay tiempo, y la falta de riego sanguíneo causa daños que no pueden repararse.

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25/07/2018, 21:06
Alanna Noia

No sabía como asimilar todo aquello. De cualquier forma, si Haizea sobrevivía tendría una mínima de posibilidad de salir ilesa. 

Comprendo... Gracias,doctor. 

Y caminó hacia la sala de espera  , con el rostro desencajado, culpabilizándose por lo ocurrido. Y,, entonces,, unos brazos ya, casi desconocidos para ella, la atraparon. Ella sollozó en su pecho como casi siempre hacía cuando era pequeña y no era capaz de enfrentarse a las adversidades que Le ocurría. Por primera vez , en todo este tiempo, Roberto abrazó a su hija. Tal vez mantuviera algunas palabras con Oliver, a quien Alanna no despidió, o tal vez, la situación lo había vuelto a convertir en el padre que era y no aquel monstruo que no entraba a razones. 

 

El proceso es lento. 

 

Y lloró cogiéndole de la camiseta . Él seguía siendo el hombre alto con torso blando en el que se solía echar a llorar. Sus manos Le acariciaban el cabello. Y, entonces, fue consciente de las lágrimas que Le caían desde arriba. Su padre estaba llorando. Padre e hija cantaron una sonata silenciosa entre los dos.

Sé fuerte, sé fuerte por ambas y ten paciencia, hija mía... Verás que, con paciencia y esfuerzo... 

 

Pero su padre no continuó, el nudo de la garganta de lo impidió. Sin embargo, aquellas palabras fueron suficientes para su hija.