Partida Rol por web

Espero en silencio la decisión de William y Aryan que no parecen esperar a que Darina opine.

Creo que el desearía poder explicar a su señora que ha ocurrido pero mejor aguardare a que de su opinión.

- No pienso darle una muerte dulce a ningun hombre y menos si no es directamente responsabilidad mia, este ha llegado a donde nosotros para darnos un mensaje, y es su deber darlo, morira tranquilo, y Darina tendra que asumir su responsabilidad, aparte ahora al ser la unica heredera, debemos tener mas cuidado que nunca, debemos hacer una reunion urgente, muchos nobles querran hacerse con sus tierras y no debemos permitirlo...

tiene un momento de reflexion antes de decir:

- Aryan, tantea a nuestra prima a ver si le gusta alguien.

El maestre escuchó atentamente las palabras de su joven señor y luego asintió.

- Se hará como ordenéis mi lord. Respecto a Darina...- y súbitamente bajó el tono de su voz para dirigirse tan sólo a William- hay noticias. Esta misma mañana recibimos un cuervo que nos traía noticias desde Desembarco del Rey, el sello y la letra corresponden a la Mano del Rey y Señor de Nido de Águilas, Jon Arryn. La carta va dirigida a vuestro señor padre, quería avisaros antes pero entonces fue cuando fui llamado para atender al...herido.

Aryan abrió tanto los ojos tras las palabras de su hermano que por poco no se salen de su sitio, se quedó paralizada mientras William continuaba andando y hablaba con el Maestre.

- William... susurró ¿Desde cuando su hermano se había hecho tan serio y fuerte y y y....? ¿Cómo podía pensar ahora en un matrimonio de conveniencia para su prima? ¿Cómo podía pensar que solo importaba el mensaje de aquel hombre en vez de su vida?

El corazón le dio un vuelco, no parecía su hermano, era como si otra persona se hubiera metido en su cuerpo... no podía ser... se dijo fuertemente mientras contenía las lágrimas... ¡Estúpida! se dijo, no irás a ponerte a llorar por esto ¿no? Pero fuertemente se algopaban en sus ojos y un nudo se creaba en su garganta.

Aryan, quien a vista del resto, se había parado y de repente salía corriendo como si el fuego consumiera su hogar, cogió rumbo a su lugar especial llorando e intentando evitar a todo el mundo.

William miro al maestre con unos ojos que ya no aparentaban su edad, de repente habia crecido, los problemas del ultimo dia uno tras otro le habian echo crecer unos años, y su jovialidad debia aparcarla para la intimidad y sus mas allegados, ahora estaba entre el pueblo y soldados y debia mostrar firmeza y seguridad y eso haria. dirigiendose al maestre con el mismo volumen que lo habia echo el, le dijo:

- Maestre Willen, encargese de que el hombre cumpla con su deber y de el mensaje, trate de salvarlo, luego que Darina decida. Respecto al mensaje de nuestro señor y mano, vallamos a verlo a ver que dice, quiero su consejo el primero de todos y sera ahora.

en este momento salio Aryan corriendo medio llorando en direccion al castillo, pero William no salio tras ella como hubiera sido lo habitual, tenia otro compromiso mas urgente, despues iria a hablar con su hermana en privado, eso de estar al cargo de la casa no era como William lo habia imaginado, era mucho mas duro y solitario, debias enfrentarte a todas las decisiones, fueran sencillas o dificiles, duras o blandas, crueles o benevolentes. ahora daba gracias a que su padre se volco en el y el maestre igual, fueron dias duros y lo seguirian siendo, pero habian servido para poder guardar la compostura en aquel momento y esperaba con todo el corazon que su padre volviera y rapido.

Aryan estaba en el lugar donde iba cuando se sentía frustrada o sentía las injusticias que tenía que sobrellevar por el mero hecho de haber nacido mujer. La torre se alzaba en el extremo nordeste del castillo y Aryan se encontraba en lo más alto de esta. Desde allí podía ver los alrededores y toda la agitación que había causado encontrar a un hombre que servía a la Casa Trepton antes de que ésta fuese aniquilada de la noche al día. Si bien era cierto que aquel hombre podía arrojar un poco de luz sobre ese misterio, a Aryan no le gustaba que para ello tuviese que sufrir, y lo que era peor, hacer sufrir a su prima. En ese momento lo más probable es que Darina se encontrase al lado de él, para atenderlo si súbitamente despertaba y el maestre Willen iría de un lado a otro atendiendo al paciente y a su hermano, cada cosa como era debido.

Ensimismada, mirando por la ventana, observó a lo lejos en las montañas una pequeña mancha negra, sosteniendo estandartes que Aryan no reconoció. La mayoría de esas telas debían ser pieles de animales atadas a palos que se agitaban al viento.

Al parecer los clanes ya tenían una respuesta.

"...A pesar de las tristes circunstancias por las que ha pasado y aún teniendo conocimiento de las tensiones a las que tenéis que hacer frente, debo pediros que hagáis acto de presencia, vos o su heredero, a Desembarco del Rey, acompañado de la heredera de la Casa Trepton, Lady Darina, para hablar de un posible compromiso entre ella y Lord Walter Goldfish.

Por supuesto sois libre para que os acompañe más gente, todos ellos serán bienvenidos y bien atendidos aquí en la ciudad. Sería interesante que su hija pudiese ver la gran ciudad, tal vez aquí en la corte encontraría alguna motivación. Lord Robert Baratheon, Rey y Señor de Poniente, quiere que se  organice un torneo, seguro que sería una ocasión fantástica para conocer la ciudad y sus alrededores durante un ambiente festivo.

Me despido y espero que nos veamos pronto,

Jon Arryn,

Mano del Rey y Señor del Nido de Águilas."

William terminó de leer la carta. Antes de abrirla se había asegurado de que el sello estuviera totalmente intacto y realmente se tratase del sello de la Mano. La carta iba dirigida a su padre pero Lord Arryn por algun motivo la había enviado directamente a sus dominios y no al destino de la reunión. Quizás la correspondencia que su padre le envió aún no le hubiera llegado. Los cuervos generalmente llegaban a tiempo, pero siempre había imprevistos, más cuando las distancias aumentaban, estos podían ser cazados por otros animales o incluso interceptados... Él mismo llevaba unos días esperando cartas de su padre, el cual le había tranquilizado antes de partir diciendo que se las enviaría sin falta.

El maestre le había dejado en su despacho privado, una habitación bastante austera con poco más que una mesa de trabajo cubierta por pergaminos, plumas y algo de tinta, una estanteria llena de libros viejos y polvo, la cama del maestre y un cuervo. La mesa estaba situada delante de una alta ventana y la estancia estaba situada en la parte norte del castillo para poder aprovechar el máximo de horas de luz natural antes de encender alguna vela. Aún así, y aunque era de día, había un par de velas encendidas, lo que demostraba que la vista del maestre empezaba a sufrir los estragos de una edad avanzada. Éste le había dejado solo para atender al hombre que habían encontrado y en parte, pensaba William, el maestre se sentía responsable de Darina. William no había pensado mucho en ello pero ahora que se detenía a observarlo le parecía curioso; siempre había visto al maestre como a una especie de tío-abuelo de la família, pero sabía que ese hombre había renunciado a la suya cuando ingresó a la Ciudadela de Antigua, renunciando a sus apellidos y a su pasado. Era curioso que hubiese cogido tanto apego hacia la familia Tilverton e incluso de sus familiares, como Darina.

la carta me impacto, aqui habia mucho mas que una peticion de visitar un lugar o una propuesta de matrimonio. Se levanto y dando pasos cortos y parandose de vez en cuando mientras se acercaba a la ventana examinaba cada linea de la carta, los hechos acaecidos y las posibilidades como un monton de veces le habia explicado el Maestre y que casi nunca averiguaba.

bien, se dijo con tranquilidad empecemos por el primer parrafo, aunque tendre que pedir consejo al maestre.

"...A pesar de las tristes circunstancias por las que ha pasado y aún teniendo conocimiento de las tensiones a las que tenéis que hacer frente, debo pediros que hagáis acto de presencia, vos o su heredero, a Desembarco del Rey, acompañado de la heredera de la Casa Trepton, Lady Darina, para hablar de un posible compromiso entre ella y Lord Walter Goldfish.

era un mensaje escrito por la mano, o al menos con su sello. por lo tanto oficial, daba a entender que sabia lo que habia ocurrido, y eso estando a cientos de kilometros de alli, en desembarco del Rey,a algo que se habian enterado hace relativamente poco ellos que estaban al lado, por lo que o tenia una red de espias muy importante y con buenos cuervos mensajeros, o hay habia gatosombra encerrado, y sabia que atacarian o alguien se lo ha dicho enseguida, ya que el ataque ocurrio justo cuando la intercepta salia para nuestra casa.

se toco la barbilla y penso, quizas Walter Goldfish tenga algo que ver en esto, pues rapidamente se la ha emparejado en una propuesta de matrimonio, tengo que preguntar al maestre para que me de mas datos de este personaje y su casa, al llegar a la ventana se sento en el quicio de la misma y siguio pensando en los acontecimientos:

Tenemos que un grupo de salvajes sabe que hay movimiento de salvajes para destruir algunas casas, y que son motivadas por una persona importante, no se si le habran visto al cara, pero si uno solo de ellos lo hubiera echo, tendriamos un testigo y podria quitarme una incognita. que es que ese tal Walter no es el que esta metido en medio de este fregado para hacerse con territorio de las casa desaparecidas y para legitimarlo quiere casarse con la unica heredera que ha quedado de una de las casa y que informa de su deseo de casarse a alguien que esta a cientos de kilometros en Desembarco del Rey para que curse su peticion a la casa en la que esta hospedada. Tambien dice que vayamos mi padre o yo, es decir alguien con peso para hacer de testigo y nombra directamente a la heredera. me parece todo muy rapido, en fin mi deber es hacer lo que la mano pide, mas tendre que tomar precauciones.

bueno dejemos este punto y pasemos al siguiente:

Por supuesto sois libre para que os acompañe más gente, todos ellos serán bienvenidos y bien atendidos aquí en la ciudad. Sería interesante que su hija pudiese ver la gran ciudad, tal vez aquí en la corte encontraría alguna motivación. Lord Robert Baratheon, Rey y Señor de Poniente, quiere que se  organice un torneo, seguro que sería una ocasión fantástica para conocer la ciudad y sus alrededores durante un ambiente festivo.

a mi hermana la pone como escusa sabiendo como es para intentar motivar a mi padre y que vaya y dice de pasada que podemos llevar tropas por si las moscas. ademas nos indica que va a haber un torneo, donde seguramente habra la flor y nata, una gran oportunidad para hacerse ver.

pero pq ahora, ahora que tengo entre manos un hito historico, que un grupo de Salvajes puedan dejar de serlos e introducirlos en la sociedad civilizada pasa esto, quizas pueda llevarme a uno o a dos importantes, para que cuando regresemos influyan en su pueblo.pero primero se tienen que aliar con nosotros.

se bajo del quicio de la ventana y se encamino a la puerta con la nota en la mano aun dando vueltas a todos esos pensamientos, eran sus primeros dias como futuro Lord y ya tenia mas dolor de cabeza que cuando Aryan de pequeña le tiraba piedras y alguna le alcanzaba en toda la frente.

asi que abrio la puerta y salio hacia la habitacion donde estaba el herido y el maestre atendiendolo, al llegar abrio la puerta con cuidado y entro, se acerco al maestre al oido y le dijo en un susurro, -Tenemos que hablar urgentemente.

seguido se aparto un poco dio una vuelta al camastro donde estaba situado el soldado herido y aun con mas resolucion que antes dijo sin diriguirse a nadie en particular - Este hombre debe vivir, mucho depende de el.

y apartandose se sento en una silla a esperar que el maestre le indicara que podian ir a un lugar apartado para hablar tranquilamente antes hacerlo con el resto, mas el maestre era muy carilloso y se preocupaba sobremanera con nuestra casa, al igual que con la de Darina, por lo que podia ser un familiar, tendria que preguntarle tambien directamente y tambien a su padre.

Aryan observó bien desde la torre y cuando se aseguró de lo que veía, corriendo se metió por la ventana de nuevo y corriendo dejo la zona nordeste del castillo, llegando casi sin aliento a la zona donde su hermano tenía su habitación.

Tratando de volver a respirar, ya que le regañarían por correr por los pasillos como un niño pequeño, apoyó una mano en la puerta y tocó, mientras movía el pecho tratando de controlar su respiración.

Nadie contestó al otro lado, así que emprendió su busca, quizás estuviera en el despacho del Maestre...

Sin embargo, un sirviente la interceptó de camino al lugar para decirle que su hermano había ido a ver al hombre herido.

El rostro de Aryan cambió, quizás el hombre había muerto... o hablado tal vez... Además vería a su prima, con los ojos hinchados y la cara enrojecida de llorar... otra vez...

Aunque prosiguió la búsqueda de su hermano, en la dirección que le habían indicado, ya no fue corriendo ni con las mismas ganas de llegar.

Una vez en la puerta, tocó y pidió permiso para entrar.

Antes de que el maestre pudiera llegar a contestar a William se oyeron unos golpecitos en la puerta y a continuación entró Aryan.

- Mi lady, justo ahora estaba examinando al...paciente. - diciendo esto el maestre Willen se dio la vuelta y miró a Darina con el rostro triste.- Aryan, podrías llevar a tu prima a su dormitorio y hablar un poco las dos. William y yo nos quedaremos aquí, mientras hablamos y cuidamos de él. Si la situación da algun cambio os haremos llamar enseguida.

Detrás de Aryan apareció Jon, cargado con todo de bartulos y estuches.

- Maestre, no he podido identificar el frasco que me habíais dicho, por lo que os traigo vuestras cosas...Aryan, Darina! Vamos a dar un paseo?- dijo el joven mientras miraba a su primo William en busca de su aprovación.

William aprobo la iniciativa de Jon con la cabeza, aunque preferia que estubieran las dos solas para ver si Aryan le sacaba algo de quien le gustaba, pero ni una ni la otra estarian en condiciones de contarse confidencias, pues habian visto las cosas mas duras de toda su vida y no estaban preparadas, quizas Aryan un poco mas, pero parecia que no lo habia aguantado, William tendria que confiar en la jovialidad de Jon para que se olvidaran de los recientes acontecimientos o al menos para estar en compañia sin tener que ver problemas por todos lados.

Asi que dejo que se marcharan y cuando estuvo a solas con el maestre le dijo,

-bueno, cuentame como ves a este hombre, podra darnos algun mensaje, o no? pq hay noticias que quizas dependan de el el curso que se haya que tomar.

sin mas espero la respuesta del maestre aun sin desvelar nada de la carta.

Antes de que pudiera expresar su deseo de quedarse junto al enfermo, Jon ya la estaba arrastrando fuera de la habitación, con lo que sólo pudo dirigir una mirada de muda protesta al maestre y a su primo, a la par que pellizcar el brazo de Jon para que la dejara, una vez traspasada la puerta.

- Cualquiera diría que os podrías ir a hablar a otro sitio - murmuró Darina entre dientes a la puerta que se acababa de cerrar en sus narices. Por un momento, sintió como la furia nacida de su desesperación intentaba adueñarse de ella pero controló su irritación con una mueca de fastidio - Bueno, ¿y a dónde vamos? - comentó, sintiendo la necesidad de hacer cualquier cosa menos quedarse quieta.

Aryan tiraba de Jon mientras la intentaba sacar fuera de la habitación: Espera espera tengo que decirle algo a Will, pero parecía que nadie le hacía mucho caso. Lo que la cabreó sobremanera: ¡JON! ¡SUELTAME!

Al final consiguió zafarse de sus grandes manos y volvió a entrar en la habitación, esta vez sin llamar y dejando la puerta abierta, a grandes zancadas y notablemente molesta: Venía a decirte que ya están aquí... los clanes... desde la torre he visto sus estandartes de pieles... Deberías prepararte. Tranquilo, averiguaré lo que me pediste. Pero más te vale, que esta noche vengas un momento donde tú ya sabes...

Seguía cabreada así que se volvió y cerró con un sonoro portazo, tomó del brazo a su prima y tiró de ella.

- Jon, espera aquí, puede que William te necesite mucho más que nosotras. Estaremos en mi cuarto si alguien nos necesita.

Luego se giró a Darina, trató de sonreír todo lo dulcemente que su cabreo le permitía: Vamos Darina, tenemos que prepararnos nosotras también. Allí te cuento todo.

Mierda, ahora? eso podia ser una maldicion o una vendicion pero antes de que me atrapen los miedos debo preguntarla una cosa:

William va corriendo a la puerta y la abre con rapidez para ver que aun no se han ido y dice a Jon:

- Jon, avisa al capitan y que se preparen por si las moscas, luego sube a ver quien es e informame de la calidad y tropas que se acercan.

luego le digo a Aryan:

- Aryan, dijo antes de que se fuera, llebaban algun distintivo de clan? o no podriamos saber cuales?

luego cuando han respondido  y se han ido, vuelve a entrar y despues de cerrar la puerta voy hasta el maestre y antes de darle la informacion de la carta y unos consejos de como actuar ahora le sigue preguntando:

- Maestre, como ves la situacion de este hombre?

Cuando llegaron a la habitación de su prima, Darina, de habitual apacible, seguía sin ser capaz de parar así que se dedicó a pasear de manera inquieta por el cuarto, hecha un matojo de nervios y sólo parando para sentarse momentáneamente o arreglarse el vestido. De repente se encaró a su prima.

- Ya está bien, ¿no? - aunque apenas fue un susurro, la chica soltó esas palabras en voz dolida - Lleváis todo el día cuchicheando a mis espaldas. Soy perfectamente consciente de que ese hombre está mal pero os estáis tomando por vuestra una responsabilidad que es mía y únicamente mía. No se puede hacer nada por él, ¿no? - Darina miró fijamente a Aryan, sin parpadear, intentando contener las lágrimas que se agolpaban en sus ojos.

Aryan miró a su prima, triste, apenada y todavía molesta.

- Darina, somos mujeres, supongo que solo se espera de nosotras que demos a luz hijos fuertes, dijo casi tan dolida como su prima. Yo tampoco tengo claro qué está pasando pero los clanes han llegado, mi padre no envía cuervos, tu familia... no está, y ese hombre... puede ser la clave para muchas cosas, pero no creo que sobreviva... la miró fijamente y comprendió algo. Prima, si queremos hacernos respetar, tendremos que ser Hombres.

Aryan la miró fijamente y esperó su respuesta.

- ¿Qué...? - Darina escuchó sorprendida el discurso de su prima, sin entender del todo su motivo -
¿Hombres? ¿De qué estás hablando, Aryan? ¿Me estoy perdiendo algo importante? - la chica miró inquisitiva a la otra muchacha, olvidando por un momento al enfermo para centrarse en los acontecimientos.

En los últimos días, había dejado de prestar bastante atención a los asuntos que no la concernían, que eran todos menos sus primos y su proceso de duelo. Pero obviamente, la casa Tilverton también estaba pasando su propio proceso, sólo que de cambios. Algo que probablemente estaba dando quebraderos de cabeza a sus primos, entre otras cosas.

Trago saliva, temiendo la respuesta de Aryan y sus repentinas ideas.

- Estoy cansada de que me digan lo que tengo o no tengo que hacer, ellos pueden decidir y yo no, ¿por qué? ¿Acaso soy menos inteligente o dispuesta que ellos? Únicamente soy mujer. Aryan se fue a su armario y sacó un baúl grande. Ponte esto. dijo sacando ropa de varón muy parecida a la que llevara William o Jon, con los colores de la casa. Los mandé hacer hace poco, no pensé que los usaría tan pronto.

Su prima usaba más o menos la misma talla, así que no habría problema.

- No voy a dejar que me dejen al margen y simplemente me impongan un marido. Voy a tomar parte como hija Tilverton, les guste... o no. De momento no tengo muy claro qué voy a hacer, pero lo primero es una reunión con el Maestre y mi hermano y que nos pongan las cosas claras, si mi padre ha muerto, quiero saberlo... si el hombre herido ha dicho algo, quiero saberlo... No me van a dejar al margen, y a ti tampoco. mientras se quitaba costosamente el vestido, recordó que no había visto a Nym desde la torre. Miró a su alrededor y lo vio retozar sobre su colcha favorita, sonrió. Se hacía grande por días.

Cuando se puso los pantalones, miró a su prima que seguía con todo en las manos sin pestañear siquiera: ¿Qué tal estoy? Lo próximo es deshacerse de esto. dijo estirando su trenza.